8 de noviembre de 2024
Se realizó el “III Evento Internacional León Trotsky” en Buenos Aires de ex trotskistas, pseudo-socialistas y stalinistas:
Una alquimia reformista que busca liquidar la continuidad
de la IV Internacional y el combate por la revolución socialista
Nuevamente en el siglo XXI:
Reforma versus Revolución
Entre el 23 y el 26 de octubre, sesionó en Buenos Aires el autodenominado “III Evento Internacional León Trotsky”. Del mismo participaron las corrientes que conforman el FIT-U de Argentina (PTS, PO, MST e Izquierda Socialista / UIT-CI), Política Obrera (la Tendencia del PO de Altamira) y el NMAS.
Desde Londres, arribó Callinicos, dirigente del SWP inglés y su corriente internacional ISO. También viajó Savas Matsas, dirigente del EEK de Grecia.
Además de distintos pseudo-intelectuales académicos y sectores espartaquistas abiertamente pro-stalinistas, en el encuentro también intervino Osvaldo Coggiola, ex militante del PO, y hasta un stalinista abiertamente pro-sionista como Daniel Lazare, que rompió con el Partido Comunista de Gran Bretaña porque ellos reivindicaron la acción de autodefensa de la resistencia palestina del 7 de octubre.
Desde Kenia, se conectó Ezra Otieno, ex miembro del PC y hoy militante de la LIS de Bodart, que levanta las banderas del “panafricanismo” a los pies de las burguesías negras de África, agentes del imperialismo.
En este encuentro tampoco podía faltar el mandelismo a través de Eric Toussaint del “Secretariado Unificado” y la LIT-CI, que participó con un militante desde Chile.
Este evento en Buenos Aires fue continuidad de los distintos “encuentros sobre Trotsky” que se vienen realizando todos los años a partir de 2019. En aquella oportunidad, todas las corrientes de los renegados del trotskismo se reunieron en La Habana con sectores del stalinismo cubano para cubrirlos como “trotskistas”.
Dicho encuentro en Cuba fue organizado por Frank García Hernández, quien proclamaba ser un “orgulloso militante del Partido Comunista”. En sus redes sociales mostraba con orgullo el carnet de la Juventud Comunista con su último aporte y cotización a la misma. García Hernández, que ahora es “crítico” del gobierno de Díaz Canel en la isla, también fue el gran coordinador del evento que acaba de terminar en Argentina.
Este stalinista cubano viene usurpando la figura revolucionaria de Trotsky, mientras reivindica furiosamente a Fidel Castro y su partido, hoy dirigido por Díaz Canel. Un partido stalinista “vanguardia” de la entrega de los procesos revolucionarios más importantes de América Latina de las últimas décadas. ¡Un partido que recibió con honores a Mercader, el asesino del camarada Trotsky!
Así, bajo la dirección del castrista García Hernández, los dirigentes de los grupos renegados del trotskismo se reunieron en lo que fue un verdadero Congreso Internacional de ese partido único de liquidadores de la IV Internacional y el stalinismo que, como demostraremos, buscan que no quede ni vestigios de la IV Internacional y su programa y utilizan a Trotsky para hacer pasar como “trotskista” la política del stalinismo.
La impostura del castrista García Hernández que usurpa las banderas del “trotskismo” para encubrir a la nueva burguesía del PC cubano y al régimen de los generales millonarios en la isla
En 2019, Frank García Hernández llamó a “rehabilitar a Trotsky” en Cuba para utilizar el legado del trotskismo para encubrir la restauración capitalista que impusieron los nuevos ricos del PC, deviniendo ellos en una nueva burguesía y enriqueciéndose como socios menores de las transnacionales imperialistas.
Imaginémonos por un instante qué hubiera pasado si se hubiera realizado en Moscú un plenario internacional de dirigentes trotskistas de la sección soviética de la IV Internacional junto a miembros dirigentes del Secretariado Internacional encabezado por León Trotsky en el año 1936 o 1938. Es indudable que hubieran terminado todos asesinados por la camarilla de Stalin y su KGB. De no ser así, hubieran ido a rendirse ante el PCUS de Stalin, el partido liquidador de la III Internacional y de la Revolución de Octubre.
