Putin y la burguesía "Gran rusa" huyeron como ratas de Ucrania dejando aislados y cercados a los heroicos mineros del Donbass que combaten junto a los obreros de Kiev, contra el saqueo del FMI y las botas de la OTAN que aplastan Ucrania
Al grito de…
“¡Come piña, mastica perdiz; tus días están contados, burgués!”
la clase obrera rusa comienza a enfrentarlo
¡Que vuelva la URSS!
Putin está siendo puesto a prueba, una vez más, como sicario en la región. Putin fue humillado por el imperialismo que lo despojó completamente de su control en Ucrania, dejándole sólo el control de la península de Crimea como favor y parte de pago por los servicios que cumple y debe cumplir; mientras que hoy, tras meses de hacer el trabajo sucio de masacrar a las masas en Siria a cuenta del imperialismo, Obama prolonga una vez más el plazo de los embargos a las cuentas de la burguesía rusa en el extranjero. Esa Rusia blanca que ahogó en un baño de sangre a las masas sirias hambrientas y cercadas, es una burguesía cobarde que huyó como rata ni bien Kerry pisó Ucrania, una gatito faldero del imperialismo que le mantiene congeladas hace más un año todas sus cuentas en el extranjero y para quién hace el “trabajo sucio” de masacrar a las masas sirias, de someter junto a la burguesía prorrusa del este a las masas sublevadas del Donbass a los Pactos de Minsk y si esto no es suficiente, aplasta con su ejército contrarrevolucionario como hizo ayer en Georgia y Chechenia. Si el ejército blanco de Putin logra salir victorioso e indemne de su masacre a las martirizadas masas sirias, se fortalece el statu quo y Putin saldrá fortalecido como gendarme gurka en la región.
Ya a mediados de 2014, cuando los combates en el este ucraniano estaban al rojo vivo, Putin retiró todas las tropas rusas de la frontera ucraniana, dejando aislados y cercados a los heroicos mineros del Donbass que combaten junto a los obreros de Kiev, contra el saqueo del FMI y las botas de la OTAN, porque los soldados rasos se pasaban a combatir junto a sus hermanos del Donbass, poniendo en riesgo los negocios de la burguesía ucraniana y también rusa. Este vil cobarde de Putin le teme más la revolución que pone en cuestión su poder; que al imperialismo cercando sus fronteras.
Entre Septiembre de 2014 y Febrero en 2015, cuando avanzaban las milicias mineras desde el este y con el apoyo de sus hermanos que en Kiev se negaban a enrolarse en el ejército le propinaban a este una durísima derrota, Putin y la burguesía prorrusa del este de Ucrania firmaron -con el imperialismo yanqui tras bambalinas- los pactos contrarrevolucionarios de Minsk por los que, como hemos dicho, le devuelven a Kiev el control de las fronteras profundizando el cerco contra las masas, y se comprometen a desorganizar desde adentro y desarmar a las masas, siendo junto con el stalinismo los garantes de que las masas acaten estos pactos.
El imperialismo y sus perros Al Assad, Putin y las tropas asesinas del Hezbollah, redoblaron el cerco por hambre y los bombardeos para masacrar hasta el último pueblo de la resistencia Siria y aplastar esta grandiosa revolución. En ciudades y pueblos enteros de la Siria asediada no hay alimentos, electricidad, agua ni gas. Las fuerzas genocidas de Assad comandadas por el imperialismo descargan una verdadera operación masacre contra las masas, bombardeando hasta los escombros. Es esta la perspectiva que preparan para Ucrania, donde las masas de las regiones del Don ya enfrentan esas mismas penurias.
