Presentación del Capítulo VIII:
Febrero de 2022
Con la invasión rusa, Putin y la OTAN preparan la partición definitiva de Ucrania
Primera Parte:
La antesala del ataque militar de Rusia a Ucrania
En este apartado del capítulo IIX, daremos cuenta de los acontecimientos que se desarrollaron en la antesala de la invasión de Putin que no fue un “rayo en cielo sereno”. La antesala de la ocupación de las tropas de Putin estuvo dada, como ya vimos en este trabajo, por una fuerte ofensiva del imperialismo norteamericano para retomar el control del mercado común europeo, que comenzaba a organizar el eje franco-alemán de Portugal a las estepas rusas. Un plan por el cual EEUU entrega a Ucrania como un peón para debilitar estratégicamente a la "Gran" Rusia.
Luego de 5 meses de guerra, esto está costando la destrucción de la infraestructura y de ciudades enteras de Ucrania y la toma de territorios ya de forma directa por parte de Rusia del corredor sur de Mariúpol hasta el Donbass.
El imperialismo norteamericano salió a defender su rol en el mercado mundial y para ello debía debilitar estratégicamente en Europa al eje franco-alemán que no solo le disputaba el “viejo continente”, sino también, desde allí, la “ruta de la seda” hacia China.
Hubo un antecedente de esta política agresiva de EEUU bajo el gobierno de Biden que fue cuando marchó con Inglaterra para arrebatarle a Francia el negocio multimillonario de la construcción de 14 submarinos de propulsión nuclear para Australia. El imperialismo francés respondía enviando tropas militares propias a Bulgaria y Rumania, para defender a sus grandes transnacionales instaladas allí y estar preparado y posicionado en Europa ante la ofensiva de EEUU hacia el Este del continente.
Alemania se preparaba para cortar la cinta de inauguración del Nord Stream 2. Ni bien lo hacía, debía suspender ese gasoducto.
Mientras tanto, las tropas de la OTAN ya estaban movilizadas en Europa del Este y Rusia comenzaba a enviar a su ejército a la frontera con Ucrania, tal como plantea la nota que publicamos del 25 de enero de 2022:
“Ucrania: negociación armada y tambores de guerra”
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Por su parte, con la invasión a Ucrania que ya estaba preparando, Putin quería demostrar que seguía siendo el agente que necesitaba el imperialismo para mantener esclavizadas y sometidas a las naciones que este explota, saquea y subyuga. Putin defiende las enormes riquezas de hidrocarburos, minerales y commodities que tiene Rusia. También defiende su aparato industrial-militar que heredó de la ex URSS. En este emplea, asimismo, la alta tecnología de Alemania y de Francia para desarrollarlo.
La "Gran" Rusia, por ahora, no es una colonia ni una semicolonia más, aunque dependa de la economía mundial capitalista. Continúa siendo un estado capitalista transitorio, dependiente del imperialismo, que intenta y necesita avanzar sobre él para salir de su crisis.
Por ello defiende su poderoso mercado interno que conquistó como socio de las inversiones de las distintas potencias imperialistas al interior de Rusia. Defiende el status quo actual que el imperialismo yanqui quiere romper a toda costa, tanto en Europa como en su camino a semicolonizar la "Gran" Rusia.
A Putin le sorprendió la ofensiva yanqui de pisar Ucrania para la OTAN, luego de que contara con el apoyo del propio imperialismo norteamericano para enviar sus tropas a masacrar a las masas de Kazajistán y a encarcelar a los dirigentes de esa enorme lucha obrera.
Sobre todo, al carnicero de Moscú lo indignó que luego de contener y desarmar Armenia y de entregarle Nagorno Karabaj a Azerbaiyán -lo que significó que la British Petroleum se quedara con todo el petróleo del Mar Negro y el Cáucaso-, los yanquis le paguen con la moneda de intentar quedarse con toda Ucrania. Pero como dice el dicho histórico: “Roma” no perdona ni a sus aliados más fieles.
