Francia - 13 de Julio de 2024
Miles y miles de trabajadores celebran la derrota de Le Pen en las elecciones legislativas
Ahora hay que retomar la lucha por las 35 horas, las jubilaciones y todas las conquistas perdidas…
¡A Le Pen se la derrota en las calles!
¡Ningún pacto con Macron, el verdugo de los trabajadores!
¡Abajo la V República imperialista francesa!
¡Que vuelva la Comuna de París en toda Francia!
Las elecciones del parlamento de la Unión Europea realizadas el 9 de junio, desataron una crisis importante para el gobierno de Macron. Rassemblement National (Agrupación Nacional) -partido de ultra derecha liderado por Marine Le Pen- obtenía una amplia victoria y el Partido de Macron, presidente francés, quedaba en tercer puesto. Por lo cual este convocó de forma inmediata a elecciones legislativas anticipadas para la cámara baja del parlamento de la V República. El 30/6 se celebraba la primera vuelta de las legislativas donde se confirmaba el amplio triunfo del RN que alcanzaba el 33% de los votos.
El 7 de julio se llevó adelante la 2° vuelta, donde la coalición del Nuevo Frente Popular (NFP, alianza encabezada por Francia Insumisa de Mélenchon, integrada también por el PS, los Verdes y el PC) junto al partido de Macron con sus aliados llevaron adelante una campaña para “hacer lo necesario para que la ultraderecha no gane”. Y en los distritos donde se enfrentaban candidatos del RN, del NFP y de los macronistas, uno de estos dos últimos depuso su candidatura para darle los votos a la otra lista, así es que entre las dos fuerzas bajaron 200 candidatos.
Así, para la sorpresa de muchos, en la segunda vuelta el NFP obtuvo 182 bancas (31,5%) y Ensemble, la alianza de Macron, obtuvo 168 bancas (29,1%) y en tercer lugar con 143 bancas el RN (24,8%).
Ahora, Macron deberá nombrar un primer ministro de la fuerza mayoritaria en el parlamento, aunque esta fuera un partido opositor. La cuestión es que ninguna de las 3 primeras fuerzas cuenta con mayoría absoluta en el Parlamento, (289 bancas). Por lo que aún Macron no ha nombrado al nuevo primer ministro y Gabriel Attal, actual primer ministro, permanecerá en su puesto.
La crisis de la UE y la ofensiva imperialista
Una crisis fenomenal sobrevuela los estados del Maastricht imperialista, con sus bancos en bancarrota y los tesoros de los estados agotados y saqueados por el capital financiero. Es que Estados Unidos, con Biden a la cabeza -provocando y sosteniendo con la OTAN la guerra en Ucrania-, privó a Alemania y Francia del gas y petróleo barato de Rusia. El imperialismo yanqui dejó así a la Unión Europea debilitada en la economía mundial, desorganizando su mercado e incluso rompiendo el eje franco-alemán.
Francia no solo perdió mercado en Europa, sino que también en sus colonias de África, donde sus tropas son expulsadas por las masas en Malí, Burkina Faso y Níger. Se profundizan, entonces, las disputas interimperialistas por el gas, el petróleo y las materias primas, así como por las zonas de influencia.
Para disputarse el mercado mundial, cada potencia imperialista debe derrotar a su propia clase obrera. Así, la burguesía francesa, de la mano del PS y de Macron, viene atacando a la clase obrera, arrancándole sus conquistas.
Ya lo hizo Hollande en 2016 con la modificación del código del trabajo donde se liquidaron las 35 horas semanales de trabajo, los convenios colectivos y derechos sindicales, entre otras cosas.
El gobierno de Macron, representante de la gran patronal y el capital financiero, fue quien terminó de imponer esta flexibilización laboral. Atacó también a los estudiantes, a los inmigrantes con la ley Darmanin y liquidó las jubilaciones con la reforma previsional. Además, se vio obligado a poner impuestos sobre los carburantes (2018) y más tarde, recortar los gastos del estado y quitar el subsidio a la producción agrícola (2023), atacando a su propia base social, la clase media rural y a la pequeño-burguesía agraria, que con subvenciones sostuvieron durante décadas a los gobiernos imperialistas franceses. En medio de una enorme crisis agraria en toda Europa, la clase media del campo, atacada por el gobierno de Macron, fue seducida por el programa de Le Pen anti Maastricht porque éste es quien los funde económicamente, por las normas que les impone costos de producción altísimos. Por ello, un sector de las masas ve al RN como una alternativa de salida a la crisis y esto explica los 10 millones de votos obtenidos con los que consiguió 50 diputados más que antes, lo que es su récord histórico.
En la 2da vuelta de las legislativas hubo una participación del 66,71 % de votantes, cifra más alta desde 1997. Sin duda lo que se fortaleció en estas elecciones es el régimen de conjunto y sus instituciones, con un nuevo parlamento legitimado, aunque sin mayorías absolutas, sino con 3 grandes bloques.
