Irán en llamas - 9 de noviembre de 2022
Con jornadas de lucha generalizadas, combates de barricada y choques con las fuerzas represivas asesinas
Irán, una revolución en marcha
¡Que caiga el régimen de los ayatollahs!
¡Disolución de la policía y las fuerzas especiales de represión!
¡Hay que desarmar a la Guardia iraní y todos los perros guardianes de los ayatollahs, y conquistar el armamento generalizado de masas!
¡Por un gobierno provisional revolucionario de los shora, los consejos de obreros y todo el pueblo sublavado!
Han sido más de 50 días de un grandioso levantamiento revolucionario en Irán. Se desarrollan marchas multitudinarias en centenares de ciudades de toda la nación. Ganaron las calles los trabajadores (sobre todo los petroleros del Golfo, el corazón de la clase obrera), los campesinos pobres, los estudiantes… es decir, el conjunto de las masas explotadas. Su grito de guerra es “Muerte al dictador”.
Los choques con las fuerzas de represión son violentos. Se combate en barricadas, enfrentando a las fuerzas especiales de represión (los Basij) asesinas cuando arremeten contra las masas. Se incendian comisarías, centros de la Guardia Iraní, vehículos policiales. Hay 400 muertos (en su mayoría de las nacionalidades oprimidas y jóvenes), decenas de miles de detenidos por participar de estas jornadas de lucha, pero también Basij que han caído en la defensa a las fuerzas represivas de la teocracia asesina. Los clérigos ya no pueden salir a las calles tranquilos, ya que se han convertido en blancos móviles de la bronca de las masas. La revolución iraní se encuentra ya en las calles de toda la nación chocando directamente contra un régimen totalitario opresor y sus fuerzas de choque asesinas.
Se puso de pie la revolución iraní
El motor de semejante fuego revolucionario para enfrentar al régimen y sus fuerzas represivas asesinas es que la situación de represión, hambre y miseria en la que viven los trabajadores y el pueblo de Irán ya no se aguanta más. No se aguanta semejante opresión dictatorial que asesina mujeres por usar mal un velo. Los salarios de los trabajadores no son pagados durante meses. La precarización e inseguridad laboral son moneda corriente, así como los despidos, los salarios bajos que no hacen frente a una inflación galopante, la falta de agua potable y de electricidad, entre otros padecimientos de las masas.
Los trabajadores y el pueblo sublevados ven que debe caer el régimen para conquistar sus demandas, o de lo contrario así no se puede vivir más. Por eso ganaron las calles y se encuentran chocando directamente con el pilar fundamental del régimen que es la Guardia Iraní y su cuerpo de Basij y las fuerzas represivas. Se ha puesto de pie la revolución con la clase obrera y el conjunto de los explotados en guerra civil quemando comisarías, vehículos policiales, levantando barricadas en todas las ciudades de Irán.
La sublevación de las nacionalidades oprimidas
Los trabajadores y explotados de las nacionalidades oprimidas dentro de Irán (kurdos, ahwazis, baluchis, azaris, etc.) son parte y la avanzada de este combate revolucionario. Saben que para conquistar su derecho a la autodeterminación deben derribar al régimen. Han llegado inclusive a marchar sobre edificios de gobierno locales. Los choques con las fuerzas represivas son los más sangrientos en todo Irán.
Las fuerzas del régimen abrieron fuego con balas de plomo, perpetraron masacres en jornadas sangrientas, por un lado para intentar derrotar el levantamiento revolucionario quizás donde más se ha radicalizado, y también porque temen una sublevación de cada nacionalidad en todos los países vecinos y de la región en los que están. Por ejemplo los baluchis también están en Pakistán y Afganistán, los kurdos en Irak, Siria y Turquía, los ahwazis despiertan la solidaridad de las masas árabes iraquíes, etc.
El levantamiento de las nacionalidades oprimidas hizo temblar a todo Irán. Dividió a la burguesía, ya que las distintas burguesías de las naciones oprimidas kurdas, baluchis, ahwazis, etc. se separaron de los ayatollahs. Están planteando la separación de Irán y su autodeterminación, aunque no en el sentido de la caída del régimen para conquistar las demandas de los explotados, sino para obtener una mejor tajada de los negocios. Para ello se intentan montar por sobre semejante sublevación, es decir, las masas ponen los muertos y las burguesías locales intentan usarlos como moneda de cambio. Esta manipulación de estos sectores burgueses es peligrosa para el levantamiento revolucionario, ya que lleva a la separación de la lucha de los explotados baluchis, ahwazis, etc. del conjunto de las masas sublevadas en todo Irán.
¡Viva la revolución iraní!
Otras trampas contra la revolución incluyen a burguesías pro yanquis como el NCRI que se visten de “democráticas” y denuncian al régimen para formar, si llegara a ser necesario, un “frente democrático” ante una caída de los ayatollahs. Pero el imperialismo no está decidido a hacer un recambio de gobierno ahora. Más bien sostiene a los ayatollahs para que aplasten la revolución con sus fuerzas represivas y en todo caso luego negociar. No quiere que el régimen caiga como producto de la acción de masas. Es que sería un triunfo de las acciones revolucionarias.
Solo podremos conquistar las demandas de vida, pan, libertad derrotando al régimen teocrático de los ayatollahs. El enfrentamiento contra el régimen esta en las calles… para derrocarlo ¡hay que derrotar a sus fuerzas represivas! ¡Disolución de la policía y los Basij! ¡Desarme de la Guardia Iraní! Para eso, ¡pongamos en pie milicias obreras y campesinas!
Marchemos a los cuarteles a buscar a los soldados rasos, los hijos, hermanos y familiares de los obreros y campesinos bajo armas. ¡Que se formen comités de soldados que desobedezcan a sus oficiales y se pasen a combatir junto al pueblo!
En las sucesivas jornadas de combate ya han surgido organismos que coordinan las acciones y la lucha contra el régimen. Estos organismos hay que desarrollarlos y entenderlos para poner en pie comités revolucionarios por ciudad, por región y a nivel nacional, para poner en pie los shora de la revolución del ’80, es decir, los consejos de obreros, campesinos y soldados rasos.
¡Por la expropiación sin pago y bajo control obrero del petróleo, el gas y los bancos! Allí están los fondos para una vida digna.
¡Por el derecho a la autodeterminación de todas las nacionalidades oprimidas!
¡Abajo el régimen de los ayatollahs, su líder supremo y todas sus instituciones! ¡Por un gobierno provisional revolucionario obrero y campesino!
¡Por los Estados Unidos Socialistas de Magreb y Medio Oriente!
La revolución iraní y la lucha por derrotar a la teocracia asesina es una lucha común junto con Siria, Irak, Líbano, Palestina, Yemen y todo Medio Oriente. Es que allí intervino e intervienen los ayatollahs con su Guardia y sus negocios. ¡Fuera la Guardia Iraní masacradora de los pueblos de Siria e Irak!
La derrota de los ayatollahs en Irán es un triunfo no solo de las masas iraníes, sino de todos los obreros y explotados de Medio Oriente. En las marchas de refugiados sirios ya se levanta la consigna “El camino a Jerusalén está en Teheran” y “La caída del régimen iraní es el camino para Siria, Irak, Yemen y Líbano”. Entonces, ¡Que caiga el régimen de los ayatollahs! ¡Que caigan los regímenes opresores de todo Medio Oriente! ¡Por la destrucción del Estado sionista-fascista de Israel! En toda la región, ¡una misma revolución! ¡Por los Estados Unidos Socialistas de Magreb y Medio Oriente!
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