Días después de que las tropas de élites rusas se retiraran habiendo cumplido todo su rol contrarrevolucionario en Kazajistán, Biden anunciaba, ya a fines de enero y principios de febrero, que Putin iba a invadir Ucrania. Es que le conocía su hoja de ruta. Sabía perfectamente que luego de Kazajistán, iba a pasar por Bielorrusia y la iba a ocupar, no solo para desde sus fronteras llegar a Ucrania, sino porque había que terminar de aplastar una enorme rebelión de la clase obrera contra el gobierno de Lukashenko. Allí se había sublevado uno de los sectores más concentrados de todo el proletariado de la región, donde hay un enorme peso de la industria automotriz, desde donde distintas empresas imperialistas, como la Volkswagen, comerciaban sus autos con Moscú sin pagar aranceles. Es que para Putin, el verdadero enemigo no es la OTAN, sino la clase obrera de Rusia y el proletariado sublevado en las ex repúblicas soviéticas, que ponen en cuestión sus superganancias millonarias extraídas con la sangre y sudor de los trabajadores.
La antesala de Putin antes de invadir Ucrania, entonces, fue marchar a masacrar dos procesos revolucionarios en sus fronteras. Ese será su rol, como lo viene haciendo hasta ahora, en Ucrania.
Es imprescindible que el lector tenga acceso directo a las “andanzas” de Putin en su marcha a Ucrania. Es clave adentrarse en cómo es su política contrarrevolucionaria para aplastar el levantamiento de Kazajistán, donde la clase obrera, combatiendo por el pan y el salario digno, enfrentaba al conjunto de las petroleras imperialistas y las grandes acerías de las transnacionales que saquean y succionan las riquezas de esa nación.
Por ello publicamos un artículo del 10 de enero de 2022, en el que se puede observar con precisión la acción contrarrevolucionaria de Putin y su accionar como agente del orden capitalista en las ex repúblicas soviéticas que rodean Rusia. Seguir la hoja de ruta de Putin desde Kazajistán a Ucrania, es comprender qué hace en esta última, demoliendo esa nación y masacrando a su pueblo.
Publicamos entonces:
“Kazajistán: Putin con sus centurias negras fascistas busca aplastar la insurrección”
Acompaña esta nota, una proclama del Colectivo por la Refundación de la IV Internacional / FLTI bajo el título:
“Estallido de la revolución en Kazajistán”
En la misma se denuncia, como ya dijimos, cómo el propio Biden saludaba la acción contrarrevolucionaria de Putin allí y preparaba un encuentro amigable con él, mientras se mostraban las cañoneras y se escuchaban los tambores de guerra.
Se desenmascara aquí que Putin levantó de forma demagógica y farsesca el grito de ir a “aplastar a los nazis de Kiev”, cuando fueron los oligarcas de Moscú los que protegieron y apoyaron gobiernos abiertamente fascistas y contrarrevolucionarios como el de Bielorrusia, Kazajistán, el Cáucaso y el de Kirguistán, como lo había hecho antes en Georgia y en el genocidio checheno.
Por supuesto que en su invasión a Ucrania, Putin no está dispuesto ni a tirar un solo disparo contra la OTAN ni a derrocar al gobierno “nazi” de Kiev -como le gusta llamarlo-, sino que quiere negociar y pactar con él y a través de él, con la OTAN y los yanquis.
El método de invasión de naciones por parte de Putin y la "Gran" Rusia (como hoy lo vemos también en Ucrania) es la misma estrategia militar que utilizaron los nazis y el fascismo cuando invadieron la URSS en la Segunda Guerra Mundial, reduciendo sus ciudades a escombros, como sucedió de forma particular en Stalingrado.
Siria es el ejemplo y el testimonio más importante de hoy de esto que aquí decimos. Putin, sosteniendo a Al Assad, demolió el 80% de las ciudades de ese país para aplastar una grandiosa revolución.
Ya en 2010, Rusia había impulsado en Kirguistán bandas fascistas y verdaderos pogroms, como lo hicieran los zares en la Revolución de 1905, para aplastar los consejos de obreros armados que comenzaban a ponerse de pie. Estos atacaban la propiedad de los capitalistas y amenazaban con derrocar con una insurrección revolucionaria al gobierno de Bakiev.