Por supuesto que todos los dirigentes que fueron al encuentro de La Habana en 2019 salieron con excelente salud y mucha alegría. Podían decirle a la base de sus corrientes que “ya tenían una sección en Cuba”… Una farsa del stalinismo cubano y los renegados del trotskismo… Una pareja constituida en base a conveniencia.
Hoy, cuando ya no se puede ocultar cómo el régimen del PC viene matando de hambre a las masas cubanas y reprimiéndolas violentamente cuando se sublevan, como ocurrió el 11J de 2021, García Hernández con su grupo “Comunistas Cuba” se ha ubicado como la “oposición a su majestad”, los nuevos ricos cubanos y el gobierno contrarrevolucionario de Díaz Canel. Antes, como dijimos, era un orgulloso militante del partido de Fidel Castro, cuando este proclamaba a los cuatro vientos ante todos los procesos revolucionarios en América Latina que “el socialismo no iba más ni siquiera en Cuba”. Castro decía esto cuando estrangulaba todos esos combates revolucionarios junto a los Chávez, los Morales, los Kirchner, los Correa, etc.
Lo de García Hernández es una farsa: reivindica a personalidades revolucionarias aisladas y por fuera de las organizaciones por las cuales y en las cuales pelearon y murieron. En el caso de Trotsky, de la III y de la IV Internacional, que combatió de forma irreductible al stalinismo, llamando a derrocarlo con revoluciones políticas para expulsarlo de los soviets y poner a los estados obreros como bastiones de la revolución socialista internacional.
Ocultando los negocios de la nueva burguesía del PC, que ha restaurado el derecho de herencia y la propiedad privada en Cuba (Milei aplaude y casi va a su encuentro), García Hernández ahora afirma que recién ha comenzado el proceso de restauración capitalista en Cuba y se llena la boca hablando de que hay que hacer una “revolución política” como planteaba Trotsky contra la burocracia stalinista en la URSS en los ’30.
Esto es una falacia. Es que Hernández no llama a derrotar, con el método de la guerra civil, es decir, con la puesta en pie de consejos obreros y de soldados rasos armados, y con el método de la revolución, al régimen de los burócratas millonarios del PC, la nueva burguesía y sus generales garantes de la nueva propiedad privada y represores del pueblo. Todos ellos son los “nuevos gusanos” asociados al imperialismo en los negocios claves de la isla como el turismo, el níquel, etc., con los que fugan enormes masas de divisas de la isla y las colocan en las islas caimanes. Ellos viven como reyes en sus barrios privados con sus yates amarrados en los puertos de Baradero.
García Hernández no plantea que hay que poner en pie consejos de obreros y soldados, ni sindicatos independientes ni un partido revolucionario. No llama a derrotar a la casta de oficiales ni a poner en pie una poderosa milicia obrera. Es decir, no llama a hacer los soviets para recuperar las conquistas de la revolución cubana, entregadas por su partido, el castro-stalinismo… Ni siquiera llama a hacer una “nueva Sierra Maestra”, ni volver a expropiar el Hilton y la tierra que se han robado la mayoría de los dirigentes de esa cueva de bandidos que es el Partido Comunista Cubano.
¿De qué “revolución política” habla entonces García Hernández? Para los trotskistas, la revolución política significa: “La cuestión es cómo deshacerse de la burocracia soviética que oprime y explota a los obreros y campesinos, liquida las conquistas de Octubre y es el principal obstáculo para la revolución internacional. Hace ya tiempo que llegamos a la conclusión de que esto solo se puede realizar mediante el derrocamiento violento de la burocracia, es decir, mediante una nueva revolución política.” (Trotsky, “Hay que expulsar a la burocracia y a la aristocracia obrera de los soviets”, 1938, negritas nuestras).
El “derrocamiento violento” de toda la plana mayor de los asesinos y represores del pueblo cubano es algo que no existe en el diccionario de Frank García Hernández.
