Capítulo 2
El internacionalismo autoproclamatorio de la fracción mayoritaria encubre un giro nacional-trotskista
1- Un balance hecho con un inflador
En el boletín Nro. 3, en el “fundamento de voto” firmado por tres miembros de la fracción mayoritaria, (EA, MN y JS) se hace un balance de nuestro partido en el plano internacional. Pero, movidos por la lucha fraccional contra una corriente que ellos denuncian, aunque sin prueba alguna, “resistente al giro internacionalista”, no hacen más que echar “luz y más luz” sobre su concepción autoproclamatoria, que encubre una vuelta atrás a la desviación nacional-trotskista que venimos combatiendo, y que se convierte en una ruptura abierta, la única verdaderamente “resistente”, con las resoluciones de la FT de apenas principios de julio de este año.
El “fundamento de voto” nos repite un catálogo de opiniones acerca de nuestra revista recogidas en el movimiento trotskista. Así se suceden la opinión de Al Richardson, historiador trotskista de Inglaterra y Katz, “uno de los pocos economistas marxistas del país", que elogian nuestra revista por su nivel teórico, la del periódico de Lora en Bolivia y la de Ernesto González del MAS, y la de la Liga Bolchevique Internacionalista de Brasil, que nos critican. Parece decirles a “obreristas” y “nacional-trotskistas”: “¡Vean que grandes avances hemos hecho! Todo el mundo habla de nosotros. ¿Cómo se atreven a criticamos?”. Para terminar de rematar a la “tendencia” con esta “lección” de internacionalismo, junto a mostrar como un supuesto avance el que uno de los principales dirigentes de la LRCI “ya había elogiado nuestra página en Internet”(¡!), nos dicen con la intención de un gran golpe de efecto: “¡Otra mala noticia desde Londres!, confirmando lo arreglado telefónicamente, es que Ken Loach, el director de Tierra y Libertad, aceptó un reportaje exclusivo para el próximo número de EI”.
Lo importante es que en medio de este ataque de fiebre autoproclamativa, los autores de la “fundamentación de voto” dejan de lado cómo se hace un balance, que consiste en decir, en primer lugar, cómo estamos en lo central, en lo más importante de la orientación que votamos, cuál es el estado de la principal o principales tareas que votamos para el período. La mayoría del CC, con un método poco serio, más preocupada por hacer balances con un inflador para competir en “internacionalismo” con la “tendencia”, oculta lo central que debe decir ese balance.
Sin negar los avances meritorios que son la revista y las elaboraciones teóricas que se vierten en ella y que son un elemento importantísimo en la lucha contra las alas de derecha del movimiento trotskista y los que hemos denominado “centros transitorios”, y los lazos que aunque débiles hemos establecido con sectores del movimiento trotskista, la TBI sostiene que hay que decir la verdad: que a pesar de estos importantes avances, a pesar de los esfuerzos que hemos hecho, es muy lento hasta ahora lo central de nuestra lucha, por causas objetivas y subjetivas. Es que todos estos avances que empezamos a dar para combatir la desviación nacional-trotskista que arrastramos desde hace dos años, son necesarios pero no suficientes. Es más, en lo que nos propusimos avanzar era en luchar por romper nuestro aislamiento internacional, con una política internacionalista ofensiva, tal cual lo expresa la resolución de la última reunión de la FT, como veremos más adelante, para golpear sobre los centros nacional-trotskistas y los fenómenos transitorios que surgen a su vera.
Desde el punto de vista de este objetivo, la realidad es que nuestras relaciones con la LRCI están cuando menos estancadas, salvo que se quiera hacer pasar gato por liebre y pretender hacemos creer que ya vamos hacia un Comité de Enlace con esta corriente anunciando, como hace el “fundamento de voto” en otro alarde contra la supuesta “resistencia” de la TBI, una visita de “miembros de la máxima dirección (de la LRCI) a fin de año”. Por los varios meses que faltan para esa visita (y toda la experiencia y el balance discutido y votado por nuestro partido de nuestra relación con esta corriente), nada indica que la LRCI esté por pegar un vuelco súbito en nuestras críticas relaciones. ¡Cuestión esta que es cuidadosamente dejada en un “limbo”, sin aclarar, por los autores del “fundamento devoto”! ¿No será que quieren, por la lucha fraccional, forzar los hechos para mostrar éxitos donde no los hay y así demostrarle al partido que no hay nada más internacionalista que la mayoría del CC? Pero si justamente el punto clave de la crisis con la LRCI, ¡es que se niegan, con una política autoproclamatoria de “pequeña LIT”, a tener una política ofensiva sobre los nuevos fenómenos centristas transitorios emergentes y a trabajar pegando sobre los centros nacional-trotskistas de derecha! ¡De esta forma concretan su negativa a luchar por la refundación de la IV Internacional!
¿Recuerdan, compañeros, que hace sólo algunos meses, cuando Pouvoir Ouvrier, frente a las últimas elecciones regionales francesas, planteaba que había que llamar a votar a la LCR o a Lutte Ouvrière, la dirección de la LRCI desde Londres les impuso su centralismo democrático (nuevamente el régimen interno es expresión de la política), y los obligó a llamar a votar al Partido Socialista ¡Que está en el gobierno imperialista!? ¡Y esto después que Pouvoir Ouvrier había participado en el Segundo Encuentro Obrero con todos los fenómenos transitorios, encuentro que había votado como única resolución común... ningún apoyo a Jospin!
Por otro lado, el acuerdo con el POR es sólo un pequeño paso adelante en el marco de profundas diferencias de estrategia como es la "táctica” de Frente Único Antiimperialista que ellos sostienen. Ante las dificultades que tenemos en avanzar en este sentido, el “fundamento de voto” pretende impactar con otro golpe de efecto: el anuncio pomposo de que "hemos recibido la visita de una delegación de dirigentes de Lutte Ouvrière que por primera vez se acercan a discutir con nuestra organización.” ¿Pero esto qué tiene que ver con pelear por confluir y ayudar a que surjan otras alas izquierda en nuestro movimiento? ¿No era que Lutte Ouvrière es parte del “centrismo” y uno de los “centros” nacional-trotskistas que tenemos que derrotar? Esto lo podría festejar el PO de Altamira, que se desvive por hacer un acuerdo con Lutte Ouvrière de centro a centro nacional-trotskista. Compañeros, en tanto afán autoproclamativo, ¡Cuidado con colocarse tan cerca de Altamira!
Pero todo vale con tal de impactar aúna "tendencia resistente”, “internacionalista epidérmica” como se dice oralmente. Estamos- ante un “pastiche” de hechos inconexos, algunos lindantes con la ridiculez, que se nos echa en cara a la TBI.
Por el contrario, hay que partir de la realidad y no de la autoproclamación para que quede claro para todos los compañeros, que siguen tan vigentes como hace apenas dos meses, cuando se discutieron y votaron, las resoluciones de la Fracción Trotskista que sostenían:
“f) Que en este marco toda política de pasividad sectaria o propagandística que no le declare la guerra a muerte a los centros nacional-trotskistas y que no intente tener una política ofensiva hacia los nuevos fenómenos transitorios que surjan a su vera, condena a los trotskistas principistas a una política inofensiva fortaleciendo las tendencias a una autoproclamación impotente, lo que puede llevarnos a una degeneración sectaria.
g) De estas caracterizaciones, la reunión de coordinación de la FT consideró que, a pesar del avance que significaron desde el punto de vista teórico-político los dos últimos números de Estrategia Internacional para nuestra Fracción, esta conquista es esencial pero absolutamente insuficiente para declararle la guerra a los actuales centros nacional-trotskistas que usurpan la bandera de la IV Internacional... ” (Negritas nuestras).
El “fundamento de voto” de Emilio Albamente, Manolo Romano y Jorge Sanmartino considera todo esto superado porque nos habla del ‘‘giro internacionalista del partido que venimos dando tortuosamente desde hace meses, con el manifiesto, con los tres números de la revista, y nuestros avances en el combate por un Comité de Enlace por la reconstrucción de la IV Internacional, es decir, el comienzo de una descarnada lucha de partidos, tendencias y fracciones, nacional e internacional.” (Negritas nuestras)
La fracción mayoritaria con su “fundamento de voto” se saca la careta. Para ellos, con la revista internacional está conjurado ya de por sí, el peligro de volver a la desviación nacional-trotskista. Es más, consideran contra toda evidencia que ya hemos dado “avances en el combate por un Comité de Enlace” y, en el colmo del delirio que ya estamos en medio de ‘‘una descarnada lucha de partidos, tendencias, y fracciones, nacional e internacional”.
Como veremos luego, esta autoproclamación lleva a desarticular toda la política de la FT y a liquidar de cuajo la tarea internacionalista del Comité de Enlace y los pocos pasos que hemos dado en ese sentido con el POR, abriendo el peligro de transformar al mismo no en un proceso de fusión de alas de izquierda, sino de subordinación de esa política a las maniobras que a nivel nacional podemos hacer para vestirnos con chapa de internacionalistas. La política autoproclamatoria nacional, basada en un teoricismo subjetivista desenfrenado, es la más grande enemiga de abordar la pelea por el Comité de Enlace desde una política principista.
