“Siria bajo fuego. Una revolución ensangrentada” trata sobre la cruenta contrarrevolución contra las masas obreras y campesinas que se sublevaron desde el 2011 luchando por el pan y la libertad. Los acontecimientos de la lucha de clases que convulsionaran al Magreb y Medio Oriente aún se encuentran en desarrollo. En esta obra se exponen las lecciones revolucionarias de la tragedia a la que han llevado a las masas de la región. Como lo demuestran los autores en esta obra, el proletariado internacional debe conocer la verdad: la traición del reformismo mundial a la revolución siria fue lo que llevó a esta catástrofe que viven los explotados. El objeto de esta presentación es exponer la lógica interna de la obra para expresar la dinámica de los acontecimientos, la estructura y los nexos que la organizan. Los capítulos fueron agrupados en cinco partes que componen este trabajo. A través de las diferentes partes se podrá seguir paso a paso los distintos momentos en los que fue avanzando el imperialismo en su contraofensiva, cómo se fueron gestando las condiciones para terminar de imponer un brutal genocidio a las masas sirias en 2013-2014, y cuál fue la ruta que siguió la contrarrevolución en estos más de dos años de cerco, masacre y traición. La obra versa entonces sobre la imposición de la derrota y el genocidio en Siria, dando cuenta de lo que fue el aplastamiento de una enorme revolución que amenazó con derrocar a Al Assad y su régimen, en las fronteras mismas con el Estado sionista de Israel, y terminar de dislocar todo el dominio imperialista en la región. Para seguir, desde el punto de vista de un orden cronológico, los acontecimientos que se desarrollaron de Túnez a Palestina de 2011 a 2014, será de gran utilidad la Cronología que se encuentra en las últimas páginas de esta obra. Dicha cronología puede facilitar al lector su ubicación en los acontecimientos destacados de la revolución y la contrarrevolución que sucedieron en estos años. Parte I: “Las condiciones internacionales de la revolución y la contrarrevolución en Siria” Aquí se abordan los factores de la economía y la política internacional que definieron la dinámica y la mecánica de la revolución y la contrarrevolución en Siria, y su relación con la revolución en el Magreb y Medio Oriente. Los acontecimientos sirios no pueden comprenderse si no se observan como una refracción nacional, un subproducto, de fenómenos mundiales que la moldearon. El Capítulo I, “2008-2014: De los heroicos levantamientos de las masas en respuesta al crac del capitalismo a la contraofensiva imperialista”, enfoca la tragedia actual de la revolución siria -la partición de ese país y la imposición del brutal genocidio- desde la perspectiva histórica del período abierto en el 2008 a partir del crac de la economía mundial, y del accionar de las direcciones de la clase obrera agrupadas en el Foro Social Mundial (FSM) y los distintos agentes del imperialismo que actuaron allí. Aquí se tratan exhaustivamente las consecuencias internacionales del asentamiento del genocidio y el aplastamiento de la revolución siria, y las tendencias que se abren en la situación mundial. Por lo tanto el lector tendrá, desde aquí, una visión de conjunto de los acontecimientos que componen Siria Bajo Fuego.
Parte II: “2013: Siria bajo fuego. El imperialismo concentra fuerzas y a todos sus agentes para aplastar la revolución” Aquí el lector entra de lleno al objeto de esta obra, donde las fuerzas de la contrarrevolución, apoyadas en una “santa alianza” internacional dirigida por Obama tras bambalinas, consuman un brutal genocidio sobre los explotados, que habían sido aislados del proletariado mundial por un infame cerco organizado por los partidos del FSM. Una verdadera korniloviada sucedió en Siria, lo que el marxismo define como el intento del imperialismo de aplastar físicamente, con la soldadesca de los generales contrarrevolucionarios, el proceso revolucionario abierto -tal como intentara el general Kornilov en Petrogrado, Rusia, en agosto de 1917-. Fue un golpe contrarrevolucionario pinochetista o videlista, organizado como contragolpe ni bien surgió la revolución para derrotarla, desarmar a las masas y destruir las organizaciones que los explotados habían puesto en pie. Esta era la respuesta del imperialismo a la lucha de las masas revolucionarias que amenazaban con una insurrección triunfante en Damasco -el principal bastión de Al Assad- que derribara al régimen, tal como había ocurrido en Libia. El triunfo de la revolución proletaria en Siria habría significado una lucha inmediata por la destrucción del Estado de Israel, el principal gendarme del imperialismo en la región. Por esto, este último concentró todas sus fuerzas y a todos sus agentes para aplastar a sangre y fuego la revolución, como un escarmiento a las masas árabes y del mundo, que le permitiera poner un freno al proceso revolucionario del Magreb y Medio Oriente y pasar a la contraofensiva. Esta parte abre con el Capítulo II, “Mayo de 2013: Una revolución ensangrentada”, que trata sobre el engaño de