1938 – 2018: A 80 años de la
fundación de la IV Internacional
Presentación
La obra que presenta en esta ocasión la Editorial Socialista Rudolph Klement contiene, como parte central de la misma, el Programa de Transición, que se refiere al documento “La agonía mortal del capitalismo y las tareas de la IV Internacional”. Este programa fue adoptado en la Conferencia de Fundación, realizada el 3 de septiembre de 1938.
Acompañando a este texto, publicamos las transcripciones taquigráficas de doce conversaciones sobre el Programa de Transición que mantuvieron diferentes dirigentes del SWP (Socialist Workers Party, Partido Socialista de los Trabajadores) de EEUU y dirigentes mexicanos con León Trotsky en la preparación de la Conferencia Fundacional de la IV Internacional.
Presentamos además documentos y resoluciones fundamentales de esta Conferencia, así como de la Conferencia Mundial de la Juventud de la IV Internacional que tuvo lugar una semana más tarde.
Incluimos asimismo, como podrá ver el lector, un texto clave de Trotsky titulado “A 90 años del Manifiesto Comunista” (30 de octubre de 1937). En ese trabajo, previo al Programa de Transición, Trotsky define ante el cambio de época del sistema capitalista, la vigencia del Manifiesto Comunista, el programa de la I Internacional, fundada por Marx y Engels en el siglo XIX. Esta puso en pie los cimientos de la organización internacional de los obreros para la preparación de la ofensiva revolucionaria contra el capital.
Ya en 1914, el carácter de la época de acumulación orgánica del capital del siglo XIX y de los primeros años del siglo XX, había quedado atrás, como explica Trotsky en este trabajo.
Junto a esto, el autor define sucintamente las ideas centrales del Manifiesto Comunista que conservaban todo su vigor, así como aquellas cuestiones que habían quedado anticuadas. Es que a partir de 1914 surgía una nueva época del sistema capitalista mundial, la época definida por el marxismo revolucionario como de crisis, guerras y revoluciones, con el surgimiento del imperialismo como la fase de agonía mortal del capitalismo.
En 1937, en “A 90 años del Manifiesto Comunista”, Trotsky en gran medida adelanta las premisas materiales sobre las cuales se construyó el programa para la revolución socialista, que fuera conquistado un año después en el Congreso de Fundación de la IV Internacional.
“La humanidad está empezando a gastar su capital acumulado –escribía Trotsky en 1937– mientras la próxima guerra amenaza con destruir las bases de la civilización por un gran número de años” (pág. 26). El sistema capitalista a partir de 1914, de tener un carácter relativamente reaccionario en el pasado, adquiría un carácter absolutamente reaccionario.
Podríamos afirmar que en este texto se asientan las premisas teóricas y estratégicas que sustentan, desde el punto de vista del materialismo-histórico, al Programa de Transición.
Como apéndice a este trabajo, presentamos el folleto “A propósito del revisionismo en el marxismo y sus falsas ‘teorías’ de la ‘expansión capitalista’: La decadencia de las Fuerzas Productivas en la época imperialista”. El mismo da cuenta de un debate central entre el marxismo revolucionario y las corrientes reformistas, sobre el carácter de la época de crisis, guerras y revoluciones, donde el revisionismo pone en cuestión las premisas fundamentales de la teoría de la Revolución Permanente y el Programa de Transición. Este trabajo, escrito en noviembre del año 2000 por Carlos Munzer, miembro del staff del periódico El Organizador Obrero Internacional, vocero del Colectivo por la Refundación de la IV Internacional / FLTI, mantiene su actualidad ya que versa sobre las definiciones teóricas del marxismo, que son de una enorme utilidad para comprender incluso los acontecimientos actuales de enormes saltos en la crisis y bancarrota de sistema capitalista mundial.
***
A 80 años del Programa de Transición, la Editorial Socialista Rudolph Klement rinde un homenaje a los fundadores de la IV Internacional.
El proceso de fundación de la misma había comenzado hacía largo tiempo. Trotsky sintetiza este camino en “Un gran logro” (30 de octubre de 1938) y “La Fundación de la IV Internacional” (18 de octubre de 1938), textos que incluimos en esta edición en “Documentos y resoluciones fundamentales de la Conferencia Fundacional”.
