HUNGRÍA 22 de enero de 2019
Contra la Europa imperialista y sus maquilas en el Este Europeo, la clase obrera se pone de pie....
¡FUERA ORBAN! ¡ABAJO LA “LEY DE ESCLAVITUD”!
El 12 de diciembre el gobierno de Victor Orban, del conservador partido Fidesz-Unión Cívica Húngara aprobó en el parlamento la llamada “ley de esclavitud” que aumenta de 250 a 400 el límite de horas extras anuales, lo que significa un aumento de un día más de trabajo por semana o 2 meses más de trabajo por año. ¡Y encima la ley establece que el patrón no está obligado a pagar esas horas extras, sino que tiene un plazo de 3 años(!!!) para hacerlo! Este gobierno xenófobo que se niega a recibir inmigrantes y condena con un año de cárcel a aquel que ayude a un refugiado o un inmigrante “ilegal”, argumenta que no hay suficiente mano de obra para las trasnacionales y necesita imponer esta ley para superexplotar la mano de obra altamente calificada de Hungría, en particular en el sector automotriz.
Los trabajadores húngaros han mocionado en las calles que no quieren ser esclavos. Con movilizaciones masivas, piquetes, cercando el Parlamento y la sede del canal de TV estatal, con combates de barricadas enfrentando una brutal represión, la clase obrera húngara lucha contra este ataque, dejando decenas de detenidos.
Al grito de “¡Que se vaya Orban!” y “¡Dictador!” colmaron Budapest y distintas ciudades de Hungría en decenas de jornadas de lucha desde que se aprobara la ley. El 5/1 fue una de las más multitudinarias, reuniendo 15 mil personas sólo en Budapest. “Estamos hartos y no pararemos”, exhortaban los manifestantes, entre los que había gran cantidad de jóvenes, que prometen que el 2019 será “el año de la resistencia” en Hungría. Estas acciones no fueron organizadas por ningún sindicato. ¡Viva la lucha de la clase obrera húngara!
Después de un mes de lucha, la Central Sindical Húngara amenazó con convocar a una huelga general para este 19/1, pero a pesar de que este sábado desde el sindicato sólo se limitaron a la lectura de una carta a Orbán reclamando la derogación de la ley, aumento de salario y reforma de las leyes que rigen el derecho a huelga y las jubilaciones. fueron miles los que coparon las calles de 60 ciudades entre ellos un gran numero de jóvenes y estudiantes, los obreros del sector automotriz comenzaron a imponer paros por sector, como los 4 mil obreros de la planta de fabricación de Audi que pararon 2 horas el último viernes exigiendo mejores condiciones laborales y aumento de salario. Y una vez más los líderes sindicales debieron afirmar que si el gobierno no deroga la ley, convocarán a la huelga general los primeros días de febrero.
¡Abajo Orban y el presidente János Áder! ¡Abajo la “ley de esclavitud laboral”! ¡Hay que poner en pie los consejos de fábrica, milicias obreras y comités de soldados, para ejercer la democracia de la mayoría del pueblo oprimido!
Hungría es una nación europea colonizada por el Maastricht imperialista, el FMI y los yanquis. Tiene una deuda pública de más de 90 mil millones de euros (74% del PIB) con el FMI, que desde los ‘80 endeudó a los países del este europeo como Rumania, Georgia, Ucrania, etc. y está en la OTAN (tiene una base de reserva aérea y fuerzas terrestres de reserva de acción rápida). Y a su vez, está “integrada a la UE”, pero como una republiqueta de segunda donde los piratas imperialistas facturan en euros y dólares sus superganancias, pero los trabajadores cobran salarios de miseria en florines devaluados (285 euros, contra 1500 en Alemania y Francia). Por eso casi el 10% de la población migra en busca de mejores salarios en la Europa imperialista.
Hungría, con más de 700 plantas de Audi-Volkswagen y Suzuki (Volkswagen tiene el 20% de sus acciones), Mercedes, GM, BMW, Daisler, se ha convertido en una verdadera maquiladora principalmente para Alemania, que maneja el 60% de la producción automotriz del planeta. El 90% de los vehículos fabricados se exportan porque los obreros húngaros no pueden comprar autos nuevos. El 86% de las exportaciones van dirigidas a países europeos y Alemania recibe el 39%. Y hoy a estallado el justo odio de los obreros húngaros.
Mientras los lacayos de izquierda de la burguesía imperialista europea como Syriza y Podemos, Varoufakis con su plan B y también el SWP inglés y el NPA francés, hablan de “reformas” y llaman a pelear por “más democracia” y un “Maastricht más social”, la lucha de los trabajadores húngaros deja al desnudo una vez más que, el Maastricht imperialista convirtió al Este Europeo en una gran maquiladora. Los explotados húngaros están a la vanguardia de esta lucha, como en 2010 los trabajadores rumanos al grito de "queremos ganar como en la Renault de Francia". O los mineros ucranianos que en 2014 plantearon una salida para el conjunto de los obreros de Rusia, Europa y el mundo con su demanda “Queremos que vuelva la URSS”.
Este ataque a los explotados húngaros es parte del ataque centralizado del imperialismo contra el proletariado mundial, para imponer las peores condiciones de explotación y arrancarle mayor productividad del trabajo a su clase obrera y a los trabajadores de los países que han semicolonizado.
Los combates en Francia contra el impuestazo, como antes contra la reforma laboral, muestran el camino para enfrentar el ataque de los piratas imperialistas contra la clase obrera.
¡Golpeemos como un solo puño al Maastricht imperialista! ¡Queremos salarios dignos! ¡Queremos recuperar la jornada de 35 hs!
¡Para que la clase obrera viva, el imperialismo debe morir!
¡Que vuelva la Hungría de los consejos obreros del ´’56, sin la burocracia stalinista que aplastó el inicio de la revolución política!
¡Que vuelva la URSS revolucionaria sin burócratas stalinistas ni entregadores del socialismo!
¡Por la unidad de la clase obrera en su lucha revolucionaria de Portugal a las estepas rusas!
¡Por los Estados Unidos Socialistas de Europa!
Nadia Briante y Clara Varga