Francia - 05 de julio de 2023
No es solo Francia, es el Maastricht imperialista
el que está en bancarrota
y le intenta tirar toda su crisis a la clase obrera europea y mundial
Arde París y las ciudades más importantes de Francia. Esta vez lo hacen con la entrada al combate de centenares de miles de jóvenes hijos de inmigrantes, que dijeron “¡Ya basta de asesinar a la juventud inmigrante!” “¡Ya basta de maltrato, superexplotación y muerte!”. Día a día y noche a noche, se combate calle a calle.
Las comisarías, alcaidías y edificios públicos arden por el odio de la juventud obrera de Francia, el sector más explotado de la clase obrera que hoy entra al combate de forma decisiva. Una juventud obrera abandonada a las peores condiciones de indigencia y esclavitud que le impone una patronal explotadora y también saqueadora de los pueblos oprimidos del mundo.
Las direcciones traidoras del proletariado francés, los partidos socialimperialistas, los rompehuelgas del Partido Comunista en la CGT, daban ya por desgastada la lucha por las pensiones. Se equivocaron de cálculos. Aún faltaba un batallón fundamental que entrara al combate en Francia, y es la nueva generación de los explotados.
La nueva generación que hoy gana las calles ni sueña con tener una jubilación. Su trabajo no está registrado. Están totalmente flexibilizados, trabajando como esclavos, dejados librados a su suerte no solo por el estado y los capitalistas que los superexplotan, sino también por la traidora burocracia sindical, que representando a la alta aristocracia obrera, los entrega como carne de cañón a la explotación capitalista.
Los migrantes y sus hijos, en Francia, hacen los trabajos más duros, difíciles, que la capa más alta de la aristocracia obrera no se animaría a hacer. Ellos son el corazón de la clase obrera francesa.
Los que hoy queman los coches, las alcaidías, las comisarías y los edificios del poder son los que representan la bronca y el odio de las masas de las colonias y semi-colonias hacia la Francia imperialista y demás potencias que las saquean impunemente robándole todas sus riquezas.
El cinismo de las burguesías imperialistas no tiene límite alguno. Solo engañar a las masas y defender sus súper-negocios y estafas al pueblo. La frontera del Rio Bravo en EEUU como las de la Europa imperialista se abren o se cierran para inmigrantes desesperados cuando las transnacionales y sus estados necesitan mano de obra esclava para levantar sus cosechas, limpiar sus calles, construir sus edificios, para luego expulsarlos porque “no tienen papeles”. Y cuando no los necesitan, ahí está el Mediterráneo transformado en una tumba de millones de parias del mundo semicolonial que buscan un lugar donde vivir.
Mientras se incendia París, ya en toda Europa hay ruidos de barricadas, gritos de justicia
No ha habido país imperialista de Maastricht y del resto de Europa cuya clase obrera no haya o esté sufriendo, un feroz ataque de los gobiernos imperialistas. Un ataque en toda la regla a sus conquistas, a su edad jubilatoria, a sus horas de trabajo, al salario, a los presupuestos de la salud y educación del pueblo.
Los tesoros de los estados imperialistas están quebrados. Es que los banqueros y las transnacionales los vaciaron y los robaron para salvarse de su propia crisis y bancarrota.
En Francia, desde el año 2015, el Estado emitió bonos comprados por el Banco Central de Europa, por un valor de 3 billones de euros, que ahora son las masas los que los pagan con recesión, crisis, con carestía de la vida. Lo mismo hizo la Reserva Federal de EEUU y todos los bancos centrales de Japón, Reino Unido, etc. Se salvó a la oligarquía financiera mundial de la bancarrota que ellos mismos provocaron, vaciaron los estados y dejaron que sean las masas las que paguen la crisis.
Vimos, a fines del 2022 y durante el 2023, durísimas luchas de los trabajadores de Inglaterra, Alemania, el regreso del proletariado portugués al combate y ahora la clase obrera francesa se encuentra a la vanguardia de parar, con sus fuerzas, el ataque de los capitalistas.
Como en Francia, ahora en Grecia, Suiza y Bélgica, la juventud rebelde, los sin futuro y sin papales, no tienen ya salida a sus penurias inauditas. La chispa que incendió Francia con el asesinato de Nahel hizo extender el fuego a Atenas, Bruselas y Berna.
Las direcciones de los sindicatos de las potencias imperialistas de Maastricht, compradas por el gran capital, son las que impiden una lucha coordinada del proletariado europeo contra los banqueros imperialistas y para unir las fuerzas y los reclamos contra el mismo enemigo.
Ellos dividen la lucha obrera país a país. Desgastan las enormes energías de las masas. Dividen las fuerzas del proletariado europeo, que en un combate internacionalista permitiría hacer valer exponencialmente su poder.
