30-07-2013
A la 51° Asamblea Internacional anual contra la Guerra en Japón
Hace un año, estuvimos con ustedes luchando juntos contra el imperialismo en la 50° Asamblea contra la Guerra.
En momentos de crisis capitalista, de guerras y de revoluciones, los tiempos se aceleran. Parece que fue ayer que estuvimos levantando los puños, juramentándonos luchar sin descanso contra los enemigos del proletariado mundial. Y eso fue lo que hicimos y seguimos combatiendo juntos.
Las banderas de la JRCL y de los Zengakuren, la de la IV Internacional y de la FLTI combatieron juntas en las calles de Alepo en Siria contra el perro Bashar, que hace el trabajo sucio a cuenta de todas las potencias imperialistas y el sionismo.
Compañeros, hoy, ante la masacre de las masas sirias, el aislamiento al que son sometidas por las direcciones traidoras del proletariado mundial no ha hecho más que profundizarse. Dos millones de obreros y campesinos se hacinan como refugiados en verdaderos campos de concentración en medio del desierto. Ya hay centenares de miles de muertos.
La revolución siria es una revolución ensangrentada y mil veces traicionada. Desde adentro mismo de ella, el Ejército Siria Libre, bajo el mando de Turquía y la OTAN, y el Frente al-Nusra, socios de la burguesía saudita, desorganizan y desarman a las masas en los territorios liberados. Su objetivo es disolver los organismos de poder de los explotados como lo son los comités de coordinación de obreros y soldados rasos.
Todos los agentes del imperialismo quieren impedir que las masas lleguen a Damasco. Quieren impedir que como ayer en Libia, hoy derroten al perro Bashar. Quieren impedir que se subleven las masas palestinas, que lleguen a Jerusalén y conquisten la victoria destruyendo al estado sionista fascista de Israel.
Como nos juramentamos hace ya un año, hoy reafirmemos nuestras convicciones: ¡Luchemos juntos por que muera el perro Bashar, por derrotar a Obama, a la OTAN, al asesino Putin y a sus nuevos socios, la burguesía iraní, represora de su propio pueblo, que mandó a su Guardia Republicana a combatir contra las masas sirias con el visto bueno del sionismo y del imperialismo!
En Siria se concentraron todas las fuerzas de la contrarrevolución para que no triunfe la revolución obrera y socialista del Magreb y Medio Oriente. Allí se libra una batalla decisiva para el proletariado mundial. Con centenares de miles de muertos y con ciudades arrasadas se quiere escarmentar a la clase obrera mundial, mostrándoles qué les pasará si osan levantarse en luchas revolucionarias por el pan, contra el capitalismo y el imperialismo en bancarrota.
Cercadas por las direcciones traidoras del Foro Social Mundial, por el stalinismo y los renegados del marxismo, las masas sirias aún combaten y resisten; sus hermanos se rebelan en el Líbano contra el gobierno burgués de Hezbollah y vuelven a las calles de Egipto a combatir en la plaza Tahrir; en Túnez, enfrentan a las bandas fascistas; y las milicias no se rinden en Libia.
Desde los combates de Alepo y Qsair, desde Trípoli y Bengasi, vaya un saludo revolucionario de la Brigada León Sedov a la 51° Asamblea contra la Guerra y el compromiso de combatir juntos. La revolución no se ha rendido, aunque sí lo ha hecho hace tiempo su dirección. Toda la izquierda reformista mundial quiere cercar nuestro combate.
Obama y Putin, con Netanyahu y los mandarines chinos, están preparando, con el perro Bashar y el gobierno burgués “opositor” en Qatar, una conferencia en Ginebra para, supuestamente, “conquistar la paz en Siria”… eso es un vil engaño. Se han juntado todos para desguazar Siria, desintegrarla, libanizarla, para que el imperialismo se quede con todo sobre las ruinas de nuestra revolución y la masacre de nuestros hermanos.
