Carta a la 60° Asamblea Internacional Antiguerra de Japón del Colectivo por la Refundación de la IV Internacional - FLTI
Bajo la bota de Putin o de la OTAN, Ucrania seguirá siendo una colonia tutelada
Al Comité Ejecutivo de la 60 Asamblea Internacional Antiguerra
A la juventud revolucionaria Zengakuren
Desde el Colectivo por la Refundación de la IV Internacional – FLTI le hacemos llegar un saludo revolucionario internacionalista a la asamblea que están realizando. Hacemos nuestro vuestro grito de guerra:
“¡Trabajadores de todo el mundo, unámonos para aplastar la guerra de Putin!”
Hacemos nuestro el llamamiento de los obreros de Milan que 30 días atrás llamaron a la huelga general para derrotar a la OTAN y parar la masacre de Putin en Ucrania, al grito de:
“¡Guerra a la guerra!”
Los internacionalistas llamamos a derrotar la ofensiva contrarrevolucionaria de Putin, que busca terminar de aplastar a la clase obrera ucraniana, desde el Donbass hasta Kiev, para imponer el mismo plan que el FMI buscaba imponer desde hace años a esa nación oprimida.
Denunciamos que el imperialismo yanqui, comandando a la OTAN, está entregando a Ucrania a una guerra de masacre y partición, como un peón, para que él pueda entrar a los negocios de Europa de los que los yanquis habían quedado marginados por el eje franco-alemán, para ser él quien penetre profundamente en Rusia y pueda quedarse con sus fuentes de materias primas y commodities. De esto se trata el otro carácter de la guerra que está en curso.
La Europa de Maastricht amenazaba ya con quedarse con las enormes reservas de petróleo, gasíferas, de materias primas y controlando también ramas de producción clave de la “gran” Rusia. EEUU no podía permitir esto a riesgo de perder su hegemonía en el mercado mundial.
Los yanquis “han quedado ahora en la primera fila” en la lucha por Moscú, llevando al continente europeo y a sus potencias rivales a una brutal crisis energética, de aumento de los commodities, de los alimentos, que ha llevado a la inflación por las nubes. Mientras, cerca a la “gran” Rusia con una monumental guerra comercial.
El cierre del gasoducto “Nordstream 2” fue el indicio de que por ahora las potencias imperialistas europeas se han subordinado a la ofensiva yanqui, que comanda la OTAN.
Luego de tres cracs mundiales en el siglo XXI, el imperialismo yanqui vuelve al mundo a tirarle a este toda su crisis. A recuperar su rol hegemónico que venía perdiendo en la economía mundial.
Camaradas,
A estas disputas inter-imperialistas, a las disputas por los nuevos mercados de la “gran” Rusia y de la poderosa China, las pagan las masas, con masacres como en Ucrania y antes en Siria y en Medio Oriente, por dar tan solo un ejemplo. Las paga la clase obrera mientras los capitalistas hacen fabulosos negocios con la guerra, vendiendo armas y garantizando, como sucede en este momento, la circulación de granos de los puertos bombardeados de Ucrania a valores exorbitantes con los que Cargill, Monsanto y demás cerealeras imperialistas vienen batiendo records en sus ganancias.
Las grandes petroleras, como la Exxon, Shell, Total, reparten decenas de miles de millones de dólares de dividendos entre sus accionistas por el aumento del precio de la energía y los combustibles. Las transnacionales se salvan de la catástrofe vaciando los tesoros de los estados, emitiendo dólares y monedas y valores sin respaldo. Arrojando a los trabajadores de todos los continentes una brutal inflación y aumento de la carestía de la vida, que ya vuelve imposible la subsistencia de la clase explotada en todo el mundo.
Ahí está también el ejemplo de la “poderosa” China, en donde ha estallado una burbuja inmobiliaria del mismo calibre que la del 2008 en Wall Street, mandando a la ruina a millones y millones de ahorristas, aumentando nuevos padecimientos contra la clase obrera.
En este momento, la que se desangra es la clase obrera ucraniana, hoy dividida por la invasión rusa y los “cantos de sirena” de la UE, que anuncia que en su seno encontrará el bienestar que necesita. Quieren imponerle a los obreros de Ucrania la alternativa de o quedarse en las brasas ardientes de la UE o ir al aceite hirviendo de la “gran” Rusia, aplastada por la bota del carnicero Putin.