En el primero de estos textos, Trotsky postula: “La ‘Oposición de Izquierda’ rusa nació hace 15 años. El trabajo correcto en el terreno internacional todavía no suma ni siquiera para completar una década. La prehistoria de la IV Internacional se divide propiamente en tres etapas. Durante el curso del primer período, la ‘Oposición de Izquierda’ todavía fundaba sus esperanzas en la posibilidad de regenerar a la Comintern, y se veía a sí misma como su fracción marxista. La repugnante capitulación de la Comintern en Alemania, tácticamente aceptada por todas sus secciones, planteó abiertamente la cuestión de la necesidad de construir la IV Internacional. De todas formas, nuestras pequeñas organizaciones, que crecieron por medio de una selección individual en el proceso de la crítica teórica, casi por fuera del movimiento obrero real, se probaron como aún no preparadas para una actividad independiente. El segundo período se caracteriza por los esfuerzos de encontrar un verdadero campo de acción para estos aislados grupos de propaganda, aun a costa de renunciar temporalmente a la independencia formal. La entrada a los partidos socialistas inmediatamente aumentó nuestras filas, aunque cuantitativamente los logros no fueron tan grandes como pudieran haber sido. Pero esta entrada significó una etapa extremadamente importante en la educación política de nuestras secciones, que por primera vez se probaron a sí mismas y a sus ideas, frente a frente a las realidades de la lucha política y sus exigencias vivas. Como resultado de la experiencia adquirida, nuestros cuadros crecieron bastante. Otra conquista no menos importante fue habernos separado de los sectarios incorregibles, vacilantes y maliciosos que están siempre dispuestos a unirse en sus inicios a cualquier movimiento nuevo para hacer todo lo que esté a su alcance para desacreditarlo y paralizarlo”. (pág. 200)
La Conferencia fundacional de la IV Internacional se realizó bajo condiciones de extrema ilegalidad el 3 de septiembre de 1938. Lo anunciado en la prensa trotskista posteriormente indicaba que se habían reunido “en algún lugar de Suiza”. En realidad la Conferencia tuvo lugar en Périgny, en las afueras de París, Francia. Allí se encontraba la casa de Alfred Rosmer, dispuesta para la ocasión. Como se dijera en Socialist Appeal, Vol. II, N° 46 (22 de octubre de 1938): “La nueva Internacional, creada en medio de la crisis de la guerra europea, da la palabra a la oposición revolucionaria a la guerra imperialista”.
Las condiciones de realización de la Conferencia eran sumamente difíciles desde todo punto de vista para aquellos revolucionarios que nadaban contra la corriente para poner en pie el Partido Mundial por la Revolución Socialista. Desde dificultades económicas y legales, hasta la terrible persecución que les asestaban no solo los gobiernos “fascistas” y “democráticos” burgueses, sino también la canalla stalinista con la GPU. La IV Internacional padeció tremendos golpes en la víspera de su fundación. No solo a través de los ataques de calumnias y las farsas de los dos primeros Juicios de Moscú que se desarrollaron en 1936 y 1937 –a los que Trotsky y principalmente León Sedov se dedicaron a desnudar y desmontar–, y del tercero que se iniciaba en marzo de 1938; sino también mediante la cárcel, el secuestro, la desaparición y el asesinato de todo oposicionista. Erwin Wolf, secretario de Trotsky durante su estadía en Noruega, había sido secuestrado y asesinado por la GPU en España en octubre de 1937. El 5 de septiembre de 1937 fue asesinado en Lausana (Suiza) a balazos Ignace Reiss, agente de la GPU que había roto con Stalin para unirse abiertamente a la IV Internacional.
En febrero de 1938 era asesinado en un hospital de París el propio hijo de Trotsky, León Sedov. También en París en julio de 1938 fue asesinado Rudolph Klement, miembro del Secretariado Internacional íntimamente ligado a la preparación de la Conferencia Fundacional. Él iba a presentar el informe internacional.
En esta ocasión publicamos el homenaje escrito por León Trotsky a su hijo León Sedov, una de las piezas más emotivas y profundas de la literatura política. Además publicamos una nota de León Trotsky sobre el asesinato del camarada Rudolph Klement, donde pone al descubierto las falsificaciones que quisieron montar la asesina GPU y el stalinismo.
***
Arriesgando su vida, a la Conferencia Fundacional de la IV Internacional asistieron 30 delegados en representación de 11 países: EEUU, Francia, Gran Bretaña (Inglaterra y Escocia), Alemania, la Unión Soviética, Italia, Latinoamérica, Polonia, Bélgica, Holanda y Grecia. Además hubo delegaciones que por cuestiones legales y físicas no pudieron asistir, entre ellas México, Cuba, Puerto Rico, Brasil, Colombia, Argentina, Uruguay, Perú, Chile, China, Indo-China, la Unión de Sudáfrica, Australia, España, Noruega, Austria, Checoslovaquia, Canadá, Dinamarca y Suiza; pero adhirieron a la IV Internacional. Otras secciones en las que existían pequeños grupos, que por cuestiones de legalidad no poseían una prensa regular, eran Lituania, Rumania, Yugoslavia, Bulgaria, Nueva Zelanda, Suecia, Irlanda, Palestina e India, entre otras.
