Mientras la burguesía ya hace rato le declaró una feroz guerra a los explotados, el Frente de Izquierda, en su campaña electoral abandonó el programa y la lucha por la Revolución Obrera y Socialista
El Frente de Izquierda, luego de una excelente elección nacional y un triunfo resonante en Salta,
se encuentra ante un dilema: organizadores de grandes combates de clase hacia la revolución socialista o enfermeros del capitalismo en bancarrota.…
¿Tras los pasos de Kautsky y la socialdemocracia?
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El marxismo revolucionario se construyó combatiendo al ultraizquierdismo estéril pero asimismo al oportunismo y su cretinismo parlamentarista. La ruptura del socialismo revolucionario con los socialdemócratas tuvo un punto crucial en la adaptación de estos últimos al parlamentarismo burgués.
Así, Lenin planteaba contra el renegado Kautsky, a principios del siglo XX: “¿Puede admitirse que el sabio Kautsky no haya oído decir nunca que los parlamentos burgueses están tanto más sometidos a la Bolsa y a los banqueros cuanto más desarrollada está la democracia? Esto no quiere decir que no deba utilizarse el parlamentarismo burgués (y los bolcheviques lo han utilizado quizá con mayor éxito que ningún otro partido del mundo, porque en 1912 y 1914 habíamos conquistado toda la curia obrera de la cuarta Duma). Pero sí quiere decir que sólo un liberal puede olvidar, como lo hace Kautsky, el carácter históricamente limitado y condicional que tiene el parlamentarismo burgués. En el más democrático estado burgués, las masas oprimidas tropiezan a cada paso con una contradicción flagrante entre la igualdad formal, proclamada por la ‘democracia’ de los capitalistas, y las mil limitaciones y tretas reales que convierten a los proletarios en esclavos asalariados. Esta contradicción es la que abre a las masas los ojos ante la podredumbre, la falsedad y la hipocresía del capitalismo. ¡Esta contradicción es la que los agitadores y los propagandistas del socialismo denuncian siempre ante las masas a fin de prepararlas para la revolución! (…) Kautsky le vuelve la espalda y se dedica a ensalzar los encantos de la democracia burguesa.” (La revolución proletaria y el renegado Kautsky, Lenin, 1918)
Recordemos que en 1912-1914, los bolcheviques no solo tenían un enorme peso en la Duma, sino que eran centralmente los más grandes agitadores y organizadores de la huelga general revolucionaria en San Petesburgo. Se habían puesto a la cabeza del auge proletario que había comenzado en Rusia contra el zarismo, en 1912-1914. Auge proletario que solamente fue interrumpido por el comienzo de la primera guerra mundial. En Alemania, mientras tanto Karl Liebneck, el más grande parlamentario-revolucionario (dirigente junto a Rosa Luxemburgo del ala izquierda internacionalista de la socialdemocracia alemana) fue a parar a la cárcel por llamar a la clase obrera alemana a dar vuelta el fusil, dispararle a la burguesía imperialista alemana y confraternizar con los obreros rusos. Este era el programa y el combate del marxismo revolucionario al inicio de esta época imperialista.
Nada tiene en común un Frente de conveniencias electorales como es el FIT, con esta escuela de estrategia revolucionaria que sembraran los socialistas internacionalistas a principios del siglo XX.
El Frente de Izquierda ha consagrado 4 diputados nacionales y obtuvo legisladores provinciales y concejales. 1.200.000 jóvenes y trabajadores han votado por la izquierda a nivel nacional. En Salta Capital ha ganado las elecciones el último fin de semana.
A medida que se fue desarrollando la campaña electoral, con los resultados finales y ahora con este “enorme triunfo en Salta”, estas direcciones del Frente de Izquierda (Que ya consiguieron algunas bancas y en Salta muchísimas más) no le dan importancia ni plantean el verdadero contenido de clase del voto que los llevó al parlamento.
Hablan del surgimiento de una corriente socialista y de la independencia de clases en general, y quieren ocultar que este “salto político” de los trabajadores se da acompañando la brutal crisis y bancarrota de los traidores de la burocracia sindical con la cual, como una verdadera policía interna, la burguesía controla a los obreros.