¡No lo podemos permitir! Por eso, nuestra propuesta de que a esa conferencia de Obama, Putín, el sionismo, el perro Bashar y los generales sin batallas del ESL, opongamos una Contra-Conferencia de todos los que estamos junto a las masas sirias y su revolución; de los que queremos romper el cerco con el que las direcciones traidoras del proletariado internacional la han aislado y calumniado una y mil veces.
Queremos que nuestro compañero Abu Nur, asesinado por el perro Bashar en el campo de batalla de Siria, sea considerado como un delegado más en vuestra Asamblea que, sin ninguna duda, votará junto a nosotros redoblar la lucha por el triunfo de la revolución Siria; por el derrocamiento de los gobiernos y regímenes expropiadores de las revoluciones en el Magreb y Medio Oriente; por la caída del sionismo; y por la conquista del pan con el triunfo de la revolución socialista.
Camaradas:
Como ayer en Chile y en Perú, hoy la JRCL y la FLTI llevamos adelante una lucha que educa a todos los obreros avanzados del mundo en la solidaridad de la clase obrera internacional.
A Las Heras, en el sur de la Argentina, llegó una enorme solidaridad de centenares de organizaciones obreras del mundo. Esta solidaridad entró al tribunal de los jueces contrarrevolucionarios de las petroleras imperialistas, enemigos de los trabajadores, rompiendo el silencio y el asilamiento que durante años tuvieron los trabajadores. La izquierda argentina ha guardado un silencio vil sobre estos obreros encarcelados y torturados durante años. Es que en su levantamiento murió uno de los policías asesinos del estado burgués. Esa misma izquierda le rendía condolencias a la policía asesina, y esa es la verdadera causa de tanto silencio y del aislamiento que le impusieron a obreros inocentes que solo habían reclamado por el pan y su dignidad.
La JRCL y los valerosos Zengakuren fueron la avanzada de esa solidaridad internacional. Las banderas rojas escritas en japonés, junto a las de decenas de organizaciones obreras que se han solidarizado con los trabajadores de Las Heras, son vistas con sorpresa por represores y milicos asesinos a la entrada del tribunal. La clase obrera japonesa, argentina, boliviana, africana, americana y europea está allí.
Esa enorme solidaridad ayudó al pueblo y a los trabajadores de esa ciudad a perder el miedo.
Esa es la solidaridad internacional que necesita recuperar la clase obrera para luchar. La JRCL y la FLTI encabezan esta lucha revolucionaria internacionalista. Vaya entonces, de parte de nuestros compañeros y familiares sometidos al escarnio de un patíbulo de la justicia burguesa de las petroleras imperialistas, un saludo a sus hermanos de clase, los obreros revolucionarios de Japón.
Aquí entre las capas de obreros más perspicaces de Argentina recorre una consigna que retumbaba en las calles cuando en el 2001 arreciaba la revolución. El grito era: ¡“si nos tocan o nos golpean a uno, nos tocan o nos golpean a todos”! ¡Viva la unidad de la clase obrera internacional!
Por eso, proclamemos juntos: ¡Disolución del tribunal represor de las petroleras imperialistas en Argentina! ¡Libertad a los trabajadores petroleros de las Heras! ¡Libertad a los presos palestinos, de Guantánamo y a los obreros de la Suzuki, en la India! ¡Venguemos juntos y hagamos justicia contra los gobiernos explotadores de todo el mundo, luchando por liberar a todos nuestros compañeros que son rehenes de las clases dominantes para extorsionar a los trabajadores y sus luchas!
Compañeros:
En el último año, el choque entre las clases no ha hecho más que profundizarse a nivel internacional. El imperialismo -sostenido por stalinistas, renegados del marxismo, burocracias y aristocracias obreras, que aislaron los combates del proletariado país a país-, logró contener una enorme ofensiva de masas; atalonándose en puntos clave del planeta, concentró sus fuerzas y logró hacer retroceder enormes procesos revolucionarios.
Esto es lo que hizo en Siria para impedir que la chispa que se encendió en Túnez en 2011 incendiara todo el Magreb y Medio Oriente.