2- Toda corriente que se desvía al nacional-trotskismo se niega a hacer una definición científica de sí misma
Como vimos anteriormente, las resoluciones de la FT parten de nuestra desviación nacional-trotskista, condenan la pasividad sectaria, y propagandística, y parten de nuestro aislamiento internacional para desde allí llamar a combatir con una política internacionalista ofensiva sobre los “centros transitorios” que surgen a la vera de las alas derechistas del movimiento trotskista. La fracción mayoritaria se niega a hacer una definición precisa de lo que somos.
Desde la TBI sostenemos que hay que dejar el inflador de lado y decir la verdad: que a pesar de la dura lucha que venimos dando, a pesar del combate contra la desviación nacional-trotskista desde hace unos ocho meses, y también debido a esa desviación, nuestro partido después de diez años de existencia no ha logrado fusionarse con y ser parte de ninguna corriente internacional del movimiento trotskista. Y ese es un hecho objetivo, incontrastable, y el que se lo calla está haciendo pasar gato por liebre. El hecho es que objetivamente la FT no ha podido superar el ser, esencialmente tan sólo un grupo nacional, es decir el PTS, que intenta tener un punto de vista internacional luchando por salir del terrible aislamiento en que quedamos ante el estallido del movimiento trotskista, en colaboración fraternal revolucionaria con pequeños grupos de valiosos y abnegados militantes en México y Chile. Para completar esta definición y hacerla más concreta, hay que decir que por nuestra desviación nacional-trotskista estamos dos años atrasados en incidir en los fenómenos nuevos que se dieron en el movimiento trotskista a partir del ‘95.
La realidad es que como “liga marxista” nacional tan sólo hemos resistido dificultosamente el aislamiento. La verdad es que nuestra revista no es el órgano de ninguna corriente internacional de la izquierda trotskista ya reagrupada sobre la base de lecciones estratégicas sino tan sólo una que, aunque como paso importante sin dudarlo, refleja esencialmente las posiciones internacionales de un grupo nacional aislado y marginal, con la colaboración de algunos militantes e intelectuales del movimiento trotskista internacional y nacional a los que correctamente luchamos por incorporar, y colaboraciones muy buenas como las que nos llegaron desde Brasil sobre el problema campesino. Pero cuidado con usar esto como chapa para cubrir el peor de los tacticismos, hacia el cual nos estamos desbarrancando, porque si ayer usaba el MAS a los obreros como chapa, no hagamos lo mismo nosotros con los Ken Loach o los Al Richardson. Paren ya este peligroso curso, compañeros.
Son tan grandes las presiones que tuvimos en todos estos diez años por nuestro aislamiento, que con respecto a los grupos de Chile y especialmente de México veníamos actuando como un típico “partido madre”, como una “pequeña LIT”, peligro contra el que sin embargo, veníamos alertando y auto cuestionándonos permanentemente miles de veces en estos diez años. Es decir, las presiones sobre el PTS para que actuáramos como “partido madre” fueron enormes, y en los dos años de desviación nacional-trotskistas, al no votar las tareas internacionalistas justas, terminamos cediendo a esa presión. Tanto es así, que asumió proporciones ridículas como que en el período en que A. y P. estuvieron co-dirigiendo al grupo mexicano llegaron a trasladar mecánicamente la táctica de MOJUVOR de Argentina a ese país.
Valoramos nuestro valiosísimo esfuerzo de colaborar en forma internacionalista y revolucionaria con esos grupos hermanos, inclusive haciendo aportes políticos y programáticos importantísimos, pero nuestra presión siempre fue a actuar como “partido madre”. Si nos deslizamos a la autoproclamación de la mayoría del CC, no haremos más que reforzar las tendencias a seguir actuando de esa manera con valiosísimos cuadros como los que componen los grupos de la FT.
Las resoluciones de la FT recién terminaron, después de muchos años, de romper la lógica del PTS como “partido madre” con los grupos iniciales de Chile y México. Pues como dice la resolución de la FT combatiendo la concepción de “marco internacional” del centrismo, “debemos romper hasta el final con esta concepción incorporando de forma decisiva las tareas internacionalistas en la construcción del partido, tareas que se desprenden de una refracción particular de los combates que están planteados en el terreno internacional. Cada grupo debe definir, desde la comprensión común de las tareas en que hemos avanzado en esta última reunión de la FT, cuáles son las tareas internacionalistas que cada grupo debe llevar adelante. No hacerlo, pretender que el partido se construye con una sumatoria de tácticas, separar a éstas de la estrategia de luchar por la reconstrucción de la IV, sólo llevaría a la construcción de un partido centrista que podría engordar, pero que no pasará la prueba de los combates decisivos”.
¿Y si no es así, cuál fue entonces la desviación nacional-trotskista de la que Uds. hablan, compañeros de la mayoría? ¿O acaso quieren decirle al partido, sobre la base del balance-pastiche que hacen, que aquella desviación está superada sólo por haber sacado tres números de la revista internacional, y que no hay ninguna presión ni peligro hacia una nueva desviación?
3- El verdadero carácter de nuestros avances teóricos
El “fundamento de voto” dice, polemizando contra quienes supuestamente despreciamos la teoría, que: “El PTS actual no existiría, hubiera estallado verdaderamente, sin los relativamente importantes avances realizados en el terreno teórico”.
No podemos dejar de coincidir con esa afirmación. En particular, los indispensables avances teóricos revolucionarios que hemos dado en común últimamente, que los valoramos como una condición para no degenerar en la lucha por el Comité de Enlace y en la pelea programática con los centristas. Es más, sin esta fortaleza teórica y los saltos que tenemos que seguir dando en este sentido, toda la estrategia-programa (lecciones programáticas) y las tácticas (Comité de Enlace) nos arrastrarían, como a una hoja en la tormenta, al oportunismo.
Pero estos avances teóricos no los obtuvimos sentados en un sillón, “a lo Garmendia”, sino quemándonos las pestañas, estudiando y discutiendo con otras corrientes del movimiento trotskista, que a pesar de ser todas centristas, algunos aportes nos han hecho, aunque más no sea por la negativa. Por eso polemizamos contra todos ellos sobre la crisis económica, los estados obreros, etc.
El “fundamento de voto” sostiene citando nuestra revista Estrategia Internacional N° 3 (la azul, para que todos los compañeros la reconozcan), es decir, el ejemplar de fines de 1993, que “con una dirección no probada en la lucha de clases... si tiene una teoría y programa incorrectos, las influencias hostiles de las clases enemigas se cuelan por todas las grietas y esa organización es revolcada por los acontecimientos, tal como sucedió en la LIT en 1989”.
Nuevamente, no podemos más que coincidir con esta afirmación general. El problema es que han pasado cinco años, contraofensiva de masas de por medio en 1995, nuevos realineamientos en el movimiento trotskista internacional después del estallido, nuestra propia desviación nacional-trotskista, nuestra lucha contra ésta y las magníficas resoluciones de la FT de este año, que ubican la relación entre teoría, programa, organización y tácticas en un plano distinto a 1993. No se puede volver a 1993, a cuando éramos tan sólo un grupo de propaganda que para subsistir tenía que sentar sus bases teóricas y programáticas, limitarse a decirles a los demás lo que había que hacer, y formar cuadros alrededor de esto, donde incluso la clave era que ya estábamos llegando tarde a estas elaboraciones y esta delimitación con el morenismo, lo que ya nos había impedido estar a la altura de las circunstancias cuando estalló el MAS. Y formábamos cuadros diciendo con total claridad, que habíamos llegado tarde a pesar de avances teóricos y programáticos fundacionales de nuestro partido. Formábamos cuadros trotskistas diciendo “¡qué tarde que llegamos, qué centristas que éramos cuando rompimos el MAS!” ¡Qué visión honesta y sensata teníamos en aquel momento en el PTS de nosotros mismos!
Por eso separar los pequeños saltos teóricos que hemos dado de la estrategia, del programa, de la organización y las tácticas, definiendo al PTS sólo por sus avances teóricos, nos puede llevar a un particularismo nacional enorme, pero esta vez subjetivo: ¡Porque en la Argentina surgió un centro teórico, que, como Trotsky (según la mayoría) irradiará sus conocimientos teóricos hacia el mundo!
La mayoría del CC, al no poner las consideraciones de la reunión de la FT en el centro de su balance cae en una posición autoproclamatoria, que lleva a considerarnos un centro más del movimiento trotskista. ¡Parecen decirnos que ya ha surgido un nuevo “farito” que ilumina al mundo! En lugar de educar a los nuevos militantes en la concepción de que aún con lo que avanzamos, seguimos ante la amenaza de degenerar por sectarismo aislamiento, el “fundamento de voto” se dedica a medir el internacionalismo por cuanto se habla de nosotros, enumeración de opiniones en donde la reunión de la FT y sus conclusiones son puestas como un hecho más, al mismo nivel... ¡que el reportaje que nos va a conceder Ken Loach!