Entre el impuesto al salario, la carestía de la vida y el trabajo esclavo, el kirchnerismo en crisis, no dejó sector de la clase obrera sin atacar. Centenares de miles de trabajadores votaron al FIT porque en última instancia han sacado ya la conclusión de que presionando a la burocracia de los sindicatos y ésta sosteniendo a algún político burgués, no pueden resolver sus padecimientos más inmediatos. Estos obreros buscan un camino a la lucha, comienzan a agotar su conciencia paternalista que los lleva a confiar en políticos patronales. Y esto último es lo que vuelve particular el voto al FIT.
La enorme franja de la clase obrera que lo votó no está separada, sino todo lo contrario, es una parte indisolublemente ligada, a los millones de trabajadores que odian a la burocracia y no soportan más el impuesto al salario ni la carestía de la vida y que aún no votan al FIT, aunque como lo demuestran las elecciones de Salta, sus ilusiones con los políticos patronales, a golpes y tarifazos se desmoronan. Esta es la realidad. Por eso la bancarrota de la burocracia acompañó, como el alma al cuerpo, al crecimiento del FIT.
Por el contrario, los dirigentes políticos del Frente de Izquierda le han planteado a millones de explotados que en el parlamento se resolverán sus demandas y desde allí se va a enfrentar “el ajuste que viene”. Eso es hacer retroceder a lo más avanzado de la clase obrera del lugar al que llegó a partir de su propia experiencia. Esto imbuye de pacifismo a las masas y las desarma frente a la ofensiva de los explotadores.
Los dirigentes del FIT de vez en cuando plantean pomposamente que impulsarán la lucha extraparlamentaria de masas. Para ellos, eso significa que se sacan la ropa de parlamentarios, y se ponen la ropa de manifestantes para ir a las calles. Esto no es así.
Vamos a dar un ejemplo concreto porque ya la vida habla por sí misma: el PO ganó las elecciones en Salta capital, en las concentraciones obreras de la provincia y arraso en los barrios obreros de los tabacales. Es absoluta mayoría en la clase obrera de esa provincia. ¿Alguien lo puede discutir?
¿Qué proponen sus candidatos? Lo que proponen es llevar a la Legislatura una ley de jubilaciones, leyes de incautación de terrenos en la municipalidad…
El FIT en Salta es un partido obrero. La clase obrera en Salta está organizada en la CGT, en la CTA, es desocupada o trabaja en negro bajo el control de patrones esclavistas y oligarcas. El FIT es absoluta mayoría en el movimiento obrero. Bastaría con que llame a su base a desconocer a la burocracia sindical de la CGT o la CTA, entregadores de todas las conquistas de la clase obrera, en toda la provincia y que llame a un congreso obrero con delegados de todas las fábricas, escuelas y establecimientos de todo Salta, de los contratados, de los obreros en negro, de los desocupados, para que vuelva a ponerse también en pie el movimiento piquetero que luchaba por trabajo digno para todos en el Departamento de General San Martín en los años ‘90.
Aquí se acaba toda confusión. ¿Habrá alguien que diga que no hay condiciones para esto?
Si en los peores momentos de la época menemista, el PO teniendo una milimésima parte de las fuerzas que hoy tiene, apoyado en el heroísmo y la combatividad de los obreros de Mosconi, puso en pie el Congreso de Trabajadores Ocupados y Desocupados del Departamento General San Martín y puso en pie un programa revolucionario, el de los 21 puntos, por el cual también luchamos los trotskistas…
Un programa que conmovió, en enormes combates, a la provincia y a todo el país…¿por qué ahora el PO que es la mayoría indiscutida de los explotados allí, no subleva esas enormes fuerzas para que la clase obrera argentina tenga en Salta el bastión de lucha contra la burocracia sindical, para avanzar en reabrir el camino a la huelga general, para derrotar en las calles al kirchnerato, continuador del menemato, lacayo de Wall Street?
¿Qué va a hacer el PO, va a mandar a sus militantes a hacer listas opositoras en los sindicatos que no agrupan a más de un 15 o 20% del movimiento obrero salteño, e inclusive donde la burocracia con el fraude le cerrará el camino a la victoria?