¡MENTIRA! Bajo el control de Moscú o de la OTAN, Ucrania será una colonia tutelada.
La que paga la guerra es la clase obrera ucraniana. El mismo gobierno de Zelensky ha decretado, en pleno bombardeo de Putin, que los capitalistas pueden despedir a su antojo y sin indemnización a sus obreros, e inclusive no pagarles el salario. Mientras en el Donbass, que se encuentra ya bajo el mando de las tropas rusas, siguen despidos de millares de mineros y cierres de minas, como exigía y exige el FMI.
Camaradas,
Las fuerzas contrarrevolucionarias del stalinismo y amplios sectores de los renegados del marxismo se han “subido a los tanques de Putin” y apoyado su invasión contrarrevolucionaria a Ucrania. Hacen pasar, ante los ojos de la clase obrera mundial, a uno de sus más grandes enemigos como Putin como su aliado. La excusa no es otra que pregonar que este y la “gran” Rusia enfrentan al imperialismo yanqui y que Putin estaría invadiendo Ucrania para aplastar al fascismo”.
¡MENTIRA! En Rusia, los obreros en huelga y la puesta en pie de sindicatos independientes son condenados con la cárcel y la pena de muerte. Así hoy millares de jóvenes y trabajadores que se niegan ir a pelear a Ucrania se encuentran alojados en las mazmorras del régimen contrarrevolucionario del nuevo pretendiente a Zar de las Rusias.
Camaradas,
Los marxistas revolucionarios debemos enfrentar abiertamente al stalinismo y a demás renegados del marxismo y corrientes neo-trotskistas que sostienen su apoyo al carnicero Putin. Las bayonetas de este apuntan a la clase obrera rusa y a las masas de las ex repúblicas soviéticas.
Ellas han sido utilizadas para masacrar a las masas de Siria en un verdadero genocidio. Allí, sostuvieron a Al Assad y, con Turquía y los yanquis, se repartieron los negocios de la Siria ensangrentada y partida. Lo mismo se disponen a hacer con la Ucrania ocupada por las tropas rusas.
Con sus bases militares en Armenia, Moscú le garantizó Nagorno Karabaj a Azerbaijan para que la British Petroleum y Turquía se roben el petróleo del Mar Negro por la ruta de los oleoductos del Cáucaso.
Meses antes de invadir Ucrania, las fuerzas de choque contrarrevolucionarias de Putin fueron a aplastar una huelga general revolucionaria de los obreros de Kazajistán que se habían sublevado contra el saqueo y la brutal explotación de las transnacionales imperialistas, sus petroleras y sus grandes acerías como Arcelor Mittal. Y antes de invadir Ucrania, la ruta que siguió Putin fue pasar por Bielorrusia para aplastar a los obreros que, en lucha política y grandes huelgas, buscaban derrotar a su gobierno aliado de Lukashenko.
Este raid contrarrevolucionario de Moscú es una respuesta a la entrada al combate de enormes batallones de la clase obrera de las ex repúblicas soviéticas, tanto musulmanas como de la Europa misma. Los heroicos combates de la clase obrera ucraniana de estos últimos años son expresión de ello.
Camaradas,
La izquierda pro-stalinista a nivel internacional se declara “enemiga de la OTAN”. Esto es un engaño. Ellos, junto a Podemos y el PSOE del Estado Español están en el mismo gobierno tutelado por la monarquía de los borbones. Allí se realizó la última reunión de la OTAN, donde stalinistas, socialdemócratas y demás traidores fueron sus anfitriones. Asimismo, en Francia, Italia, Grecia, Portugal y la misma España, los stalinistas controlan los sindicatos más poderosos de Europa. Desde los mismos, los stalinistas, tal cual policía interna al interior del movimiento obrero, sostienen y protegen a los regímenes de la Europa imperialista de Maastricht, todos integrantes de la OTAN.