Ginebra I -llamado así por la “Conferencia de Paz” anunciada por el imperialismo que se realizaría en dicha ciudad de Suiza. Este fue el plan diseñado por el imperialismo para asentar la masacre de la revolución que ya venía perpetrándose desde 2012. Este capítulo habla de las fuerzas que el imperialismo puso en movimiento a nivel internacional y concentró allí para llevarlo a cabo. El Capítulo III, “Julio de 2013: El plan de ‘libanización’ de Siria”, define cómo el imperialismo llevó al desmembramiento de la nación. Luego de la derrota de los explotados en la ciudad de Al Qsair en junio, que pone a las masas insurrectas a la defensiva y asienta el control sobre ellas de los partidos-ejército burgueses como Jabhat Al Nusra y el Ejército Sirio Libre (ESL), el imperialismo comienza a imponer el plan de partición de Siria. El Capítulo IV, “Noviembre - Diciembre de 2013: La revolución aún combatía en las puertas de Damasco. La contrarrevolución de Obama, la ONU y el perro Bashar respondió con hambre y masacre a discreción”, refiere a la salvaje guerra de exterminio que llevó a cabo Al Assad en Damasco para acabar con el estado de insurrección latente en la capital e impedir que ésta, el principal bastión del régimen, cayera en manos de las masas. El bombardeo de Al Assad sobre el campamento de refugiados palestinos de Yarmouk en Damasco a mediados de diciembre de 2013, es un hito de esta política de exterminio, y además, de la colaboración de Al Assad como guardián de las fronteras del Estado sionista de Israel.
Parte III: “2014: el pacto de Ginebra II para asentar el genocidio en Siria y derrotar la revolución en la región. Nuevos actores contrarrevolucionarios: el ISIS y el siniestro rol de la burguesía kurda” Esta parte concentra el avance de la contrarrevolución en el Magreb y Medio Oriente hacia el año 2014 con el pacto de Ginebra II que reunió a todas las burguesías árabes, con la ONU y las potencias imperialistas para que cada uno jugara un rol para estrangular la revolución, y las consecuencias internacionales que se desprenden de estos hechos. Hacia fines de 2013, Al Assad había logrado consumar un verdadero genocidio y retener Damasco, mientras el ESL, Jabhat Al Nusra y el ISIS garantizaban el desarme de las masas e imponían un férreo control en las zonas liberadas para que no se expropiara a la burguesía allí. Ahora sí estaban sentadas las condiciones para que Obama reuniera a sus agentes en la Conferencia de Ginebra II en enero de 2014, y se hiciera abierto el pacto entre el imperialismo y todas las fuerzas contrarrevolucionarias de la región para terminar de aplastar a la revolución del Magreb y Medio Oriente. El estado mayor de la contrarrevolución se preparó así para avanzar sobre las capitales de la revolución, en primer lugar por Homs, el bastión de las masas insurrectas. Aquí el lector encontrará el Capítulo V, “Febrero de 2014: Los objetivos de la Conferencia de Ginebra II”, uno de los capítulos centrales de la obra. En este se retoman algunas cuestiones, desde la óptica de un genocidio consumado y con la contrarrevolución habiendo conquistado posiciones decisivas. El Capítulo VI, “Mayo de 2014: La caída de Homs, capital de la revolución”, da cuenta de una victoria crucial del accionar de la contrarrevolución a partir del pacto de Ginebra II: la recuperación de Homs por parte de las tropas assadistas, que marca el comienzo de la derrota de la revolución siria. Haciendo un paralelo histórico con la revolución española de los años ‘30, podríamos decir que la caída de Homs ha sido como la caída de Cataluña. Este capítulo responde qué hizo posible esta derrota, cómo se podría haber evitado, es decir, las lecciones revolucionarias planteadas para los futuros combates, y cuál era la condición para cambiar el curso de la guerra civil y vencer al régimen. En el Capítulo VII, “Noviembre de 2014: Nuevos actores para asentar la contrarrevolución y la partición de Siria: el ISIS y el nuevo pacto de la burguesía kurda con el imperialismo”, se abordan los últimos acontecimientos sobre los enfrentamientos entre estas últimas fracciones burguesas por el control de la ciudad Kobane. En esta experiencia de la tragedia siria se demuestra el silencio cínico de la izquierda amiga de Al Assad, que se hace la distraída cuando este chacal no dispara ni un solo misil a la zona controlada por el ISIS. Ahora es éste el que garantiza que la resistencia jamás llegue a Damasco, controlando el norte de Siria, es decir, el Levante. La tragedia de la revolución siria es que las masas kurdas quedaron sometidas, a través del stalinista PKK, a la burguesía kurda, que tiene firmado un pacto de no agresión con Al Assad. Las masas quedaron sometidas así a las distintas fracciones burguesas -inclusive a Al Assad- con las que el imperialismo ha partido a Siria. La batalla de Kobane vuelve a plantear la necesidad de conquistar un programa para reagrupar las filas de los explotados, con la perspectiva de derrotar a Bashar, romper con todas las fracciones de la burguesía y retomar el camino de la revolución.
