Por tercer sábado consecutivo, miles de explotados se movilizan en Moscú, en las plazas de Trubnaya y Pushkin para luchar por las libertades democráticas elementales. A excepción de la movilización del 20/7, la más numerosa en la que se reunieron en el centro de Moscú entre 20 mil y 40 mil manifestantes en Moscú. estas protestas fueron prohibidas por el gobierno y terminaron el 27/7 con 1400 detenidos y casi 700 en lo que de la jornada del 3/8. Es que en la Rusia de Putin las movilizaciones son ilegales, salvo que sean permitidas por el gobierno, y sus participantes corren el riesgo de ser condenados por violación del orden público.
La protesta del 27/7 fue prohibida con la excusa de que “había amenazas de violencia contra la Comisión Electoral” y hubo cerca de 1400 encarcelados -muchos de ellos menores de edad-, de un total de entre 5mil y 10 mil. La policía antidisturbios y la guardia nacional del régimen represor de Putin avanzaron con violencia contra los manifestantes que coreaban ¡Putin ladrón!, “¡Vergüenza! ¡Rusia sin Putin!, golpeándolos con las cachiporras y deteniéndolos tan violentamente que al menos una decena debieron ser hospitalizados por cortes y golpes graves. A muchos de ellos los mantuvieron por horas incomunicados, sin agua ni alimentos y les incautaron sus teléfonos celulares y los obligaron a dar sus claves. Más de 200 personas pasaron la noche en prisión. Hubo 1038 causas abiertas por infracciones administrativas y se dictaron sentencias en 422 casos, 83 arrestos administrativos de 3 a 30 días de prisión, 300 multas (de entre 3 mil a 20 mil rublos / 50 a 350 dólares) y 2 condenas a trabajos comunitarios. A los condenados a penas de prisión los han trasladado a cárceles remotas para que sea más difícil para sus familiares y amigos visitarlos.
A su vez, las más de 600 causas restantes quedaron pendientes de resolución, y ya hay una decena de procesados por “organizar o participar en disturbios masivos” y pueden recibir hasta 15 años de prisión. El alcalde de Moscú, Sergei Sobyanin, felicitó a la policía por “cumplir con su deber”.
Este 3/8 las detenciones comenzaron en las horas previas a la movilización y alcanzaron rápidamente las 700 detenciones, siendo al final del dia las 1001, de entre 3 mil y 5 mil manifestantes.
El detonante de estas protestas, las más numerosas desde las de 2011/2012, superando en número incluso las que vimos en casi 100 ciudades rusas en 2017, fue la prohibición contra 57 candidatos para participar en las elecciones legislativas para la Duma Municipal de Moscú que serán el 8 de septiembre. Pero no es el único motivo. La economía rusa está carcomida. Los gastos del estado son enormes y a ello se suma los más de 3500 millones de dólares que el imperialismo le hizo gastar en la masacre contra las masas revolucionarias de Siria. Cada nueva ronda de sanciones de EEUU y la UE, que ya llevan más de 4 años congelando las cuentas de empresas y magnates rusos, profundiza más la crisis. A los obreros les adeudan durante meses sus salarios, aumentan la edad de jubilación prolongando la explotación y en sectores como la minería, los obreros mueren antes de jubilarse. Y mientras en 20% de los rusos (casi 29 millones) vive por debajo de la línea de pobreza, el 1% de esa oligarquía podrida salida de la vieja nomenclatura del stalinismo concentra en sus manos el 74% de las riquezas de la nación. Por eso a principios de 2019 casi el 70% de los rusos afirmaba que la caída de la URSS fue una tragedia, porque la restauración capitalista, que le vendían a los obreros con la promesa de imagen de las góndolas llenas de Europa, hoy ni siquiera le puede pagar el salario miserable a sus esclavos que se ha reducido a 130 euros/145 dólares
El genocida Putin, fortalecido luego de masacrar a mansalva a los explotados sirios, redobló en Rusia el ataque contra su propia clase obrera y contra las nacionalidades que la “Gran Rusia” oprime en su interior. Y mediante un régimen de terror contra clase obrera y a la juventud, busca evitar que irrumpan contra el gobierno por miseria y hambre. Es una tragedia y de un cinismo inusitado, que haya corrientes que se digan de izquierda y quieran presentar a Putin como “antiimperialista” y “amigo de los pueblos”, cuando está ahí al servicio del imperialismo para controlar, someter y disciplinar a la clase obrera y los explotados que expropiaron a la burguesía y tomaron el poder en un tercio del planeta.
Corresponsal
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