8 de marzo: Día Internacional de la Mujer Trabajadora
Crónica de una nueva jornada de lucha
8M en Madrid
El 8M congregó a miles en distintos países por demandas como el aborto legal, seguro y gratuito, la consigna de “niñas no madres” contra los femicidios, abusos y las violaciones, contra el trabajo doméstico no remunerado, la triple explotación de la mujer trabajadora, entre otras demandas.
En el caso del Estado Español las mujeres trabajadoras le impusieron el paro por dos horas a las burocracias de las CCOO y la UGT. Tanto en Chile como en Argentina las movilizaciones congregaron a miles en las calles y en el caso de Bolivia las mujeres obreras de la construcción tomaron la delantera de la marcha en La Paz contra la triple explotación y la desigualdad salarial al grito de “¡Nosotras trabajamos fuera y dentro del hogar!”.
En Turquía, a pesar de que el gobierno de Erdogan prohibió la movilización, esta tuvo lugar por la noche bajo la consigna de “no tenemos miedo” y se enfrentó a una brutal represión policial.
La movilización en Francia comenzó a las 15.40, hora a partir de la cual se considera que, debido a la brecha salarial, las mujeres francesas empiezan a trabajar gratis.
Este día internacional de la mujer trabajadora, llamado bajo la consigna de “paro internacional” sin embargo no pudo concretarse de este modo. En enormes franjas del planeta, allí donde se encuentran batallones centrales de la mujer trabajadora, los sectores más explotados y oprimidos, esta jornada no impactó. No lo hizo en Bangladesh donde las obreras textiles vienen de profundizar una enorme lucha contra las transnacionales más poderosas de la industria; como tampoco en la India donde las mujeres trabajadoras también protagonizaron enormes luchas; ni en los focos de la resistencia como en Yemen, en Siria, en Palestina.
Esto se debe a que la dirección de este movimiento está encabezada por corrientes tales como el PODEMOS de España, profundamente socialimperialistas, que niegan a una enorme porción del sector femenino de la clase obrera que se encuentra en el mundo colonial y semicolonial.
Ellos ocultan el rol de su propio imperialismo que impone el saqueo, el hambre, la superexplotación y el coloniaje en Asia, África, Magreb y Medio Oriente como lo hacen en América Latina. Ellos silencian que los problemas más acuciantes de la mujer trabajadora solo pueden resolverse expropiando a los parásitos imperialistas que se quedan con todas las riquezas del planeta. Niegan que estas demandas deben ser tomadas en primer lugar por la clase obrera de los países imperialistas, planteando que el enemigo está en casa, en una lucha común con sus hermanos y hermanas del mundo colonial y semicolonial.
Ellos encubren a las burocracias sindicales que son una barrera esencial para que la clase obrera irrumpa con todas sus fuerzas y encabece a los explotados en todo el mundo. Se niegan a poner las demandas del sector más oprimido, el de la mujer trabajadora, como la principales de la clase obrera. Así, por ejemplo en el caso de Argentina la burocracia sindical se negó a convertir esta jornada en un puntapié y contraofensiva de la clase para golpear con la huelga general al gobierno de Macri y a los partidos patronales que ejecutan el brutal ataque del FMI, que es un golpe económico a la clase obrera; impidieron que la clase trabajadora sea la que acaudille este movimiento.
En tanto y en cuanto la clase obrera con las trabajadoras textiles, metalúrgicas, del plástico, alimenticias a la cabeza, tome la dirección de este movimiento, con sus métodos de lucha, se pondrán sobre la mesa las demandas más profundas que tiene la mujer trabajadora, empezando por terminar con el trabajo gratuito del hogar y la crianza de los hijos, es decir, por terminar con la triple explotación con la que los capitalistas se ahorran miles y miles de millones al año.
Nuevamente han quedado expuestas dos estrategias contrapuestas para este movimiento. El camino de la colaboración de clases y las reformas sin reformas que le quieren imprimir la burguesía y las direcciones traidoras; o el camino de la revolución proletaria que plantea blanco sobre negro la necesidad de acabar de una vez por todas con este sistema que nos hunde en la miseria, expropiando al 1% de parásitos que se quedan con el 50% de las riquezas mundiales. Este es el único camino para terminar verdaderamente con la explotación y la opresión de la mujer trabajadora y otorgarle todas sus demandas más sentidas, como quedó demostrado en la revolución rusa de 1917, en la revolución china de 1949 y en la revolución cubana de 1959.
