Ante la sentencia por el asesinato de Mariano Ferreyra
Condenaron a 15 años a Pedraza, entre otros,
y salvaron a la patronal asesina de UGOFE, a los funcionarios del gobierno de la Kirchner
y al conjunto del aparato represivo estatal
¡Juicio y castigo a todos los responsables intelectuales
y materiales del crimen de Mariano Ferreyra
y de todos los mártires obreros!
¡Libertad de los PRESOS POLÍTICOS y DESPROCESAMIENTO de los más de 6.500 luchadores obreros y populares!
¡Fuera todos los jueces corruptos y antiobreros, sirvientes de Obama y Wall Street!
¡Tribunales Obreros y Populares!
para castigar a todos los milicos genocidas y a todos los represores de la clase obrera y el pueblo
Si bien Pedraza y sus pistoleros, junto a un puñado de policías asesinos seguirán tras las rejas, la justa aspiración por verlos condenados a perpetua de cientos de miles de estudiantes, jóvenes, trabajadores ferroviarios y de toda la clase obrera fue burlada el 19 de abril por el Tribunal Oral en lo Criminal 21. Los jueces, además de darle penas menores a Pedraza, a un puñado de sus pistoleros de la burocracia sindical de la Unión Ferroviaria (UF), y a algunos policías asesinos que les liberaron la zona, descartaron toda responsabilidad del gobierno de la Kirchner y su gabinete, y de la patronal esclavista de UGOFE. ¡De eso se trata la justicia burguesa, entregar a algunos para salvar al conjunto de los máximos responsables!
Presentándose como paladines de la ley “bien aplicada” desde sus sillones de faraones, los jueces actuaron como lo que son: una institución fundamental del estado burgués que para nada es neutral. Pues el asesinato de Mariano Ferreyra en sí mismo puso al desnudo el funcionamiento y el verdadero rol del estado burgués. Porque mostró la complicidad y la actuación coordinada entre el gobierno de la Kirchner a través de Tomada (Ministro de Trabajo) y Aníbal Fernández (ex Ministro del interior), el jefe de la policía que liberó la zona y la patronal de UGOFE, que dio 120 permisos gremiales para que las bandas de la burocracia sindical comandadas por Pedraza vayan a escarmentar a los trabajadores tercerizados.
Y una vez asesinado el compañero Ferreyra, para garantizar la impunidad de la mayoría de toda esa cadena de responsables (intelectuales y materiales) del crimen, vino la casta de jueces a entregar a estos 15 perros guardianes de la patronal y el gobierno a los que condenaron con 18 años para los sicarios ejecutores del asesinato (Díaz, Favale, y Sánchez), 15 años para Pedraza y Fernández, y penas menores de 2 años y multas para el comisario del operativo y otros imputados.
¡Cuánto cinismo! Entregan y tiran a Pedraza y un puñado de perros de presa, cuando utilizaron legiones enteras de los pistoleros de la burocracia sindical para atacar a los trabajadores como en el Hospital Francés, en el Casino, en el subte, en Dana; cuando utilizan su bandas parapoliciales de las barras bravas de los clubes de fútbol como en el Indoamericano o la guardia pretoriana de la Uocra en Santa Cruz, o directamente con su empresarios amigos como Varizat atropellando con su camioneta a los docentes. O cuando utilizan su Gendarmería y policía asesina como en Jujuy u ocupando con sus tropas para ejercer el terror blanco sobre los explotados como en la ciudad de Las Heras (Santa Cruz).
¿En qué “artilugio” se basaron para “legalizar” tanta impunidad? El Tribunal dio a entender claramente durante la lectura de la sentencia que aquí en Argentina no regía la ley que se aplicó en los tribunales de Nüremberg en Alemania a la salida de la II Guerra Mundial contra los Nazis, es decir la presunción de responsabilidad de los generales por la actuación de sus oficiales subordinados. Por lo tanto, aunque había “indicios”, el juez por “no tener pruebas” deslindó de toda responsabilidad a la patronal asesina de UGOFE y al gobierno de la Kirchner, pero sí aplicó condenas a un puñado de sus subordinados. Una verdadera estafa que la Kirchner y “La Cámpora” aplaudieron a rabiar porque este fallo afirmó que fue “un error, un exceso” el accionar de Pedraza y compañía; es decir aquello que decían los generales genocidas en los ‘70s, cuando eran ellos los que daban las órdenes a sus subordinados para que masacren a la vanguardia obrera y estudiantil.