El imperialismo concentró sus fuerzas en Grecia para apagar la chispa de Atenas que amenazaba con incendiar Europa. Con la demagogia de Syriza, que auguraba el fin de los padecimientos de las masas por medio de la “vía pacífica al socialismo”; con el partido Comunista rompiéndole la cabeza a los trabajadores que intentaban tomarse el parlamento de la troika (que votaba los peores planes anti-obreros), se llevó al desgaste y a la desmoralización la lucha de los trabajadores en las calles. Como respuesta surgió Amanecer Dorado y las bandas fascistas que a diario atacan a los trabajadores y a los inmigrantes. Así, el capital arrojó todo el peso de su crisis sobre la clase obrera europea. Las burocracias sindicales y los partidos socialimperialistas se ocuparon de que eso fuera posible y, por el momento, llevaron a un callejón sin salida los duros combates de los obreros de Portugal, España, Italia…
En Latinoamérica, las burguesías “bolivarianas” de Brasil, Ecuador, Argentina y Venezuela demostraron ser tan lacayas del imperialismo y anti-obreras, como las de Chile, Colombia, Perú, que están en el Tratado de Libre Comercio con EEUU. Con el UNASUR, con el CELAC, con las bases militares, EEUU retomó firmemente el control de su patio trasero.
Obama recibió un premio de manos del stalinismo y los renegados del trotskismo que entregaron abiertamente Cuba al capitalismo mundial, integrándola a un “tratado de libre comercio” burgués, como es el ALBA (Nicaragua, Venezuela, Ecuador, etc.), liquidando el monopolio del comercio exterior, restaurando el derecho de herencia y traficando en toda América Latina, como una rama de producción más, la salud y la educación públicas cubanas, que de ser ayer una gran conquista de la revolución, ahora son un gran negocio para los nuevos ricos del PC cubano.
Los hermanos Castro entregaron la resistencia colombiana y, junto a Chávez, proclamaban que su candidato en EEUU era Obama. Así, cuando amplias franjas de la clase obrera norteamericana intentaban retomar el camino de la lucha contra la guerra, por los inmigrantes y contra los ataques de Wall Street, fueron llevados por la izquierda norteamericana y el castrismo a apoyar a Obama. Hoy, la clase obrera norteamericana y mundial pagan esa política de las direcciones traidoras.
En marzo, el Foro Social Mundial se juntó en Túnez. 5000 organizaciones que reivindicaron a Khadafy, le rindieron homenaje a Chávez y, o guardaron un vergonzoso silencio o sostuvieron abiertamente la masacre del asesino Al Assad y llamaron a confiar en las salidas parlamentarias, en las trampas de las constituyentes y elecciones fraudulentas, con las que, por ahora, se expropiaron los procesos revolucionarios del Norte de África y Medio Oriente.
Camaradas:
El imperialismo tuvo un respiro. Lo logró concentrando a todos sus agentes pagos en el movimiento obrero para estrangular los procesos revolucionarios. El capitalismo no cae solo. Si el proletariado no toma el poder, aquel arroja toda su crisis sobre los explotados y sobre el mundo colonial y semicolonial. El sistema capitalista se sobrevive a sí mismo destruyendo a la mayoría del planeta, achicando el mercado, y desarrollando un polo de la economía a expensas de destruir la mayoría de la producción mundial.
Los jóvenes que cercaban Wall Street tenían y tienen razón: hay que terminar con ese 1% de parásitos de la súper-oligarquía financiera que vive de cortar cupones, esclavizando a la mayoría de la civilización humana.
Un enorme proceso de concentración de los cárteles y las transnacionales, de crisis y de fusiones, se ha desarrollado en todas las ramas de la producción de la economía mundo.
Una súper-oligarquía financiera concentra un enorme poder en la economía mundial. Un estudio de las 43.000 sociedades transnacionales más grandes del mundo, que ya es divulgado en el mismo Wall Street, revela que por una telaraña de inversiones, de control de acciones y directores, 1.318 compañías son el núcleo de la economía mundial y que 147 de ellas forman una súper-oligarquía financiera que controla el 40% de la riqueza del planeta. La amplísima mayoría de ellas está compuesta por capital financiero anglo-yanqui, alemán, japonés. Esto demuestra que en esas potencias imperialistas está el núcleo central del capital financiero internacional.