Aclaramos, de nuestra parte, que esa revolución política en Cuba también debería ser social… puesto que se debería volver a nacionalizar la tierra, que se la está quedando la nueva burguesía agraria (todos ex funcionarios del PC) mediante cooperativas, financiadas por el Banco de Cuba, con créditos a 20, 30 y 40 años. También se debería nacionalizar sin pago la cadena de hoteles y el níquel e imponer el control obrero de todas las ramas de producción de la economía, empezando por la zona franca que establecieron en Puerto Mariel, donde le proveen obreros esclavos a las transnacionales.
Estas son medidas mínimas y elementales para transformar a la isla en un bastión de la revolución socialista en el continente americano. Es lo opuesto a lo que hizo ayer el castrismo y hoy los nuevos magnates de La Habana, para los que García Hernández no es más que un “trasgresor” al que utilizan para lavarse la ropa sucia y sus manos manchadas de traiciones y entregas.
El bloqueo lo sufren las masas de la isla
y no la nueva burguesía surgida del PC cubano
Lo volvemos a repetir: la nueva revolución política y social en Cuba expropiaría los yates, las viviendas de lujo y todas las cuentas de los que se robaron los fondos del pueblo, mientras este se muere de hambre.
Los nuevos ricos del PC no sufren el bloqueo yanqui. Insistimos, ellos fugan su plata a las Bahamas, viven en countries como El Laguito y tienen yates lujosos, como el hijo de Fidel Castro en Baradero, mientras los obreros padecen hambre y miseria.
Impactado por su experiencia en Argentina, García Hernández ha afirmado en el encuentro en Buenos Aires (para escaparse de toda lucha por el “derrocamiento violento” del régimen stalinista burgués), que en la isla se podría “formar un movimiento piquetero” de los trabajadores desocupados en la Cuba capitalista. Este hombre, en lugar de pelear por conquistar comités de fábrica, comités de desocupados y comités de soldados y poner en pie una dirección revolucionaria para preparar y hacer una nueva revolución, busca hacer un “movimiento de desocupados”. Está claro por qué. Él y sus amigos buscan transformarse en intermediarios entre el gobierno represor de Díaz Canel y el pueblo hambriento sublevado para entregarle algunas limosnas y controlarlo… Miserable. Este es el programa de Grabois, el representante peronista de la Iglesia en el movimiento de desocupados de Argentina.
Un “movimiento piquetero” enchalecado es lo único que García Hernández dice que se puede hacer en Cuba debido a la represión que se vive allí. Él viene afirmando que no es posible militar en la isla porque “hoy mismo te paras en una fábrica a repartir un volante (…) y vas a ser arrestado por la seguridad del Estado. (…) Es muy difícil la construcción de cualquier agrupación comunista de oposición en Cuba. (…) Por repartir propaganda comunista, propaganda opositora, te pueden dar de cuatro a seis años de cárcel. Así dice en el Código Penal.” (Entrevista al NMAS, “Cuba, ayer y hoy”, 26/05/24)
Esto es un verdadero dislate y una confesión de partes. Está obnubilado por sus amigos del FIT-U de Argentina y plantea, de hecho, que solo se pueden hacer partidos revolucionarios bajo condiciones de legalidad burguesa. Esto es una infamia. Los trotskistas organizaron la sección soviética en la clandestinidad, bajo las botas de un régimen stalinista que los persiguió hasta en los confines más lejanos de la URSS y los asesinó.
En nombre de ellos, de los que resistieron al stalinismo y al fascismo, de los trotskistas que combatieron bajo terribles dictaduras durante décadas, afirmamos que usted, García Hernández, es un farsante.
¡Deje de reivindicar a Trotsky como una figura ecuménica! Trotsky es uno de los dirigentes del marxismo ruso, que con Lenin, organizaron un trabajo ilegal en gran escala para combatir al zarismo y luego Trotsky al stalinismo.