Al revés de lo que piensa la fracción mayoritaria, están transformando la debilidad en virtud. De esta forma, lo único que van a educar son cuadros nacional-trotskistas, autoproclamativos, que se contentan tan sólo con que mucha gente hable de nosotros, y a la que la dirección les propone que vibren por ello, pero que por favor, ya que tienen el marco internacional… apliquen las tácticas.
La TBI sostiene, por el contrario, que no se puede ser internacionalista acabado si no se enfrenta a cada paso el peligro de degeneración nacional-trotskista a la que nos empuja el estallido del movimiento trotskista producido en 1989. Si no se enfrenta, como plantean las resoluciones de la FT, con un verdadero plan de combate a los centros nacional-trotskistas. Si no se expresa correctamente la relación entre teoría, estrategia y táctica internacionalista que concentran las tareas internacionalistas actuales de nuestra corriente. Que ya llevamos diez años de aislamiento por causas objetivas (el estallido) y subjetivas (tardamos dos años en darnos cuenta y votar las tareas internacionalistas justas que hoy la mayoría del CC ésta revisando abiertamente en su “fundamento de voto” para uso fraccional). Y esto es así porque todavía no somos parte de una corriente realmente de izquierda trotskista internacional, porque aún no hemos confluido con alas del movimiento trotskista que ha estallado en 1989 que se orienten hacia un curso revolucionario. Y este es un hecho incontrastable. No se puede evitar con atajos.
Si no contemplamos esto, se cae en el subjetivismo y la autoproclamación. Hay que empezar por reconocer esto y decirles la verdad a nuestros militantes y simpatizantes, en lugar de educarlos en los falsos balances autoproclamatorios propios de las sectas del trotskismo de Yalta.
Al contrario del balance irresponsable y superficial que se hace en el “fundamento de voto” de EA, MR y JS, la declaración y resoluciones de la FT de Julio de este año, como vimos, alertan contra el peligro de degeneración por aislamiento y sectarismo. La verdad es que, primero como Fracción de la LIT, y luego como Fracción Trotskista, en parte por razones objetivas y subjetivas, no hemos podido primero confluir con ninguno de los sectores del estallido del movimiento trotskista hasta el ‘95, porque tardamos años en delimitarnos teórica y programáticamente especialmente del morenismo, porque las revoluciones que se dieron no siguieron el esquema clásico que esperábamos y por la terrible crisis de subjetividad. Luego, en la fase que le siguió de reconstitución de “centros resistentes” nacionales, no surgió ningún “centro” de la izquierda con el cual podamos confluir. Es en esta fase precisamente, de reconfiguración del movimiento trotskista cuando tuvimos una desviación nacional-trotskista de dos años, lo que nos llevó a no tener ninguna política para intervenir, por ejemplo, en Francia donde surgía Voix des Travailleurs. Producto de esa desviación es que a procesos como esos, hay que decirlo con claridad y no con un inflador, estamos llegando tarde.
4- El balance de la mayoría del CC no se mide con la realidad
El “fundamento de voto” de miembros de la fracción mayoritaria nos habla de los “importantes avances en el terreno teórico". Pero oculta que siendo importantes, estamos profundizando nuestro análisis de los “estados obreros en descomposición” siete años después de haber elaborado esa categoría, o presentando una visión de las luchas campesinas cuando ya hace cuatro años que el campesinado, por ejemplo el MST de Brasil, se puso en el centro de la escena en Latinoamérica. Este atraso es inevitable al ser un grupo nacional aislado, que no forma parte de ninguna corriente internacional en el marco de la grave crisis de la IV Internacional y el estallido del ‘89.
El balance de la fracción mayoritaria no tiene en cuenta estas debilidades que obedecen a las bases materiales descriptas, ni respeta las proporciones de las cosas. Es que en el Internacionalismo de la mayoría, medido por las felicitaciones o las críticas que recibimos, por cuanto se habla de nosotros, no entra el hacer balances midiéndonos con la realidad. En ese caso, quien no quiera promover una desviación autoproclamatoria, debe decir por ejemplo que no hemos podido entrar en Europa, que no tenemos nada que ver con el proceso de crisis de la LCR ni de LO franceses. ¡Pero eso sí, nos dicen, “buenas noticias desde Londres”, quedémonos contentos porque Ken Loach nos da un reportaje! (Aclaremos, para que después no nos acusen de desprecio por los intelectuales, que consideramos muy valioso el que éstos, como Ken Loach, establezcan relaciones con nuestra corriente. Pero, ¡hay que guardar las proporciones!)
Hemos explicado en distintos documentos, como en los votados en la reunión de la FT de julio de este año, que la desviación nacional-trotskista que sufrimos fue porque en el marco de la situación que se abrió en el ‘95, estábamos ubicados como un “centro” de elaboración teórica y programática. Cómoda ubicación que consistía no en no tomar tareas internacionalistas sino en no tomar las tareas internacionalistas justas que la nueva situación abierta en el ‘95 nos imponía: intervenir en la crisis del movimiento trotskista, en la lucha de partidos a su interior para hacerles fracciones combatiendo al centrismo. ¡Es sobre este eje, en cómo estamos en la tarea central que nos votamos, y a cuya renuncia debemos nuestra desviación nacional-trotskista anterior que debe empezar todo intento de balance serio!
No negamos que los avances teóricos son el motor fundamental para la construcción de una corriente internacional que pueda llamarse de la izquierda trotskista. Pero los firmantes del “fundamento de voto”, al separar éste único aspecto, caen en la posición de la teoría no como teoría-programa, es decir una parte constitutiva de la praxis revolucionaria, sino reducida al mero aspecto de un aspecto muy importante (y en el que nuestra corriente se ha esforzado por arrojar una visión sensata de la realidad), pero que castrado y limitado a eso es propio de los medios académicos marxistas. Por eso, el "fundamento de voto” de la fracción mayoritaria introduce una concepción que se orienta al academicismo y al teoricismo. Y ¡cuidado con esto camaradas de la mayoría!, porque cuanto más se avance por este camino, cada vez los análisis serán menos sensatos y más equivocados.
Tanto el sectario como el oportunista tienen un método común para desarticular la relación entre la teoría, la estrategia y la táctica: tomar uno de estos aspectos, darle un valor sin límite y terminar por esa vía castrando la política revolucionaria. El oportunista (y los sectarios también, puesto que son oportunistas que se temen a sí mismos) termina absolutizando las tácticas. El sectario, esta vez, “bien ilustrado”, absolutiza el valor de la teoría sin la cual no hay praxis revolucionaria, separándola de la acción, transformándola en dogma y, por lo tanto, por la vía contraria al objetivista, llega al mismo resultado: la acción termina reducida a... las tácticas.
El “fundamento de voto” considera que “no insistir en el aumento de la actividad teórica en el momento en que las tendencias latentes al crac se hacen más presentes... es un dislate antimarxista que nos desarma para la lucha política”.
Nuevamente, no podemos estar en contra de esta afirmación. Pero del dicho al hecho hay mucho trecho. Porque leemos y releemos la Circular Interna N° 4 y el LVO N° 39, y no hacemos más que confirmar lo que decimos: que la afirmación anterior en boca de la mayoría quiere decir, tan sólo análisis, que aunque muy importantes, terminan siendo economicistas y académicos, desligados de la situación del enfrentamiento de las clases en pugna, es decir, de la lucha de clases, de la situación de los estados, regímenes y gobiernos, y de la crisis de dirección revolucionaria del proletariado, y de la necesaria adecuación correcta del programa de acción.
En relación a esto último, un modesto párrafo del capítulo 1 de nuestra Plataforma, muestra más esfuerzo por establecer esa ligazón que las largas tres páginas dedicadas al tema en LVO N° 39, donde no se intenta en lo más mínimo establecer esta relación fundamental hoy, en 1998, para terminar una teoría correcta y una praxis revolucionaria.
Son tan soberbios y autoproclamatorios, que rechazaron la propuesta de la TBI de realizar una reunión común de elaboración sobre el estallido de la crisis mundial. Si no pueden aceptar esta elaboración común con una tendencia minoritaria de nuestro propio partido, ¿cómo piensan establecer lazos de colaboración teórica y política con otras corrientes del movimiento trotskista con concepciones y tradiciones totalmente distintas?
5- Una consecuencia inevitable de la autoproclamación: se rompe, desde una concepción propagandista,
con la política de Comité de Enlace que proclamó la reunión de la FT
En la reunión de la FT, se ratificaron una política y un plan de combate ofensivos:
“Por lo tanto, [la reunión de la FT] votó, junto a continuar de forma sistemática la edición de EI, una política ofensiva que se expresa en el llamado a constituir en forma inmediata un Comité de Enlace por la Reconstrucción de la IV internacional, tanto a nivel internacional, como en los países que por la existencia de grupos que coinciden con esta estrategia, pueda ser llevado a la práctica. Este llamado debe ser hecho con el método planteado en el Manifiesto Programático de buscar acuerdos en base a lecciones estratégicas y programáticas de los grandes acontecimientos de la lucha de clases mundial”.