La Rusia “antinazi” tiene bases militares en la mayoría de esos países, algunas al lado de las bases militares inglesas o yanquis, desde donde coordinan la opresión a esos pueblos. Pero EEUU no respeta ni respetará a Putin y actuará frente a él igual o peor que lo hace con la competencia imperialista, como con el eje franco-alemán.
Los yanquis van por todo. En dos décadas, tres cracs mundiales golpearon al planeta, solamente comparables con la crisis de los 30.
El planteo del marxismo es que en la época imperialista, las transnacionales y el capital financiero, que todos son de bandera, sostenidos por estados armados hasta los dientes, sacan del camino a la competencia poniéndola de rodillas, por las buenas o por las malas, y así se disputan el mercado mundial sistemática y permanentemente. Si EEUU trata a las potencias imperialistas competidoras de Europa de forma despiadada, cortándoles la ruta de sus negocios y la división del trabajo que tenían establecida, ni hablar de lo que hará, como lo está haciendo, con Putin y la "Gran" Rusia e inclusive en el futuro con China.
Pero la clase obrera mundial y de Eurasia en particular, aunque la quieran ignorar, no ha dejado de pelear en grandes combates en lo que va del siglo XXI.
Podríamos decir que en el siglo XX los poderosos batallones de la clase obrera de Eurasia tuvieron un epicentro revolucionario en lo que fuera Petrogrado y en Moscú y desde allí se extendían a los confines del viejo imperio zarista, como sucedió en la revolución de 1905 y en Febrero y Octubre de 1917. A diferencia de esto, hoy, en el siglo XXI, los procesos revolucionarios se dan en las ex repúblicas soviéticas de Eurasia hacia Moscú, donde se encuentra la mayor fortificación de la contrarrevolución. Hacia allí no solamente avanza el imperialismo con sus ofensivas económicas, políticas y militares, sino también la clase obrera de las ex repúblicas soviéticas que tiene en el centro de la "Gran" Rusia a su más grande aliado, que no es el asesino Putin, sino las luchas de liberación nacional de los pueblos que este oprime dentro de la Federación Rusa y al poderoso proletariado ruso. Este está destinado a ser el que resuelva definitivamente, junto a la clase obrera de toda Europa, los destinos de la civilización entera en esa zona del planeta.
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Terminar aquí en la definición del desarrollo de la antesala de la invasión rusa a Ucrania desde el punto de vista del imperialismo, de la ubicación de Putin y de los acontecimientos que vienen conmoviendo a las ex repúblicas soviéticas de Eurasia, sin precisar el estado y la situación en que habían quedado la clase obrera y las masas ucranianas luego de años de contrarrevolución, sería, como mínimo, unilateral de nuestra parte.
El Pacto de Minsk, que aún no estaba asentado, como vimos en el capítulo anterior, por una enorme resistencia de la clase obrera ucraniana tanto en el Donbass como en Kiev, la había sometido a penurias doblemente inauditas a las padecidas antes de 2014.
La clase obrera de Ucrania recibía esta guerra viviendo un verdadero infierno, que no eran solamente las bombas y misiles del carnicero Putin que empezaron a caer, sino los padecimientos inenarrables a los que fue llevada no solo por los oligarcas pro-Moscú sino también pro-OTAN.
El lector podrá ver esto en la nota titulada:
“Luego de la instalación del Pacto de Minsk de 2015…
La vida de los trabajadores y las masas de Ucrania:
Un infierno en Kiev, un infierno en el Donbass”
Bajo estas condiciones es que el carnicero Putin ingresa a Ucrania.
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Segunda Parte:
Luego de que Putin aplasto la rebelión anticapitalista de los obreros de Kazajistán y Bielorrusia…
Comienza la invasión
Ante la ofensiva de Moscú, que amenazaba con “llegar a Kiev” en el mes de febrero, EEUU y la OTAN, con medidas económicas, políticas y militares, y conociendo perfectamente el rol de Putin, le permitieron que llegara solamente al Donbass y a la frontera sur de Ucrania. En algunas de esas zonas, la moneda es el rublo y la administración del estado ya es directamente rusa.