Estamos frente a una impostura y una falsificación, ante la que se arrodillan todos los ex trotskistas, puesto que así, ellos también se dan lustre de ser tales teniendo su “sección cubana” en La Habana. Lamentamos decirles que la mentira tiene patas cortas.
Las masas cubanas ganan las calles chocando con el PC y han dejado miles de presos en las mazmorras del régimen, mientras García Hernández desde Buenos Aires, bien lejos de la isla, les dice que “no se puede hacer nada”… salvo ofrecerse a Díaz Canel como intermediario ante los hambrientos para, con un par de limosnas, controlarlos mejor.
García Hernández es un impostor que solo puede hablar de “Trotsky” gracias a los liquidadores de la IV Internacional que lo legitiman. ¡Fuera las manos de León Trotsky y su legado de este agente stalinista!
El FIT-U y la izquierda pequeñoburguesa y legalista, lo más lejos que han llegado para “enfrentar” al infame régimen stalinista burgués de Cuba, es, como acostumbra a hacer el PTS, entregar un petitorio en la Embajada cubana en Argentina para pedir que se liberen a los presos políticos. ¡Por favor! A los presos se los libera con la lucha en las calles y una campaña de acción internacional de todas las organizaciones obreras del mundo. ¡Solo así se puede conquistar la libertad de los trabajadores y explotados cubanos presos por el levantamiento del hambre del 11J, por enfrentar al régimen del oprobio y de los capitalistas y “nuevos gusanos” de Díaz Canel!
Los participantes del encuentro: tan distintos pero tan iguales…
Como vimos, las corrientes que se dieron cita en Buenos Aires se han disciplinado al castrista García Hernández, borrando el río de sangre que existe entre trotskismo y stalinismo.
Este abanico de grupos, que en algunos puntos tienen matices entre ellos, en otros, tienen enormes diferencias a tal punto que se ubican de forma opuesta en las trincheras de guerra, como en Ucrania, donde unos están “peleando” para que “la OTAN lleve a Ucrania a la victoria” y otros, para que los tanques de Putin aplasten a esa nación oprimida. En Palestina unos están con Hamas y otros dándole “condolencias” al sionismo por el 7 de octubre. En Cuba unos afirman que nunca hubo un estado obrero, otros que sigue habiendo y otros que ya se consumó la restauración capitalista en los ‘90.
Estos grupos se muestran como distintos, pero en esencia teórica y programática, son iguales. En primer lugar, los une un gran acuerdo: todos ellos piensan que el proletariado puede mejorar su nivel de vida en estas condiciones de putrefacción del sistema capitalista sin la victoria de una revolución socialista.
Algunos, como el PTS, llegan al dislate de decir que en las últimas décadas no hubo situaciones revolucionarias ni se iniciaron revoluciones, cuando en realidad hubo decenas y decenas de procesos revolucionarios que fueron mil veces traicionados. A esto lo camuflan, de forma cínica para confundir a los obreros, planteando que “no hubo ninguna revolución triunfante”. Este es un verdadero engaño para justificar a las direcciones que traicionaron estas decenas y decenas de revoluciones de masas que conmovieron al mundo en los últimos años. Estas revoluciones fueron respondidas con las más crueles contrarrevoluciones y traiciones. No alcanzaría todo el texto de esta declaración para hablar de la heroicidad de las masas y nombrar las revoluciones que protagonizaron, ni para denunciar la bajeza y la sumisión a los explotadores de los que hablan en nombre de la clase obrera.
Aunque lo intenten disimular hablando mil y una vez de las “crisis capitalistas y las guerras”, lo que han escondido y esconden bajo siete llaves es el programa para la victoria de la revolución. Es más, para esta gente del PTS, el socialismo es una cuestión “para el futuro”…
Ayer Castro, Chávez y demás farsantes de la “Revolución Bolivariana” hablaban del “socialismo del siglo XXI”, una estafa antimarxista contra las masas, mientras entregaban Cuba al imperialismo y hambreaban a la clase obrera.
