Rumania - 09 de febrero de 2017
Una nación europea colonizada por el Maastricht imperialista, el FMI y los yanquis
Hartos de tener salarios de 280 euros, los más bajos de toda Europa
Hartos del saqueo y la esclavitud que imponen las maquilas imperialistas a los explotados
Llenas de odio por el robo y el vaciamiento del estado de las pandillas capitalistas que gobiernan la nación oprimida...
La clase obrera rumana se ha puesto a la vanguardia del combate contra la Europa imperialista de Maastricht y sus gobiernos lacayos
Centenares de miles ganan las calles
La rebelión de los explotados ha comenzado
¡Abajo Grindeanu y su gobierno corrupto y títere del imperialismo!
En toda Europa, una misma clase, una misma lucha
¡Fuera Maastricht, el FMI y la OTAN de Rumania!
En 1989 los imperialistas y las burocracias stalinistas que restauraban el capitalismo, prometían a las masas de los ex estados obreros un porvenir de "abundancia y riqueza"... pero el capitalismo sólo trajo décadas de saqueo, coloniaje, sometimiento de los países del Glacis y de todo el este europeo al Maastricht imperialista, hambre y esclavitud
¡Por una Rumania soviética, socialista e independiente
sin burócratas stalinistas ni nuevos ricos ladrones del pueblo!
Los trabajadores y explotados rumanos llevan ya 9 días de protestas en las calles contra un decreto que despenaliza los casos de soborno, cohechos o conflictos de intereses cuyo robo sea inferior a ¡44.000 euros!
Es decir, los funcionarios de los partidos patronales del gobierno de turno se autorizan a sí mismos a robarle por ese monto al pueblo y legitiman lo que ya vienen haciendo desde hace años. La suma de 44.000 euros fue fijada porque era lo que descubrieron que se había robado el presidente del Partido Social Demócrata (que está en el gobierno). Los explotados saben que esto es apenas una propina de lo que se roban los expropiadores del pueblo.
Es que Rumania es una nación colonizada desde la restauración capitalista de 1989. Es una nación expoliada, en primer lugar por el FMI, que la tiene sometida con una deuda externa de 101.400 millones de dólares, donde se van la gran mayoría de las riquezas que producen los trabajadores y el pueblo. Con apenas un PBI de 186.000 millones de dólares, debe afrontar el saqueo y encima las ganancias de las pandillas de oligarcas nativos.
La Europa imperialista ha llenado a la Europa del este de maquiladoras y de sucursales de sus casas centrales. Allí explotan a los obreros de esos países y de Rumania en particular, como lo hacen las empresas imperialistas en la China manejada por el látigo de los empresarios rojos del PC chino, o en cualquier país maquila, como sucede con México, India, Bangladesh, etc.
La Europa del Maastricht imperialista ha llevado a la ruina a millones de pequeños productores agrícolas rumanos, que teniendo apenas 8 ó 10 hectáreas de tierra, no les alcanza ni siquiera para una economía de subsistencia con sus familias. Centenares de miles de trabajadores agrícolas y pequeños productores agrarios emigran a las ciudades y a la Europa imperialista buscando sobrevivir.
Rumania, por sus enormes extensiones de tierras cultivables (14,7 millones de hectáreas) fue un granero de Europa junto a Ucrania. La expropiación de la burguesía a la salida de la segunda guerra mundial provocó la colectivización agraria, lo que significó un enorme salto hacia adelante en sus fuerzas productivas. Con la restauración capitalista en el '89, la nueva oligarquía en la que devino la vieja burocracia corrupta y millonaria stalinista de Ceausescu se quedó para sí con las mejores tierras y distribuyó pequeñas parcelas a centenares de miles de pequeños campesinos para encubrir el despojo de la mayoría de las tierras más ricas. Los pequeños productores, como sucede en toda economía de subsistencia, terminaron todos quebrados y con una enorme baja de la productividad del campo rumano. Ello ha llevado al desprendimiento cuasi regalado de la tierra y a una nueva y enorme concentración.
Así hoy, la tendencia a la concentración de la tierra en manos de grandes grupos económicos y de empresarios de la Europa imperialista está llevando nuevamente al latifundio y al despojo de la tierra, en manos de los magnates de Maastricht y de una oligarquía nativa de la nación rumana asociada a ellos.
Podemos ver que mientras la hectárea en Francia está valorizada en 6000 euros, o 4400 su alquiler, en Rumania el precio es de 2000 euros. Es decir, se puede adquirir a precios de remate una de las tierras más ricas de Europa.
El 40% de las exportaciones de Rumania corresponden a una renta agraria apropiada por los nuevos terratenientes y latifundistas imbricados con las potencias imperialistas europeas y los bancos por un lado, y en menor medida por el gobierno, el estado y la nueva oligarquía rumana.
