La primera señal de que la evacuación del campamento de Idomeni estaba en marcha fue el desalojo de periodistas, voluntarios y activistas en la madrugada del martes 24 de mayo. Esto, lejos de ser pacifico, como todos los medios les gusta vociferar, fue con la policía del gobierno de Grecia primero yendo a la carpa de los que no eran refugiados y echándolos de allí, a la fuerza cuando tuvo que hacerlo. Ese mismo día el ejército junto con la policía había prohibido la entrada de comida y agua para el campo. Luego, esa misma noche y los días que le siguieron, esta policía asesina aterrorizó a los refugiados diciendo que “nada malo pasaría si se subían a los colectivos que los llevarían a otros campos formales”. Esos “campos formales” son campos en ex bases militares, que son verdaderas cárceles y están en el medio de la nada, aislados de todo. Syriza prometió que si los refugiados obedecen tendrán más posibilidades de obtener asilo. ¡Mentira! Ya los refugiados han escuchado lo mismo en otras oportunidades, y ninguna solución ha venido. Pero si han visto la expulsión y la vida en condiciones inhumanas en esos campos. En particular, todo aquel de nacionalidad pakistaní, bangladeshí o magrebí ya saben que les espera la expulsión.
Así, desde el miércoles 25 hasta el viernes 27 de mayo se llevó adelante el desalojo de los más de 8.000 refugiados que viven en este campo. La mitad de ellos salieron a pie refugiándose en lugares cercanos y hasta algunos llegando a Atenas. La otra mitad, en diferentes tandas, fueron subiendo a los micros. Así más de 4.000 refugiados sirios, iraquíes, afganos y kurdos dejaban atrás Idomeni para llegar a su destino impuesto por el gobierno en campos de concentración. Primero los llevaron a antiguas fábricas (hoy abandonadas) habilitadas como “albergues” por el Ejército de Syriza, en Sindo y Derveni —en las afueras de Tesalónica, norte de Grecia—, donde se está realizando una selección según la nacionalidad y, posteriormente, se les trasladará a los otros campos de concentración de ex bases militares en zonas aún más alejadas.
Luego de la desocupación de Idomeni, una fila de topadoras fue arrasando las carpas vacías. De esta forma despejaron la vía ferroviaria que une Grecia al resto de los países balcánicos y con Europa, ya que los refugiados estaban impidiendo este funcionamiento como medida de lucha para poder cruzar la frontera.
En Grecia hay más de 54.000 refugiados, la mayoría de estos se encuentran en el norte del país. El plan del gobierno es meterlos a todos en verdaderos campos de concentración, preparándose así para poder expulsar uno a uno para Turquía o a su país de origen, si es que antes no murieron en estos campos a causa de las miserables condiciones para la vida humana. Esos campos son verdaderas cárceles y los refugiados son presos políticos del gobierno de la izquierda basura de Syriza, ya cientos de refugiados se encuentran haciendo huelga de hambre como en la isla de Chios, Schisto, entre otros lugares, como en los campos de la Isla de Lesbos se han sublevado.
La verdad es que aun los refugiados no se rinden, que no bajan los brazos, que ellos, huyendo de guerras y masacres, vinieron a Europa en búsqueda de una vida digna. Vida que no podían tener en sus países de orígenes por el saqueo de los países imperialista a su nación, por los regímenes dictatoriales, por la masacre llevada adelante por Al Assad.
Ellos saben que el único futuro posible está en Europa. Por eso 4000 refugiados de Idomeni no aceptaron ir a los campos de concentración. Siguen luchando por cruzar la frontera y tener una vida digna. Ellos son parte de la clase obrera europea. Deben ser reconocidos por todos los sindicatos y organizaciones obreras, votando un plan de lucha para sacarlos de los campos de concentración y poder conquistar papeles, vivienda, trabajo digno y salario a nivel de la canasta familiar para todos!
Al irse de Idomeni exclamaban: “¡Queremos comer, no somos animales, queremos ir a Alemania! ¡Donde está la Merkel, la UE!”Ellos no se rinden y siguen peleando, hoy, por vivir en condiciones humanas, puesto como ellos denuncian son tratados como animales.
Corresponsal
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Idomeni, 24 de mayo de 2016 |