Ese capital financiero internacional concentrado detenta casi el 80% de los 200 billones de dólares del total de la riqueza del mundo.
La mitad más pobre de la población mundial tiene un 2% de la riqueza y 1.200 millones de habitantes viven con menos de 2 dólares por día.
¡Ese es el podrido sistema capitalista imperialista mundial que se sobrevive sostenido por las burocracias, aristocracias y partidos obreros traidores que viven de las migajas que se caen de la explotación de la clase obrera para impedir que el proletariado se haga del poder!
¡Cuánta razón tienen los jóvenes indignados de Wall Street que ven que en esas 8 manzanas está ese 1%, la súper-oligarquía financiera del planeta, que el proletariado tiene que expropiar para vivir!
La competencia, a diferencia de la época de libre cambio, hoy es puesta de rodillas. Lejos de emerger nuevas potencias imperialistas, muchas están desapareciendo o, como en Europa, terminan sometidas como potencias menores a verdaderos Tratados de Versalles. La crisis de Wall Street y de la City de Londres la pagan la clase obrera norteamericana, europea y mundial y las potencias imperialistas que salieron perdedoras en la guerra comercial. Alemania y EEUU han impuesto un verdadero Tratado de Versalles a los imperialismos menores de Europa.
Alemania y EEUU, los acreedores de Europa, junto con Francia han firmado el Pacto del Atlántico, una zona de libre comercio entre EEUU y Europa, que actualmente tiene inversiones recíprocas por 2,8 billones de euros. 350 accionistas de las grandes corporaciones europeas y norteamericanas se reunieron para ultimar los detalles del Pacto del Atlántico que, desde el punto de vista militar, ya se probó con la invasión francesa a Mali. Desde allí, desde la base anglo-francesa del Chad y desde el comando militar norteamericano se monitorea la defensa de los intereses de las transnacionales anglo-yanquis y francesas que saquean los minerales y piedras preciosas del África ensangrentada.
Este Pacto del Atlántico, sostenido en su brazo armado la OTAN- la tropa de mayor capacidad destructiva del planeta-, cuenta con los 55 millones de m³ anuales de gas que la BASF extrae de Rusia con un gasoducto de 1.224 km. Mientras, la gran burguesía rusa, que ha heredado el aparato militar de la URSS, recibe tecnología de Alemania para su desarrollo y expansión. Así Rusia, uno de los principales exportadores de armas del mundo, cumple su rol de país dependiente del imperialismo controlando con sus bases militares en el Asia Central, las rutas del opio y el “narcotráfico”, materia prima fundamental para los grandes laboratorios alemanes y norteamericanos.
EEUU que, con el stalinismo y los bolivarianos, terminó de controlar su patio trasero en América Latina, avanza con el Tratado del Pacífico, en el que 11 países se preparan para crear la zona de libre comercio más grande el mundo, bajo el mando de Obama y Japón. Este tratado, para someter a todos los pueblos oprimidos de la región y controlar el 45% del comercio mundial que circula por sus costas, contiene en sí mismo el objetivo de controlar, cercar y preparar nuevos asedios contrarrevolucionarios de saqueo contra China. Ahora, el imperialismo quiere quedarse, a través de sus bancos y las grandes transnacionales, con el mercado interno de ese país, luego de súper-explotar durante décadas su fuerza de trabajo, que es la principal mercancía china.
El mercado mundial se ha achicado incluso para seguir repartiendo con las burguesías nativas, por más independientes que éstas sean.
El Pacto del Pacífico no es más que una campanada de alerta para el proletariado mundial, porque si no se para a la bestia imperialista, en este caso a Japón y EEUU, vendrán por todo. Como hoy desguazan y desintegran Siria, ante los primeros golpes del crac que se avecina -por las nuevas burbujas inmobiliarias y financieras de China- no dudarán en disgregar ese país para disputarse a dentelladas la mano de obra esclava y sus riquezas.