¿Qué queda, después de leer el “fundamento de voto”, de la política de la FT de llamar a formar un Comité de Enlace? Nada, tan solo la cubierta, la forma. Porque reivindicar tanto “avance teórico” y tanto elogio intelectual separado del programa, de la política y de la organización, conduce a un solo lado: a una concepción de acuerdos en la teoría, y no sobre la base de acordar en lecciones programáticas para la lucha contra el centrismo e incidir en los nuevos fenómenos. ¡Y acá parece saltar la liebre! ¿No será que la verdadera razón de por qué en el “fundamento de voto” se ponen en un mismo nivel la visita de la dirección de Lutte Ouvrière, el ala derecha del movimiento trotskista, con la probable continuidad de nuestra relación con la LRCI, más la relación con un intelectual como Ken Loach, más los elogios de historiadores y economistas, es porque la mayoría del CC se empezó a ubicar como un “centro” de elaboración teórica que establece relaciones con todo el mundo, es decir, con otros “centros”, en ese plano? Hay que decir la verdad entonces: con esta orientación no estaremos impulsando un comité de enlace para luchar contra el centrismo, sino poniendo en pie una versión de “izquierda” de la revista Herramienta del MAS.
¿O acaso al Comité de Enlace lo hacemos alrededor de los acuerdos teóricos, es decir de la revista internacional y de nuestros pequeños pero importantes avances teóricos? ¡Pero si justamente la táctica de Comité de Enlace surge porque alrededor de los problemas teóricos no podemos avanzar ni un milímetro en confluir con nadie! ¡Pero si habíamos llegado al convencimiento de que por el estallido del movimiento trotskista, éste era un camino que llevaba a la autoproclamación, a construir una... LRCI! Justamente por ello no pudimos llegar a un acuerdo con la LRCI, porque ellos nos proponían fusión alrededor de un acuerdo teórico y programático para avanzar a una tendencia común. Y sabíamos que eso no era posible, porque todos somos parte del estallido, todos aislados intentamos reconstruir hilos de continuidad de la teoría y el programa.
Si este fuera el eje compañeros, hubiéramos propuesto a la FT la tarea de llamar a constituir una tendencia internacional alrededor de la Revista Estrategia Internacional. Y justamente, esta posición fue derrotada ya antes de la reunión de la FT. Las resoluciones de dicha reunión son justamente contra esta posición que esbozara EA, JCh, y Ch. cuando planteaban que el eje era constituir una tendencia internacional alrededor de conseguir corresponsales de la revista,que como táctica, puede ser muy buena, inclusive como parte de las resoluciones de la FT. Pero la cuestión es que ésta era una respuesta impotente que los compañeros intentaban dar después de nuestro fracaso con la LRCI.
Justamente si hubiéramos seguido esta orientación, hubiera quedado en el vacío el Proyecto de Manifiesto Programático y el método planteado en el mismo de buscar acuerdos en base a lecciones estratégicas, que concentran la teoría en programa, en lecciones revolucionarias, para a partir de ellas, golpear a los centristas, separar a centristas de revolucionarios, y a partir de allí, avanzar en la táctica de Comité de Enlace. Por eso, con los compañeros del POR, la diferencia se expresa en su política programático-estratégica de Frente Único Antiimperialista, que repite la estrategia del centrismo revisionista de Lora en Bolivia, gravísimos problemas teóricos que de seguro, en el debate con los camaradas en el Comité preparatorio, serán un gran punto de discusión, junto a los aspectos programáticos del mismo.
La desproporción autoproclamatoria ya los está llevando a presentar el acuerdo alcanzado con el POR, de formar un Comité Paritario, como si ya fuera de hecho un acuerdo superior para intervenir sobre los centros, o sea un Comité de Enlace, y no como lo que es de hecho: una declaración de intenciones de llegar a él. Es un hecho muy positivo esta declaración de intenciones pero en manos de la mayoría se transforma en un globo inflado para utilizarlo en la lucha fraccional interna. Porque que sepamos no hemos logrado aún con estos camaradas sacar una declaración sobre los últimos acontecimientos bolivianos y la política sindicalista y oportunista de Lora en Bolivia. Que sepamos, sobre las lecciones de los combates internacionales no hemos sacado aún una carta abierta a Voix des Travailleurs de Francia y mucho menos sobre el PSTU brasileño en el cual se están procesando duras luchas internas. Esta declaración de intenciones es de por sí muy positiva, pero el autobombo no dice la verdad a la vanguardia y al movimiento trotskista internacional del verdadero carácter inicial de las relaciones con el POR. La mayoría publicó los acuerdos, sin hacer una caracterización política del mismo, rompiendo el apotegma leninista de cuanto más nos acercamos a una corriente mayor claridad hay que desplegar sobre las diferencias que existen y sobre el carácter de los acuerdos que se hacen.
¿Y el Grupo de Trabajadores Revolucionarios (GTR), que también estuvo en nuestra conferencia internacional? Todo autoproclamatorio oculta los fracasos. En el periódico, públicamente, no damos ninguna explicación sobre el estado de las relaciones con los camaradas que salieron en el periódico, con los que firmamos la declaración de Irak. En un pase de magia, la mayoría del CC hizo desaparecer al GTR.
Efectivamente el GTR es un grupo más débil producto del estallido del morenismo, no tiene una clara definición sobre internacionalismo, es totalmente centrista al respecto, pero si tiene posiciones sobre distintos aspectos internacionales, distintas a las nuestras. La explicación que tendrían que dar es que por impaciencia y soberbia, de hecho en la última reunión con ellos los tratamos como si fueran base nuestra diciéndoles que “no eran cuadros que se elevaban” y de hecho rompiendo las relaciones sin agotar para nada la discusión política y luchar por mantener un marco de discusión común. Esta desviación autoproclamatoria, este nuevo giro nacional-trotskista, se expresa entonces en que se hacen y deshacen acuerdos, aparecen y desaparecen grupos como el GTR, sale del centro y vuelve a él la LRCI, ahora lo ponen en el centro al POR... (y la sacan a la TBI del partido y de los equipos). Todas maniobras sin principios de un centro nacional que solamente busca “chapas” de forma tacticista para cubrir su verdadera política, que es construirse en los espacios del régimen vía el Ceprodh y las cátedras, pero eso sí “captando” para fortalecer la secta.
Sus verdaderas posiciones son hacer un “centro teórico” nacional, y como acuerdos en la teoría y por programas generales no se pueden hacer como se hacían durante el “trotskismo de Yalta”, lo único que queda es la Comisión Internacional del PTS, como ayer para el MAS quedaba la LIT en el segundo piso del local de calle Perú.
Les aclaramos que el “test” que termina de desenmascarar esto es que el POR, y el compañero Gamboa en especial, actuó de una forma mucho más principista y centralista democrática que la mayoría del CC con la TBI: los compañeros alrededor de la discusión de Frente Único Antiimperialista tienen tendencias internas. Una de ellas defiende la táctica del FUA. El compañero Gamboa trajo a los dirigentes de esa tendencia a todas las reuniones entre nuestros partidos para formar el Comité Paritario. Y la mayoría del CC, que actúan copiándole el método a Hardy-Lutte Ouvrier, no nos invitó a la TBI y nos excluyó de las últimas reuniones realizadas luego de nuestra declaración en tendencia, porque en última instancia la podredumbre de nuestro régimen interno es expresión del nuevo giro nacional-trotskista de la mayoría del CC.
Por eso rápidamente, en el medio de la lucha fraccional, la mayoría vuelve a desplegar sus verdaderas posiciones. Posiciones que no se animaron a plantear en la reunión de la FT, y que es lo que realmente pensaban y piensan, como hoy se demuestra. Estaban realmente incómodos con las resoluciones de la FT, y por eso, en esta lucha fraccional, se apresuraron a demolerlas con su “fundamento de voto”.
¡Díganle la verdad al partido, compañeros de la mayoría! ¡Que por la lentitud en tener éxitos inmediatos en nuestra política internacional de Comité de Enlace, Uds. le están preparando un entierro de lujo a esa política internacionalista! Y que se están volviendo al nacional-trotskismo bajo la forma de una pelea contra una inventada “tendencia obrerista” y “resentida” con los intelectuales.
6- La mayoría del CC, con sus balances autoproclamatorios,
forma cuadros “internacionalistas” con un método opuesto al del bolchevismo y el trotskismo
Cuando decimos que en el balance-pastiche de la mayoría se absolutizan los avances teóricos, no estamos hablando de que hay que organizar los balances alrededor de los éxitos o los fracasos “prácticos”. Por el contrario consideramos que, así como el éxito no es sinónimo de talento, en la tarea de combatir a los centristas que hablan en nombre del trotskismo podemos fracasar en nuestro objetivo de decantar alas izquierdas, hacer avanzar a corrientes centristas que giren hacia la izquierda, por más teoría y programa correcto que tengamos, y tácticas revolucionarias para llevar esta lucha adelante. Porque esto no depende solamente de nosotros, sino también del desarrollo de las condiciones objetivas (si hay salto en la radicalización o no, si el crac descompone las fuerzas del proletariado antes de que alcance a intervenir otra vez, etc.). Pero ya hemos definido que ese es un proceso que no puede ser espontáneo, que tiene que existir una izquierda trotskista que se lo proponga conscientemente y al servicio del cual deben estar nuestros avances teóricos y programáticos.