Parte IV: “Reforma y revolución en el Magreb y Medio Oriente. Siria, una nueva revolución traicionada” Aquí se aborda la cuestión determinante en el curso de los acontecimientos: la crisis de dirección revolucionaria del proletariado. Esta formidable revolución volvió a poner a prueba los programas y estrategias de todas las corrientes del proletariado mundial. De un lado quedó el reformismo en todas sus variantes, que sostuvo a las fuerzas de la contrarrevolución con sus programas de colaboración de clases, reeditando la teoría stalinista de los “campos burgueses”. Del otro, peleando junto a las masas, quedamos los trotskistas, que defendimos el programa y la estrategia del marxismo para llevar la revolución a la victoria. En esta última trinchera, nuestra corriente internacional estuvo en el campo de batalla junto a miles de luchadores antiimperialistas que llegaron allí para solidarizarse con sus hermanos de clase sirios, y junto a los camaradas de la Brigada León Sedov. El Capítulo VIII, “¿Quién le dejó las manos libres a Al Assad?”, desnuda el programa con el que las direcciones del FSM montaron el cerco contra las masas sirias, sin el cual no podría haber avanzado la contrarrevolución. También contiene una denuncia del hito que significó la reunión del FSM de marzo de 2013 en Túnez, donde las direcciones reformistas centralizaron su accionar. En este capítulo se someten a crítica las estrategias y programas de las dos alas del FSM frente a la revolución del Magreb y Medio Oriente, las dos puntas de la soga con la que se estranguló la revolución: los partidos socialimperialistas que se sometieron al ESL y el “imperialismo democrático”, y los filostalinistas que sostuvieron al genocida Al Assad, y los renegados del trotskismo que se han subordinado a una u otra de estas variantes. El Capítulo IX “La lucha de los socialistas revolucionarios por romper el cerco a la revolución siria”, incluye llamamientos realizados desde el campo de batalla por la Brigada León Sedov y el Colectivo por la Refundación de la IV Internacional (FLTI) para poner en pie una Conferencia Internacional, que organice la lucha y la solidaridad de la clase obrera a nivel mundial en defensa de los obreros y campesinos pobres sirios y su revolución. También se podrá encontrar aquí el discurso de la delegación del Colectivo por la Refundación de la IV Internacional en la 50° Asamblea Antiguerra de Japón del 2012. El Capítulo X, “La bandera de la IV Internacional flamea en la revolución del Magreb y Medio Oriente”, expone el hecho histórico de que se hayan vuelto a sentar las bases de un núcleo fundacional de un partido revolucionario en el Magreb y Medio Oriente. Este capítulo incluye entrevistas realizados en Siria por David Leandro Hofstadter, corresponsal de la Editorial Socialista Rudolph Klement en la región, a obreros combatientes que con su experiencia viva describen en detalle el accionar de los traidores a la revolución siria. Parte V: “La clase obrera del Magreb y Medio Oriente y los trabajadores del mundo no han dicho su última palabra” Esta última parte concentra el final abierto de los sucesos de la lucha de clases en el Magreb y Medio Oriente. El motor de la revolución fue la lucha por el pan, cuestión que ha quedado irresuelta. Lo que estaba en marcha no era una “revolución democrática”, sino una revolución socialista que triunfaba y se consolidaba si se coordinaba con la lucha de la clase obrera europea y mundial. Aquí se abordan los combates de masas que escapaban al control del imperialismo entre julio y noviembre de 2014 en Irak, Yemen, la resistencia palestina a la ofensiva de exterminio del sionismo y la revolución libia que aún sigue abierta. El Capítulo XI, “Agosto de 2014: Irak, una cadena de insurrecciones contra el régimen del protectorado norteamericano”, desarrolla los levantamientos revolucionarios que disgregaron al ejército iraquí, tomaron el norte y este del país y pusieron en jaque al régimen del protectorado norteamericano ante el retiro de las tropas yanquis. Contra la perspectiva de que pudieran llegar las masas sublevadas hasta Bagdad y Basora, entró en escena la dirección burguesa del ISIS, enviada por Obama y el Pentágono. El Capítulo denuncia también los nuevos bombardeos yanquis sobre Irak. El Capítulo XII, “Julio - Septiembre de 2014: Las masas palestinas enfrentan el plan de ‘Dos Estados’ ”. Aquí se trata el levantamiento de las masas palestinas iniciado en julio de 2014 que se niegan a reconocer al