La enorme presencia del capital financiero imperialista en los bancos chinos, en los cuales tienen mayoría de accionistas, llevará a la desintegración de las provincias chinas.
Japón devenido en una base militar yanqui será la cabecera de playa de los próximos desembarcos imperialistas en China.
La amenaza de la guerra y la barbarie se ciernen sobre la humanidad si no triunfa la revolución socialista. Pero la clase obrera no ha dicho la última palabra. Los proyectos de guerras comerciales y militares se escriben y se desarrollan en los estados mayores de las transnacionales y las academias militares, pero se ejecutan y se deciden en el campo de batalla de la lucha de clases.
Aquí nada está dicho. El proletariado del Pacífico tiene el honor de haberle propinado al imperialismo, las palizas más grandes de la historia, de China a Corea del Norte y de Vietnam a la península de Indochina… No está dicho que esta vez sea diferente. La ofensiva de las masas del Pacífico deberá llegar a la Bahía de San Francisco y sublevar a la clase obrera norteamericana.
La revolución del Norte de África y medio Oriente aún no ha agotado toda su potencialidad, como lo demuestran los levantamientos de Egipto y Túnez, y la resistencia de las heroicas masas sirias. A pesar y en contra de las direcciones traidoras y sindicales millones de explotados en Brasil salieron al combate por recuperar su salud, educación y un salario digno. La juventud y la clase obrera chilenas no se rinden y las millones de obreras esclavas de Bangladesh ya se han sublevado, como lo hacen los obreros esclavizados por la Anglo American en África, y como lo demuestran día a día los obreros de las fábricas cárceles, que como en la Foxcom se combate contra las transnacionales y los empresarios “rojos” del Partido Comunista Chino.
EEUU hace valer su peso como potencia dominante tirándole toda su crisis, con la devaluación del dólar y la inflación, al resto de las potencias imperialistas y al mundo. Está tejiendo decenas de pactos y acuerdos regionales para controlar la economía y el comercio mundial y estar en mejores condiciones para aplastar la revolución.
Alemania y Francia en Europa y Japón en el Pacífico son los grandes aliados del imperialismo anglo-yanqui para controlar el mundo. Pero con una diferencia: a Japón y a Alemania no se les permite armase más allá de lo que autorice EEUU, puesto que han sido las potencias vencidas en la última guerra interimperialista.
El imperialismo en bancarrota ha conquistado un nuevo punto de equilibrio precario, político, económico y militar… un respiro. El proletariado mundial no se ha rendido y abre focos de nuevas ofensivas revolucionarias.
Camaradas:
Vuestra convocatoria a la Asamblea Contra la Guerra es un ejemplo para toda la clase obrera y para los marxistas a nivel internacional. Ustedes llaman a los obreros chinos y del Pacífico a luchar junto a ustedes contra el imperialismo japonés y yanqui y sus pactos contra las masas y los países que oprimen.
Como decía la III Internacional, no puede llamarse marxista en un país imperialista, el que no plantea que el enemigo principal está en casa, y que su principal aliado es la clase obrera de la nación que su burguesía imperialista explota y oprime.
La FLTI, desde el África martirizada, desde nuestros combatientes de Libia y Siria, desde los obreros de Chile, Perú, Colombia que luchan con ustedes en las costas del Pacífico contra el imperialismo, no podemos menos que ponernos de pie, aplaudir, levantar nuestro puño junto a ustedes y mostrarle a todos los obreros del mundo, el ejemplo histórico de internacionalismo que ustedes están dando.
En la convocatoria a esta Asamblea ustedes se hacen responsables para que nunca más en nombre de la clase obrera de Japón o de un país imperialista, se masacre y se esclavice a una clase obrera y una nación de los países oprimidos (como sucedió con Japón contra China y contra las masas martirizadas del Pacífico ya desde muchos años antes de la Segunda Guerra Mundial).