Y de fracasar, esto sería una enorme presión para degenerar. Pero podría ser resistida con cuadros que, en primer lugar, hayan dado una pelea correcta en el momento justo; y en segundo lugar, estén formados no en un exclusivismo nacional de un centro teoricista, sino en una verdadera estrategia y concepción internacionalistas, es decir una comprensión común y profunda de las tareas internacionalistas. Y en tercer lugar, el fracaso no sería una derrota estratégica si contamos con cuadros y militantes conscientes de la necesidad de luchar contra ese aislamiento y no educados en el facilismo que nos proponen los autores del “fundamento de voto”. Por el contrario con una concepción teoricista y academicista como la que empieza a desarrollar la mayoría del CC, lejos estaremos de mantener, aun cuando fracasemos, los hilos de continuidad, de formar cuadros que tengan una verdadera visión de combate de la lucha por la reconstrucción de la IV Internacional.
¡Esta es la única concepción que asegura la continuidad de ese combate! Es el mismo método con que Trotsky y la Oposición de Izquierda en los ‘20s formaron cuadros conscientes de que la derrota de la revolución alemana y el aislamiento de la URSS llevaban a la degeneración del estado obrero, contra la visión del stalinismo que transformaba ese aislamiento en virtud, diciendo que la salida era el “socialismo en un solo país”. La victoria del stalinismo y la degeneración de la URSS (¡y esas sí que eran derrotas y fracasos!), gracias a la existencia de esos cuadros formados por esta dura lucha dirigida por Trotsky, no impidió que mantuvieran la continuidad que luego hizo posible la formación de la Oposición de Izquierda Internacional primero y la IV Internacional después, que a pesar de la derrota en la URSS, hubiera cuadros y organización para intervenir en procesos revolucionarios como España y Francia en los ‘30s. Es que el trotskismo no separaba en su combate internacionalista la teoría, del programa, la organización y las tácticas, unidad que constituía un álgebra revolucionaria verdadera continuidad del bolchevismo, que las había unido y concretado en la toma del poder en Rusia y en la fundación de la III Internacional. Así, en el enfrentamiento al exclusivismo nacional stalinista que llevara a la seudoteoría del socialismo en un solo país la teoría dio saltos fundamentales, combatiéndolo en Rusia y en China (combate este último que llevara a la elaboración completa de 'la Teoría de la Revolución Permanente), en medio de una feroz lucha de partidos, tanto teórica, programática y con tácticas revolucionarias, primero como Oposición dentro de la III Internacional hasta 1933, luego como liga internacionalista, después como movimiento pro-Cuarta Internacional hasta la fundación de la misma en 1938.
Y podría decirse que este combate fracasó: el stalinismo triunfó en la URSS, el proletariado alemán fue derrotado entregado por el stalinismo y la socialdemocracia, con los Frentes Populares se traicionó en Francia y España. El centrismo construyó partidos de varios miles de militantes, como el POUM, el SAP, el ILP, de los que no quedaron ni rastros. Pero Trotsky pudo concretar su obra más grande: fundar la IV Internacional y darle continuidad, tras semejantes derrotas, al bolchevismo, y dejarnos todo su legado teórico, programático y de acción, como continuidad del mismo.
Pero lo hizo poniendo la teoría, la estrategia, el programa y las tácticas, como herramientas de una fenomenal lucha de partidos, que durante todo un periodo adquirió carácter de guerra civil, como fue la lucha del stalinismo por aniquilar al bolchevismo, es decir, al trotskismo en la URSS, y la política contrarrevolucionaria del stalinismo de actuar como quinta columna aniquilando a los trotskistas y a toda organización que tuviera que ver con el trotskismo o que se aproximara a la revolución, como España.
La lucha al interior de la III Internacional, para desde los procesos revolucionarios de Oriente primero, y luego desde Occidente, intentar revertir ese proceso de degeneración de la URSS y de la III Internacional, fue una fenomenal lucha de partidos entre trotskismo y stalinismo. Época ésta en que Trotsky gana a los Cannon, a los Nin, y a tantos otros, aunque lamentablemente muchos de ellos, como éste último, degeneraran luego hacia el centrismo. También fue una feroz lucha de partidos la lucha contra el centrismo en los ‘30, con tácticas como el bloque de los 4, el giro francés, etc.
Vuestro teoricismo autoproclamatorio esconde el peor de los oportunismos. Reniega de la necesaria lucha de partidos y por lo tanto, es nacional trotskismo. O sea, reniega de la lucha de partidos, lo que los aleja de la lucha por reconstruir la IV Internacional y resolver de esta forma la crisis de dirección revolucionaria de la humanidad, cosa que no puede hacerse si no es mediante una fenomenal lucha de partidos.
Y como veremos luego, infectada por los medios académicos de la universidad burguesa, la fracción mayoritaria le da el rol a Trotsky de ser tan sólo un proveedor de dialéctica y de teoría para que los grupos no degeneren, como lo expresa el vergonzoso suplemento (el aniversario de la muerte de Trotsky publicado en LVO) elaborado por ustedes. ¡Qué desecamiento y reduccionismo subjetivista!
Con el mismo método sacado de la experiencia del bolchevismo y el trotskismo, es decir, el movimiento revolucionario de esta época de crisis, guerras y revoluciones, debemos formar cuadros en los que se haga carne, que sin teoría revolucionaria no hay praxis revolucionaria. Que la elaboración teórica es parte fundamental de toda corriente internacionalista, sin la cual no hay ninguna posibilidad de praxis revolucionaria internacional y nacional. Pero también formados en la convicción de que cada centímetro que nos desviamos o nos retrasamos en intervenir con nuestra lucha política contra los centros nacional-trotskistas y los fenómenos transitorios que hoy emergen del mismo, cada paso que nos alejamos separando la teoría de la estrategia y la táctica revolucionaria para combatirlos ofensivamente, es un kilómetro que avanzan los peligros de nuestra adaptación nacional y la degeneración de nuestra corriente, arrastrándonos a la autoproclamación nacionalista, renegando en los hechos de luchar por reconstruir la IV Internacional para resolver la crisis de dirección revolucionaria del proletariado a nivel internacional.
7- Una vuelta atrás al nacional- trotskismo por parte de la mayoría del CC
El reivindicar los “avances teóricos” y las repercusiones de los análisis de Estrategia Internacional sin ligarlos con las resoluciones de la FT, sin hacer un balance real del estado de nuestra política internacionalista y en particular de nuestra táctica de Comité de Enlace, significa que la fracción mayoritaria está huyendo de las tareas que votamos para dar el giro internacionalista y de las resoluciones de la FT. Como expresión de nuestras dificultades en avanzar en esas tareas, o sea en la lucha de partidos en el seno del movimiento trotskista, la fracción mayoritaria quiere volver a la desviación nacional-trotskista de la que venimos: considerarnos tan sólo un centro de “elaboración teórica”. ¡Es la fracción mayoritaria la verdaderamente “regresiva” y “resistente al giro internacionalista”!
Por esa razón el único déficit del que se habla a lo largo de todo el “fundamento de voto” es cuando se dice que “en el giro que estamos dando todavía lo más atrasado es la formación de propagandistas de alto nivel que a su vez sean capaces de explicar sencillamente, es decir popularizar estos conceptos para los obreros y los jóvenes” (negritas nuestras). Este demostrativo pasaje es la más completa demostración de la ruptura con las resoluciones de la FT, de que no se tiene para nada en cuenta el peligro de degeneración sino precisamente que se piensa lo contrario: que ha aparecido un nuevo “centro teórico” al que tan sólo le faltan los “propagandistas” que cual apóstoles hagan conocer la “buena nueva”. Pero, ¿qué es esto sino “garmendismo” del mejor cuño, o propagandismo al mejor estilo de Andrés Romero, el MAS y su revista “Herramienta”? ¿Será que los sectores del CC influenciados por el éxito de las cátedras marxistas y que venían proponiendo en el CC ir al movimiento obrero con propaganda socialista, convencieron a todo el CC?