Los mismos que hoy apoyan al carnicero Putin, el chacal de Moscú, cuando invade Ucrania, Bielorrusia o Kazajistán con el grito de “no hacerle el juego a la OTAN”, son los mismos que andan como bomberos apagando el fuego que enciende la juventud y la clase obrera francesa de Grecia o Bélgica, países estos que están bajo la órbita, son miembros plenos y comandan a la OTAN…
Los marxistas revolucionarios afirmamos que ustedes son los sirvientes de la OTAN en la Europa de Maastricht y de Putin para que controle con manu militari a los trabajadores y pueblos de las ex repúblicas soviéticas, entregadas por el stalinismo a la economía capitalista mundial.
¡Traidores! Ustedes, stalinistas, socialimperialistas, burócratas sindicales pagos, agentes de la burguesía al interior del movimiento obrero, son los que sostienen al Maastricht imperialista y a todos sus gobiernos de la OTAN, dividiendo y entregando cada lucha decisiva del proletariado europeo. Las aislan país a país. Impiden que las masas avancen hasta demoler la ciudadela del poder de los bandidos imperialistas.
¡Traidores! Ustedes acusan de “vándalos” a la juventud rebelde, cuando los vándalos son sus gobiernos, que invaden a los pueblos coloniales, masacrando como ayer en Irak, en Siria, en Palestina, provocando golpes contrarrevolucionarios como en Latinoamérica o saqueando el Asia entera.
¡Traidores! Ustedes, los Melenchon, los Podemos, los sirvientes de la Troika como Syriza, y todos sus lacayos stalinistas de todo color y pelaje, junto a los renegados del trotskismo y de la IV Internacional, son los que sostienen a Putin. Insistimos, son los que dividen cada uno de los combates de las masas. La cruda realidad de estos combates ya demuestran a nivel internacional que, en esta crisis capitalista, la clase obrera ya no puede elevar su nivel de vida. 262 millones de migrantes recorren el mundo… Sus manos, como las de millones de desocupados y parados, podrían ponerse a producir bienes para sacar a la humanidad del flagelo del hambre, la miseria y la necesidad. Solo un sistema de parásitos lo impide. En este caso, lo que se impide es la unidad de la clase obrera que entra al combate en toda Europa.
La clase obrera francesa no puede seguir peleando sola
La batalla es por derrotar al Maastricht imperialista y a todos sus gobiernos y regímenes, y al chacal de Moscú, Putin, el guardián de los negocios de los capitalistas en Eurasia
Con Maastritch en crisis, el imperialismo español prepara un ataque a su clase obrera de una envergadura aún mayor que el de su socio Macron del imperialismo francés. Alemania está en recesión. EEUU ha cortado los suministros del gas ruso barato y rompió la división del trabajo en toda Europa.
El choque entre las clases es inevitable.
Las burguesías imperialistas hace rato se gastaron los beneficios que el trabajo humano aún no ha generado. Han quebrado los estados, vaciado sus tesoros, mientras profundizan su ofensiva de saqueo y pillaje sobre el mundo semicolonial.
Pisando Europa con la OTAN, EEUU se ha puesto en el centro de los negocios, preparando un gran saqueo de Rusia, pero para su propio beneficio y con sus propios agentes.
El equilibrio político, económico e inclusive militar del continente europeo ha estallado. El camino hacia adelante de cada potencia imperialista es salvarse a sí misma, o en bloques circunstanciales. Pero lo que tienen todas en común es que para salvar sus dominios en sus zonas de influencia, para amortiguar su crisis y costear sus gastos, necesitan propinarle un duro ataque al movimiento obrero. Es el látigo del capital y no las direcciones traidoras de la clase obrera lo que está uniendo y empujando a la lucha a los explotados en todo el viejo continente.
En el Estado Español, el proletariado ya comienza a tensar sus fuerzas en una durísima lucha económica por el salario, contra los despidos, inclusive como en Francia en defensa de las pensiones y del sistema de salud público.
Francia está cada vez más dislocada de Europa y busca su lugar en la economía mundial. “No podemos ser vasallos de EEUU” replicaba Macron a los 4 vientos mientras atacaba ferozmente a su clase obrera.
De París salió la respuesta de los trabajadores en una durísima lucha política de masas. Y este combate de masas es el que trajo nuevamente el “fantasma” de la Comuna de París.
En el ’89, cuando se caía el muro de Berlin y la burocracia stalinista devenía en nueva burguesía y entregaba los estados obreros, le mostraba a los trabajadores las góndolas llenas de la Europa occidental. En cambio ahora, ya entrado el siglo XXI, 30 años después, a las masas del este europeo sublevadas en combates decisivos, occidente solo puede mostrarle góndolas vacías, el sistema de salud destruido, liquidación del sistema de pensiones, millones de obreros flexibilizados, estados saqueados…
De esto se trata la tarea del marxismo revolucionario en Europa hoy, de poner nuevamente en pie alrededor de la lucha del proletariado francés, la lucha por la “Comuna de París”, es decir, por la revolución. En manos del proletariado europeo está el saldar cuentas con el asesino de Moscú, en desarmar y liquidar la máquina de guerra de la OTAN e ir en ayuda de sus hermanos de los pueblos oprimidos, no solamente de Ucrania, sino de Catalunya, del País Vasco, oprimidos por los borbones; y las nuevas colonias que tienen de las ex repúblicas musulmanas soviéticas y del Cáucaso.