En ese camino, ya todo obrero que combate en China, en Filipinas, en Corea, en Malasia, etc., sabe que en esta asamblea están sus más grandes aliados para la victoria, para derrotar al imperialismo, a la burguesía y sus gobiernos, que los oprime y los explota en toda la región
Ahora, los obreros chinos sabrán que su aliado está en los obreros revolucionarios de Japón y no en los más grandes kapangas y explotadores como son los mandarines chinos del PC y los generales de su cobarde y asesino ejército, valiente solo para masacrar y ensangrentar a su pueblo, como lo hicieron en Tiananmen en el ´89 y en miles de revueltas que aplastaron a sangre y fuego en los últimos años.
Entonces sí, ahora estaremos en mejores condiciones para luchar por la destrucción de las bases militares yanquis y japonesas en Japón, como las mayores fuerzas de agresión y ofensiva contra la clase obrera del Pacífico. Esto se ha transformado en una tarea prioritaria, no solo para la clase obrera japonesa sino para las masas de todo el Pacífico, de la clase obrera china, de Corea, de Filipinas, de Vietnam, de Chile, de Colombia, de Malasia… Y de EEUU.
Se vuelve imperioso, entonces, que hagamos juntos un llamamiento a la clase obrera norteamericana. ¡Hay que derrotar la base militar de Okinawa! ¡Hay que derrotar y expulsar las bases yanquis en todo el Pacífico y en los cinco continentes! ¡La clase obrera norteamericana debe ponerse de pie!
La derrota de la base militar yanqui en Okinawa se conquistará con la clase obrera norteamericana sublevándose contra la guerra y volviendo a poner en pie el movimiento del millón de obreros contra la guerra, como lo hiciera contra Bush, esta vez rompiendo con Obama, el jefe de los bandidos imperialistas.
Al tratado de libre comercio del Pacífico hay que oponerle sin más pérdida de tiempo un tratado de los obreros de los países bañados por las aguas del Pacífico, para expulsar y expropiar a las transnacionales; para aplastar a los regímenes y gobiernos asesinos de la burguesía y el imperialismo.
Un acuerdo internacionalista de la clase obrera del Pacífico para enfrentar a los gobiernos y regímenes restauradores del capitalismo, y restaurar bajo formas revolucionarias los estados obreros de China, Vietnam, Camboya y vencer al imperialismo, conquistando una Corea unificada y socialista.
En la lucha contra el Tratado del Transpacífico el camino no es otro que el combate por unir las filas de la clase obrera de toda la región contra las burguesías y el imperialismo, por la destrucción de las bases militares imperialistas.
¡Abajo el Tratado del Transpacífico de EEUU y Japón! ¡Fuera el imperialismo de toda la región! ¡Abajo el régimen de los asesinos mandarines chinos, de los empresarios rojos, que entregaron la mayor cantidad de mano de obra esclava al capitalismo, para hundir el salario de la clase obrera mundial y darle así una sobrevida al capitalismo en bancarrota!
La vitoria en la región solo vendrá cuando conquistemos los Estados Unidos Socialistas del Pacífico!
Camaradas:
Si en EEUU y en la Europa imperialista se reagruparan fuerzas de la clase obrera planteando -como hacen ustedes hoy en esta Asamblea contra la guerra- que ellos se hacen responsables, combatiendo aguerridamente contra su propio imperialismo de detener las agresiones y los saqueos sobre África y América Latina, las guerras contrarrevolucionarias y para que retiren sus bases militares imperialistas, la situación de la lucha de clases hoy, sería distinta. El proletariado comenzaría a recuperar su internacionalismo militante, que la socialdemocracia, el stalinismo y todos los renegados del trotskismo se han dedicado a sepultar durante todas estas décadas.
Si esto fuera así, hoy Siria no estaría siendo aislada y masacrada por el chacal al Assad, cuando Europa tiene un 30% de su clase obrera inmigrante proveniente de los pueblos sublevados del Magreb y Medio Oriente. Ya hace rato hubieran salido las brigadas internacionales para combatir en Siria, romper el cerco y luchar por una dirección obrera de la guerra contra Bashar.