Dicen las resoluciones de la FT:
“Las tareas que se desprenden de la caracterización que planteamos más arriba implica que todos los grupos que conformamos la FT debemos preparar al conjunto de nuestros cuadros y militantes en este combate internacionalista contra todas las corrientes que usurpan las banderas de la IV. Esto significa romper con la concepción de internacionalismo que arrastramos del centrismo. Para el centrismo todo el internacionalismo se resumía en la necesidad de un marco internacional. Las tareas internacionales no eran un patrimonio de la organización sino éstas eran delegadas a la Internacional”. (Negritas nuestras)
Y por eso, renglones más abajo se sostiene:
“...No hacerlo, pretender que el partido se construye con una sumatoria de tácticas, separar a éstas de la estrategia de luchar por la reconstrucción de la IV Internacional, solo llevaría a la construcción de un partido centrista que podría engordar pero que no pasará la prueba frente a los combates decisivos. Para eso es necesario que la lucha contra las corrientes centristas que usurpan el nombre del trotskismo y por la reconstrucción de la IV no sea un tema sólo para la propaganda sino que se encarne en la lucha cotidiana de nuestros cuadros y militantes contra los diversos grupos centristas y en la propagación de las ideas internacionalistas hacia los sectores más perspicaces de la vanguardia.” (Negritas en el original)
Pero el “'fundamento de voto” de EA, MN y JS ha decidido romper con este pasaje tan importante de las resoluciones de la FT. Para la mayoría, la revista es el “marco internacional” y lo que faltan son buenos propagandistas nacionales para “popularizar estos conceptos entre los obreros y los jóvenes”. Destacamos lo de nacionales, porque esperamos que no se pretenda que este párrafo que citamos signifique que quieren llegar con la propaganda a los obreros y jóvenes del mundo (!!!). Para encubrir esta concepción centrista del internacionalismo, nos quieren convencer que ya, con la sola publicación de tres números de la revista internacional, estamos en una “lucha descarnada de partidos, tendencias y fracciones” (!!!).
¡Digan la verdad entonces! Para Uds., compañeros de la mayoría, el gran problema, el gran atraso que tenemos no es como terminamos de romper con “la concepción de internacionalismo que arrastramos del centrismo”, no es como avanzamos para eso en “¡la lucha cotidiana de nuestros cuadros y militantes contra los diversos grupos centristas!”
¡Se han subido tanto arriba del caballo que ni siquiera consideran el atraso con que llegamos, y llegaremos de subsistir nuestro aislamiento, a la elaboración teórica, sino que está todo bárbaro y sólo faltan “propagandistas de alto nivel” que sepan explicar la “verdad revelada” en el Río de la Plata! ¡Esto no es más que la defensa de una ubicación internacional como un nuevo “centro resistente”, eso sí, muy ilustrado!
Pero si esto no es así, y el retraso es el que Uds. dicen, ¿nos van a venir a decir entonces que el PO, a nivel nacional, nos ganó de mano y la popularización de la necesidad de la lucha por la Cuarta Internacional como venimos sosteniendo, porque nos faltan “propagandistas de alto nivel”? La mayoría del CC, por querer tirarle en la cara a la “tendencia” los logros internacionales, se ha metido en un lío bárbaro, ¿En qué mundo viven? Nosotros que vivimos en el de las resoluciones de la FT estamos con ellas cuando dicen inmediatamente a continuación de la cita anterior:
“El retraso de votar una política ofensiva en este sentido, como consecuencia de las desviaciones nacional-trotskistas se han expresado en el caso de Argentina (¡vuelvan a leer lo anterior camaradas de la mayoría!: no habla de “propagandistas”) que, a pesar de los avances de las distintas tácticas y que el PTS se haya rodeado de un auditorio, haya sido el Partido Obrero quien como cobertura y para una política de reagrupamiento oportunista se nos haya adelantado en la agitación y en la popularización en sectores de la vanguardia de la idea correcta de refundar la IV Internacional. ”
Camaradas de la mayoría, no se pueden cambiar tan impunemente las cosas. ¡Las resoluciones de la FT tiene todavía fresca la tinta! Nosotros también nos preguntamos: ¿qué “peculiar combinación astral se dio sobre el cielo de Buenos Aires” en esos días cuando las votaron? ¡Porque no se les pueden olvidar tan rápido!
Como vemos, la TBI y las resoluciones de la FT por un lado y la mayoría del CC por otro, diferimos por el eje en que es “lo más atrasado” de nuestra lucha internacional, y en cómo educar en consecuencia a nuestros cuadros y militantes como revolucionarios internacionalistas. Su nueva concepción de internacionalismo, sostenemos desde la TBI, es una adaptación lisa y llana a la presión de un partido empujado a conformarse, independientemente de su voluntad, con los relativos éxitos de las tácticas como el Ceprodh y las “cátedras marxistas”, partido para el cual solo bastaría una “visión internacionalista” que complete su personalidad política.
Aunque no se dé cuenta la fracción mayoritaria está definiendo una visión centrista de las tareas internacionales del partido. Como toda posición centrista corre el peligro de desbarrancarse completamente. ¡Pero si la concepción clásica de la socialdemocracia alemana antes de la Primera Guerra Mundial, era que el internacionalismo era hacer un partido de masas nacional (federado con otros partidos de masas nacionales) y una teoría del marxismo que encarnaba la experiencia del movimiento de masas! Lo que no era más que acumulación de elaboraciones teóricas, más tácticas. Y nos van a venir a decir que la social democracia alemana no tenía grandes teóricos, como Bebel y otros tantos. Pero compañeros, ¿no se dan cuenta que ya hace más de 90 años que cambio la época, y que la teoría y los programas se encaman en partidos que a su vez representan a sectores de clase, reformistas, contrarrevolucionarios, revolucionarios, centristas de todo pelaje, que están en una lucha encarnizada por la vanguardia y las masas? ¿Y que ustedes no pueden decir muy sueltos de cuerpo, que el único déficit de nuestro internacionalismo es la “formación de propagandistas de alto nivel”?
Estamos en la época de crisis, guerras y revoluciones; se acabó que con teorías más tácticas se pueden construir partidos de masas. Eso es antileninismo puro. Es concepción socialdemócrata en estado puro. A esto se termina llegando en vuestra desviación centrista autoproclamatoria, de forma empírica, pragmática, casi sin darse cuenta. Compañeros, ¿pretenden parar en algún punto? Volvemos a insistir compañeros, paren, no sigan tras los pasos de un ala del movimiento trotskista totalmente socialdemocratizada, de los Garmendia, los Aldo Casas, la SR italiana, etc.
8- El verdadero “internacionalismo epidérmico” de la fracción mayoritaria
En la “primera respuesta” de EA a P., se acusa a este último de, supuestamente, no "impresionarse” con las luchas del proletariado coreano y de la General Motors de EEUU y sí con las de los obreros de la UOCRA en la Argentina.
Por supuesto que es muy importante que los militantes del partido se entusiasmen, vibren y se interesen profundamente por las luchas y experiencias de la clase obrera mundial, que las sigan y discutan apasionadamente. Pero éste es sólo un aspecto de la formación de militantes y cuadros verdaderamente internacionalistas. Este apasionamiento debe ser parte de una verdadera concepción internacionalista trotskista y una correcta estrategia internacionalista de combate, de extraer las lecciones programáticas revolucionarias de esas luchas y de los acontecimientos internacionales, para transformarlas en herramientas de lucha política ofensiva contra las corrientes centristas que hablan en nombre del trotskismo a nivel nacional e internacional. Desligado de esa estrategia de combate, el nada más vibrar y entusiasmarse con las luchas obreras del mundo, se reduce a un verdadero “internacionalismo epidérmico”, repite los gestos “morenistas”, que educaba a sus cuadros y militantes en que había que “vibrar” con la lucha de clases internacional, lo que no era más que un taparrabos de una política nacional-trotskista, que no era más que mucho “sentimiento” internacionalista en los actos para encubrir la formación de un partido con muchos votos y algún diputado. No nos olvidemos que Moreno decía que “había que vibrar” con Nicaragua y El Salvador, mientras el MAS en Argentina, con el peor de los tacticismos oportunistas, estaba detrás de “Zamora diputado”.
Todo el nuevo “Internet-cionalismo de vibraciones” de la fracción mayoritaria, al estar desligado de la lucha de partidos a nivel nacional e internacional y de una estrategia internacionalista de combate, es “epidérmico”.
Por el contrario, las campañas, como la de Irak que realizamos el último verano, o la que estamos impulsando alrededor de la figura de León Trotsky, sólo adquieren un sentido revolucionario y serán un eslabón de nuestra política internacionalista ubicadas desde esta lógica trotskista consecuente. Por fuera de ella, será una campaña internacional más no articulada con una teoría, una estrategia, una política y una organización revolucionaria que le corresponda.
9- Las causas de esta adaptación
No es casual el mirar hacia atrás de la mayoría del CC. Después de la reunión de la FT, las “paradojas” del PTS se han profundizado. La crisis económica internacional pega un nuevo salto adelantándose a una nueva oleada proletaria como la del ‘95. Esta situación de retraso del movimiento obrero, agudizada ahora por ¬las tendencias al crac en un nuevo salto de la crisis económica, viene afectando todos los “proyectos” de construcción dentro del movimiento trotskista.