La cuestión agraria y la opresión imperialista son la máxima expresión de una Rumania esclavizada, colonizada y saqueada por la Europa de Maastricht, el FMI y una voraz oligarquía nativa asociada.
Como vemos, Alemania, Francia, Austria, los Borbones y demás parásitos imperialistas del occidente europeo tratan a los países de Europa del este como su patio trasero. Pero no lo hacen tan sólo con Rumania y todas las naciones del este europeo, que componen el "espacio vital" de Maastricht, sino que también inclusive lo hacen con su socio menor Putin en Rusia.
Éste le garantiza el gas y la energía para que funcionen los negocios de los piratas de la Europa imperialista. Este bandido contrarrevolucionario -junto a sus socios de la oligarquía gran rusa- le entregó a la BASF alemana el 49% de las acciones de la empresa de gas de Rusia; y a Francia, Alemania y EEUU el control de la alta tecnología de su aparato industrial militar. Justamente avanzar sobre el este europeo para saquearlo y hacia la misma Rusia para semicolonizarla es el plan de la Europa de Maastricht y del imperialismo yanqui.
Así, por delante, Rumania y sus castigados trabajadores y pueblo pobre sólo tienen por delante más miseria, hambruna, bajo el látigo del imperialismo y el saqueo de su oligarquía nativa.
El crack mundial no da sosiego. La ofensiva de las potencias imperialistas se siente y se recrudece en todo el mundo colonial y semicolonial, y también en la propia clase obrera de los países centrales.
Rumania está entonces ya sometida por dobles y triples cadenas al imperialismo, con su clase obrera industrial y agrícola superexplotada y con los erradicados de la economía agrícola exiliados en la Europa imperialista.
El régimen y el gobierno cipayo del imperialismo está asentado entonces en un volcán, que no es otro que el padecimiento inaudito de las masas, que las empuja más y más a la lucha política contra los opresores.
El decreto que legalizaba la corrupción y el robo descarado al pueblo fue la chispa, el detonante que sacó a las masas a las calles. Es que las élites gobernantes nadan en la abundancia robando al pueblo mientras los obreros rumanos tienen los salarios más bajos de Europa, junto a Ucrania, de tan solo 280 euros.
La lucha en las calles ya ha comenzado. Esta ofensiva de masas se ha cobrado la cabeza del ministro de educación y la del ministro de justicia, provocaron la derogación del decreto, y han abierto una enorme crisis en el gobierno, en el régimen y en las alturas. Las masas han demostrado predisposición a no irse de las calles hasta que no "se vayan todos" los políticos patronales corruptos sirvientes del imperialismo.
El método de lucha de los explotados es tomarse las plazas, el centro de la vida política del país y de la capital en particular. Podríamos decir que en Rumania se ha comenzado a pelear contra el gobierno y el régimen cipayo del imperialismo como lo hacían las masas de Egipto en la Plaza Tahrir. Ese es el proceso que ha comenzado y que están protagonizando los de abajo.
Pese a que la prensa imperialista mundial y sus corifeos de izquierda intentan presentar esta lucha antiimperialista como una batalla contra la corrupción y por una política de "manos limpias", el verdadero motor de este combate es el justo odio de las masas contra el saqueo generalizado de Rumania, a la que el imperialismo ha convertido en una verdadera colonia. Esto lo vienen garantizando los sucesivos gobiernos de oligarcas que se han enriquecido enormemente con las migajas de la expoliación colonial y el hambre del pueblo.
Rumania, una clase obrera esclavizada en una colonia saqueada
La restauración capitalista en el este europeo no podía, desde ningún punto de vista, crear nuevas potencias capitalistas. Sólo nuevas colonias. Es que sobran potencias imperialistas. Con el crac del 2008, esto ha quedado de manifiesto, con las potencias del sur de Europa como Italia, Grecia y España quebradas, como así también el durísimo choque de guerras comerciales que ha comenzado entre las grandes potencias imperialistas por un mercado mundial que no ha dejado de achicarse.
La vieja burocracia stalinista, antes de devenir en una nueva burguesía en 1989, había comenzado a endeudar y someter al FMI y a la economía mundial imperialista los estados obreros que destruía. Rumania es uno de los máximos exponentes de ello. Polonia, Hungría, Checoslovaquia, Ucrania y la misma URSS estaban todos endeudados con el FMI. Así ingresaba el imperialismo a la economía planificada, endeudándola para que éstas pudieran comprar en el mercado mundial lo que no producían.