Hoy, el PTS pregona, siguiendo los pasos del Foro Social Mundial y los “bolivarianos” que se vestían de “r-r-r-rrojo” para engañar a las masas, que la lucha es por un “futuro comunista”, como proclama un manifiesto de sus “intelectuales”... Es decir: comunismo para las calendas griegas y que hoy siga la dictadura del capital.
Parece mentira... Marx escribió el Manifiesto Comunista en el año 1848 para luchar por la dictadura del proletariado en el medio de la revolución que transcurría en Francia en ese año, y para preparar, pese a que luego fue desviada, la revolución alemana de 1851 al grito de “viva la revolución permanente”… Y esto lo hacía en momentos en que aún el capitalismo, como sistema, no había agotado toda su potencialidad. Los pseudo-intelectuales anti-marxistas del PTS hoy han escrito un verdadero “anti Manifiesto Comunista”, pregonando el “comunismo para el futuro”…
Esta es una confesión de partes. Para el PTS, ahora es el momento del parlamentarismo y lucha de presión para ver si se mejora el nivel de vida de las masas. En las reuniones hacen gárgaras sobre “guerras” y escriben libros de Clausewitz (un general prusiano del siglo XIX), etc., pero siempre se cuidan muy bien de esconder bajo la alfombra la lucha por la revolución… y la preparación de la insurrección, que es la máxima expresión de la guerra civil.
En este punto de que el socialismo y el comunismo son una “cuestión para el futuro”, están todos de acuerdo. En la premisa de que la crisis es de las masas y no de sus direcciones que las traicionan, también coinciden todos. En que la “crisis del socialismo” del ‘89 y de hoy es por culpa de la clase obrera y no por la lacra stalinista que entregó los estados obreros, también acuerdan todas estas corrientes. Estamos ante un verdadero reagrupamiento anti-trotskista.
El Encuentro de Buenos Aires, un encuentro
de corrientes reformistas y social-pacifistas
Estas direcciones hoy posan como “teóricos de las guerras”, mientras callan, nada más y nada menos, el manual de la guerra civil y la insurrección. Esta cuestión decisiva del marxismo y la guerra la ocultan bajo siete llaves.
De guerra civil, de insurrecciones abortadas o espontáneas que son masacradas… silencio. De las masas que resisten en Palestina con el método de la guerra civil, que han llegado al límite de expropiar a los mercaderes del hambre de la burguesía palestina (que aumentan los precios de los alimentos en la Gaza martirizada), y están abriendo así el camino para la victoria… silencio.
Esta gente está en la época de la “crisis”, pero no en la época de la guerra, la revolución y la contrarrevolución.
El manual que ellos escriben es el de la intervención parlamentaria votando leyes con la burguesía “progresista” que, según ellos, “le sirven al pueblo”, abriendo ilusiones en las instituciones de la dictadura del capital, en el parlamentarismo y los políticos patronales.
El PTS y todo el FIT-U llamaron a derrotar el plan de guerra de Milei y las transnacionales en Argentina en el mismo Congreso de los políticos patronales que le dieron los votos necesarios para que pase el peor ataque contra la clase obrera de las últimas décadas. Esta gente ya no vuelve más del cretinismo parlamentario. Se aferran al parlamentarismo en momentos en que asoma el garrote del bonapartismo y el fascismo. Es la “izquierda democrática de momentos de paz”. Eso se reunió en el encuentro de Buenos Aires.
Hablemos claro… Algunos incluso se venían preguntando “cómo construir un partido revolucionario en una época reformista”. Pero cuando la crisis les pega dos sopapos y las balas les zumban cerca de la cabeza, enseguida se ponen a hablar de “crisis económica” y “guerra”. Puras palabras y fuegos de artificio.
A la crisis mundial que sacude al sistema capitalista o la para ya la revolución, o se profundizará el camino a la guerra, a nuevas disputas por los mercados.