El joven Nahel fue asesinado. La chispa incendió nuevamente la pradera, como sucedió con George Floyd en EEUU, o antes Mohamed Bouazizi en Túnez, cuya inmolación despertó el odio y la lucha de millones de explotados de todo Medio Oriente. La lucha revolucionaria de la juventud francesa, esta vez, encabeza el combate.
Se abren los frentes. En Francia, Suiza y Bélgica se amotinan los parias sin tierra ni trabajo, los “sin nombre” de la nueva generación de los obreros europeos. A ellos el imperialismo francés los trata como a los pueblos que oprime en el mundo semicolonial.
La clase obrera francesa no puede pelear sola y cercada de sus hermanos de clase de toda Europa por las direcciones traidoras y burocracias de todos los sindicatos. Estas no son las direcciones que se merece la heroica clase obrera de París.
La tarea del momento no es otra que poner en pie un consejo obrero internacional de la clase obrera europea para coordinar sus combates para derrotar a Maastricht y expropiar sin pago a los parásitos de los bancos imperialistas y a las grandes transnacionales es imprescindible para que los trabajadores coman y tengan salud, educación, trabajo, digno... Condiciones para esto, sobran.
Hay que pelear CON FRANCIA, AHORA!!! Un congreso continental de las organizaciones obreras en lucha se vuelve imprescindible para golpear como un solo puño a los verdugos del pueblo.
¡Hay que enfrentar y derrotar a Maastricht y a todos sus gobiernos imperialistas, agentes y jefes de la OTAN, como Macron o la monarquía asesina de los borbones, etc.! ¡Hay que poner a la clase obrera europea de pie y pelear junto a la nación ucraniana para aplastar la invasión contrarrevolucionaria de Putin y sus bandas de mercenarios fascistas!
Es tarea de la clase obrera de la Europa occidental el apoyar, como a los hijos de los inmigrantes, a toda la juventud rusa que se niega a ir a matar a sus hermanos de Ucrania. Solo así podrá la clase obrera de Kiev tomar la dirección política y militar de la guerra de liberación nacional en sus manos contra Putin y contra todos los que osen partirla u ocuparla.
¡Abajo el gobierno contrarrevolucionario semi-fascista de Putin y su opresión sobre las naciones y pueblos de Eurasia!
Un fantasma recorre Europa… Es el fantasma de la Comuna de París. Allí se enfrentó el ataque contra las 35 horas, a la flexibilización laboral, y ahora se enfrenta la discriminación y ataque a la juventud obrera hija de inmigrantes.
HAY QUE PREPARAR UNA HUELGA GENERAL CONTINENTAL.
¡Fuera las burocracias y aristocracias obreras de las direcciones de los sindicatos! ¡Paso a los comités de fábrica! ¡Paso a la democracia obrera!
¡Disolución de las fuerzas represivas! ¡Comités de autodefensa!
Una generación busca una salida a su martirio... ¡Paso a la juventud obrera!
¡Plenos derechos a los inmigrantes! ¡Que se abran las fronteras! Una misma clase obrera ¡Basta de pillaje imperialista en el mundo semicolonial! La hermandad de los obreros de los países centrales con los obreros inmigrantes es la unidad de la clase obrera internacional.
¡Hay que expropiar a los expropiadores del pueblo, a los banqueros imperialistas, sus transnacionales y sus burguesías cómplices y socias! Solo así se conquistará la salud, el salario, las jubilaciones dignas…
¡Abajo el Maastricht imperialista! ¡Paso a la revolución socialista! ¡Paso a la Comuna de París!
Por la restauración de la dictadura del proletariado en las ex repúblicas soviéticas, sin la lacra stalinista que las entregó, aplastando al nuevo Kolchak contrarrevolucionario de Putin y sus tropas blancas, y a su guardia pretoriana fascista.
¡Por los estados unidos socialistas de Europa!
LA GUERRA DE CLASES ESTÁ EN MARCHA.
HAY QUE PONER EN PIE EL PARTIDO DE LA REVOLUCIÓN SOCIALISTA INTERNACIONAL, LA CUARTA INTERNACIONAL. ESTA ES LA TAREA DEL MOMENTO PARA QUE EL PROLETARIADO TENGA A SU FRENTE LA DIRECCIÓN QUE SE MERECE.
No hay tiempo que perder.
Antes de que sea tarde.
Carlos Munzer, por el Comité Redactor del Organizador Obrero Internacional
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