Estado sionista de Israel y la respuesta de éste, con el brutal genocidio en Gaza. Tras el aplastamiento en Siria, el sionismo recuperó su poder de fuego, que luego perdió por la fenomenal resistencia del heroico pueblo palestino y por la irrupción de los explotados del mundo en su defensa, en particular por la clase obrera norteamericana. La lucha contra el Estado sionista fascista de Israel define, en última instancia, el triunfo o la derrota estratégica de la revolución del Magreb y Medio Oriente, puesto que significará la destrucción o la consolidación histórica del principal dispositivo contrarrevolucionario del imperialismo. El Capítulo XIII, “Septiembre de 2014: Las ondas expansivas de la revolución en el Magreb y Medio Oriente vuelven a Yemen”, describe la nueva irrupción revolucionaria de las masas. Luego de la masacre del levantamiento de 2011 por parte el ejército yemení, apoyado por drones norteamericanos, los explotados vuelven a sublevarse por el pan, dividen al ejército proimperialista y tienen en jaque al gobierno de Hadi. El Capítulo XIV, “Agosto - Septiembre de 2014: Libia, las masas derrotan el golpe imperialista y pujan por llevar su revolución por el pan y la libertad hasta el final”, refiere a la revolución libia que sigue abierta y a los acontecimientos que se desarrollaban durante esos meses. En octubre de 2011 los explotados lograban demoler el Estado con sus milicias revolucionarias. Allí lograron armarse, destruir a la casta de oficiales y derrocar a Khadafy. Desde entonces, la burguesía no ha logrado desarmar a las milicias y liquidar el doble poder establecido. Esta situación pone en discusión recurrentemente quién es el dueño del petróleo en el quinto país productor de los países de la OPEP. Este capítulo contiene distintas declaraciones con el programa de acción frente al intento de golpe del general Heftar para aplastar a las milicias rebeldes y definir la situación a favor del imperialismo, que fuera enfrentado por las masas. * * * En distintas partes de la obra se han incluido documentos de enorme valor político e histórico, como el testimonio de la Brigada León Sedov, los llamamientos de emergencia a las organizaciones obreras realizados por el Colectivo por la Refundación de la IV Internacional (FLTI) entre mayo de 2013 y febrero de 2014, cartas a la Asamblea Internacional Anti-Guerra de Japón, entre otros. También incluye artículos de los corresponsales de la Editorial Socialista Rudolph Klement que llegaron al terreno de batalla para dar a conocer a la clase obrera mundial la lucha de sus hermanos de clase allí. Por estas tareas, quienes pusieron todos sus esfuerzos para la publicación de esta obra tuvieron que sortear obstáculos como la cárcel, la persecución y la calumnia de las direcciones reformistas. A estas últimas, los gobiernos de las “primaveras árabes”, tan asesinos y represores del pueblo como los Khadafy y los Al Assad, las recibieron con alfombra roja, como en Túnez en marzo de 2013 se recibió al FSM. Pero la voz de los combatientes revolucionarios en Siria no será silenciada. Los llamamientos y proclamas, la labor de nuestros corresponsales, no son más que el reflejo de la intervención directa de los marxistas revolucionarios en una revolución viva, que intenta expresar la voz de los esclavos insurrectos, de los obreros y campesinos pobres que se sublevaron por el pan desde el 2011 y conmovieron al mundo. Editamos, entonces, esta obra con las lecciones de una gran revolución traicionada por el reformismo mundial. Los que la calumniaron y mancillaron hoy guardan un silencio infame frente a los cientos de miles de asesinados por Al Assad. Nuestra corriente, por el contrario, presenta su programa y sus elaboraciones para que sean sometidos a la crítica de los obreros conscientes y los jóvenes revolucionarios del mundo, y de las corrientes que enfrentan a los reformistas buscando un camino a la revolución socialista. Hemos defendido la teoría, la estrategia y el programa marxista contra el revisionismo de los renegados del trotskismo. Era nuestra obligación y nos enorgullecemos de haber llegado al campo de batalla del Norte de África y Medio Oriente y llevado nuevamente allí las banderas de la IV Internacional. Pero sabemos que nuestra tarea histórica aún está pendiente: la refundación de la IV Internacional de 1938, el Partido Mundial de la Revolución Socialista. Este es el deber de todo obrero internacionalista, de todo revolucionario proletario. Walter Montoya, |