No podía ser de otra manera, pues los jueces -todos corruptos y antiobreros- son de los mejores cuadros políticos de la burguesía que están para garantizar la propiedad y los intereses de las transnacionales, para otorgar impunidad a los patrones asesinos y todos los gobiernos de los capitalistas agentes de Wall Street. Esa es su “justicia”, una justicia de clase.
Son los jueces con sus fiscales los jefes de la SIDE, la policía, la gendarmería, con la que atacan, espían, encarcelan y persiguen a trabajadores, con decenas de presos políticos en las cárceles y con 6.500 compañeros procesados por reclamar por sus justas reivindicaciones. Es esta misma justicia la que dicta las órdenes a las fuerzas represivas para que masacren a los trabajadores como en el Indoamericano.
Estos jueces no sólo defienden y garantizan la impunidad de los capitalistas, sino que ellos mismos también se enriquecen fraguando documentos y quedándose con propiedades, y junto a la policía asesina organizando y encubriendo los negocios sucios de la burguesía como el narcotráfico y la trata de blancas (¡Recordemos el caso “Marita” Verón!). Y ahora, el gobierno de la Kirchner con su “reforma judicial”, quiere darles legitimidad a estos jueces con un manto de democracia y el “voto popular”. Una reforma que ni siquiera puede otorgar una demanda democrática formal hasta el final porque se eligen candidatos sólo para el Consejo de la Magistratura que es el cuerpo que designa a los jueces. ¡¿Qué autoridad tienen todos estos parásitos para “impartir justicia”?! ¡Basta! ¡Juicio y castigo a todos los culpables del crimen de Mariano Ferreyra y de todos los mártires obreros! ¡Disolución de la oligárquica casta de jueces vitalicios y fiscales sirvientes de Obama y Wall Street! ¡Por Tribunales Obreros y Populares para juzgar y castigar a todos los asesinos y represores de los trabajadores y el pueblo!
¿Un “fallo contradictorio” como
dice Altamira del FIT?
No hay ninguna contradicción, es el normal funcionamiento del estado burgués
y su justicia de clase
Para los marxistas revolucionarios “…el estado es un órgano de dominación de clase, un órgano de opresión de una clase por otra, es la creación del orden que legaliza y afianza esta opresión, amortiguando los choques entre las clases” (Lenin, “El estado y la revolución”). Ese estado burgués se reduce a una banda de hombres armados que tiene a disposición cárceles y otros elementos (como la justicia y sus tribunales) para imponer y mantener su dictadura sobre los explotados. El cual no puede ser utilizado o reemplazado, sino que debe ser destruido por la clase obrera tomando el poder, tal cual son las lecciones sacadas por el marxismo revolucionario de “La Comuna de Paris”.
Eran los revisionistas del marxismo como Bernstein y Kautsky de la socialdemocracia alemana de principios del siglo XX los que planteaban que el estado era “neutro”, una “bolsa vacía” dónde cada clase podía imponerle su propio contenido. O sea que las instituciones del estado burgués se pueden reformar, y se puede llegar al “socialismo” por la vía pacífica parlamentaria una verdadera utopía reaccionaria.