Esta guerra interimperialista comenzará de la misma manera que terminó la segunda. Que el señor Altamira no se adelante. Los actuales genocidios serán el preludio de nuevas Hiroshima y Nagasaki, si el proletariado de los países centrales no logra parar a la bestia imperialista. De eso se tratan también los límites de esta época de crisis y guerras, es decir, la revolución. El imperialismo no puede ir a nuevas guerras ni conflagraciones superiores sino derrota a su propia clase obrera, o bien la coopta, como hizo con la socialdemocracia alemana en la Primera Guerra Mundial. Hoy el proletariado de los países centrales no está derrotado. Y ello le da tiempo a la clase obrera internacional para reponer sus fuerzas y separar de sus estados mayores a tantos oportunistas y arribistas.
Eso es lo que están discutiendo las pandillas imperialistas en los distintos países… Inclusive preparan a Trump para engañar primero, y luego aplastar, al corazón del proletariado norteamericano, llevando hasta el final la obra de Biden, para poder ir a aventuras contrarrevolucionarias superiores a nivel internacional para defender los negocios de su imperio en el mundo entero.
Son tan iguales… Todos buscan a los burgueses “progresistas” a los que apoyar como “mal menor”
Tras las huellas del stalinismo y su política de los “frentes populares”
En este encuentro donde no existió la lucha por la revolución, por supuesto que tampoco se mencionó siquiera la necesidad de combatir contra los frentes de colaboración de clases que montan el imperialismo y la burguesía para desviar los procesos revolucionarios, como vimos en los últimos años en América Latina, EEUU, Europa, Medio Oriente, etc. Se dedicaron a discutir contra las “ultraderechas”, silenciando que son esos frentes de colaboración de clases los que adormecen y desorganizan a las masas para abrirles las puertas al bonapartismo, la contrarrevolución y el fascismo.
El máximo ejemplo de esto que decimos es lo que todos los miembros del encuentro hace una década atrás llamaban la “primavera de los pueblos” en el Magreb y Medio Oriente. En esa región, para que vuelvan los regímenes contrarrevolucionarios, primero tuvieron que adormecer a las masas con trampas parlamentarias como las Constituyentes fraudulentas de Egipto y Túnez, los frentes de colaboración de clases en gobiernos con la burguesía y el PC como en Sudán, y partidos llamados “democráticos” como el ESL en Siria que entregó la revolución desde adentro al fascista Al Assad. Los grupos que se reunieron en Buenos Aires, en Siria apoyaron al PKK, el stalinismo kurdo, que estableció un verdadero frente de colaboración de clases con la burguesía kurda, Al Assad, Putin y los yanquis… y llamaron a la clase obrera mundial a apoyar dicho frente contra la revolución.
Luego que se impusieron estas trampas, con la pólvora revolucionaria ya mojada, vino el sable de los generales y las bombas de los fascistas.
En el encuentro se intentó de forma sesuda dar una explicación al surgimiento de las “nuevas derechas” ocultando que es Biden en EEUU el que aplicó el plan de Trump de tirarle la crisis a los pueblos oprimidos, de organizar guerras en Europa y Medio Oriente, de imponer barreras arancelarias contra la crisis de sobreproducción china más altas de las que pregona Trump… Esto lo hizo el Partido Demócrata luego de haber desviado, desmovilizado y desorganizado, con cantos de sirena, la sublevación de los trabajadores y el pueblo negro, a la clase obrera y el movimiento antiguerra, y a la juventud rebelde que en el año 2020 chocaba contra el estado y arrinconaba a Trump en la Casa Blanca al grito de “¡Sin justicia, no hay paz!”. La izquierda reformista llevó a las masas a los pies del Partido Demócrata y su “ala izquierda”… y Biden fue el que aplicó el plan de las “derechas” bajo el mando de BlackRock, Vanguard y State Street, los tres fondos de inversión más grandes del planeta.
Ahora Trump vendrá por todo. Viene a destrozar a su competencia europea, sobre todo a Alemania, que le disputa palmo a palmo los negocios en el mercado interno chino. Muy probablemente Trump pactará con Putin sobre los huesos de Ucrania… para quedarse con la propia Ucrania y con los negocios del petróleo y gas de Rusia… Negocios… “Nuevas derechas”, que no funcionarían ni existirían sin las “viejas izquierdas”.