Hay más de 6000 trabajadores procesados y los compañeros de Las Heras han llamado a un plan de lucha y a la huelga el 12 de diciembre contra el tribunal videlista que los quiere condenar.
El PO con sus enormes fuerzas en Salta, llamando a un reagrupamiento de fuerzas junto a todo el FIT del país ¿proclamará que el 12 de diciembre se paran las escuelas, las petroleras, el tabacal, los hospitales de toda la provincia?
El crecimiento del FIT en Salta demuestra que se están abriendo las condiciones para un nuevo reagrupamiento de las filas obreras, para organizar una gran lucha.
Esta es la aspiración que tienen los obreros que votaron al FIT en toda la Argentina: entrar a la lucha, sacarse de encima a la burocracia sindical. ¿O alguien cree que los obreros están convencidos de que con 4 o 5 diputados de la izquierda pueden conseguir un aumento de salario?
Por eso afirmamos que, luego del triunfo electoral y las elecciones resonantes en Salta, el FIT se encuentra ante un dilema: o ser organizadores de los combates de la clase obrera hacia la revolución socialista o ser enfermeros del capital en bancarrota.
Nuevamente sobre el cretinismo parlamentario
Nuevamente sobre reforma y revolución
Ya hemos demostrado una y mil veces que la utilización del parlamento de forma revolucionaria persigue el objetivo de demostrar a los obreros que sólo se resolverán sus problemas en las calles, confiando en sus propias fuerzas, tomando el poder. Se trata de utilizar la tribuna parlamentaria para marcarles ese camino. Se trata de cavar una trinchera en el terreno del enemigo, como es el parlamento burgués, para despertar desde allí el más absoluto desprecio de todos los explotados a todas las instituciones de la burguesía y a la incapacidad de todas ellas para resolver sus problemas inmediatos.
El movimiento revolucionario está plagado de experiencias de intervención revolucionaria en el Parlamento, como lo tienen la III y la IV Internacional. La dirección del FIT no lo ignora.
Volvamos al triunfo enorme del FIT en Salta, que demuestra que ya no hay ninguna barrera entre los obreros más avanzados que votaron al FIT y la amplia mayoría de la clase obrera, que aplauden el triunfo del FIT y festejan, que los buchones de la burocracia en las fábricas, andan con la cabeza gacha.
Esas son las enormes fuerzas que el FIT se viene negando a organizar y por la que luchamos por poner en pie los militantes trotskistas por la IV Internacional.
¡Como decía, Lenin se trata de que la clase obrera tome en sus manos la resolución de todos sus problemas!
Siguiendo las enseñanzas reformistas del MAS en los ‘90, el FIT ya ha empezado a afirmar que una enorme corriente socialista está heredando la crisis del peronismo. La clave, que la dirección del FIT no se ha puesto a pensar, es que cada vez que la burguesía y el estado han perdido el control de la clase obrera a través de las instituciones de dominio y sus partidos burgueses, lo que ha venido no ha sido más democracia sino la más salvaje y dura represión, como sucedió con el “Rodrigazo” en el ‘75, cuando la clase obrera hizo una huelga general contra Isabel Perón, lo que vino después fue un baño de sangre con la dictadura de Videla. O, lo que viene es una revolución, como en el 2001, cuando al grito de “que se vayan todos, que no quede ni uno solo” con lucha revolucionaria en las calles, las masas derrotaban y echaban al gobierno de De La Rúa, que ellas mismas habían votado y conquistaban su independencia política, de forma masiva. Cuestión que luego fuera expropiada por el kirchnerismo con el apoyo de los Castro, las burguesías bolivarianas y la izquierda del régimen.
El FIT ha dicho que piensa intervenir en el debate del Parlamento frente a la crisis del kirchnerismo que se avecina. ¿Le dará el derecho a las masas de actuar como en el 2001 y derrotar en las calles al grito de “que se vayan todos y no quede ni uno solo”, al gobierno kirchnerista en los durísimos combates que se avecinan? ¿Impulsarán esta salida, tan necesaria y favorable a las masas o serán la “pata socialista” que estabilice a este régimen infame y a la transición política? Eso está por verse.