La restauración capitalista del '89 no se dio con los tanques de Hitler -como lo intentó hacer en la segunda guerra mundial-, sino con el dólar del FMI y del Citibank. La ex burocracia stalinista devino en agente directo del imperialismo y en una nueva clase poseedora, que empujó de forma sanguinaria y a punta de pistola la instauración de gobiernos dictatoriales, bonapartistas, fascistas y contrarrevolucionarios, con métodos de terror y masacres como en Chechenia, los Balcanes, Georgia, Osetia, Armenia y un larguísimo etcétera. ¡Parece mentira que los renegados del trotskismo, colgados a los faldones del stalinismo en el '89, hoy sigan repitiendo que el capitalismo se restauró con democracia burguesa y pacíficamente en los estados obreros! ¡Son unos vulgares embusteros! Durante Yalta y la posguerra embellecieron al stalinismo y aún después de que éste restaurara el capitalismo y deviniera en nueva clase dominante burguesa, lo vistieron de "democrático" y "liberal".
Ahí está el último decreto-ley del Bonaparte ruso, el sicario del imperialismo Putin, que legaliza la violencia doméstica al considerar que golpes, maltratos, etc. que se haga en el núcleo de la familia contra mujeres y niños que provoquen moretones, arañazos o heridas superficiales y dolor físico -pero no lesiones- no configuran delito.
El derecho de huelga no existe ni en Rusia ni en ningún país del este europeo. Este derecho está amañado en una telaraña de leyes y decretos burgueses que lo impiden.
En Rusia una movilización de más de 2 significa más de 5 años de cárcel. ¿Por qué no se van los "anticapitalistas" a hacer sus partidos como el SWP inglés, el NPA francés o el FIT de Argentina a Moscú, a probar ellos la "democracia" burguesa parlamentaria que dicen que existe allí?
Ellos pregonan la "democracia real" para la Europa imperialista y callan, sostienen y apoyaron al asesino Putin que masacró en Siria y, junto al imperialismo, abrió bases militares en todas las ex repúblicas musulmanas de la URSS. "Democratizar Maastricht" chillan los sirvientes de la corona española de Podemos, los sirvientes de la banca Morgan de Syriza, con los cañones de la OTAN y con sicarios contrarrevolucionarios en sus fronteras.
En Rusia y los estados del este europeo estamos ante regímenes absolutamente bonapartistas basados en el terror, en los servicios de inteligencia, en los pactos y negociaciones en las trastiendas con el imperialismo.
Contra esto se levantan las masas rumanas. Su lucha objetivamente golpea duramente al imperialismo y a todos sus dispositivos contrarrevolucionarios en Europa. Eso es lo que vuelve a la clase obrera rumana una fracción decisiva de la clase obrera europea.
En el patio trasero de la Europa de Maastricht, Rumania sufre de todos los males de la clase obrera europea, pero multiplicados por mil por ser ésta una colonia de Maastricht. La nación está atada con una deuda externa usurera. El estado de sus masas no tiene nada que envidiarle al de África o América Latina. Todos ellos son dominados con el mecanismo perverso de las deudas externas usurarias del capital financiero internacional. En Rumania esto significa salarios de 280 euros pagados en una moneda nativa sin valor, maquilas, desocupación, usura y despojo de la tierra.
Los bancos imperialistas de la Europa en bancarrota de Grecia, de España, de Italia que quebraron en 2008 con sus activos en Wall Street, vaciaron las arcas de los estados. Se pusieron su dinero en los bolsillos. Cobraron sus deudas. Quebraron los estados. Y hoy aplastan a la clase obrera. Pero antes, para terminar de recomponer sus ganancias, saquearon y siguen profundizando el saqueo de todos los países del este europeo, como lo hacen las transnacionales italianas, alemanas, griegas, belgas en los países del Glacis.
Los agentes directos del FMI y el capital financiero en Rumania hoy son el Partido Social Demócrata y el Partido Nacional Liberal, los representantes de las dos pandillas burguesas en las que devinieron los viejos oligarcas aliados y amigos del viejo burócrata stalinista multimillonario rumano Ceausescu.
La Alemania de Merkel y el conjunto del Maastricht imperialista se abastece de la producción agropecuaria rumana y la inunda de mercancías, mientras instaló allí, como hemos dicho, grandes maquiladoras. La Europa imperialista trasladó sus automotrices y autopartes, industria liviana, para producir en Rumania y en todo el este europeo con mano de obra barata, esclava y calificada. Esta expoliación ha creado también un enorme ejército industrial de reserva sobrante, tanto en las ciudades como en el campo, que es el que se ve obligado a emigrar a la Europa imperialista y también realizar allí los peores trabajos, junto a sus hermanos de clase de Asia, África y del Medio Oriente martirizado. La alternativa de los obreros rumanos es: o esclavos de segunda en la Rumania esclavizada o esclavos de segunda en la Europa imperialista.