El socialimperialismo le ha clavado por la espalda la puñalada más cruel al proletariado mundial; ha destruido su internacionalismo militante. Luchando por refundar un internacionalismo militante en la clase obrera mundial es que estamos juntos combatiendo los marxistas revolucionarios de Japón y los trotskistas revolucionarios internacionalistas de la FLTI. Del lado del chovinismo y la traición ha quedado el FSM con los desechos del stalinismo, la socialdemocracia y los renegados del trotskismo.
Camaradas:
Hace dos años, se realizaba en Brasil el congreso de Conlutas al que fue toda la izquierda brasilera e internacional. A esa reunión acudió también Chukaku-ha. Todos se agrupaban para estrangular al ala izquierda del proletariado del continente latinoamericano y mundial.
En aquél congreso de los amigos de Lula y el PT no nos dejaron hablar a los trotskistas y a los revolucionarios de la JRCL, leyendo la declaración común que habíamos enviado…
Teníamos razón. La pelea que dimos fue correcta. Hoy hay millones de explotados en las calles combatiendo a la policía de Brasil, al gobierno del hambre y la miseria del PT. Esa izquierda reformista viene de firmar acuerdos como el de la GM donde en San Pablo entregaban el salario y el trabajo de los obreros de Brasil. Hoy son ellos los que no pueden hablar ni entrar a las movilizaciones en las calles, y esta vez son los obreros y la juventud explotada los que no se lo permite.
Como lo indica la experiencia de estos años, de una firme lucha internacionalista común, ya está por demás claro para todos que la clase obrera mundial necesita de un fuerte polo de reagrupamiento internacional de las fuerzas del movimiento marxista internacional ¡Esa hora ha llegado, ya no hay tiempo que perder!
Nuevas derrotas del proletariado llevarán irremediablemente al fascismo y a la guerra.
Los marxistas sabemos que a las guerras contrarrevolucionaria de la burguesía y el imperialismo, no hay forma de derrotarlas si no es con el triunfo de la revolución socialista. No hay arsenal nuclear de ningún país del mundo que pueda ser disparado contra su propia clase obrera si ésta entra en lucha revolucionaria, puesto que la burguesía nunca se tiraría bombas nucleares a sí misma.
El camino para parar nuevas guerras y catástrofes es el avance de la revolución socialista en las potencias imperialistas. Por eso, la carrera de velocidad es entre la barbarie, la guerra y el fascismo o el triunfo de la revolución socialista.
Por último les proponemos rendir juntos un homenaje a las obreras textiles masacradas en Bangladesh, donde por U$ 2 por día encima son obligadas a trabajar en fábricas que les caen sobre sus cabezas. Ellas representan a lo más explotado del proletariado mundial: ¡PASO A LA MUJER TRABAJADORA!
Un reagrupamiento de la vanguardia del proletariado internacional será el primer paso del camino hacia la victoria. ¡Viva la clase obrera mundial! ¡Viva la revolución socialista¡ ¡Muera el imperialismo!
Hoy más que nunca: ¡Luchemos juntos!
Fracción Leninista Trotskista Internacional- Colectivo por la Cuarta Internacional
Integrada por:
Chile: Partido Obrero Internacionalista – Cuarta Internacional (POI-CI)
Zimbabwe: Workers International League (WIL)
Siria: Brigada Sevian Al-Laith (Brigada León Sedov)
Libia: Movimiento de Obreros voluntarios Internacionalistas del Magreb
Bolivia: Liga Trotskista Internacional (LTI)
Colombia: Grupo Socialista Revolucionario Trotskista Leninista, “Comuneros”
Brasil: Comité por la Refundación de la IV Internacional
Perú: Liga Socialista de los Trabajadores Internacionalista
Venezuela: Liga Comunista de los Trabajadores (LCT)
Argentina: Liga Obrera Internacionalista-Cuarta Internacional (LOI-CI) |