En este encuentro se encubrió a la izquierda lacaya del imperialismo, como Boric, Petro y Lula, que le hacen el trabajo sucio a “las derechas”, para que luego vengan estas a terminarlo.
Eso hicieron en Argentina: el gobierno de los Fernández aplicó el plan de lo peor de “las derechas” flexibilizando al 60% de la clase obrera y pulverizando los salarios con una altísima inflación, para que luego venga Milei a terminar su trabajo, bajo el mando de las mismas transnacionales y del embajador yanqui que sostuvieron al gobierno peronista.
Hablar de luchar contra los frentes de colaboración de clases en ese encuentro equivaldría a abrir una ventana para que entre el sol en una sala de vampiros durmiendo. Pues ellos son la “pata izquierda” de esos frentes de colaboración de clases que estrangulan y estrangularon todos los procesos revolucionarios.
De verdad, todo obrero serio, mínimamente perspicaz, se dará cuenta que esta gente intenta tapar el sol con un dedo. Ocultan que son los sirvientes de Mélenchon en Francia, que apoyaron “críticamente” al gobierno de Syriza en Grecia y fueron parte de un movimiento “por una Europa más social” con su ex ministro de economía Varoufakis. Apoyaron el plebiscito fraudulento de Tsipras que sacó a las masas griegas de las calles, mientras la burocracia sindical stalinista molía a palos al ala izquierda de la clase obrera.
Silencian el rol nefasto del stalinismo y de toda la izquierda “anticapitalista” del Estado Español, que puso sobre sus hombros a los sinvergüenzas de Podemos, que sacaron a la “República de los Indignados” de las calles y con el stalinismo se la entregaron a la monarquía, para que luego esta termine de aplastar la rebelión catalana y llene de presos vascos las mazmorras del régimen.
Hoy grupos de los renegados del trotskismo están en el gobierno de Lula y los capitalistas en Brasil. También son parte de la “internacional” del multimillonario Sanders y el DSA, los “socialistas democráticos” de EEUU. Incluso, la ISO de Callinicos directamente se disolvió dentro del DSA, que es el sostén fundamental de Biden, que comanda el genocidio en Gaza.
Escribir un libro entero no alcanzaría para echar luz sobre la nefasta política de colaboración de clases de esta “Nueva Internacional”… Agreguémosle tan solo al PTS y todo el FIT-U votándole 123 leyes que consideraban “progresivas” al gobierno antiobrero y agente directo de los yanquis de los Fernández y Massa… y después lloran y lloran por que Milei fue votado ampliamente por un sector de las capas más explotadas de las masas, llenas de odio al gobierno peronista.
Los participantes del encuentro son entonces tan distintos pero iguales a la hora de ocultar y encubrir esos frentes de colaboración de clases con los que se desviaron incontables revoluciones en los cinco continentes.
No podemos ignorar que en esa reunión estuvo Izquierda Socialista, que es parte del FIT-U, y el Nuevo MAS de Argentina, que el año pasado llamaron a votar a Massa, el candidato del peronismo y del gobierno de los Fernández, pro-imperialista hasta los tuétanos, como ya vimos. Es la izquierda pro-burguesa que siempre busca el “mal menor” y no el bien mayor para los trabajadores y los explotados.
Con ese criterio, hubieran votado a Scioli que era candidato de la Kirchner en 2015 y hoy está en el gobierno de Milei, mientras don Massa y su pandilla son asesores de fondos buitres de Wall Street. Así “disfruta sus vacaciones”, con el peronismo sosteniendo al gobierno de Milei.
