Polémica - 21 de junio de 2019
El programa del FIT y un “olvido” escandaloso: el silencio ante la masacre del fascista Al Assad en Siria
El FIT revive la teoría de los dos demonios frente al terrorismo de estado de Al Assad, que con Putin masacran al pueblo sirio, con la excusa del jihadismo y el terrorismo
El FIT-unidad presentó sus listas para las próximas elecciones y proclama la unidad de la izquierda Argentina. En su plataforma de los 20 puntos, se declararon en apoyo a la lucha de los trabajadores y el pueblo de Argelia, los chalecos amarillos de Francia, el pueblo catalán y por la “rebelión obrera y popular en todo el mundo” contra el imperialismo. Ahora bien, frente al genocidio del fascista Al Assad y Putin, quedaron en silencio.
Dicho silencio es porque la mayoría de los partidos que integran el FIT afirman que en Siria hay dos bandos reaccionarios iguales que se enfrentan entre sí. Esta es la teoría de los “dos demonios”. Es la misma teoría con la cual se intentó justificar el genocidio en Argentina durante los ’70, por dar un ejemplo. A la salida de la dictadura, la burguesía, para salvar a las fuerzas armadas asesinas, decía que los milicos videlistas eran tan anti-democráticos y asesinos como los “guerrilleros” que se habían sublevado, armas en mano, contra el estado.
Contra esta teoría, se levantó el movimiento de derechos humanos, la izquierda y organizaciones anti-imperialistas planteando que no se puede igualar la violencia de sectores del pueblo que se sublevan contra la opresión con la violencia que ejerce el estado, que posee todo el poder del gobierno, las armas, la justicia, etc.
Si en Argentina la ofensiva contrarrevolucionaria de la dictadura significó el genocidio y desaparición de más de 30.000 jóvenes y trabajadores, en Siria, más de 600.000 fueron masacrados por los bombardeos indiscriminados de Al Assad, que junto a Putin, con los cielos liberados por EEUU, no dejaron ciudad en pie.
Inclusive, ya está claro que el mismo ISIS fue enviado por EEUU, Israel y Al Assad para aplastar las ciudades del norte y este de Siria, como Raqa y Deir ez Zor, cuando estas cayeron a manos de las masas. El ISIS no fue más que un señuelo para poner en pie un “frente anti-terrorista” mundial, con el cual sometieron a los trabajadores de Francia, Alemania, España, Inglaterra, etc. a la teoría de los “dos demonios” o del “frente anti-ISIS”. En ambas militaron la mayoría de los partidos que componen el FIT.
El PO y el PTS –o el mismo MAS, que va por fuera de ellos- han llegado a sostener que lo único progresivo en Siria eran las YPG-PKK, es decir, el estalinismo, cuando en realidad son fuerzas comandadas por EE.UU. desde las bases de Rojava, que son el punto de apoyo de los yanquis para ocupar y saquear el petróleo del norte y este de Siria, en coordinación con Putin y Turquía.
Estamos frente a una posición islamofóbica que, en última instancia, sostiene que toda resistencia nacional y armada de las masas del Magreb y Medio Oriente contra el imperialismo, sus tropas invasoras y sus dictaduras contrarrevolucionarias. Azuzan contra el “jihadismo”, intentando ensuciar las guerras civiles de masas. Están utilizando la misma ideología que el imperialismo para justificar sus invasiones y las peores tropelías y saqueos.
Es por este mismo motivo que su programa tiene un segundo silencio escandaloso. Callan la invasión de EEUU a Afganistán con 140.000 hombres y el control yanqui de Irak con sus petroleras.
El FIT es entonces parte de un “frente anti-terrorista” internacional junto a los Partidos Comunistas que apoyan abiertamente a Al Assad. Parafraseando a los dirigentes del FIT, ellos combaten contra “un jihadismo aberrante”… pero Al Assad no les da asco ni les revuelve las tripas.
El FIT llegó muy lejos y no es de extrañar. En Brasil han llamado a votar y apoyado políticamente a Haddad, un candidato burgués que engañaba a los trabajadores sobre que “enfrentaba a Bolsonaro”, porque su jefe Lula hacía rato que se había puesto de rodillas ante el juez Moro. En Colombia, el FIT llamó a votar por Petro, un candidato socialdemócrata, que apoyó la política “anti-terrorista” del régimen colombiano, sostenido en las 7 bases militares yanquis de ese país, que está llevando a cabo desde hace décadas un genocidio de obreros y campesinos.
En Siria, el imperialismo intenta darle a las masas un escarmiento a nivel mundial. La política del FIT, como la de la izquierda aliada a Al Assad, es aislar a nivel internacional a las masas y la resistencia siria para que sean masacradas. ¿Cómo puede el FIT proclamar su apoyo a la revolución argelina en Medio Oriente y callar la masacre genocida en Yemen, el asesinato en masa del criminal de guerra Al Assad, etc.? Estamos ante una política anti-socialista, anti-obrera y reaccionaria, que rompe con toda estrategia de lucha por la independencia de la clase obrera de sus verdugos.
Por su parte, Izquierda Socialista, que dice apoyar la revolución siria, no se ha pronunciado ante este silencio atronador del FIT. Indudablemente su dirección reivindica la política del MAS de los ‘80, que abrazado al estalinismo en el Frente del Pueblo (un frente electoral en Argentina) callaba que era el mismo estalinismo el que estaba entregando la URSS y todos los estados obreros al imperialismo. Esto demuestra que el FIT-unidad es una cooperativa electoral, es decir, un acuerdo entre partidos “de izquierda”, sin siquiera los más elementales principios de clase, solo con el fin de conseguir bancas.
El silencio se tiene que terminar. Los obreros socialistas no pueden permitir que el FIT siga apoyando a Al Assad un solo minuto más. Al Assad es un fascista que masacra a su propio pueblo. Ejerce terrorismo de estado como el de Videla en los ‘70. ¡Se merece un tribunal de Nüremberg por criminal de guerra!
No le vamos a pedir al FIT-unidad que tengan un programa para que triunfe la revolución siria, pero sí que, por lo menos, defiendan un programa democrático hasta el final contra el terrorismo de estado de Al Assad, sostenido por Putin y el pacto de Ginebra-Astana con Turquía y EEUU, bajo el paraguas de la ONU. Lejos de acusar de “jihadistas” y “terroristas” a la resistencia, tendrían que declararlas ejército beligerante, y llamar a expulsar de todos los países a los embajadores fascistas de Al Assad. Ya es hora de que se termine el silencio cómplice con el genocidio sirio.