El cinismo de EEUU cuando dice que con la OTAN apoya a Ucrania, esconde que efectivamente está dispuesto a cederle a Putin el Donbass, pero cuando lo consideren necesario y oportuno, en función de sus negocios en el conjunto de Europa y en cómo quede política y económicamente para avanzar sobre Moscú.
La Ucrania oprimida, ocupada y ya partida es una moneda de cambio de EEUU con el resto de las potencias imperialistas y Moscú.
En la segunda parte de este capítulo IIX, publicamos entonces el primer Manifiesto del Colectivo por la IV Internacional/ FLTI que fue publicado el 25 de febrero de 2022 ante la invasión rusa:
“Las tropas rusas invaden Ucrania”
En esta declaración se define con claridad la trinchera en la que nos ubicamos los trotskistas en esta guerra: junto a la nación ucraniana invadida por Moscú, llamando a confraternizar con los obreros que son soldados rasos en el ejército ruso y con el llamado a la clase obrera europea a que paralice y derrote las fuerzas contrarrevolucionarias de la OTAN para unirse a la lucha por la liberación nacional de Ucrania, que solo se conquistará con la dirección proletaria de la guerra que atacando a los capitalistas, oligarcas y al imperialismo y sublevando a la clase obrera europea, aplaste a la máquina de guerra del carnicero Putin y sus oficiales contrarrevolucionarios.
En esta Introducción reafirmamos este programa revolucionario que es continuidad del que levantaron los bolcheviques en su método y en el carácter de clase del mismo cuando dirigieron la toma del poder en la URSS en el año 1917 y lo extendieron al conjunto de las naciones que eran dominadas y oprimidas por los zares.
Esas grandes batallas del proletariado se pudieron dar porque al frente de la revolución había un partido revolucionario mundial, la III Internacional dirigida por Lenin y Trotsky que asentaba sus triunfos y victorias en el combate internacional de los obreros europeos que defendían al proletariado soviético. Sin esa batalla internacionalista, la conquista de la URSS no se hubiera mantenido bajo las condiciones de la guerra, la contrarrevolución y el aislamiento.
La clase obrera ucraniana como nunca hoy depende de la solidaridad del proletariado europeo, desde Portugal a las estepas rusas, y de toda Eurasia. Eso sería un shock eléctrico para que tome peso en la guerra y en el combate de clases el proletariado ucraniano. Impedir que esto suceda es el rol de las direcciones traidoras, agentes del imperialismo, de los oportunistas colgados a sus programas de ignominia y traición.
Una Huelga General de la clase obrera de toda Europa es la única que como un paso en el combate unitario del proletariado europeo, puede hacer temblar y debilitar a la OTAN, impactar sobre los obreros rusos y acercar a la clase obrera ucraniana al control de las armas, sin las cuales no se puede derrotar ni a Putin, ni a la OTAN ni a los oligarcas de Kiev.
Editamos aquí una declaración de los trotskistas del Estado Español, firmada por Benito Toribio Morales, que luchando por una Ucrania soviética e independiente, proclama:
“Solo una dirección obrera de la guerra puede derrotar a Putin y terminar con el saqueo del imperialismo y el FMI de Ucrania”
Llamando a impulsar una:
¡Huelga General Revolucionaria en toda Europa!
Cierra esta parte un artículo clave que da cuenta de la posición del marxismo revolucionario ante la invasión de Putin a Ucrania y la ofensiva imperialista yanqui en el planeta. Esta nota firmada por Carlos Munzer, coautor de este libro, refleja su intervención en una jornada abierta con centenares de participantes de todo el mundo del Colectivo por la Refundación de la IV Internacional / FLTI en el mes de marzo, a 30 días de iniciada la invasión rusa. Esta fue una jornada en el 11° aniversario de la revolución siria.