A partir de la contraofensiva de masas iniciada en 1995, los centros nacional-trotskistas se fortalecieron, y se preparaban, con una visión evolucionista del desarrollo de la contraofensiva, para un crecimiento de los sindicatos y de las organizaciones tradicionales del movimiento obrero y de masas, y para irse para arriba por esa vía. Esta preparación consistió en realidad, en una mayor adaptación a los partidos reformistas y a las burocracias sindicales, con lo cual, si venía la radicalización -radicalización que la contraofensiva iniciada en 1995 no dio- los iba a encontrar en la vereda de enfrente junto a las direcciones contrarrevolucionarias. Como la LCR francesa tratando de ubicarse como la “izquierda de la izquierda plural” del gobierno de Jospin; como el PSTU en Brasil, tratando de aprovechar el espacio que deja el giro a la derecha del PT, levantando la política de volver “al PT de los orígenes”; como Lutte Ouvrière ubicándose para confluir con la Izquierda Comunista del PC francés que hoy está en el gobierno junto a Jospin; como el PO de Argentina que termina al lado del grupo Proposta, que está dentro de Rifondazione Comunista que a su vez apoya al gobierno imperialista del Olivo. Pero todos estos proyectos se van a la basura porque con la crisis económica y las tendencias al crac, no puede haber “PT de los orígenes”, no puede haber un crecimiento evolutivo de una corriente a la “izquierda de la izquierda plural”.
Contra estos proyectos de los centros nacional-trotskistas, surgieron de los mismos, centros transitorios, que aunque, en su crítica a las orientaciones de la derecha levantan aspectos progresivos, lo hacen desde una lógica nacional y para nada internacionalista, como Voix des Travailleurs, la Fracción de Lutte Ouvrière, por ejemplo, en Francia.
Nuestra desviación nacional-trotskista de los últimos dos años, en vez de votar una política ofensiva, nos impidió golpear sobre esos centros transitorios, para intentar evitar que se transformaran en fotocopias de los centros nacional-trotskistas, para intentar impulsarlos hacia la izquierda. Sólo con una feroz lucha de partidos teórica, programática y política con esas corrientes hubiéramos podido hacerlas avanzar.
Pero por las causas apuntadas más arriba, porque la crisis económica mundial se puso al centro de la escena antes de que viniera una segunda oleada proletaria que diera radicalización, porque justamente las tendencias al crac liquidan toda posibilidad de una evolución gradual de la contraofensiva de masas abierta en 1995, es que los centros nacionales no pudieron irse para arriba con sus proyectos y los centros transitorios quedaron estancados a su vera.
Los centros de la derecha empiezan a mostrar inestabilidad. En nuestro país esto se ve en la crisis del MST y del MAS como izquierda obrera, aunque no del PO, que apuesta irse para arriba repitiendo un fenómeno electoral parecido al de LO de Francia.
En tanto que la izquierda trotskista, la FT, que por causas objetivas y subjetivas (la desviación nacional-trotskista) no pudo romper su aislamiento, se ve obligada a quedarse sacando conclusiones teóricas, para colmo con un retraso de siete años. La profundización de esta “paradoja” es una presión terrible para volver a nuestra anterior existencia de tan sólo “Centro” de elaboración teórica. Por eso es grande la resolución de la FT, que define que, en condiciones no hay radicalización, sólo con una política consciente de la izquierda trotskista, con una ofensiva de intervenir y pegar sobre esas corrientes, puede haber una posibilidad de hacerlas girar a la izquierda y poder confluir con ellas, o con sectores o moléculas de ellas.
Nuestra propia historia demuestra, por otra parte, que esto es así. Porque cuando más aislados estuvimos, en medio de nuestra desviación nacional-trotskista, menos avances teóricos y programáticos hicimos (¿O qué es, si no esto, entre otras cosas, una desviación nacional-trotskista?). En cambio, avanzamos hacia la izquierda, definimos nuestro método de construcción internacional y nuestra táctica de Comité de Enlace, por lucha y delimitación con la LRCI y su política autoproclamatoria, que defendía y defiende la concepción del trotskismo de Yalta, de considerarse centro alrededor de los cuales se forman tendencias, imposible de aplicar hoy luego del estallido del movimiento trotskista. E incluso, nuestra propia conformación como PTS, nuestros avances teóricos, los logramos mediante una feroz lucha de partidos, en delimitación con el morenismo, en delimitación con las propias fracciones que surgieron a nuestro interior, como el garmendismo, en lucha con el WRP inglés. Corrientes que incluso nos hicieron grandes aportes parciales que nos ayudaron a avanzar más y más a la izquierda en nuestra delimitación y elaboración teórica. Como por ejemplo, la crítica de Garmendia y el WRP a la teoría de la revolución democrática de Moreno nos aportó importantes elementos para avanzar en nuestra delimitación y en la afirmación de la concepción de la Revolución permanente. Fue incluso el propio WRP el que nos planteó por primera vez que había que reconstruir la IV Internacional, cuando nosotros todavía no habíamos roto con nuestra concepción de que “la” Internacional era la LIT.
Es sintomático entonces, y para nada casual, que la reunión de la FT y sus resoluciones se mencionen tan solo al pasar en el “fundamento…” y no para darle una referencia central y directriz al balance que hacen, y en cambio lo reemplacen por un “internacionalismo” medido por las repercusiones de lo que escribimos. Es que la fracción mayoritaria está decidida a dejar esas resoluciones de lado en pos de una concepción distinta, que se aleja de nuestras tareas internacionalistas correctas, aunque éstas se sigan repitiendo ritualmente tan sólo como cobertura del regreso a una nueva desviación nacional-trotskista.
La fracción mayoritaria opina en el “fundamento de voto” que negar los avances de nuestra corriente, cosa que nadie en esta discusión y menos la TBI hace para ser veraces, es “destructivo”. Afirmamos que su visión irresponsable y autoproclamativa, de no corregirse, es la antesala de grandes desastres para nuestra organización.
¡Y la mayoría del CC quiere meter semejante contradicción en el dedal del supuesto “obrerismo” y “populismo” de una ínfima minoría del CC! Pero eso es pegar el grito en un lado para poner los huevos en el otro, porque al grito demagógico de “¡giro internacionalista!”, lo que se esconde es una vuelta a una nueva versión de la desviación nacional-trotskista contra la que con tanto esfuerzo venimos combatiendo en común. A esta paradoja de nuestro partido la quieren resolver partiendo de una concepción teoricista y propagandística, es decir, contradiciendo las resoluciones de la FT. Cuando EA dice, como en su respuesta a R, que las “pequeñas ligas marxistas” se definen por su programa, no hace más que preparar el camino para renunciar a la lucha de partidos y para ser otra vez un supuesto “centro de elaboración teórica”. Si la izquierda trotskista se adapta de esta manera a esta presión de la nueva situación internacional y nacional degenerará irremediablemente.
10- Un primer ejemplo de lo que decimos ya salió en La Verdad Obrera: una concepción subjetivista de la crisis de la IV Internacional
Tanto en el CC como en los plenarios posteriores al Congreso, utilizando el argumento del “obrerismo” de R. se ha empezado a esbozar una posición que consiste en decir que el estudio de la teoría marxista y en particular la dialéctica es una garantía contra toda desviación. Hacemos nuestros los argumentos que P. levanta en su carta contra esta tergiversación.
Pero dejemos de lado las manifestaciones orales: La expresión más categórica de esta nueva concepción subjetivista ya se encuentra desarrollada por escrito en el suplemento del último periódico dedicado a León Trotsky, editado bajo la absoluta responsabilidad de la mayoría del CC. En un artículo sin firma se empieza a cambiar la historia de la IV y la explicación de su degeneración centrista, en particular la del SWP de EEUU, de manera muy a gusto de la nueva concepción subjetivista según la cual la dialéctica, la teoría y el programa lo son todo:
“...Este camino seguido por el SWP (el de su degeneración centrista) se explica no sólo por las presiones materiales (la aristocracia obrera norteamericana fue durante el boom de la posguerra base social del macartismo y de la guerra fría) sino porque, en definitiva Cannon solo siguió parcialmente los consejos de Trotsky en la lucha contra la fracción pequeñoburguesa. Sin Trotsky, los análisis de Cannon durante la posguerra pecan permanentemente de falta de dialéctica, que junto con la subestimación de la educación teórica del partido, favorecieron la adaptación centrista a la clase obrera norteamericana tal cual es.” (Negritas nuestras).
Estamos ante una nueva interpretación de la crisis de la IV, subjetivista, más bien idealista. Según ella, la degeneración centrista no se debió fundamentalmente, como siempre hemos sostenido, a la adaptación política y programática a los aparatos, por el hecho de que el PC contra los pronósticos de Trotsky salió de la guerra fortalecido y a la cabeza de los estados obreros deformados de Europa del Este; al surgimiento de direcciones pequeñoburguesas que estuvieron a la cabeza de procesos revolucionarios para desviarlos y derrotarlos, o en última instancia burocratizar los nuevos estados obreros que surgieron como el vietnamita y el cubano; al boom capitalista y la formación de una aristocracia obrera en los países capitalistas centrales que sacó al movimiento obrero de la escena hasta el ‘68. No, en definitiva(es decir la causa última), todo se debería a análisis faltos de dialéctica por la ausencia de Trotsky, al bajo nivel “teórico” ya “seguir solo parcialmente los consejos de Trotsky”. Resultado de lo cual, el papel de León Trotsky queda reducido al de un profesor de dialéctica y de teoría marxista, y no al de una personalidad que condensaba las más grandes experiencias del proletariado revolucionario en lo que iba del siglo además de ser la continuidad teórica y del pensamiento marxista revolucionario.