Si Putin pudo jugar este rol fue porque hasta hoy el proletariado ruso estuvo aplastado y dominado bajo su bota con un régimen de terror. Contra lo que dicen los stalinistas y renegados del trotskismo, no hay atisbo de democracia y mucho menos de antimperialismo. La Rusia blanca de Putin que masacró a las masas sirias a cuenta del imperialismo, es también el gendarme de las trasnacionales imperialistas en Eurasia. Putin y la oligarquía parásita rusa, que han salido del riñón de la camarilla stalinista que se robó los bienes y las riquezas del pueblo y entregó los estados obreros a Reagan, la Thatcher y el Citibank, mantienen aplastada a la clase obrera rusa, mientras con masacres contra los pueblos países del Cáucaso (Chechenia, Osetia, Georgia) como la que perpetran hoy en Siria, le garantizan los negocios a su amo imperialista. los las ex repúblicas soviéticas musulmanas (los stanes) como Uzbekistán, Turkmenistán, Tayikistán, Kirguistán, Kazakistán y Azerbaiyán. Los trabajadores rusos deben sublevarse ¡Basta de masacrar al pueblo sirio! Si Putin sale victorioso de esta carnicería contra el pueblo sirio, se fortalecerá como gendarme en la región, tanto en Ucrania, en Europa del Este y también contra su propio pueblo que hoy comienza a enfrentarlo.
Ahora Rusia está siendo sacudida por durísimas huelgas y manifestaciones “ilegales”- ya que en Rusia están prohibidas por la constitución. Jubilados, camioneros, maestros y obreros industriales salen a pelear en defensa de su salario y contra los recortes. La crisis golpea Rusia y la caída del precio del petróleo a U$S25 reduce a la mitad el presupuesto ruso. El asesino Putin no dudó en tirarle la crisis a las masas, con despidos, reducción salarial, o directamente con salarios que no se pagan. Por eso la clase obrera rusa demostró su malestar volcándose a las calles con jornadas de protestas. De tal magnitud que hasta el mismo diario de la burguesía imperialista yanqui, el New York Times, en su edición del 23 de enero de 2016, con pavor afirmaba que “suenan en las ciudades industriales poemas y leyendas de aquellas épocas revolucionarias advirtiendo a la nueva burguesía rusa: ¡Come piña, mastica perdiz; tus días están contados, burgués!”. La unidad de las filas obreras a uno y otro lado de la frontera está a la orden del día y es una necesidad para conquistar las demandas de las masas rusas y ucranianas. Putin lo sabe y por ello, por primera vez abiertamente, ha criticado en un discurso público a Lenin y la política de la URSS revolucionaria del derecho a la autodeterminación de las nacionalidades oprimidas por la Gran Rusia, porque socava los pilares del estado ruso.
Hoy vuelve a estar planteado que la revolución ucraniana entre a la Gran Rusia, donde los obreros tienen salarios tan miserables como los obreros ucranianos. Estos movimientos de la clase obrera rusa, son una bocanada de aire fresco para los explotados de Ucrania y de todas las ex repúblicas soviéticas del Este de Europa. Y demuestran que la ficticia “República de Novorossia” es un invento del stalinismo para someter a las indómitas masas del este. de Ucrania a Putin y la burguesía prorusa, y expropiar la revolución ucraniana con su grito de guerra “Que vuelva la URSS”, que ya comienza a hacerse sentir en la Plaza Roja de Moscú. ¡Basta de mentiras! ¡Con “Novorossia”, el que vuelve es el odiado Yanucovich -amigo de Putin-, pagándole la fraudulenta deuda al FMI, mientras se profundiza el aislamiento, cerco, hambruna, miseria, saqueo imperialista y cañonazos que ya padecen hoy los explotados en la región.
¡El proletariado ruso debe terminar de sublevarse! ¡Tiene que asumir sus responsabilidades internacionalistas comenzando por unirse a los explotados sirios, ucranianos y las ex repúblicas soviéticas del este europeo y Eurasia! ¡Si terminan de aplastar a la heroica resistencia siria, será una durísima derrota para la clase obrera mundial y de Rusia en particular! ¡Los obreros rusos deben derrotar al carnicero Putin que masacró a las masas sirias, de la misma forma que ayer masacró en Chechenia y Osetia entre otras naciones oprimidas por la “gran” Rusia! ¡Esta es la lucha que ya ha comenzado!