Lamentablemente, la dirección del PO y el “Frente de Izquierda y los Trabajadores” (FIT) no han denunciado ni denuncian el carácter de clase de este tribunal y de toda la justicia patronal, basado en el derecho burgués, con jueces educados en décadas de genocidio y persecuciones a la clase obrera. Esta misma casta vitalicia de jueces estuvo con la dictadura videlista, y luego aplicó la Ley de Punto Final y Obediencia Debida para salvar a los milicos genocidas en los ‘80s; es la que dejó en libertad a Alfonsín tras los asesinatos de los levantamientos del hambre en 1989; a Menem cuando asesinaron a Víctor Choque y Teresa Rodríguez; a De la Rúa después de masacrar el 20 de diciembre del 2001; a Duhalde que ordenó la represión en Puente Pueyrredón que se cobrara la vida de Kostequi y Santillán; y a los Kirchner tras la masacre de la mina en Río Turbio, Cromañón, Fuentealba, el Indoamericano, Jujuy, Once y Mariano Ferreyra. Una casta de jueces videlista-peronista-radical vitalicia del Régimen de la reaccionaria Constitución de 1853-1994 basado en la división de poderes, donde cualquier decreto, ley o fallo de un poder que signifique aunque sea una mínima e insignificante concesión a las masas, la burguesía se encarga de vetarlo a través de otro de los poderes de la nación (Ejecutivo, Legislativo y Judicial).
La política desplegada por Altamira (PO) y la dirección del FIT, impuso un enorme límite a la predisposición para pelear por una verdadera justicia que aplique un castigo a los instigadores intelectuales y materiales del asesinato de Mariano Ferreyra. Porque desde el mismo día que el compañero cayó en su puesto de lucha, miles de estudiantes, jóvenes combativos, trabajadores ferroviarios y amplias franjas de la clase obrera ganaron las calles, protagonizando una jornada de lucha nacional, y su grito era “A Mariano Ferreyra lo vamos a vengar con piquetes y la Huelga General”. Ese era el camino para hacer justicia por Mariano y darle un escarmiento a la podrida burocracia sindical y a sus bandas de pistoleros, desarrollando los organismos de autodeterminación, autodefensa y democracia directa para que los trabajadores puedan protagonizar una lucha independiente de las instituciones del estado burgués y abrir el camino a la Huelga General por el Juicio y Castigo a todos los responsables para que en el banquillo de los acusados no estén sólo los perros guardianes del capital, sino también la patronal asesina de UGOFE y los funcionarios del gobierno kirchnerista.
Desgraciadamente, la dirección del PO y el FIT eligió el camino de la presión sobre la justicia burguesa. Allí denunciaron correctamente que el asesinato de su militante era un “crimen contra la clase obrera” que contaba con la responsabilidad del gobierno y la patronal de UGOFE. Pero fue la misma dirección del PO la que se impuso a si misma un “techo” al concentrar toda su campaña en la “Perpetua a Pedraza”, cortando así con la cadena de responsabilidades. De esta forma se impidió luchar por la demanda de “Juicio y Castigo” a todos los instigadores intelectuales y materiales del crimen de Mariano Ferreyra y de todos los mártires obreros. Así, lamentablemente terminaron liquidando esta demanda que fuera un motor en la lucha de los trabajadores y explotados contra los milicos genocidas de la dictadura videlista.
El viernes 19 de abril, mientras la indignación y la bronca de todos los que fueron a manifestarse a la puerta de los tribunales estaban a flor de piel, Altamira y Pitrola (PO) criticaban el “fallo” como “contradictorio” porque si bien este constataba la red de complicidad, la “sentencia” no se correspondía con lo que se demostró durante el juicio.
Lamentablemente la dirección del PO no denunció a esta sentencia de la justicia burguesa como un fallo de clase -de la misma calaña que el que condenó a los mártires de Chicago en 1886-, en momentos que todas las instituciones del estado burgués quedaban en evidencia en su accionar coordinado ante los ojos de millones de explotados que desde distintas partes del país seguían atentos el fallo que castigaría al asesino Pedraza. No hubo ninguna contradicción en el veredicto, los jueces encubrieron a la patronal asesina y su gobierno, salvaron al conjunto de las fuerzas represivas y entregaron a un puñado de sus perros guardianes. Dieron un vivo ejemplo de cómo actúa la dictadura de la burguesía sobre la clase obrera.
Lamentablemente, reeditando a Bernstein y a Kautsky, el FIT intenta presionar a los jueces para que estos fallen a favor de los explotados, es decir que esta institución reaccionaria sea neutra e imparta justicia. Una verdadera “vía pacífica al socialismo” que no hace más que desarmar y desorganizar a la clase obrera y los explotados.