Esto significa que Trotsky vivo, para la fracción mayoritaria, era un asesor de dialéctica, y que de esa manera, con tal asesoría, el trotskismo norteamericano, se construía en un lecho de rosas, tal cual se desprende de la lectura del mismo artículo. Allí se da una visión idealista y evolutiva del desarrollo del trotskismo norteamericano desde su surgimiento hasta la muerte de Trotsky. Cuando la verdad, y cualquiera que lea la “Historia del Trotskismo Americano” de Cannon puede confirmarlo, fue que toda su historia, desde su surgimiento con los “tres generales sin ejército”, pasando por la fundación del SWP en 1938 y hasta la muerte de Trotsky, es la historia de la lucha de sus tendencias y fracciones, que surgían ante cada giro importante que imponía la realidad.
Pero volviendo a las explicaciones que da el artículo, nos podrán decir que las causas objetivas, materiales, de la crisis de la IV están en otra parte del artículo. Pero esto solo confirmaría que estamos ante una formulación ecléctica, donde se dice una cosa y lo opuesto al mismo tiempo. Y el eclecticismo en las formulaciones es, lo sabe cualquiera que tenga alguna experiencia política, el primer paso para empezar a cambiar concepciones de manera gradual y subrepticiamente.
11- Un segundo ejemplo: como refracción nacional de la autoproclamación,
desaparece la lucha por la refundación principista del trotskismo argentino
La autoproclamación internacional, es solo la otra cara de la moneda de la autoproclamación nacional. Así, el capítulo 3 del documento precongreso, que la mayoría del CC ha terminado por defender íntegramente, como veremos en el resto de esta plataforma, se organiza alrededor de las tácticas para "fortalecer al PTS”. Como demostraremos, es un documento para ubicarnos como una más de las 5 ó 6 sectas que a escala nacional se disputan el nombre del trotskismo. Como expresión de esto podemos adelantar sin embargo aquí la desaparición, como expresión de nuestra lucha por la reconstrucción de la IV Internacional, del punto programático de la refundación principista del trotskismo argentino.
¿Qué quiere decir esto? Sostenemos que la mayoría del CC al defender el cap. 3 está sosteniendo una política de construcción nacional, de muchas tácticas como el CEPRODH, las Cátedras marxistas, el Centro León Trotsky y la campaña por la reivindicación de este último, no para organizar a lo mejor de la vanguardia para la lucha por derrotar al centrismo nacional e internacionalmente, sino para decirle a la vanguardia: “venga al PTS”. De esta manera, y con la desaparición de la lucha por la refundación principista del trotskismo argentino, a los integrantes de los grupos de LVO y a los nuevos militantes, que son muchos en nuestra organización, no se los capta para la lucha de la izquierda trotskista contra el centrismo encarnado en el MAS, el PO, y el MST. Por el contrario, la mayoría del CC ayuda a que se forme en nuestro partido la concepción de que el PTS es “el” partido trotskista.
Esta postura nada tiene que ver con la tradición que viene de la Oposición de Izquierda, tradición que hay que traer a la luz para nuestra lucha contra el centrismo y por la reconstrucción de la IV Internacional, y mucho más luego del estallido del movimiento trotskista a partir del ‘89. La oposición de izquierda captaba y formaba cuadros (mientras consideró a la III Internacional como centrista y no como contrarrevolucionaria, es decir hasta el ‘33) para la pelea como izquierda revolucionaria del movimiento comunista mundial dirigido por el stalinismo. Cualquier otra postura se consideraba una capitulación y una renuncia a la lucha contra la degeneración del movimiento comunista. Así le dice Trotsky en una carta a Andrés Nin dirigente de la Oposición de Izquierda Española (que no era un pequeño grupo sino que contaba con más de dos mil militantes):
“Habla Usted del retraso de los obreros españoles y de la necesidad de darles a conocer las ideas fundamentales del comunismo antes de plantear las cuestiones de la Oposición de Izquierda...
Confieso que no imagino poder dar una conferencia sobre el comunismo a los obreros más atrasados sin plantear al mismo tiempo las cuestiones de la Oposición de Izquierda. Si diera una conferencia sobre el comunismo a los grupos de obreros más atrasados, españoles o no, despejaría el camino desde el principio con la siguiente declaración: En el comunismo hay varias corrientes. Yo pertenezco a tal corriente y voy a exponer como enfoca esta corriente las tareas de la clase obrera.
Para concluir llamaría a los obreros a unirse a la organización que defiende los puntos de vista que acabo de exponer. De otro modo, la propaganda y la agitación adquirirían un carácter académico, estarían desprovistas de un eje organizativo y, en definitiva, ayudarían al adversario, a los centristas y a los derechistas.”
Por oposición a las enseñanzas de Trotsky, con la autoproclamación se forman militantes para un partido que “engorda” vía tácticas exitosas y se ‘Va para arriba” sin obstáculos, y no, como ha sido tradición en nuestra corriente desde su fundación, como parte de una lucha a muerte por hacerle fracciones, dividir y derrotar al centrismo, y así refundar con todos los sectores honestamente revolucionarios de nuestro movimiento el partido trotskista en Argentina, que es la principal reflexión nacional de nuestra política internacional. Aunque repitan esto de manera ritual, afirmamos que la política de la mayoría del CC adquiere un ‘‘carácter académico” que solo “ayudaría” a nuestros adversarios, los “centristas” y “derechistas” del MST, del PO, y del MAS.
Por la vía de una concepción subjetivista, la orientación que defiende la mayoría del CC llega, como que los extremos se tocan, a las mismas posiciones que los objetivistas, la autoproclamación. Pero no en clave oportunista como la de estos últimos, sino esta vez en clave sectaria, que lleva a ignorar -y de esa manera capitularle- al centrismo que se apropia de las banderas del trotskismo en nuestro país. Sostenemos que la propuesta de la mayoría rompe con nuestras conquistas políticas y programáticas y con nuestra tradición para, en una nueva desviación nacional- trotskista, acercarse peligrosamente a propuestas similares a las de “Venga al MAS” de los ‘80s y principios de los ‘90s, o al PO con su "construyamos el Partido Obrero”.
12- ¡Abajo la autoproclamación sectaria!
Desde la TBI llamamos a enfrentar y derrotar la visión teoricista y autoproclamatoria, de la mayoría del CC alertando de que producto de ella estamos ante una desviación nacional-trotskista, sectaria y autoproclamativa de nuestro partido, que encubre bajo las banderas de un supuesto “giro internacionalista” serios elementos de adaptación, vía el tacticismo, al régimen democrático burgués.
En la época de crisis, guerras y revoluciones, no hay lugar con futuro revolucionario para “centros” teoricistas y tacticistas socialdemocratizados que inaugurara una corriente del movimiento trotskista como la SR italiana que tiene una gran revista internacional de un centro teórico nacional, o el MAS y a su vera el garmendismo. Desde la TBI llamamos a enfrentar este nuevo curso nacional-trotskista que de desarrollarse terminará siendo un ala más de esta corriente academicista y socialdemocratizante del movimiento trotskista.
Desde la TBI luchamos por una política internacionalista principista para impulsar nuestra lucha por un Comité de Enlace internacional en base a lecciones programáticas para reconstruir la IV Internacional expurgándola de centristas y revisionistas.
Sostenemos que la mayoría del CC es la verdadera fracción, oculta bajo el régimen de consenso, resistente al verdadero giro internacionalista expresado en las resoluciones de la Fracción Trotskista. Decimos oculta, porque se callaron la boca y no se animaron a desplegar sus verdaderas posiciones en la reunión de la FT, y después iniciaron una reacción en toda la línea contra sus resoluciones, que hoy sale a la luz en el “fundamento de voto” de Emilio Albamonte, Manolo Romano y Jorge Sanmartino. ¡O se está con las resoluciones de la FT, o se está con el vergonzoso “fundamento de voto”! Aquí está el nudo de esta discusión.
Por eso proclamamos:
¡Abajo la autoproclamación sectaria! ¡Vivan la teoría, la estrategia, el programa y las tácticas de la FT puestas al servicio de la lucha al interior del movimiento trotskista para expurgar sus filas del centrismo y dar pasos en la lucha por reconstruir la IV Internacional!
¡Abajo el teoricismo, el subjetivismo y el propagandismo, la otra cara del objetivismo oportunista!
¡Viva la lucha por la refundación principista del trotskismo argentino!
¡Por un partido que forme cuadros internacionalistas, verdaderos combatientes conscientes de la reconstrucción de la IV Internacional y de la lucha contra el centrismo en sus filas! |