Los banqueros imperialistas de Maastricht han dicho que "Rumania es un miembro asociado de la UE". Esto es una falacia. Rumania no es más que una colonia francoalemana y estrangulada con la soga del FMI y con las tropas de la OTAN y sus generales, que tienen instaladas allí sus bases militares. El año pasado EEUU instaló un escudo misilístico de última generación.
Rumania no es más que un espejo en donde se ven el resto de los ex estados obreros del este europeo, del Glacis... y también Rusia y China, que aún conservan un carácter relativamente independiente en la economía mundial y en la división mundial del trabajo que ésta establece; división del trabajo que ya ha estallado con esta nueva ronda de la crisis económica mundial, esta vez en los BRICS. Al decir de Obama, Trump y los carniceros imperialistas yanquis, China debe ser una gran importadora y entregar su mercado interno al imperialismo; y Rusia debe ser proveedora de materias primas y dependiente tecnológicamente en su aparato militar y financieramente del imperialismo.
A no dudarlo que la disputa actual, encarnizada, de las potencias imperialistas, como Alemania, EEUU, Japón y la misma Inglaterra es sobre cómo terminar de colonizar a China y Rusia como lo han hecho con Rumania, Vietnam y el este europeo.
Si este es el plan del imperialismo en medio del marasmo económico y su bancarrota, a Rumania sólo le espera una barbarie y una decadencia que aún no ha tocado fondo y está lejos de hacerlo.
Si en la posguerra era la burocracia stalinista y su Ejército Rojo los encargados de controlar a las masas del este europeo, hoy lo es
directamente el imperialismo con la OTAN
Las corrientes de la izquierda lacaya del imperialismo, mal llamada "anticapitalista", los sinvergüenzas socialimperialistas sostenedores de Maastricht imperialista como Syriza y Podemos, anuncian que la OTAN ha movido tropas a Polonia, a Hungría, a los países bálticos, según ellos, amenazando a la "superenemiga Rusia". ¡Mentira! Ya se vio en Ucrania y ayer en los Balcanes. Las tropas de la OTAN son las tropas de ocupación en Europa del este para controlar y disponerse a atacar y masacrar a mansalva todo proceso revolucionario que se desarrolle en la región comandando a las fuerzas militares locales mercenarias o haciéndolo ellas directamente; o contratando los servicios de los asesinos del ejército blanco de Putin en ultimísima instancia. Esta es una cuestión de vida o muerte para las masas rumanas -como lo fue ayer para Ucrania- que han entrado en estado de rebelión.
Un ejemplo de esto es Ucrania. Allí la OTAN está para atacar con las fuerzas contrarrevolucionarias de Kiev a las masas del Donbass y Putin está para cercarlas, dividirlas del resto de los trabajadores de Ucrania y para masacrar desde adentro a lo más aguerrido de la vanguardia revolucionaria. Su anexión de Crimea en 2014, con el inicio de la revolución ucraniana, persiguió el objetivo central de que las masas no se apoderen de su base militar que hay allí. Hoy es Trump el que le recuerda a su amigo Putin que la devuelva. Y ya antes Obama le ordenó que retire todas sus divisiones de las fronteras con Ucrania, cuestión que ese lacayo del imperialismo obedeció ciegamente.
Ayer la función de contralor de las masas del este europeo la cumplía el Ejército Rojo a la salida de la Segunda Guerra Mundial. Allí, la clase obrera que había derrotado con su sangre y sus organizaciones de combate al fascismo imponía, a pesar de la burocracia stalinista, la expropiación generalizada de los capitalistas y del latifundio.
Era entonces el Ejército Rojo el encargado de controlar a estas masas del este europeo. Esto fue establecido en un pacto del stalinismo con los imperialismos "democráticos" como EEUU e Inglaterra, el de Yalta, a la salida de la Segunda Guerra Mundial. Este rol fue cumplido muy bien. Ahí está la invasión rusa para aplastar los procesos revolucionarios en Checoslovaquia, Polonia, Hungría, Alemania Oriental... esa era la "coexistencia pacífica" del stalinismo con el imperialismo en la posguerra, mientras éste estrangulaba centenares de revoluciones socialistas en todo el mundo.
Hoy, una vez restaurado el capitalismo, ese rol no se lo pueden dejar a Rusia. Allí, en el patio trasero de Maastricht, ahora es la OTAN la que disciplina e inclusive desde allí se instalan enormes escudos misilísticos para arrinconar a Rusia, buscando someterla cada vez más económica y financieramente, y controlarla militarmente desde el punto de vista de la alta tecnología que el aparato industrial-militar de Rusia no posee.