La campaña contra Le Pen:
un “frente democrático” con los enemigos de los trabajadores
Ante el peligro de que se instaurara un gobierno de la derecha recalcitrante, con un programa antiinmigrantes, islamofóbico, que va contra todos los derechos de las minorías y los sectores más oprimidos, un sector de las masas hoy festeja el triunfo del NFP. ¡Pero al fascismo no se lo de derrota en las urnas sino en las calles!
Además, con estas elecciones se fortaleció Macron, que viene de atacar brutalmente a la clase obrera. Y también el Partido Socialista, que estaba totalmente en crisis después del gobierno de Hollande, que le arrebató a la clase obrera conquistas históricas, que luego estalló y había prácticamente desaparecido. Hollande se presentó como candidato aliado del NFP y salió electo diputado. También así se presentó Phillipe Poutou del NPA, partido anticapitalista que hizo toda la campaña por el NFP. ¡Es decir que el NPA se encuentra en la misma alianza que Hollande!
En ese frente está el mismo stalinismo que, desde la dirección de las centrales sindicales, es el que traicionó los enormes combates que la clase obrera dio frente a cada ataque de la burguesía y que le impidió unirse a la lucha de los sectores arruinados del campo.
Y le hacen creer a la clase obrera, a los inmigrantes, a los sectores más pauperizados que el fascismo se para formando parte de un “frente democrático” con los enemigos de clase. Este es el mayor engaño y trampa, esta política de bloques “progresivos”, de apoyar al mal menor y de sumisión a la burguesía. La política de “todos contra Le Pen” significa apoyar al PS y a Macron que son los que reventaron a la clase obrera… Es decir, ¡a los que fortalecieron a Le Pen! Y por otro lado, de la mano de los que nos arrancaron las conquistas, jamás podremos recuperarlas.
La clase obrera está ante una alternativa de hierro: o retoma el camino de la Comuna de París para recuperar las conquistas perdidas, o quedará sometida al pacto con Macron y los socialimperialistas
Por ello es necesario levantar un programa obrero que dé salida a la crisis imperialista, que ataque los intereses y la propiedad capitalista, que enfrente al imperialismo francés aliado del sionismo y saqueador y opresor de las masas en sus colonias. Así el proletariado podrá ganarse a la clase media arruinada del campo y la ciudad, y hacerla romper con la burguesía de Le Pen.
Para recuperar las 35 horas de trabajo semanal, nuestras jubilaciones y todas las conquistas que Macron y el PS nos arrancaron estos años, hay que ganar nuevamente las calles, con una política independiente de la burguesía, poniendo en pie organizaciones aptas para la lucha, derrotando a la burocracia sindical stalinista y reformista de todo pelaje, pues con estas direcciones no se puede luchar. ¡Basta de direcciones burocráticas y de izquierda colaboracionista!
Nada bueno vendrá de la mano de Macron ni de su pacto con Mélenchon para los trabajadores, los explotados y los inmigrantes. Ningún pacto con Macron ni el Partido Socialista. Ellos nos arrancaron nuestras históricas conquistas: las 35 horas, la jubilación y nos impusieron una brutal flexibilización laboral.
No hay tiempo que perder. Las organizaciones que se reivindican representantes de los intereses de la clase obrera tienen que romper con la burguesía y ponerse al servicio de esta pelea:
¡La clase obrera debe volver a pesar en el centro de la escena! Para ello, es más que necesario conquistar organismos aptos para luchar, verdaderos comités de lucha por establecimiento, fábrica, escuela, ciudad y región, y coordinarse a nivel nacional. Comités de obreros, inmigrantes, jubilados, estudiantes combativos, pequeños productores agrícolas e integrados por soldados rasos.
¡Debemos tomar en nuestras firmes manos la resolución de nuestros problemas! ¡Hay que parar la ofensiva de la patronal y recuperar nuestras conquistas perdidas! Y con piquetes, ocupación de fábricas, bloqueos de ruta, conquistando nuevamente las calles, con combates de barricadas, retomemos el camino hacia la huelga general revolucionaria.
Las transnacionales amasan fortunas y se llevan todas las riquezas del mundo colonial. ¡Que la crisis la paguen los capitalistas y los banqueros! ¡Abajo las 30 familias dueñas de los grandes grupos económicos de Francia!
¡Expropiación de las transnacionales, sin pago y bajo control obrero! ¡Expropiación de la banca bajo control de sus trabajadores para darles créditos baratos a los pequeños campesinos! ¡Expropiación de los grandes grupos que explotan la tierra y distribuyen y comercializan los alimentos!
Ahí está la plata para que conquistemos aumento salarial a nivel de la canasta familiar, trabajo, salud, vivienda digna para todos los trabajadores. ¡Papeles y todos los derechos para los inmigrantes que son quienes hacen los peores trabajos!