La izquierda stalinista y demás traidores del marxismo llamaron a apoyar a Biden con la excusa de que apoyaban “la democracia” contra “el fascismo” de Trump: ¡Traidores! ¡Mil veces traidores! Biden, como ayer Trump, es el comandante en jefe de la OTAN y del gobierno yanqui que, desde la mayoría del directorio del FMI, impone los peores planes de saqueo del mundo semicolonial, y de Ucrania en particular, a la que tiene endeudada en más de 88 mil millones de dólares, que se pagan con el hambre, la superexplotación y la miseria del pueblo.
Esta política de colaboración de clases es la que también ha desviado y estrangulado los levantamientos revolucionarios de América Latina en Chile, Ecuador, Colombia y la misma Cuba. Una “nueva izquierda” burguesa pro-yanqui intenta ponerse de pie para cerrar el camino a la revolución socialista, mientras los nuevos lacayos de la burguesía cubana, desde el Partido Comunista de la isla, han aplastado una sublevación del hambre en las calles de La Habana y llenado de presos políticos las cárceles cubanas.
La guerra y la masacre de la clase obrera ucraniana, entonces, como antes el aplastamiento contrarrevolucionario con la masacre en Siria, es la consecuencia de una cadena de traiciones a la clase obrera mundial del stalinismo, de los desechos de la socialdemocracia y de los renegados del marxismo.
Camaradas,
En Ucrania, el camino para terminar de derrotar la invasión rusa está en recomponer la unidad de la clase obrera para que esta tome la dirección militar de la guerra contra toda opresión nacional. Solo con una clase obrera unida podrá Ucrania vencer la invasión de Putin y de Moscú y frenar las pretensiones de la OTAN y del FMI para saquearla. Por eso nuestro grito de guerra es:
¡Fuera Putin y las tropas invasoras! ¡Fuera el FMI! ¡Fuera el imperialismo!
¡Basta de salarios de miseria! ¡Estatización sin pago de todas las minas, las tierras, las transnacionales y los bancos que están en manos de los oligarcas asociados al imperialismo o a los carniceros de Moscú!
Estas son las demandas mínimas con las que la clase obrera puede unir sus filas del Donbass a Kiev, abrir el camino a tomar la dirección militar de la guerra, poniendo bajo su mando a todas las fuerzas militares de la nación.
La unidad de la clase obrera ucraniana, dirigiendo el combate contra el carnicero Putin, despertaría el entusiasmo y conquistaría el apoyo de la clase obrera europea de Portugal a Moscú.
Desde Ucrania, un comando obrero militar de la guerra incitaría a decenas de millones de explotados de Rusia a sublevarse contra Putin y le cerraría el camino a la “paz de los cementerios” y de partición de Ucrania que prepara Zelensky, el lacayo de los yanquis, junto a Putin, ni bien el imperialismo le de la orden.
Mientras tanto, una izquierda pro-socialdemócrata y pro-imperialista pregona que de la mano de la OTAN y de los “imperialismos democráticos” las masas conseguirán las armas para derrotar a Putin. Esta política siniestra es la que impulsan los así llamados “anticapitalistas” de Europa, corrientes pro-socialdemócratas como la LIT, que tratan a la OTAN como si fueran tropas de liberación y no de sometimiento, guerras contrarrevolucionarias y opresión.
Los marxistas revolucionarios tenemos el programa y la estrategia para vencer, heredados del combate de los bolcheviques y la III Internacional y del combate de Trotsky contra la lacra stalinista. El camino no es otro que poner en pie el combate:
POR UNA UCRANIA SOVIÉTICA E INDEPENDIENTE
Esta conquista sería indudablemente un bastión de la lucha por la restauración de la dictadura del proletariado bajo formas revolucionarias, sin stalinistas ni traidores, en todos los territorios de la ex URSS, como un eslabón decisivo de la lucha por los Estados Unidos Socialistas de Europa.
Camaradas,
Como ayer en Siria, en los combates de Chile, de Colombia y de América Latina, luchando por la libertad de los presos políticos del mundo, combatiendo contra el imperialismo que amenaza con llevar a la barbarie a todo el planeta, los trotskistas internacionalistas de la FLTI nos hemos encontrado con ustedes luchando juntos en la misma trinchera, ahora en Ucrania, combatiendo al mismo enemigo.