El gobierno contrarrevolucionario de Putin debe hacer sus deberes. Ya los hizo en Siria o los hará cuando el imperialismo lo necesite circunstancialmente y lo llamen para ello, bajo el control de la OTAN, en Europa del este.
Pero lo central es que los escudos misilísticos que están instalados en Rumania, Polonia y Hungría; las tropas móviles de la OTAN que rodean a Rusia y están en los países bálticos no están para atacar a Putin, sino a las masas rusas que se subleven como en 1917 o entren en proceso de revolución derrocando al régimen y gobierno asesino de Putin y se hagan ellas del control del aparato industrial militar ruso heredado de la URSS. Eso teme el imperialismo y por eso cerca la OTAN. Hacia ahí apuntan sus escudos misilísticos y no a Putin y su gobierno, que jamás disparó ni un fuego de artificio contra el imperialismo.
Rumania, entonces, como colonia, es también una base militar de la OTAN. En su lucha, las masas rumanas, enfrentan a estos poderosísimos enemigos. Pero tienen a su favor que son unos de los eslabones estratégicamente ubicados de la clase obrera europea de oriente y de occidente.
Entonces, en la Rumania colonia, como no podía ser de otra manera, su ejército está bajo el mando de los generales de la OTAN. No existe ni un gramo de independencia para las colonias del este con respecto a las potencias imperialistas.
El imperialismo europeo y el FMI miran con enorme preocupación el levantamiento de las masas rumanas, como ayer el de Ucrania. Éstos anticipan que pueden volver al combate la clase obrera de Europa del este, que fuera vanguardia en los combates de mediados del siglo XX antes, durante y después de la Segunda Guerra Mundial, enfrentando al fascismo, al stalinismo y al mismo imperialismo en los procesos del '89.
La burguesía mundial teme al levantamiento de los obreros del este europeo porque saben que, como en Rusia, todo ascenso revolucionario allí plantea inmediatamente la restauración de la dictadura del proletariado, esta vez bajo formas revolucionarias, y la expropiación de los capitalistas. Las masas ucranianas le daban ese contenido a su consigna "que vuelva la URSS". Muy lejos de ello están las nuevas oligarquías de Rumania, Ucrania, etc.
Está entrando al combate la clase obrera del este europeo, la gran aliada de los trabajadores del Maastricht imperialista. Conquistar la unidad de la clase obrera europea de oriente y occidente es la tarea del momento, para enfrentar a Maastricht, al FMI, a sus sicarios como Putin y para avanzar en el combate por reabrir la revolución socialista en el viejo continente.
La clase obrera rumana, un batallón de vanguardia de la clase obrera europea en estado de rebelión
La clase obrera rumana desde el 2008, en respuesta al crac iniciado con la crisis de ese año, junto a sus hermanos de clase del este europeo, ha dado enormes combates contra la flexibilización laboral y por el salario digno. Los obreros metalmecánicos fueron su vanguardia y unas de las clases obreras más avanzadas de Europa...
UN EJEMPLO DE ESTO LO DIERON LOS OBREROS DE DACIA-RENAULT QUE IMPUSIERON EL GRITO DE ¡QUEREMOS GANAR COMO LOS OBREROS DE LA RENAULT DE FRANCIA! PARA UNIRSE CON LOS OBREROS FRANCESES.
Esto sucedió como parte de una primera oleada revolucionaria frente al crac del 2008 del conjunto de la clase obrera de toda Europa, de oriente y occidente. Los traidores stalinistas, las burocracias sindicales, la Nueva Izquierda llamada anticapitalista, se hizo la distraída, dio vuelta la espalda a los obreros de las colonias en Europa misma de las pandillas imperialistas de Maastricht y dejó aislado el llamamiento internacionalista de los obreros rumanos, impidiendo que se coordine la lucha revolucionaria en todo el continente europeo.
A principios de 2010 el FSM había hecho una reunión en Madrid y prometía una huelga general en toda Europa para fines de ese año. Una burocracia corrupta y sirviente de la Europa imperialista de Maastricht dejaba aislada a la clase obrera europea frente a un enemigo que centralizaba sus fuerzas y largaba un ataque brutal contra los explotados de todo el continente para arrojarles toda la crisis de sus banqueros imperialistas.
Así se entregaba la oleada de tomas de fábricas en Francia, la huelga general en Bélgica y Portugal, se traicionaba al movimiento de las masas revolucionarias indignadas del Estado Español y los combates de sus sectores más aguerridos, la lucha revolucionaria en Grecia. como así también los levantamientos de los trabajadores de Rumania, los primeros combates de la clase obrera ucraniana, los levantamientos de los obreros de Georgia y el Caucaso.
