Presentación del Capítulo V:
2015:
Con el Pacto de Minsk, Ucrania queda partida: un verdadero infierno para las masas
Bajo estas condiciones quedó la nación ucraniana cercada, dividida, maniatada y sometida al FMI, luego de que la clase obrera, por la traición de sus direcciones, no pudo tomar el poder.
El Donbass no pudo ser tomado por el fascismo, pero fue contenido y sus fuerzas revolucionarias quedaron exhaustas por el pérfido accionar de la quintacolumna stalinista y los mercenarios de Putin y como ya vimos, con la pistola en la sien del ejército contrarrevolucionario de Poroshenko.
Si ayer engañaban a las masas en la Plaza Maidán para sacarlas de las calles, diciéndoles que su vida cambiaría y que ganarían salarios como los de los obreros de la Europa de Maastricht, en el Donbass, como vimos, con la ficción de “Novorossia” y con la promesa de su ida a Rusia, crearon el engaño de que las minas seguirían funcionando y que no habría despidos para encubrir el accionar de desorganización de las masas que impuso la quinta-columna stalinista. En realidad ni bien se terminó de ejecutar al último obrero de vanguardia o soldado raso del Donbass que no estaba bajo la disciplina de los generales de Putin y los políticos de Lugansk y Donetsk, las minas fueron arrasadas y las de menor productividad fueron cerradas, tal cual lo exigía el FMI, antes Yanukovich y el gobierno de Poroshenko.
Se establece así el Pacto de Minsk que es el verdadero régimen de dominio que se impuso en la Ucrania ya tutelada, dividiendo a su clase obrera y sometiendo con dobles cadenas la nación.
El Pacto de Minsk, como no podía ser de otra manera, fue un pacto provisorio que le sirvió a EEUU para avanzar sobre Ucrania, pero no lo suficiente como para debilitar a la "Gran" Rusia que es lo que realmente necesitaba y necesita decisivamente para paliar el crac y la crisis que envuelven al imperialismo dominante.
Desde el punto de vista de la revolución y la contrarrevolución en Ucrania, este pacto marcó un enorme triunfo de los explotadores de conjunto que terminó de estrangular el proceso revolucionario y sobre todo, la finalización de la fase de guerra civil que se había abierto en el año 2014.
Pese a esto, como veremos en próximos capítulos, la clase obrera ucraniana enfrentó este pacto antiobrero y de sometimiento nacional de forma abierta y decidida. Un pacto como el que se firmara en Ginebra con Turquía, EEUU, Rusia e Irán para sostener al fascista Al Assad, para aplastar la revolución siria y partir esa nación, sobre la base de 600.000 muertos y millones de refugiados.
Como demostraremos en este libro, fue justamente esa fenomenal resistencia de masas en Ucrania, que amenazó de nuevo con unir a la clase obrera por sus demandas y contra los despidos, lo que impidió que el pacto de Minsk se estabilizara. De eso se trata la guerra actual: partir Ucrania y terminar de asentar el pacto de Minsk, con Moscú robándose el sur y el este ucraniano.
Esto es lo que propuso hacer Kissinger ya y sin demoras en la última Cumbre de Davos. Pero ello aún no convence a Biden y a los jefes de la OTAN, quienes sostienen al gobierno de Kiev para mantener una guerra que deje a Rusia desgastada antes de partirse Ucrania. Y no solo eso, sino que también, como resultado, que se profundice la crisis económica de la Europa imperialista de Maastricht, y se debiliten sus competidores imperialistas en el mercado mundial. Lo que también está haciendo entonces EEUU en esta guerra es acumulando poder militar en Europa para poder llevar a la victoria la guerra comercial que Trump le había largado a la Europa imperialista.
Presentamos un artículo donde se encuentra la letra del siniestro Pacto de Minsk firmado por Merkel, Obama, Hollande, Putin y Poroshenko. Los que hoy hablan del rol “progresivo” y “antiimperialista” de Putin resultan ser verdaderos miserables, porque con este pacto llenaron de sangre Ucrania y Putin, lejos de “contener al imperialismo”, trabajó con este para contener una heroica revolución, mil veces traicionada, mil veces ensangrentada, del Oriente al Occidente ucraniano.
Publicamos en este capítulo entonces el artículo de mayo de 2015 titulado:
Poroshenko no pudo derrotar a los explotados del Donbass. Por ello…
Putin, los yanquis y la OTAN pactan en Minsk desarmar
a las masas del este y partir Ucrania
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Acompaña este capítulo una declaración del Colectivo por la Refundación de la IV Internacional / FLTI de mayo de 2015, llamando a la clase obrera europea a tomar en sus manos el combate contra la opresión imperialista y “gran” rusa de Ucrania y contra el brutal ataque que sufría su proletariado.
En este artículo afirmábamos que en la Europa oriental y occidental la clase obrera tenía un mismo enemigo: las potencias imperialistas de Maastricht, el FMI, los yanquis y el carnicero Putin, el gendarme de todos ellos en Eurasia. Llamábamos a los trabajadores de toda Europa a romper el cerco que había impuesto el Pacto de Minsk sobre la clase obrera ucraniana, que tenía sus filas divididas y que estaba sometida a enormes fuerzas que le cerraron el camino a su victoria a partir de los combates que iniciaran los explotados en 2014.
Ucrania, como ayer los combates en Grecia, de los “indignados” en el Estado Español, de los obreros de Rumania en 2010, de los trabajadores franceses o de las masas de Georgia, puso a la orden del día conquistar la unidad de toda la clase obrera europea y en particular, con los obreros rusos que padecen unas de las más crueles dictaduras contrarrevolucionarias del planeta, que le permite a Putin masacrar impunemente en las zonas donde actúa como guardián de los negocios de los capitalistas y el imperialismo.
Presentamos aquí entonces la declaración titulada:
“Las tareas de solidaridad internacionalista del proletariado europeo con la clase obrera ucraniana”
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Asimismo, para que el lector pueda conocer en profundidad la situación de la clase obrera ucraniana en aquellos años, en este capítulo incorporamos dos notas sobre los padecimientos inauditos del movimiento obrero minero que en Ucrania, al igual que en el resto del mundo, trabajan bajo condiciones deplorables.
La primera nota escrita alrededor de la situación de los mineros del Donbass:
Ante la muerte de los 33 mineros
¡No fue un accidente, fue una masacre! ¡Estado asesino!
La misma trata sobre la explosión de grisú que sucedió en la mina de Zasiadko en Donetsk en marzo de 2015. Los medios de prensa discutían si esto se debió a un ataque de artillería de Poroshenko. Pero no. Fue por las deplorables condiciones que provocaron un derrumbe de la mina que estaba en el territorio controlado por los mercenarios de Putin.
La segunda nota, que se refiere al congreso de los sindicatos mineros de Kiev y su lucha contra el gobierno, lleva como título:
¡Basta de dividir a los trabajadores de Ucrania!
De oriente a occidente: ¡un mismo enemigo, una misma lucha, un mismo reclamo!
En ella damos cuenta de la tendencia a entrar al combate de los mineros de Kiev y del Occidente ucraniano, expresada en el Congreso de la Federación Minera que confluyó con un paro y movilización de 10 mil obreros en Kiev en abril de 2015, reclamando salarios dignos.
Se trataba del mismo enemigo y las mismas demandas de una misma clase obrera ucraniana, y una pérfida política en el Pacto de Minsk de Putin, el imperialismo y las direcciones traidoras para partir al proletariado ucraniano. |