Si la dirección política del FIT impone su impronta será un límite al combate independiente de las masas. Y si priman los centenares de miles de obreros de vanguardia que buscan un camino distinto, una nueva perspectiva se habrá abierto para la clase obrera argentina.
Si no revierte su política estaremos ante una nueva frustración de los obreros revolucionarios, porque si los obreros creen que pueden resolver como individuos votando en un cuarto oscuro y luego sumándoles todos los votos paran el ataque de la burguesía, consiguen vivienda, resuelven su jubilación y un salario digno… ¿para qué hacer entonces asambleas, huelgas generales, piquetes, derrotar a la burocracia e inclusive una revolución socialista que es innombrable en los discursos del FIT… si con votos se para el ataque?
“Y vamos a ser gobierno en la provincia” afirman en Salta… Muy posiblemente, pero la cuestión es esta: ¿vamos a expropiar todas la tierras sojeras de Salta sin pago, recolonizarlas y ponerlas a producir por el movimiento de desocupados que fue la vanguardia de la clase obrera argentina durante el menemato como los piqueteros de Mosconi y que hoy trabajan como esclavos levantando cosechas en toda la Argentina, dejando a sus hijos y familias?
Si por combatir por trabajo digno, dejaron la vida en las rutas Verón, Maldonado, dejando manchadas de sangre las rutas de Salta a manos de la Gendarmería… qué no hará entonces esta oligarquía chupacirio, narcotraficante, sojera y de las empresas imperialistas de Salta, si los trabajadores osan tocarle, no digamos su propiedad, sino sus negocios y sus ganancias. ¿Cómo prepara el FIT a los obreros frente a este ataque brutal que prepara el gran capital? ¿O gobernará la provincia con la policía de Urtubey? ¿Llamará ya a poner en pie comités de vigilancia obrera desde los sindicatos, las organizaciones vecinales, estudiantiles, para que el pueblo mayoritariamente se defienda a sí mismo?
¿Vamos a hacer como llamaban los piqueteros revolucionarios y su programa de 21 puntos desde Salta a unir las filas obreras para conquistar una huelga general? ¿Vamos a llamar en “Salta la trotska” (como ahora la llaman los periodistas burgueses sin inquietarse en lo más mínimo) a los soviets, a poner en pie un congreso obrero en El Tabacal, en el movimiento piquetero, entre los docentes, los petroleros? ¿Vamos a llamar a disolver a esa casta de jueces y a la policía asesina de Salta? Por la ruta que viene el FIT sólo van a lograr ser buenos y honestos administradores en los gobiernos que le salvan los intereses a la burguesía… Para eso podrían competir con Binner.
Estas cuestiones debe aclararlas rápidamente la dirección de FIT puesto que su crecimiento es geométrico, es que ya son millones los trabajadores que no aguantan más esta situación ni a la burocracia sindical. Ya no se trata sólo del FIT, se trata de la clase obrera.
El petróleo de Salta es saqueado por las transnacionales. Con semejante peso allí dado por los trabajadores ¿llamará el FIT a expropiar a todas las petroleras y a Chevron entre ellas?… Silencio… Los piqueteros del Norte de Salta decían que no querían ser desocupados, que querían trabajo digno y exigían un turno más para entrar a trabajar todos en las petroleras con salario digno. ¡Eso decían en su programa de los 21 puntos, que inclusive escribió el PO con ellos!
El PTS, el otro integrante de la dirección de FIT, tampoco se ha andado con chiquitas en la borrachera electoral que los embriaga. En boca de su nuevo diputado provincial en Buenos Aires, Cristian Castillo, haciéndose eco de lo que dijo un periodista de La Nación, ha dicho: “…la perspectiva de un ajuste encuentra un límite en el voto del Frente de Izquierda” (La Verdad Obrera, 31 de octubre).. Esto es una burla a los trabajadores. ¡Que Castillo y los periodistas de La Nación vayan a comprar la carne, la yerba y el pan a ver si su triunfo paró en algo el ataque! ¡Que se presenten en el subterráneo y digan: a $3,50 no y lo consigan con su triunfo electoral! Un dislate que ningún obrero consciente puede creer. Quizás, es que todavía no asumieron y habrá que esperar hasta diciembre para que bajen los precios.