Hoy, como consecuencia de este accionar de las direcciones traidoras, le fue muy mal a los obreros rumanos pero también a los obreros franceses -por dar tan sólo un ejemplo-, a los que les arrebataron la conquista de las 36 horas semanales de trabajo.
En el '89 la demagogia imperialista le prometía a los obreros del este ganar como los obreros alemanes y hoy les han impuesto salarios peores que los de los obreros del Congo, Bolivia, China, Medio Oriente, etc., o como en Rusia y Ucrania, donde los trabajadores ni siquiera cobran su salario desde hace meses. Y sin embargo, también los obreros alemanes, franceses, españoles, griegos ven ya perder sus conquistas, su salario y su fuente de trabajo ante la bancarrota del Maastricht imperialista.
La lucha de la clase obrera europea es una sola, de Portugal a las estepas rusas.
Para la izquierda socialimperialista, la Europa que reconocen es la IMPERIALISTA, LA DE LA TROIKA, PUES DE ELLA SON SIRVIENTES. Para ellos, Europa termina en Alemania, en Austria y en Holanda.
Se rasgan las vestiduras cuando los bandidos imperialistas entran en crisis, como los "socialistas" proimperialistas de Inglaterra, que sostienen el Brexit, es decir, la salida de Inglaterra de Maastricht para salvarse como potencia imperialista de la ruina europea, cuando el verdadero "Brexit" existe en el este europeo colonizado y expoliado por las pandillas imperialistas.
O ahí también están los sinvergüenzas "anticapitalistas" que pregonan un "Maastricht más social" con “democracia plena”, cuando Maastricht no es más que una banda de bandoleros imperialistas que han colonizado el este europeo, mientras se disputan los mercados del mundo colonial y semicolonial con el resto de las potencias imperialistas. Quieren democratizar la OTAN, sus escudos misilísticos y a sus generales fascistas que masacran en el mundo colonial y semicolonial.
Estos "anticapitalistas", esta "Nueva Izquierda" como la de Syriza o Podemos, o los renegados del trotskismo, ocultan que sus burguesías imperialistas superexplotan y saquean no solo a los pueblos de Magreb, Medio Oriente, África y América Latina, sino también de la misma Europa, que está a unos pocos centenares o miles de kilómetros de donde viven. Ellos sólo encubren las tropelías de sus bandidos imperialistas.
Para dar tan solo un ejemplo, esa izquierda basura de Syriza y la izquierda mundial tratan a los banqueros griegos como si fueran una burguesía nativa de una colonia. ¡Mentira! Las colonias están en el Glacis y en el este europeo.
¡Mentira! Esa es una excusa para apoyar a los banqueros imperialistas griegos asociados, como socios menores, de la banca Morgan y la City de Londres... Es para apoyar a sus grandes armadores que controlan las rutas del comercio mundial con sus cañoneras.
Uno de los países más atrasados de los imperialismos europeos como es Grecia conduce 300.000 soldados de la OTAN. Patrulla con su armada las rutas de comercio del Mediterráneo y el canal de Suez y saquea, con sus bancos y sus armadores, a los pueblos empobrecidos y miserables de los Balcanes, a cuenta de sus socios del imperialismo yanqui y de Maastricht.
La izquierda socialimperialista quiere también ocultar y aislar la heroica lucha de sus hermanos, los obreros de Europa del este, cuando como ayer con Ucrania y hoy con Rumania, que amenazan con ser los más grandes aliados de la clase obrera de las potencias imperialistas de Maastricht. Ellos le defienden los intereses a las transnacionales. Ellos son la aristocracia y la burocracia obrera comprada por el capital financiero para estrangular la unidad de la clase obrera mundial.
La clase obrera y las masas rumanas han acumulado una enorme experiencia en la lucha política de masas
EL MOTOR DE LA LUCHA DE LOS TRABAJADORES RUMANOS, HOY COMO AYER, ES QUE SE NIEGAN A TENER COMO EN UCRANIA LOS SALARIOS MÁS BAJOS DE EUROPA CUANDO SU PAIS CRECE EXPOLIADO POR EL IMPERIALISMO POR ENCIMA DE UN 5%.
Mientras los piratas imperialistas y sus gerentes los oligarcas cuentan en euros y dólares las superganancias que succionan de la Rumania colonizada, le pagan salarios de miseria en moneda rumana devaluada a los obreros altamente calificados que ven derrumbarse día a día su nivel de vida sin escuelas ni hospitales. La sed de ganancia de los imperialistas no deja recursos ni mejorar la infraestructura precaria.
La burguesía imperialista de Maastricht y los sinvergüenzas de la izquierda de Maastricht hablan del "euro a dos velocidades" y callan que eso ya existe: una moneda para robarse Rumania y el resto de los países de Europa del este en euros, y papeles sin valor -como la moneda rumana Leu- para pagarle a los obreros para que éstos se alimenten como puedan.
