12/09/2019
Por una Mesa Coordinadora Nacional por la libertad
de los presos políticos y justicia por nuestros mártires
La patronal, el imperialismo, el gobierno de Macri, junto a los F-F y el conjunto de los partidos patronales, se disputan los votos en el circo electoral. Pero todos juntos se han unido para declarar una guerra contra las conquistas de la clase obrera y el pueblo pobre, poniendo bajo en el cadalso de la justicia a los sectores del movimiento obrero que no se han sometido al “pacto social” de la burocracia sindical y piquetera. Esa misma burocracia que ya se probó en Electrolux de Rosario, en la UTA-Córdoba, en Ecocarnes (San Fernando, GBA) y también lo vimos en estos días en Comodoro Rivadavia con la patota de la burocracia petrolera desalojando los piquetes de los docente y estatales a los palazos.
El Estado asesino, su justicia, sus servicios de inteligencia y fuerzas represivas han redoblado su ataque contra los trabajadores que nos levantamos en defensa de nuestros derechos. Los capitalistas vieron temblar el piso bajo sus pies en diciembre del 2017 y es por eso que, con un enorme instinto de clase están atacando al ala izquierda de la clase obrera.
Así, el gobierno de Macri ataca al corazón de la clase obrera que buscó darle respuesta al ataque del gobierno y el FMI, contra la ley de Reforma Previsional y la flexibilización laboral.
Daniel Ruiz lleva un año tras las rejas y ha comenzado una huelga de hambre en la cárcel de Marcos Paz, donde está preso por luchar en esas jornadas de diciembre, como lo estuvieron también durante meses los compañeros Diego Parodi, César Arakaki y Dimas Ponce, mientras que el compañero Sebastián Romero tiene un pedido de captura internacional por protagonizar junto a decenas de miles de trabajadores esa huelga general que estremeció al país a fines 2017.
Como parte del mismo ataque, avanzan sobre la vanguardia de los obreros del Astillero Río Santiago (ARS) de Ensenada, como sucede con el compañero Alejandro Villarruel de Avanzada Obrera-Lista Negra, que se encuentra procesado por el “delito” de opinar en una asamblea que había que enfrentar el ataque de Macri y defender el astillero, los puestos de trabajo y las conquistas históricas de los obreros.
Siguen con prisión domiciliaria Fiocchi, Mac Dougall, Barriano y Lázzaro ex choferes de la Línea Este de La Plata que lucharon en 2017 contra la superexplotación de la patronal de Corvelli que, en complicidad con la burocracia de la UTA, trabajaban 16 horas diarias, sin derecho a refrigerio ni un baño en las terminales. El 20 de septiembre comienza el juicio contra 5 choferes de la Línea 60 que se levantaron contra los despidos de la patronal de Monza en 2015 y que son reconocidos luchadores contra la burocracia de la UTA.
No sólo atacan al movimiento obrero, sino también a la vanguardia estudiantil combativa que, en 2018 tomaban las universidades y colegios en defensa de la educación pública y gratuita. Son doce estudiantes y dos docentes de la universidad de Río Negro procesados, veintisiete estudiantes universitario en Córdoba y tres estudiantes del terciario de la Normal Nro 5 más 45 padres de los estudiantes secundarios.
Facundo Jones Huala, dirigente mapuche de la Patagonia, por enfrentar a la oligarquía terrateniente de los Benetton y Lewis, lleva más de dos años detenido y hoy está cumpliendo una condena infame a 9 años de prisión en la cárcel del régimen pinochetista en Temuco, Chile, luego de ser extraditado por la justicia videlista al país vecino en septiembre del año pasado.
La sangre de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel siguen clamando justicia, como los compañeros Kostequi y Santillán y el conjunto de los mártires de nuestra clase asesinados por el Estado. Hay que enfrentar a esta justicia de los poderosos, que deja libres a los asesinos de los trabajadores, a los Chocobar que asesinan con el “gatillo fácil” a los hijos de la clase obrera mientras encarcelan y reprimen a los que nos levantamos en defensa de nuestros derechos.
Ya durante el kirchnerismo se condenaba a cadena perpetua y cárcel a los petroleros de Las Heras que luchaban contra el impuesto a las ganancias y por “a igual trabajo, igual salario” y echaban a la burocracia, elegían delegados rotativos y enfrentaban el saqueo de las petroleras imperialistas. Con esta condena sobre los obreros petroleros, pusieron una espada de Damocles en la cabeza del conjunto de los trabajadores y explotados que buscaban enfrentarse a los traidores de la burocracia sindical y el ataque del gobierno esclavista de los Kirchner.
En el gobierno de los Kirchner desaparecían a Julio López y Daniel Solano y con la justicia videlista-peronista-radical procesaban a miles de obreros por luchar. Mientras con las fuerzas represivas del Estado asesinaban compañeros como Fuentealba o los obreros del Indoamericano, con la banda de pistoleros de la burocracia sindical mataban a Mariano Ferreyra en el FFCC Roca con Pedraza y Reynaldo Vargas en Caleta Olivia con la burocracia petrolera de Vidal.
Este es el “pacto social” que buscan legalizar los Fernández durante su gobierno. Ellos no vienen a “castigar” a Macri, sino a profundizar el ataque contra los trabajadores y redoblar la entrega de la nación al imperialismo. Son los que llevan en sus listas a los asesinos de Kostequi y Santillán como es Felipe Solá, sosteniendo al gobierno de Arcioni que, junto a Macri y Bullrich, vienen de desaparecer y asesinar a Santiago Maldonado en agosto del 2017.
No podemos enfrentar sector a sector este ataque, ni podemos defendernos juzgado a juzgado. Necesitamos la unidad de los trabajadores y explotados que estamos siendo perseguidos, puesto que, con rehenes de nuestra clase e las cárceles del Estado y sin hacer justicia por nuestros mártires, no podremos defender nuestras conquistas que hoy la patronal, el gobierno y el imperialismo buscan liquidar.
Desde las organizaciones obreras arrancadas a la burocracia, desde el Sindicalismo Combativo, los centros de estudiantes y Federaciones Universitarias combativas, las madres y familiares que luchan por hacer justicia contra la policía del gatillo fácil, necesitamos poner en pie ya mismo una Mesa Coordinadora Nacional por la libertad de los presos políticos, el desprocesamiento de los más de 7500 luchadores y por justicia por nuestros mártires.