Ni uno, ni dos, ni 40 millones de votos pueden limitar a la burguesía cuando ésta se ha decidido a defender su propiedad de la clase obrera. La cruel historia de los golpes contrarrevolucionarios de Videla, de Pinochet, dan cuenta de eso. La borrachera electoral hay que terminarla.
La historia del proletariado está repleta de socialistas que quisieron ponerle un límite a la burguesía con el voto, y sólo le prepararon las más crueles de las derrotas al proletariado. Vimos a un PT en Brasil con millones de votos, llevar a la más grande hambruna al proletariado y entregar la nación al imperialismo. En Chile vimos al socialista Allende, sostenido por los hermanos Castro, hablar de vía pacífica al socialismo, que terminó con un baño de sangre para la clase obrera chilena.
Como toda corriente pro socialdemócrata, la dirección del FIT se dedica a estrangular y limitar las tareas democrático-revolucionarias y antiimperialistas de la clase obrera, más allá de un tímido “No al pago de la deuda externa”.
¿Por qué no llamar a enfrentar y derrotar al MERCOSUR, al UNASUR, al CELAC y oponerles la lucha por los Estados Unidos Socialistas de Centro y Sudamérica?
Los socialistas ¿Se integrarán a la OEA, al UNASUR, al CELAC, al TIAR, si ganan las elecciones? Callan esto por las buenas relaciones que tienen establecidas con las burguesías bolivarianas y con los hermanos Castro que están entregando Cuba al imperialismo.
El Kirchnerato saldrá de la escena histórica, sostenido por la oposición gorila, no sin antes declararle una guerra a la clase obrera argentina, que ya empezó con 6500 procesados.
Hablemos claro, los explotadores, los de arriba, sólo pueden retroceder con una gran lucha en las calles de todos los explotados, con los paros, los piquetes, la movilización revolucionaria, conquistando sus organismos de autoorganización, y con la clase obrera preparándose para la toma del poder. Porque los capitalistas retroceden o ceden concesiones cuando ven amenazada su propiedad y su dominio.
El Partido Obrero afirma “… el Frente de Izquierda debe hacer frente a una transición del régimen vigente –la cual es, por naturaleza, una etapa de crisis de todo orden y de agitación en los medios populares. Se anuncia un parlamentarismo ´caliente´, con independencia de su mediocridad, en el cual el Congreso será forzado a participar del arbitraje político” (29/10, Altamira y Solano, negritas nuestras). Esto es embellecer y maquillar con una envoltura democrática al Parlamento de los explotadores. Un parlamento que se ha revelado como una escribanía de Wall Street.
¿Qué significa arbitraje político? ¿Cómo se reparten el botín las pandillas imperialistas? Ya vimos que eso se hace muy lejos del parlamento. Pero suponiendo que el parlamento es el árbrito, y las pandillas imperialistas se dispongan a debatir a la luz cómo saquean la nación y esclavizan a los trabajadores. Supongamos que esa película de ciencia ficción pase por el parlamento donde está el FIT ¿Qué harán? ¿Arbitrarán? ¿Protestarán? ¿Pedirán algo para los trabajadores?
Los próximos acontecimientos en Argentina, no pasarán por el parlamento, como ya dijimos que -en una nación atada con dobles y triples cadenas al imperialismo como la Argentina- el congreso es de cartón pintado, sino que se resolverá en las reuniones secretas entre los banqueros imperialistas, la embajada norteamericana, la UIA y la Sociedad Rural, a espaldas de las masas, en los ministerios y en las trenzas políticas con el partido judicial, de los jueces y fiscales sirvientes de Wall Street.
Lo decisivo en la vida de las masas es el salario y el trabajo, y estos no se decide en el parlamento de los explotadores, sino que se fijan con las cámaras patronales y un puñado de burócratas sindicales en una oficina del Ministerio de Trabajo.