Los obreros de la Europa imperialista tienen que mirarse en el espejo de los obreros de Rumania porque esto es lo que les van a hacer cuando se profundice la crisis de Maastricht. Es decir, los banqueros imperialistas estrangulan a la clase obrera europea con una misma soga que tiene dos puntas.
En una punta está lo que sucede con los obreros de la Europa imperialista: los trabajadores cobran en euros, pero en cantidades que no les alcanzan para vivir medio mes; mientras no hace más que aumentar el trabajo esclavo.
En la otra punta está el plan que ya existe en Rumania y demás republiquetas "anexadas a la UE": un euro como unidad de medida de las transacciones comerciales y financieras, y una moneda sin valor para el salario de los obreros.
Los sinvergüenzas de las burocracias sindicales y los partidos socialimperialistas atan a la clase obrera de los países imperialistas a las necesidades de sus propios gobiernos capitalistas. Aplauden -como lo hace el SWP inglés o lo promueven gran cantidad de corrientes socialimperialistas- que se vayan de la Europa de Maastricht y quede con un tratamiento asociado; es decir, sus burguesías haciendo transacciones y con superganancias en euros o en dólares, mientras a su clase obrera les pagan salarios de los obreros de la semicolonia. Ese es el plan inglés del Brexit aplaudido por la izquierda socialimperialista.
Otros quieren mantener la unidad de la Europa de Maastricht -como Varoufakis y su Plan B de la izquierda griega- para "democratizarla". Es decir, para que los obreros se maten de hambre con el euro a expensas de las superganancias de los monopolios imperialistas, eso sí, "con democracia".
Las dos políticas de la izquierda traidora condena a la clase obrera a estar entre las brasas ardientes del euro y el asador de monedas devaluadas que salven a las burguesías locales.
La alternativa para la clase obrera europea es el camino que hoy está llevando adelante la clase obrera rumana: de atacar al capital y a todas sus instituciones de dominio, el de la expropiación de los banqueros imperialistas, el del derrocamiento revolucionario de su gobierno y la demolición de sus estados de parásitos y saqueadores del planeta. La Europa de los consejos obreros y de la revolución. Esa es la Europa que debe volver y el camino que se debe abrir en un continente en bancarrota que le arroja toda su crisis a los explotados. A no dudarlo que si la clase obrera no da una salida a esta barbarie vendrá la guerra, como ya vino en el siglo XX.
Ni la de Maastricht ni la del Brexit... La Europa que debe volver es la que se inauguró hace 100 años ya con la victoria de la Revolución de Octubre, que abrió el camino del levantamiento de los consejos obreros y la revolución socialista.
La clase obrera rumana se ha colocado hoy a la vanguardia de esta lucha. Estamos ante una clase obrera que hace años viene de enormes combates de clase. En 2010, como ya vimos, fue protagonista -junto a la clase obrera francesa y griega- de un levantamiento prerrevolucionario de las masas de Europa. Marcó un jalón internacionalista para unir a todos los trabajadores de Europa con el grito de guerra de los obreros de Dacia-Renault diciendo "queremos ganar como los obreros de la Renault de Francia". Tuvieron que venir las burocracias sindicales stalinistas, los "anticapitalistas" de palabra y enemigos del socialismo en los hechos, para ahogar estos jalones de programa revolucionario que pusieron las masas en sus combates.
Ya antes en 2015 enormes movilizaciones de masas en Rumania derrocaron al gobierno de Victor Ponta, también del Partido Social Demócrata, luego de que un incendio en una discoteca en Bucarest matara a 64 jóvenes. Esto fue avalado por el gobierno anterior, tan corrupto como el de hoy. Pues la corrupción se sigue perpetuando bajo el control de estas pandillas burguesas, que administran, como buenas lacayas que son, el saqueo del imperialismo en los ex estados obreros.
En estos momentos, las masas rumanas tienen ya un enorme aprendizaje en la lucha política de masas y confianza en sus fuerzas para enfrentar a los gobiernos lacayos del FMI, la UE y la OTAN. Han aprendido que a los gobiernos los saca el pueblo cuando quiere. Es más, ya han comprendido que la demanda más mínima sólo se pude conseguir derrotando y demoliendo el gobierno y el estado de los opresores.
¡AHORA LAS MASAS NO VUELVEN A SUS CASAS HASTA QUE CAIGA EL GOBIERNO! ¡QUE SE VAYAN TODOS, QUE NO QUEDE NI UNO SOLO!