La clase obrera no se ha rendido y ha presentado enormes batallas. Las fuerzas del proletariado de las potencias imperialistas les impiden a estas, por ahora, llevar a la civilización a nuevas conflagraciones militares de gran envergadura. Antes, las potencias imperialistas, en sus disputas, deben aplastar a sus propias clases obreras, que ayer mismo las obligaban, como a los yanquis, a salir de Irak y de Afganistán. Ese es el camino que deberá seguir la clase obrera rusa para derrotar desde adentro a la máquina de guerra de Rusia.
La alternativa, camaradas, no es tan solo la guerra, sino también que sigue abierto el camino a la revolución socialista internacional. La clase obrera no ha sido derrotada. Por ello la alternativa es y sigue siendo:
“socialismo o guerra”
La tragedia de las masas, la que empuja aquí y allá a retrocesos y derrotas parciales no es su debilidad en sus combates, sino la traición de sus direcciones… El grito de guerra que ha puesto el reformismo en el planeta y la llamada “Nueva Izquierda” es que “el socialismo no va más”. Lo hace en el momento de mayor catástrofe del sistema capitalista, que amenaza con llevar a la civilización humana a la barbarie y a la hambruna generalizada.
Camaradas,
En distintos países, donde las masas entraron al combate, los regímenes de los expropiadores del pueblo toman rehenes que encierran en las mazmorras de sus estados. La juventud palestina, la juventud griega y chilena, los sublevados de Cuba, los oprimidos de Moscú que se niegan a acompañar a Putin en su ataque militar a Ucrania, entre otros, se encuentran encerrados en las prisiones de los capitalistas.
Recientemente han sido detenidos los dirigentes de los sindicatos SiCobas y USB de Milan, Italia, que son los que pusieron la moción de:
“guerra a la guerra en toda Europa y por la huelga general”
Ellos lucharon para combatir la invasión de Putin a Ucrania y a las fuerzas contrarrevolucionarias de la OTAN. Ellos son lo más avanzado, junto al sindicalismo combativo del Estado Español, de las fuerzas internacionalistas que se reagrupan en Europa para luchar junto a la clase obrera ucraniana y parar la máquina de guerra de la OTAN.
En las cárceles de Grecia, el joven anarquista Giannis Michailidis, se encuentra en huelga de hambre combatiendo por su libertad. Él estuvo a la cabeza de la lucha contra el régimen infame de la Troika y apoyó, desde las mazmorras del régimen, a la Brigada León Sedov, que dejó sus mártires en el combate de la revolución siria.
Camaradas, no hay tiempo que perder. Hay que unir las fuerzas del marxismo revolucionario. Ha llegado la hora de poner en pie un bloque internacionalista para enfrentar a todas las direcciones traidoras que paralizan las ofensivas de la clase obrera.
Ha llegado la hora de impulsar jornadas internacionales de combate, como hicieron los jóvenes Zengakuren marchando a la embajada rusa en Tokio, para derrotar la invasión rusa a Ucrania.
Ha llegado la hora de llamar juntos a una campaña internacional por la libertad de los obreros de Milan, la avanzada del combate contra la guerra contrarrevolucionaria de Putin a Ucrania y la OTAN.
¡Ni un día más puede permanecer la juventud rebelde de Grecia, la juventud revolucionaria chilena, la juventud sublevada de los hambrientos de Cuba reprimida por la lacra stalinista en las cárceles de los regímenes burgueses, ni las decenas de miles de torturados, mutilados y asesinados en las cárceles del fascista Al Assad!
¡Libertad ya a todos los presos políticos de la clase obrera mundial!
Camaradas,
En las guerras, sean estas de opresión y pillaje o inter-imperialistas, se pone a la orden del día la unidad y centralidad del marxismo revolucionario internacionalista para transformarlas a estas en el inicio de la revolución socialista y para presentarle batalla al reformismo en todo el mundo.
La hora de las grandes conflagraciones militares mundiales se acercan. Solo la revolución socialista podrá impedirlo. De ello se trata la batalla de los marxistas revolucionarios.
Carlos Munzer, Abu Muad, Paula Medrano, James Sakala y Milenka Lopez
por el Secretariado Internacional del Colectivo por la Refundación de la IV Internacional / FLTI
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