FRANCIA - 17 de noviembre de 2019
A un año de la irrupción de su fenomenal lucha
Los Chalecos amarillos, no abandonan las calles y siguen sus combates
En momentos en que los explotados de Latinoamerica, Ecuador, Chile, Bolivia, Colombia, Haití, Puerto Rico, y Argelia, Egipto, Iran, Irak, Túnez, Sudan se levantan con las mismas demandas por el pan y porque “caiga el régimen”. Tal como lo plantearon desde hace un año con su lucha los Chaleco Amarillos.
Hoy, conmemorando el primer aniversario de su lucha, en su jornada 53 miles han ganado las calles nuevamente en Paris, Nantes, Burdeos, Toulouse, Lyon, Marsella,
En Paris la manifestación oficial estaba convocada a las 10 hs desde la Iglesia del Sagrado Corazón hasta la Bastilla. A las 11 hs cantaban “No cedernos nada”, canción que se hizo popular con el movimiento de los Challecos amarillos (“on ne lache rien”) que simboliza su lucha y su continuidad. Pues nada ha cambiado para la clase obrera y las clases medias empobrecidas por lo que hicieron sentir su bronca cortando rutas, quemando autos, basura, combatiendo en barricadas: Y en la Plaza Italia se defendieron de la represión de los agentes antimotines que llenaron, como de costumbre las calles de gases lacrimógenos que dejaron sin respiración a los manifestantes. Además, en la noche, cientos de manifestantes tomaron un antiguo lugar de concierto, convirtiéndolo en la “casa del pueblo”, lugar que dicen puede servir para que se use para las luchas aunque sea hasta el 5/12, día en que la CGT convocóa una huelga general. En Nantes en las paredes de la Prefectura se podía leer “Mejor vándalos, que vendidos”. El gobierno de Macron que había autorizado la marcha, pasado medio día la prohibió, escudándose en que se producía una situación de violencia por parte de los manifestantes. Igual siguieron en las calles combatiendo.
Es que a un año de la rebelión de los Chalecos Amarillos, nada ha cambiado para los trabajadores del transporte, los ferroviarios que van a una huelga general el 5/12 llamada por la CGT. Nada han conseguidos los docentes, los trabajadores de la salud, los jubilados, los estudiantes, los sin papeles, por lo que han salido una y otra vez a luchar de forman recurrente porque sus demandas de salarios, contra la carestía de la vida, por elevar su poder adquisitivo siguen más vigentes que nunca.
Sus penurias no hay cesado, pues le arrancaron a la clase obrera francesa casi todas sus conquistas, sus emblemáticas 35 horas, sus convenios de trabajos, con la aplicación de la ley Khomri. El poder adquisitivo de los trabajadores, clases medias, jubilados, ha decaído enormemente. La reforma de la educación deja afuera a los estudiantes de la posibilidad de entrar en la universidad. Y a los jóvenes trabajadores de los barrios periféricos de Paris, hijos de inmigrantes que residen hace años en Francia, se los mata sin piedad, y se los trata peor que si fueran esclavos. Los que trabajan, lo hacen en una precariedad total y el resto está condenado a trabajar con convenios basuras, por poco tiempo etc.
Y ni hablar de los inmigrantes, que llegan huyendo de sus países, perseguidos por regímenes dictatoriales, o buscando mejores condiciones de vida, salvándose de morir en el Mediterráneo se les niega asilo y si pisan suelo francés se los condena a los centros de admisión para que después los deporten a sus países de origen. Así trata ese régimen infame de la V República francesa a los inmigrantes queriendo extender hacia toda su clase obrera dicho tratamiento.
Hace un año, con su combate, los explotados franceses, los chalecos amarillos, los estudiantes combativos, los jubilados, pusieron al orden del día la caída de Macron. Su fenomenal combate golpeaba al poder. Sin embargo Macron no cayó. Es que esta enorme lucha no pudo subir un nuevo peldaño. Pues fueron una y otra vez traicionado por la burocracia sindical de la CGT, con su secretario General Martinez a la cabeza y también de los burócratas de Force Ouvriere, de la CFDT (central influenciada por el PS) y demás centrales sindicales.