Ellos proclamaron la fundación del nuevo Partido Mundial de la Revolución Socialista.
Trotsky no pudo asistir a ella, pero ocupó el rol central en su organización y preparación.
Debido a las condiciones antes mencionadas, esta Conferencia duró tan solo un día, durante el cual se adoptaron las diferentes resoluciones. Además del Programa de Transición, la agonía mortal del capitalismo y las tareas de la IV Internacional se aprobaronlos “Estatutos de la IV Internacional (Partido Mundial de la Revolución Socialista)” que incluimos en presente edición. Allí queda establecido que “Todos los militantes proletarios y revolucionarios del mundo que aceptan y aplican los principios y el programa de la IV Internacional se reúnen en una única organización mundial bajo una dirección centralizada internacional y una misma disciplina. Esta organización tiene como nombre el de IV Internacional (Partido Mundial de la Revolución Socialista)” (pág. 207) y se estipula el funcionamiento de la misma.
Una semana después de la Conferencia Fundacional de la IV Internacional tuvo lugar la Conferencia Mundial de la Juventud de la IV Internacional. Esta Conferencia era el punto cúlmine de dos meses de intenso trabajo, durante los que ocho comisiones realizaron trabajos de investigación, relevamientos, discusiones, documentos y resoluciones. Fueron 19 los delegados que asistieron desde Polonia, Austria, Bélgica, Inglaterra, Francia, Holanda y EEUU. Además delegados de Italia, EEUU y Grecia estuvieron presentes como representantes del Buró Internacional de la IV Internacional. También bajo terribles condiciones esta Conferencia comenzó su sesión rindiendo homenaje a los héroes caídos de la IV Internacional, la mayoría de ellos jóvenes: aquellos que murieron peleando contra el fascismo en España, Alemania, Austria e Italia. Rindió homenaje a aquellos camaradas asesinados o prisioneros en los anteriores países así como en Grecia, Polonia, Rumania, Francia, Bélgica, Brasil, China e Indochina y a través del mundo capitalista; así como a las víctimas del terror de la GPU stalinista en Rusia y en el mundo. A estos últimos camaradas se les brindó el más grande tributo revolucionario y se conminaron a llevar a cabo su heroico trabajo.
La Conferencia Mundial de la Juventud de la IV Internacional hizo suyo el Programa de Transición, así como la decisión de combatir bajo las banderas del Partido Mundial de la Revolución Socialista. Esta Conferencia, al igual que la Conferencia Fundacional, condenó la traición de la II y la III Internacional y sus secciones de la Juventud y declaró la guerra contra el reformismo y el stalinismo.
En esta Conferencia fueron adoptados como resoluciones la “Plataforma de la Juventud de la IV Internacional (Partido Mundial de la Revolución Socialista)” y los “Estatutos de la Juventud de la IV Internacional (Partido Mundial de la Revolución Socialista)”. Hemos incorporado ambos documentos a la presente obra.
Como hemos dicho, el proceso de fundación de la nueva Internacional estuvo cruzado por intensos debates. Los “sectarios incorregibles, temerarios y maliciosos” se oponían asegurando que aún no era el momento de realizarla.
Algunos oportunistas de hoy aseguran que la IV Internacional nunca llegó a fundarse. Con esta excusa perniciosa con la que falsifican la historia, quieren justificar la creación y puesta en pie de nuevas internacionales con stalinistas, socialdemócratas y demás calañas.
El Programa de Transición en cambio, era claro en este punto: “La IV Internacional ha surgido ya de grandes acontecimientos: las mayores derrotas del proletariado en la historia. La causa de esta derrota está en la degeneración y la traición de la vieja dirección. La lucha de clases no tolera una interrupción. La III Internacional, tras la II, está muerta para los propósitos de la revolución. ¡Viva la IV Internacional!
¿Pero ha llegado el tiempo de proclamar su creación?... Los escépticos no se callan nunca. La IV Internacional, les respondemos, no necesita ser ‘proclamada’. Existe y lucha. ¿Es débil? Sí, sus filas no son numerosas porque aún es joven. Por ahora hay principalmente cuadros. Pero estos cuadros son prenda de futuro. Fuera de esos cuadros no existe en el planeta una sola corriente revolucionaria que amerite ese nombre. Si nuestra Internacional es aún débil numéricamente, es fuerte en su doctrina, su programa, su tradición, el incomparable temple de sus cuadros. Quien no perciba esto hoy, que se mantenga apartado por ahora. Mañana será aún más evidente”. (pág. 80)
Eliza Funes
Diciembre de 2018