Los próximos acontecimientos se definirán en los choques entre las clases, en las calles y en las fábricas, pues allí la burguesía tiene que atacar decididamente para derrotar a la clase obrera e imponer sus planes de hambre, miseria y saqueo. La guerra de clases, la burguesía y sus pandillas ya la han declarado a los trabajadores. Los 6500 procesados, la carestía de la vida, el saqueo del banco central, la inflación, no se aguantan más.
El programa y la praxis del FIT una ruptura con el programa del socialismo revolucionario
Tras los pasos del NPA, los socialistas regulacionistas franceses
Durante todo este tiempo, muy valioso para utilizar la campaña electoral para reagrupar a la clase obrera, el Frente de Izquierda abandonó el programa de la Revolución Socialista y toda lucha antiimperialista, consecuente y hasta el final. Trotsky en su libro “¿Adónde va Francia?” marcaba con claridad la diferencia entre las concepciones de los reformistas, que se escudaban tras un ropaje rojo, y la de los revolucionarios.
El stalinismo en los 30 estaba, viendo el programa del FIT de hoy, a la “ultraizquierda” y planteaba:
“Combatiendo cada día para aliviar a las masas laboriosas de las miserias que les impone el régimen capitalista, los comunistas subrayan que la liberación definitiva no puede ser lograda más que por la abolición del régimen capitalista y la instauración de la dictadura del proletariado”. (Por lo menos el stalinismo para las calendas griegas planteaba la lucha por la dictadura del proletariado).
A esta fórmula adoptada por los stalinistas que dejaba la lucha por la revolución socialista, es decir por el poder y la dictadura del proletariado para un futuro lejano, Trotsky le oponía la siguiente:
“La fórmula política marxista, en realidad, debe ser la siguiente: Explicando todos los días a las masas que el capitalismo burgués en putrefacción no deja lugar, no ya para el mejoramiento de su situación, sino incluso para el mantenimiento del nivel de miseria habitual; planteando abiertamente ante las masas la tarea de la revolución socialista como la tarea inmediata de nuestros días; movilizando a los obreros para la toma del poder; defendiendo a las organizaciones obreras por medio de las milicias, los comunistas (o socialistas) no pierden, al mismo tiempo, ni una sola ocasión de arrancar al enemigo, en el camino, tal o cual concesión parcial o por lo menos impedirle rebajar aún más el nivel de vida de los obreros” (“Una vez más ¿Adónde va Francia?”, León Trotsky, marzo de 1935).
Los dirigentes del Frente de Izquierda ocultaron la lucha por el socialismo y la revolución durante el proceso electoral, y ahora anuncian un “parlamentarismo caliente” y se preparan para conseguir triunfos en gobernaciones, como si estuviera por delante más democracia y libertad y no un recrudecimiento de la guerra que los explotadores han lanzado contra todo el movimiento obrero y las masas.
El capitalismo en bancarrota a nivel internacional, busca en todos los rincones del planeta, crear las condiciones de explotación y saqueo para salir de su propia crisis.
Hasta la propia clase obrera de los países imperialistas ha sido llevada a condiciones laborares latinoamericanas y africanas.
El origen de este FIT no es nada distinto a los autoproclamados partidos anticapitalistas como en Francia, o a las corrientes socialistas de Londres. Cuando se derrumbó Wall Street, corrieron a usurpar el nombre de “anticapitalistas” pero para contener por izquierda a las masas para que no triunfe la revolución socialista que derrote al capitalismo. Sus consignas fueron “presionar” a los banqueros y a los gobiernos imperialistas para que no ataquen salvajemente a las masas, como lo hicieron. Desgastaron las enormes energías de las masas con consignas como la de “morigerar el ajuste”; impulsar planes “anti-austeridad”. Ellos venían a “regular” la crisis del capital, para que, en su derrumbe, este no aplaste a las masas. Intentaron convencer a los explotados de que se podía hacer una “Europa social” con Maastricht, que no es más que una unidad circunstancial de las distintas potencias imperialistas que se disputan y se asocian para conquistar zonas de influencia y saquear a los pueblos oprimidos.
En Grecia, una corriente como el FIT, que sacara el 17% de los votos en las últimas elecciones está intentando convencer a los trabajadores de que se puede llegar al socialismo “vía las elecciones”, mientras el fascismo de Amanecer Dorado, aún no se han cansado de atacar salvajemente y cobrarse la vida de obreros inmigrantes y jóvenes rebeldes.