Es así como en la misma lógica política reformista de que presionando a la justicia se puede meter presos a todos los responsables del asesinato de Mariano Ferreyra, el FIT le dice a la vanguardia obrera que se puede desbancar a la burocracia de los sindicatos con “listas opositoras” bajo la disciplina de los antidemocráticos estatutos sindicales y elecciones controladas por el Ministerio de Trabajo -regidas por la Ley de Asociaciones Profesionales-, y ahora con “fallos ejemplares”.
Un fallo aplaudido por el gobierno de la Kirchner y toda la patronal
Sólo los trabajadores conquistando la democracia obrera y uniendo su lucha impondrán el juicio y castigo a los responsables del crimen de Ferreyra y de todos los mártires obreros, liberar y desprocesar a los más de 6500 compañeros perseguidos, y derrotar en las fábricas y las calles a la burocracia sindical
La dirección del PO y del FIT anunció que apelará al fallo, pues quieren un “fallo ejemplar” que condene a Pedraza y sentar un precedente para el futuro en la lucha contra la burocracia sindical. El problema no está en la apelación del fallo, sino en que de esta forma dejan entrever que a la burocracia se la derrota con la justicia. Nada más falso que ello.
Pues con un “fallo histórico”, como se tildaron a aquellas sentencias contra un puñado de milicos genocidas octogenarios, los jueces se relegitimaron, salvaron al conjunto de los implicados en la dictadura, y los Kirchner impusieron el plan de “reconciliación nacional” con las fuerzas armadas asesinas.
Esta relegitimación de la justicia burguesa le permitió a la reaccionaria Corte Suprema reeditar la teoría de los “dos demonios”. ¿Qué significa esto? Que mientras mete presos a un puñado de milicos (como dijimos antes) y ahora a 15 perros de presa de la patronal, profundiza el ataque que comanda contra los luchadores obreros, populares y militantes socialistas. Lamentablemente, el FIT así se somete y subordina al partido judicial con el cual las transnacionales en Argentina custodian sus negocios y saquean la nación.
La derrota de la burocracia sindical y sus pistoleros se conquistará en las calles y fábricas poniendo en pie las asambleas de base, los organismos de democracia obrera, los piquetes y la Huelga General.
La pelea por ver a los burócratas asesinos como Pedraza tras las rejas de por vida, por castigar a todos los responsables intelectuales y materiales del asesinato de Mariano Ferreyra y de todos los mártires obreros, retomando la lucha por el “JUICIO y CASTIGO a todos los represores de los trabajadores”; es un mismo combate por conquistar la libertad de los presos políticos y el desprocesamiento de los 6.500 luchadores obreros y populares perseguidos por la justicia patronal. Para eso la clase obrera debe romper con toda atadura al estado burgués que le imponen sus direcciones, poniendo en pie las asambleas de base, los organismos de democracia obrera, los piquetes de autodefensa y desarrollando un Movimiento Nacional de Organizaciones Obreras y Populares que coordine estas demandas para derrotar en las fábricas y en las calles a la burocracia sindical y sus pistoleros e imponga la Huelga General.
Luchando así, se conquistarían las condiciones para que vuelva a tronar en las calles el grito de guerra de la revolución del 2001: “Que se vayan todos, que no quede ni uno solo” y llevarlo a la victoria con una insurrección triunfante. Pues se trata de demoler piedra sobre piedra de esa casta de jueces videlista-peronista-radical, uno de los pilares del estado de los capitalistas, y conquistar los Tribunales Obreros y Populares, que son los únicos que podrán imponer una verdadera justicia de clase que castigue a todos los responsables de todos los crímenes de la patronal y sus agentes contra los trabajadores. Porque como decían Marx, Engels, Lenin y Trotsky, no se puede reformar el Estado burgués o que la clase obrera lo utilice en su beneficio, sino que hay que demolerlo con la revolución obrera y socialista, y el poder en manos de los trabajadores y explotados.•
Comité Redactor
