La Revolución Permanente
Presentación
Presentación
La Editorial Socialista Rudolph Klement presenta este importante trabajo de León Trotsky, La Revolución Permanente.
Este fue escrito en 1928, en Alma Ata, en polémica con Karl Radek, ex miembro de la Oposición de Izquierda, quien súbitamente comenzó a defender en 1928 la pseudoteoría del “socialismo en un solo país” de Stalin en contra de la teoría-programa de la Revolución permanente. Como explicará Trotsky a lo largo de esta obra, este viraje repentino de Radek obedecía a un intento de justificación de su posición coincidente con Stalin frente a la Revolución China de 1925-27, es decir, la defensa de la subordinación del Partido Comunista al Kuomintang (partido de la burguesía nacional china, reconocido oficialmente por la Internacional Comunista de Stalin-Bujarin como el partido dirigente de la revolución), que explotó para sí mismo la lucha revolucionaria de los obreros y campesinos, y después la ahogó en sangre. Esto se explica profundamente en el Capítulo 3 de la obra que compone la parte esencial de esta edición.
Trotsky señala en el Capítulo 1 de la presente obra, que hasta el momento de recibir el documento de Radek, él se encontraba abocado a un trabajo teórico y polémico en respuesta a los “epígonos” de Stalin que incluía la discusión acerca de la teoría de la revolución permanente. Pero el documento de Radek que quería oponer la teoría de la revolución permanente al pensamiento de Lenin, lo orientó a dirigir su respuesta directamente contra este ex miembro de la Oposición de Izquierda.
En este capítulo, Trotsky afirma que Radek no sumó ningún argumento nuevo ni distinto a los que el stalinismo esgrimía en contra de la revolución permanente. Pero “para el limitado círculo de personas que piensan por cuenta propia y no por orden y que estudian concienzudamente el marxismo, el trabajo de Radek es más pernicioso que la literatura oficial, en el sentido de que el oportunismo en política es tanto más peligroso cuanto más disfrazado aparece y cuanto mayor es la reputación personal que lo cubre” (p. 49 de esta edición). Es por eso que La Revolución Permanente es una respuesta al documento de Radek antes mencionado.
La primera aparición de La Revolución Permanente fue por obra de la Oposición de Izquierda alemana en Berlín, en 1930, en idioma ruso.
La Editorial Socialista Rudolph Klement publica en esta ocasión la traducción del ruso realizada por Andreu Nin en 1931, Madrid (Editorial Cenit). Las notas que figuran al pie de página con la firma [NdT] pertenecen a este autor y deben ser comprendidas en el contexto socio-histórico de la traducción del texto.
Esta traducción al español fue cotejada por la realizada por Max Shachtman en 1931, New York (Pioneer Publishers) y se realizaron ajustes sobre ella. En dos ocasiones incorporamos, además, notas al pie que pertenecen a este último traductor y figuran como [NdT, Edición norteamericana].
Incorporamos en nuestra edición la Introducción escrita por León Trotsky el 30 de noviembre de 1929, así como el Prólogo del mismo autor, conocido bajo el nombre de “Dos concepciones”, de marzo de 1930. En este último realiza una contraposición contundente entre el “nacionalsocialismo” y el “internacionalismo” como dos concepciones opuestas y contradictorias: la de la posición oficial, es decir, de Stalin por un lado y la de la Oposición de Izquierda por el otro. Allí esboza los aspectos centrales de la pseudotería del “socialismo en un solo país” que quedará demolida en absoluto por la teoría de la revolución permanente.
La Introducción, por su parte explicita el surgimiento de la Teoría de la revolución permanente por el año 1905, los tres aspectos fundamentales de la teoría atacados por los “epígonos”, así como la vinculación de esta teoría con la Revolución China.
Diferentes ediciones han intentado realizar explicaciones sobre esta teoría-programa, desarrollando prólogos e introducciones a esta obra. La Editorial Socialista Rudolph Klement considera que el Prólogo y la Introducción escritos por el mismo Trotsky son de una exactitud y una claridad tales que nada más precisa ser dicho. Estos textos, creemos, son esenciales y son introductorios de una manera por demás suficiente al trabajo del propio Trotsky.
En esta edición sumamos, como un Anexo, la primera parte de la Crítica al programa de la Internacional Comunista, que fuera escrita también en el año 1928 con ocasión del VI Congreso de la III Internacional y que se erige como un complemento exhaustivo a La Revolución Permanente, tal como lo enuncia el mismo Trotsky en los distintos capítulos que componen la obra. El autor remite en muchas oportunidades a este otro trabajo que es de suma importancia y que permite ampliar y ahondar en conceptos planteados en La Revolución Permanente. Aquí Trotsky desarrolla la crítica más profunda y demoledora contra la pseudotería del “socialismo en un solo país”, basándose en la experiencia de la Revolución China.
La vigencia de la teoría-programa de la revolución permanente ha demostrado tener una precisión innegable, constituyendo un trabajo imprescindible para la biblioteca de todo joven y obrero revolucionario.
Eliza Funes