El imperialismo lo sabe y tiembla ante la posibilidad de que se levante el proletariado ruso y unifique tras de sí a los explotados de toda Europa del Este. Por ello Putin está siendo puesto a prueba una vez más, como sicario en la región. En la conferencia de Minsk a Putin le asignaron el rol de desarmar a las masas del Donbass, mientras sus agentes fusilan a los dirigentes de las milicias más combativas para liquidar así al ala izquierda de la resistencia, y le ordenaron masacrar hasta la última trinchera de la resistencia siria. Y ya Putin se ofrece para ser quien cubra la retirada de los yanquis de Afganistán. El zar sin corona que es Putin quiere ganarse el derecho de ser el gendarme a cuenta del imperialismo en toda Eurasia.
El imperialismo yanqui ha quedado pisando toda la frontera Rusa y lleva la delantera en el camino por su recolonización, cuestión que debe definir históricamente, si el proletariado no lo impide con una revolución socialista triunfante. Como planteamos en el libro Siria bajo fuego: “En última instancia, la lucha por los “nuevos mercados” conquistados por el capitalismo en 1989 y por su recolonización serán motivo de enormes confrontaciones, de guerras comerciales, políticas y en el futuro (si el proletariado no lo impide) militares entre las distintas potencias imperialistas. Las potencias imperialistas vencedoras (de la guerra comercial, NdR) necesitan quitar del medio a los intermediarios en el saqueo de las riquezas de Rusia, de su gas y su petróleo, y de la explotación de la mano de obra china. Los tratados del Atlántico y del Pacífico son pactos de las potencias imperialistas para cercar a esos países y terminar de colonizarlos o semicolonizarlos.” (Pág. 87) El Citibank es el principal banco en Rusia, y el que controla sus finanzas. Alemania es el mayor inversionista extranjero, sobre todo en lo que refiere al control y paso del gas ruso que abastece a Alemania y toda Europa. La gran disputa interimperialista que se ha abierto entre EEUU, Francia y Alemania es por ver quién controla, además de los gasoductos que abastecen de petróleo ruso a Europa, los negocios de la industria militar rusa. Ucrania es una pieza fundamental para el imperialismo en el camino a la recolonización de Rusia porque son las minas de carbón y acero de la cuenca del Don las que abastecen al aparato industrial militar ruso y EEUU al controlarlas, controlaría el abastecimiento de esa industria.
¡Al pacto contrarrevolucionario del imperialismo y las burguesías nativas hay que oponerle un verdadero pacto de la clase obrera y los explotados!
¡Para que la clase obrera viva, el imperialismo debe morir!
¡Que se subleven los soldados rasos, obreros y campesinos rusos junto a los oprimidos de los pueblos musulmanes y del Cáucaso, contra el opresor blanco de la Rusia zarista de Putin, hambreador de su propio pueblo!
¡Que se pongan de pie junto a la resistencia Siria para hacer rodar la cabeza del genocida Bashar y el carnicero Putin, como rodó en Libia la cabeza del asesino khadafy!
¡Que vuelva el ejército rojo revolucionario, expurgado de la oficialidad blanca verduga de las masas sirias, chechenas, de Osetia, y sepulturera de la revolución ucraniana!
¡Fuera las manos del Kolchak-Putin de Ucrania! ¡Fuera la base militar rusa de Crimea que se apresta a masacrar a los explotados que no se sometan a los pactos de Minsk! ¡Putin y sus lacayos no son más que los sepultureros de la revolución ucraniana y los masacradores de la resistencia siria, a cuenta del imperialismo!
¡Por la restauración de la dictadura del proletariado bajo formas revolucionarias en ex repúblicas soviéticas!
¡Que vuelva la URSS de los consejos de obreros, campesinos y soldados sin los traidores del stalinismo, entregadores de la revolución de octubre de 1917 y de la revolución socialista internacional!
En Europa Oriental y Occidental, un mismo enemigo: la reaccionaria UE de Maastricht
En las potencias imperialistas: ¡El enemigo está en casa!
Como ayer lo hicieron los portuarios de Oackland, ¡hay que paralizar la maquinaria de guerra imperialista!
¡Paso a la revolución socialista europea!
¡Por los Estados Unidos Socialistas de Europa, desde Portugal a las estepas rusas!