Los carniceros imperialistas quieren robarse un día de lucha de la clase obrera, conquistado con sangre y combates
En 1975, la ONU resolvió declarar el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Tal como lo hacen con el Primero de Mayo, la burguesía quiere apropiarse de un día de lucha de la clase obrera que se conquistó con durísimas batallas, un día de combate socialista que fue desde sus inicios una lucha contra este sistema putrefacto, como el 8 de marzo de 1917 cuando las obreras textiles rusas encabezaron la huelga contra el hambre y la guerra imperialista, en la primera jornada de la revolución de febrero, que culminara en octubre con la toma del poder del proletariado con la revolución socialista.
En las metrópolis europeas, hoy este movimiento intenta ser capitalizado por la burguesía imperialista, la misma que condena a la opresión extrema, a la muerte con sus guerras de coloniaje y saqueo, y al trabajo esclavo de las mujeres de los países coloniales y semicoloniales, al mismo tiempo que lanzan el más brutal de los ataques y flexibilización laboral al conjunto de su clase obrera.
En Francia, el gobierno dice impulsar una “agenda feminista” y Macron aprovechó la jornada del 8M para entregar por primera vez el premio Simona Veil, de 100 mil euros, otorgado a la activista camerunesa Aissa Doumara, por su campaña contra los matrimonios forzados.
Además el 1 de marzo entró en vigencia la obligación para las empresas de hacer pública la diferencia salarial entre hombres y mujeres.
En el Reino Unido no se celebró este 8M una movilización central. El Parlamento
Británico ondeó la bandera del Día Internacional de la Mujer. La laborista Jess Phillips leyó la lista de las 130 mujeres víctimas de violencia de género fallecidas el último año. Durante siete minutos se hizo silencio en la Cámara.
En la Alemania de la dama de hierro Merkel, Berlín se convirtió en el primer Estado federado y el único del país, en declarar el 8 de marzo como un día festivo. El Gobierno federal con sus ministerios y otras dependencias oficiales como el BND (la agencia de espionaje exterior) no trabajaron. La canciller Ángela Merkel y el resto de sus ministros no acudieron a sus despachos
¡Estos piratas imperialistas quieren robarse nuestro día de lucha y convertirlo en un día de fiesta para que la clase obrera no salga a la lucha a enfrentarlos!
¡El 8 de marzo es un día internacional de lucha, socialista y de combate de la clase obrera! ¡Fuera las manos de los piratas imperialistas y sus socios menores de nuestro día de lucha!
El grito contra el feminicidio más grande del Siglo XXI perpetrado por Al Assad, Putin y Trump, el de la mujer de la resistencia siria, se hizo escuchar en las calles de Buenos Aires, Madrid, La Paz
Este 8 de marzo, como parte de las jornadas que se dieron en distintas partes del mundo en el octavo aniversario del comienzo de la revolución siria (el 15 de marzo) y como parte de la jornada del día internacional de la mujer trabajadora, la columna compuesta por compañeras de Paso a la Mujer Trabajadora y de Avanzada Obrera en Buenos Aires, Argentina, levantaron la voz de las heroicas mujeres de la resistencia siria, masacradas, violadas y condenadas al exilio o viviendo como parias en su propia tierra junto a sus hijos por los verdaderos criminales de guerra de Al Assad, Trump y Putin, quienes perpetran el feminicidio más grande del siglo XXI.
La denuncia contra este genocidio, la voz de la mujer siria, palestina, yemení; la lucha por la libertad de los presos políticos del mundo, junto a la denuncia a la traición de la burocracia sindical carnera, fueron las consignas y la lucha que esta columna envió desde las calles de Buenos Aires, del Estado Español y de Bolivia al grito de:
¡Fuera Trump, Al Assad y Putin de Siria!
¡De pie junto a las mujeres de la resistencia siria!
¡Libertad a las 7.000 mujeres torturadas con sus hijos en las cárceles del perro Bashar!
¡Libertad a Sepidh Goliat, Jafar Azimzadeh y Esmail Backhshi, luchadores encarcelados por la teocracia iraní!
¡Viva la rebelión de los esclavos chinos! ¡Aparición con vida de Yue Xin y todos los obreros desaparecidos por luchar! ¡Libertad a Gu Jiayue y todos los presos políticos!
¡Xi Jinping asesino! ¡Abajo el régimen fascista!
ELIZA FUNES
La lucha de las socialistas revolucionarias en este
Día Internacional de la Mujer Trabajadora:
¡De pie junto a las mujeres de la
resistencia siria contra Al Assad,
Putin y Trump,
los mayores
feminicidas del Siglo XXI!
Estado Español
Movilización en Madrid
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Argentina
Marcha en Buenos Aires
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Clarin, el diario de mayor tirada de Argentina, da cuenta del combate por la revolución siria y sus mártires
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Bolivia
Movilización en La Paz
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Las obreras de la construcción encabezan la marcha
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