Estos partidos sólo le han dado un manto de socialista, anticapitalista de palabra, a los parlamentos burgueses para legitimarlos por izquierda.
Para dar un ejemplo, el NPA francés (donde militan activamente corrientes que integran el FIT), en el 2009, sacó cerca del 10% de los votos en Francia, los obreros se tomaban las fábricas de las transnacionales que cerraban y se relocalizaban en todo el mundo. Grecia estaba en llamas y Sarkozy, en Francia, insistía en atacar a los trabajadores y a los estudiantes.
El imperialismo francés necesitó de estos partidos “anticapitalistas” y sus millones de votos puesto que estos capitalizaban y llevaban a la vía parlamentaria enormes procesos de radicalización de masas.
Entre el llamado partido “anticapitalista” francés, llevando a las masas a la vía parlamentaria, y el stalinismo, estrangulando los procesos de combate en las calles desde la dirección de la CGTP, llevaron a un callejón sin salida a las enormes luchas de la clase obrera francesa, con la que ésta enfrentó el brutal ataque que lanzaron los banqueros y el capital financiero para arrojarle, inclusive a su propia clase obrera, toda la crisis que ellos habían provocado.
La marea de lucha retrocedió, millones de obreros se desmoralizaron o quedaron desocupados ¿qué pasó con el NPA? Tres años después, con el movimiento obrero en retroceso, con su ala izquierda desmoralizada, no sacó ni el 0,5% de los votos y hoy está en una abierta retirada y bancarrota.
La burguesía imperialista francesa estabilizó su situación. Le tiró toda su crisis a las masas y, para esta época de “paz”... de los cementerios… el NPA ya no le era necesario.
Vino un tal Melechón, que dirigió un frente con los desechos del stalinismo y la socialdemocracia y, estos reformistas de derecha, sacaron el 12 y 15% de los votos.
El FIT no ha entendido que sus votos expresan, de forma distorsionada, aún en el terreno electoral, una tendencia a la polarización entre las clases. El grosor de un hilo es lo que está amenazando la “paz social”. Las clases no se soportan más. Los de abajo no soportan más pagarle el ciclo de expansión a los de arriba. Y los de arriba no pueden sostener sus ganancias sin terminar de dar una nueva vuelta de tuerca en la explotación de la clase obrera y en el sometimiento de la nación al imperialismo. Choques decisivos se aproximan.
Los de arriba se han preparado para la guerra y ya tienen rehenes de la clase explotada. 6.500 dirigentes obreros se encuentran procesados, algunos de ellos presos, y otros con la pistola en la sien de la cadena perpetua. La burguesía ya tiene su comando en jefe en la casta de jueces, en sus comandantes de operaciones Berni y Milani. Mientras aún están desaparecidos Julio López, Daniel Solano y Luciano Arruga.
La dirección del FIT ha demostrado ser incapaz de preparar a los explotados para la guerra de clases que está en curso.
Ha llegado la hora de que los trabajadores, luego de llevar diputados socialistas al parlamento, votemos por nosotros para unir a 13 millones de explotados en el combate contra los explotadores y la sujeción de la nación al imperialismo.
Un nuevo reagrupamiento de las filas obreras se vuelve imprescindible. Los jefes de la burguesía ya comienzan a hablar el lenguaje del látigo de la represión y ha llegado la hora de que la clase obrera hable el lenguaje de la revolución.
La dirección del FIT está ante una disyuntiva y debe optar.
Es que para la dirección del FIT parecería ser que ahora el nuevo apotegma socialista es que “la historia de la humanidad es la historia de la lucha de los socialistas y sus discursos en los Parlamentos burgueses”. Nosotros seguiremos insistiendo a los obreros que los han votado y a los millones que entraran al combate sin esperar una nueva elección que confíen sólo en su lucha, en su fuerza y en su autoorganización, puesto que afirmamos junto con Marx que “la historia de la humanidad es la historia de la lucha de clases”. (Manifiesto Comunista, programa de la I Internacional)•
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