Estos burócratas aislaron a la clase obrera, la dejaron encerrada en las fábricas, para impedir de esta forma que desde las barricadas las ocuparan y las pusieran a producir bajo su control. Es decir, que se desarrolle un nuevo 68/74, esta vez triunfante, que hubiera barrido con Macron y con el régimen de la V República. Pero a pesar y en contra de estas direcciones, los trabajadores estaban en las barricadas juntos a los Chalecos amarillos, los sábados cuando no estaban en sus fábricas salían a apoyar los cortes de rutas, ganaron las calles en las todas las ciudades de Francia imponiendo de hecho la unidad en su lucha. Pero al no avanzar en atacar la propiedad de los capitalistas, se fue agotando la tendencia a que los organismos de autodeterminación que empezaban a surgir, en las barricadas, en las rotondas, se extendieran, se coordinaran y se centralizaran a nivel nacional.
Fueron esas burocracias entonces las que salvaron a ese gobierno y régimen de las transnacionales francesas cuando las masas en lucha cuestionan el poder de la burguesía imperialista. Ese es su rol, que ya lo habían jugado entregando las 35 horas, las jubilaciones, la lucha por los sin papeles y cuando la clase obrera combatió contra ley Khomri se sentaron a negociar con el gobierno traicionándola y así dejaron las manos libres para que se impusiera una feroz flexibilización laboral. Fue por esta razón que los Chalecos amarillos no los reconocían como dirección, y salieron a pelear solos superando a estas direcciones.
Pero la burocracia no estuvo sola en esta tarea: todas las direcciones reformistas, los anticapitalistas, acompañaron y sostuvieron a la burocracia. Si hasta dijeron claramente aquel 17 de noviembre hace un año, en la primera jornada de los Chalecos Amarillos, que no apoyaban esa lucha pues no representaba a la clase obrera y por estar influenciada por la derecha francesa. La burocracia siempre corre a liquidar la lucha de los trabajadores en la mesa de negociaciones con el régimen de la V República y los anticapitalistas corren, a su vez, a salvar a la burocracia respaldándola en los sindicatos.
Por ello con estas direcciones no se puede luchar. Hay que poner en pie los organismos de autodeterminación de las masas en lucha, por fábrica, establecimiento, hospitales, transporte público, ferroviarios, escuela, universidad, de la juventud trabajadora de los barrios periféricos, los inmigrantes y los Chalecos amarillos, que aglutine y organice a todos los explotados en lucha.
Que la jornada del 5/12 de huelga general contra la reforma de la jubilación, llamada por la CGT , a la que adhieren distintos sindicatos, organizaciones de lucha y que cuenta también con el apoyo de los chalecos amarillos sea el primer paso para retornar el combate de diciembre pasado para volver a poner al orden del día la caída de Macron y del régimen imperialista francés.
Hagamos realidad el grito de los Chalecos Amarillos “¡Macron dimisión!” ¡Abajo el gobierno de la V República francesa! ¡Fuera Macron!
Hoy las masas insurrectas de Argelia, Tunez, Egipto, Iran, Irak, Sudán, que se movilizan al interior mismo de Francia, combaten contra un mismo enemigo! ¡EL ENEMIGO ESTÁ EN CASA!
¡Somos una misma clase, tenemos los mismos enemigos!... el imperialismo y sus transnacionales que saquean las semicolonias y súper explotan a la clase obrera! ¡Luchemos juntos!
Por un combate unificado de toda la clase obrera europea y sus sectores más explotados y oprimidos, como son los inmigrantes y sin-papeles
¡Por la liberación de todos los presos políticos, Geoge Abadalah, 35 años presos en las garras de las cárceles de la V República!
¡Liberación de los presos vascos, y de todos los presos y desprocesamiento de todos los luchadores!
¡Abajo el Maastricht imperialista!
Corresponsal