¡EXPROPIACIÓN SIN PAGO DE LOS BANQUEROS Y DE TODAS LAS PROPIEDADES DEL IMPERIALISMO QUE SAQUEA RUMANIA Y ESCLAVIZA A LA CLASE OBRERA! ¡INCAUTACIÓN INMEDIATA DE TODAS LAS PROPIEDADES DE LOS OLIGARCAS RUMANOS ROBADAS AL PUEBLO A PARTIR DEL AÑO '89!
¡FUERA EL IMPERIALISMO, SUS PANDILLAS RAPACES Y EL FMI! ¡NO AL PAGO DE LA FRAUDULENTA DEUDA EXTERNA CON LA QUE EL IMPERIALISMO SUCCIONA LAS VENAS DE TODA EUROPA DEL ESTE Y DEL MUNDO COLONIAL Y SEMICOLONIAL!
¡EXPROPIACIÓN SIN PAGO DE LAS GRANDES EXTENSIONES DE TIERRA QUE YA SE HA ROBADO LA OLIGARQUÍA RUMANA JUNTO A LOS IMPERIALISTAS DE LA EUROPA DE MAASTRICHT!
¡NACIONALIZACIÓN SIN PAGO DE LA BANCA PARA TERMINAR CON LA ASFIXIA DE LA USURA SOBRE EL PEQUEÑO CAMPESINO Y REABRIR EL CAMINO A LA COLECTIVIZACIÓN DE LA TIERRA, PARA QUE RUMANIA VUELVA A PRODUCIR ALIMENTOS PARA ABASTECER A LOS TRABAJADORES DE EUROPA!
Las demandas más acuciantes de las masas, como un salario digno, trabajo para todos, se conquista retomando el grito de guerra de 2010 de los obreros: "queremos ganar como los obreros franceses". Pero ahora habrá que agregarle: "hay que luchar junto con ellos para conquistar las 36 horas para todos".
El combate político de las masas rumanas vuelve a poner a la orden del día la consigna de "hay que pelear como en Egipto" en 2011, cuando centenares de miles copan las plazas de todo el país y la Plaza de la Victoria se ha transformado en la Plaza Tahrir de El Cairo, como se transformó la Plaza de la República en París en la Plaza de la Comuna y la Puerta del Sol en la Plaza de los Indignados de Madrid.
La clase obrera del este europeo, como la rusa, ante el marasmo actual que padecen, producto de la bancarrota capitalista, ya se plantea y reconoce sus antiguas conquistas. La lucha y el combate por los consejos obreros es la tarea del momento para expropiar a los capitalistas y derrotar a sus gobiernos.
¡ABAJO EL PRIMER MINISTRO GRINDEANU Y EL PRESIDENTE IOHANNIS! ¡DISOLUCIÓN INMEDIATA DEL PARLAMENTO FANTOCHE, ESCRIBANÍA DE LA EUROPA DE MAASTRICHT!
¡FUERA LA OTAN Y LOS GENERALES RUMANOS, SUS SIRVIENTES Y LACAYOS!
¡DESARME DE LA POLICÍA Y DE LA CASTA DE OFICIALES CONTRARREVOLUCIONARIA RUMANA ANTES QUE ÉSTOS TERMINEN POR MASACRAR AL PUEBLO!
ANTES DE QUE SEA TARDE, PONGAMOS EN PIE CONSEJOS DE FÁBRICA, MILICIAS OBRERAS Y COMITÉS DE SOLDADOS, PARA EJERCER LA VERDADERA DEMOCRACIA DE LA MAYORÍA DEL PUEBLO OPRIMIDO, QUE HOY SE HA LEVANTADO.
¡FUERA EL MAASTRICHT IMPERIALISTA Y SUS SOCIOS DE LA OLIGARQUÍA NATIVA!
¡POR LA UNIDAD DE LA CLASE OBRERA RUMANA CON LOS TRABAJADORES DE LA EUROPA IMPERIALISTA Y SUS HERMANOS DEL ESTE QUE COMBATEN EN UCRANIA Y COMIENZAN A LEVANTARSE EN LA RUSIA DEL ASESINO PUTIN PARA COBRAR SU SALARIO!
¡POR LA UNIDAD DE LA CLASE OBRERA EN SU LUCHA REVOLUCIONARIA DE PORTUGAL A LAS ESTEPAS RUSAS!
¡POR LA REVOLUCIÓN DE LOS CONSEJOS OBREROS!
¡QUE VUELVA LA URSS REVOLUCIONARIA SIN BURÓCRATAS STALINISTAS!
¡QUE VUELVA LA REVOLUCIÓN SOCIALISTA!
¡POR LOS ESTADOS UNIDOS SOCIALISTAS DE EUROPA!
¡POR UNA RUMANIA OBRERA, SOVIÉTICA, SOCIALISTA E INDEPENDIENTE!
Carlos Munzer