Estamos ante un evento de espaldas a la IV Internacional y su programa de fundación de 1938. Este encuentro es continuidad del Foro Social Mundial, de la III Internacional de Stalin y la II de Kautsky. Por eso, con los fundadores de nuestro partido mundial, repetimos: “Ya hoy, la IV Internacional se ha ganado merecidamente el odio de los stalinistas, los socialdemócratas, los burgueses liberales y los fascistas. No hay ni puede haber lugar para ella en ningún Frente Popular. La IV Internacional combate irreduciblemente a todos los grupos políticos colgados a los faldones de la burguesía. Su tarea: la abolición de la dominación capitalista. Su objetivo: el socialismo. Su método: la revolución proletaria”. (Programa de Transición de la IV Internacional)
En Buenos Aires sesionó una nueva reunión del partido único de stalinistas y ex trotskistas, integrante de la “Internacional Progresista”, que no dejó ni rastros de la continuidad del combate de la IV Internacional
Este “III evento” tuvo como particularidad de que además de ser un “encuentro sobre Trotsky”, también fue convocado “en homenaje a 100 años de la muerte de Lenin”. Este es el otro gran acuerdo político que une a todas estas corrientes: en un congreso sobre Trotsky y Lenin ocultaron a la IV Internacional, como continuidad del combate de Lenin y el bolchevismo en la resistencia y su pelea a muerte contra el stalinismo y el imperialismo.
Los liquidadores de la IV Internacional escondieron esto bajo la alfombra para abrazarse al castrista García Hernández, transformando a Lenin y Trotsky en “entidades” inofensivas, revisando y falsificado todo su legado. Estos dirigentes no reivindicaron a Trotsky como dirigente de la Oposición de Izquierda y luego fundador de la IV Internacional, sino que hablaron de “su” Trotsky como una “figura revolucionaria más del movimiento marxista” y utilizaron retazos de sus posiciones para posar de “trotskistas” y hacer pasar el programa del stalinismo que vienen levantando, como si fuese el del trotskismo.
Ayer el stalinismo falsificó a Lenin, castrándole todo su contenido revolucionario. Hoy son los ex trotskistas lo que hacen lo mismo con el camarada Trotsky para no quede piedra sobre piedra de la IV Internacional y su programa, a la que estas corrientes liquidaron llevando sus limpias banderas al fango de la colaboración de clases para marchar a partidos únicos con el stalinismo, como quedó claro en Buenos Aires, borrando el río de sangre que separa al trotskismo con la lacra stalinista de todo pelaje.
Prueba de esto es que en este encuentro se presentaron a las distintas corrientes como “los trotskismos” como si fuera posible que haya una “pluralidad de voces que hacen su propia interpretación de Trotsky”… ¡Mentira! El verdadero trotskismo estaba agrupado bajo las banderas de la IV Internacional como una fuerza compacta centralizada bajo una estrategia, una teoría y un programa común. Hablar de los “trotskismos” y ocultar la IV Internacional, que al decir del propio Trotsky, fundarla fue la obra más importante de su vida para darle continuidad al marxismo revolucionario, solo persigue el objetivo de sepultar su legado.
Esta fue una nueva reunión de los “partidos obreros” de la llamada “Internacional Progresista”, un nuevo escollo contra la clase obrera mundial que han montado liquidadores de la IV Internacional, stalinistas y burguesías agentes directas del imperialismo, como continuidad del stalinismo que entregó los estados obreros en el ’89 y de la estafa de la “Revolución Bolivariana” y el viejo Foro Social Mundial.
Pero las masas no se han rendido y nunca faltaron a la cita en decenas de procesos revolucionarios. Son estas direcciones las que les atan las manos para que no abran el camino a la revolución socialista.
Los trotskistas no participamos de este encuentro de stalinistas y ex trotskistas que todos los años realizan congresos comunes para centralizar sus fuerzas y contener los combates de la clase obrera mundial, como el que vimos en Buenos Aires, que no le sirvió de nada al proletariado en su lucha contra los explotadores.
Contra estas direcciones, peleamos por refundar la IV Internacional bajo el programa de 1938, el Partido Mundial de la Revolución Socialista, para devolverle a la clase obrera la dirección que necesita y se merece para triunfar.
¡Fuera las manos de stalinismo y sus continuadores ex trotskistas de Trotsky y Lenin!
¡Hoy más que nunca hay que refundar la IV Internacional, recuperándola de las manos de los que la han llevado al fango de la colaboración de clases y a los pies del stalinismo! |