Hagamos realidad el grito que impusieron los trabajadores y los sectores pauperizados en la huelga contra la reforma previsional: ¡Macron dimisión! ¡Abajo el régimen de la V República! ¡Hay que terminar con este régimen de las patronales imperialistas y poner en pie el poder de los explotados!
¡Abajo el Maastricht imperialista!
¡Basta de parásitos imperialistas que saquean los pueblos oprimidos! Tomemos en nuestras manos la lucha por la liberación de las colonias y semicolonias.
¡Fuera las bases y tropas francesas de África y de todos los territorios de ultramar! Ningún pueblo que oprime a otro podrá liberarse a sí mismo.
Por ello, como clase obrera francesa tenemos un deber con nuestros hermanos de clase que están siendo masacrados en Palestina y Ucrania.
¡Hay que parar el genocidio del pueblo palestino del que el imperialismo francés es cómplice!
¡Fuera el carnicero Putin de Ucrania! ¡Abajo el traidor Zelensky que entrega Ucrania a la OTAN y la UE!
¡Fuera el Maastricht imperialista y la OTAN de los pueblos oprimidos!
Luchemos por poner en pie el poder de los explotados y oprimidos:
¡Por una Comuna de París triunfante en toda Francia! ¡En el camino de conquistar los Estados Unidos Socialistas de Europa!
Comité Redactor del periódico “El Organizador Obrero Internacional”
La traición del stalinismo de la CGT y demás direcciones
había sacado de escena a la clase obrera
Frente a cada ataque de la burguesía imperialista francesa, la clase obrera presentó batalla con sus métodos de barricadas, bloqueos, huelgas, ocupaciones de fábricas, etc.
En cada uno de sus combates fue traicionada por su dirección, la burocracia sindical stalinista y de la socialdemocracia que dirigen las principales centrales sindicales. El combate contra la reforma del código de trabajo fue llevado por la CGT y demás centrales obreras, como Solidaires (NPA), integrante de la Intersindical, a una lucha de presión para luego sentarse a negociar con el gobierno de Hollande.
Cuando todos los sábados los Chalecos Amarillos ganaban las calles de París, chocando abiertamente con la policía, esas mismas centrales sindicales separaron a la clase obrera impidiéndole entrar en la batalla cuando estuvo al orden del día derrotar al régimen de la V República.
En la lucha contra la reforma de las jubilaciones, las burocracias sindicales y los partidos social-imperialistas impusieron huelgas escalonadas, divididas sector por sector, para desgastarlas y terminaron llevando las enormes fuerzas desplegadas por la clase obrera y la juventud francesa a la política impotente de presionar al Parlamento para que no vote dicha reforma, que finalmente Macron logró imponer.
Cuando la burguesía imperialista atacaba a los pequeños productores del campo y estos se rebelaban enfrentando a Macron, la clase obrera ya había sido sacada de escena y fue separada de esta lucha. No pudo intervenir en esta crisis agraria con una estrategia independiente al servicio de todas las clases oprimidas.
Cada batalla del proletariado francés fue separada de los combates de los trabajadores inmigrantes y de la juventud obrera -hija de inmigrantes de las cités-, que enfrentaron decenas de veces a la policía asesina con estallidos revolucionarios.
Y el stalinismo sostuvo esta política en toda Europa donde dirige la mayoría de las centrales sindicales. Su pasividad frente a las demandas de los pequeños productores arruinados y la de los obreros agrícolas europeos, significó el apoyo a sus propios gobiernos imperialistas. Como dejaron aislados a los trabajadores ucranianos que se aproximan a una derrota en su lucha de liberación nacional con Putin ocupándoles territorio, con los yanquis saqueándoles los alimentos, el gas y los minerales y con el FMI ahogándolos. Así dividieron las filas de la clase obrera país por país.
Los renegados del trotskismo acompañaron al stalinismo en esta política. En 2015, cuando se puso en pie el “frente antiterrorista” encabezado por Hollande que justificó la masacre en Siria y del que Le Pen era parte, los ex trotskistas tuvieron la misma política de denunciar y enfrentar al ISIS como el mayor enemigo.
Hoy, todos juntos llaman a movilizarse “contra Le Pen” en una campaña contra las “derechas” y atan la suerte del conjunto de los explotados a Mélenchon y a toda política de izquierda burguesa. Una verdadera tragedia. ¡Hay que romper con esta política antes de que sea demasiado tarde!
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Macron, Le Pen y Mélenchon en las elecciones legislativas
Manifestaciones masivas contra el ataque a las jubilaciones (febrero 2023)
Asamblea en la "Plaza de la Comuna" contra la reforma del código de trabajo del gobierno de Hollande (2016)
Barricadas de los Chalecos Amarillos contra el impuestazo de Macron (2018)
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