Francia - 11 de mayo de 2023
El PTS en Francia:
Una estrategia reformista de lucha económica por detrás de la lucha de las masas por tirar a Macron
En el actual combate que la clase obrera protagoniza en Francia, como en todo proceso revolucionario, las corrientes reformistas quedan al desnudo. Los trabajadores franceses están combatiendo desde hace meses contra el ataque a sus conquistas, a saber, la reforma jubilatoria que el imperialismo francés necesita y está aplicando de la mano de Macron y su Primer Ministro, Elizabeth Borne.
A principios de año, realizaron varias jornadas de huelga y manifestaciones, llamadas desde la Intersindical (que reagrupa a las centrales sindicales y estudiantiles del país, incluyendo a las más importantes, la CGT dirigida por el estalinismo y la CFDT, oficialista) para presionar al Parlamento para que no vote el proyecto de ley. Y desde mediados de marzo, frente la imposición de la ley por decreto, empezando a sobrepasar a las direcciones sindicales que buscaban contener el odio de las masas en una lucha de presión, los explotados entraron a una abierta lucha política contra Macron y su gobierno, agentes del gran capital, y contra el régimen de conjunto que le da al presidente poderes de monarca. Las demandas ya no eran sólo el retiro de la reforma sino que se empezó a exigir la renuncia de Macron, ya que los trabajadores comprendieron que para derrotar la reforma hay que derrotar al gobierno.
Frente a este combate el PTS, con su grupo francés Révolution Permanente, tiene una política completamente reformista que está años luz de lo ya conquistado por las masas. Plantean "preparar otra estrategia para enfrentar al gobierno, basada esta vez en la construcción de una relación de fuerzas a través de la huelga, para conseguir la retirada de las contrarreformas, el aumento de los salarios, pero también para acabar con el régimen político de la V República” .
Veamos. En primer lugar, ellos critican a las direcciones sindicales por no llamar a la huelga indefinida, pero la “otra estrategia” que proponen es organizar desde las bases la construcción de una relación de fuerzas para conquistar una huelga general, lo que dicen estar haciendo desde la “Red por la Huelga General”. Esto es negar el hecho de que las masas entre marzo y abril sobrepasaron a las burocracias y a los sindicatos como organismos de lucha: ningún sindicato convocó a las centenas de manifestaciones espontáneas, a las barricadas, a las batallas campales contra la policía que se vivieron en estos meses. Los trabajadores y la juventud entraron en una fase de lucha política y conquistaron, al decir de Trotsky, los “organismos aptos para esta lucha”. El PTS los desconoce descaradamente. Para ellos, todo tiene que pasar por los sindicatos, donde, por más que se organice una “Red por la Huelga General”, dirigen las burocracias y el estalinismo, que son el verdadero freno que tienen las masas para triunfar y a las que en ningún momento platean derrotar.
Una visión totalmente sindicalista que niega que estamos frente a una lucha política y no económica. Pero no es lo más grave de su posición. Leamos nuevamente. Lo central, la esencia de su posición, reside en que mientras las masas pelean por tirar a Macron, el PTS pelea “para conseguir la retirada de las contrarreformas, el aumento de los salarios” y otras demandas mínimas. Todas sus notas van en este sentido, diciendo por ejemplo que hay que luchar “contra toda la agenda de Macron” . Increíble. En todas las calles de Francia (e incluso de otros países) se grita “Macron dimisión”, en las manifestaciones se escucha “a Luis XVI lo decapitamos… Macron, podemos empezar de nuevo!” y los trabajadores hacen campaña para no dejar en paz a ni uno solo de sus ministros a los que reciben en cada ciudad al grito de “No queremos su ley, ustedes se van a tener que ir". En esta situación, estar simplemente por el retiro de la ley es, de mínima, estar por detrás de las masas. Cuando las masas pelean por derribar al gobierno, un partido revolucionario debe articular toda su política alrededor de hacer caer a Macron. No hacerlo, y plantear que “hay que hacerlo retroceder" como hace el PTS, es estar contra la lucha de las masas. Sí. Es, en definitiva, ser un sostén de Macron y de la V República.
Por eso buscan volver a encausar el enorme combate contra Macron, su gobierno y su régimen en una lucha de presión, in extremis, a través de los sindicatos y por demandas mínimas. No hay uno solo de las decenas de artículos que publicaron sobre la situación en Francia en el que el eje sea que hay que abrir la revolución y tirar a Macron.
Y para coronar esta política reformista, “acabar con el régimen político de la V República” plantean luchar por “un programa democrático-radical, exigiendo el fin del Senado, el Consejo Constitucional y la Presidencia de la República, y el establecimiento de una Asamblea única” . Son incontables los artículos en los que presentan su política de esta manera: “hace falta otra estrategia. Esta no debería detenerse con el retiro de la reforma: tiene que extender las demandas, planteando además de las demandas sociales y salariales, la cuestión del fin del régimen de la V República y la exigencia de medidas democráticas radicales” . ¿A quién se lo exigen? Sin plantear revolución, sin plantear tirar abajo a Macron…. ¿Le estarán pidiendo a Macron y a la V República que reformen el régimen?
Está claro que para el PTS el combate por el poder de los explotados, por una Comuna de París en toda Francia, no es una lucha actual. Ya lo dijo Bregman en el acto del 1ro de Mayo del FIT-U en Argentina: “algún día vendrá el socialismo”.
Es exactamente la “revolución por etapas” del estalinismo contra la que luchó Trotsky en los ‘30. El fenomenal combate de la clase obrera francesa de hoy no necesita más estalinistas que la frenen sino el programa del trotskismo que la lleve al triunfo.
“Macron justifica la reforma jubilatoria en un discurso interrumpido por un cacerolazo” (17/4)
“Reforma jubilatoria. Francia: el Primero de Mayo continuemos la lucha” (28/4)
La réforme : face au coup de force anti-démocratique, il faut une autre stratégie ! (14/4)
|