En ella también intervinieron los combatientes revolucionarios de Siria que padecen, sufren y combaten contra los mismos enemigos que aplastaron a sangre y fuego una heroica revolución que estallara en ese país en 2011 como un mismo eslabón del levantamiento de masas del Magreb y Medio Oriente. Hasta allí llegó Putin como gendarme del imperialismo para sostener al fascista Al Assad en Damasco.
Esto sucedió en todas las ciudades sirias que recibieron las bombas de Putin y Al Assad, con la complicidad de EEUU y Turquía que les liberaron los cielos durante ya 11 años. Nada distinto a lo que sucede hoy en Ucrania, cuando vemos la destrucción y la demolición de artillería y aviación y la guerra de asedio a ciudades como Mariúpol, Jarkov, Odessa e inclusive a muchas de las aledañas a Kiev.
En este libro vamos a reflejar esa jornada del Colectivo por la Refundación de la IV Internacional / FLTI de discusión y solidaridad con las masas de Ucrania, donde jugaron un rol decisivo los integrantes del Consejo Editorial del periódico “La Verdad de los Oprimidos” de los socialistas de Siria y Medio Oriente.
Reproducimos entonces la intervención de Abu Muad, coautor de los libros Siria Bajo Fuego I y II, explicando la importancia de las lecciones de la revolución siria hoy para la guerra de Ucrania, en el artículo:
"Las lecciones de la revolución siria: claves para luchar contra la masacre y la partición de la nación ucraniana"
Presentamos asimismo la voz de Abu Izen desde Idlib, llamando a una lucha conjunta al pueblo ucraniano que enfrenta al mismo enemigo que ellos enfrentan en Siria, Putin quien junto a Al Assad, a cuenta del imperialismo masacró a más de 500 mil explotados y dejaron la nación destruida y reducida a escombros:
"En Siria luchamos contra el mismo enemigo que está invadiendo Ucrania hoy”
Por supuesto, no podía faltar la voz de los partisanos de Siria, con la intervención de Khero Abu Mustafa, planteando como llamamiento:
"La clase obrera no solo debe recibir refugiados,
sino levantarse para ayudar al pueblo ucraniano a combatir y repeler esta invasión"
Como dijimos más arriba, esta jornada la cerró Carlos Munzer. Publicamos aquí su artículo:
“El marxismo revolucionario y la guerra”
En esta nota se definen con claridad las tres posiciones que están planteadas formalmente ante la guerra de Ucrania, aunque de contenido son dos las posiciones que se enfrentan en el terreno de la lucha de clases.
De un lado, los que profesan la vieja teoría traidora de “revolución por etapas”, inclusive haciéndolo en nombre del trotskismo, falsificándolo, ya sea apoyando a Putin y sus tropas contrarrevolucionarias con las que dicen que van a “liberar Ucrania”, o bien, clamando tal cual mendigos, que la OTAN actúe de forma “democrática” y liberen Ucrania de la salvaje invasión “gran” rusa.
Junto a estas dos, hay una posición de apoyo vergonzoso a Putin, que es la que se declara “neutral” en los choques militares en Ucrania.Es decir, está por que gane Rusia que ocupa esa nación con más de 150 mil hombres de uno de los ejércitos más poderosos del planeta. Se trata de corrientes cretinamente parlamentaristas que solo “guerrean” con opulentos discursos en los Parlamentos burgueses, como es el caso del PTS de Argentina.
Del otro lado, en la otra barricada y trinchera de esta guerra, nos encontramos los que defendemos la teoría-programa de la Revolución Permanente y el Programa de Transición, que plantean que solo la clase obrera junto a los campesinos pobres tomando la dirección de la guerra podrán derrotar la invasión rusa y apoyados en la lucha revolucionaria de los obreros de Europa, podrán hacerse del poder en Ucrania, liberar a la nación oprimida y ponerla como bastión de la revolución socialista europea y como un eslabón fundamental por restaurar la dictadura del proletariado bajo formas revolucionarias en la ex URSS.
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