Las penurias inauditas de las masas empujaron a un enorme levantamiento revolucionario
Los obreros del petróleo, el batallón más poderoso de la insurrección que conmovió a toda Eurasia
Putin, como gendarme del imperialismo en la región, con sus centurias negras fascistas busca aplastar la insurrección
En Kazajistán comenzó una sublevación de masas que en 6 días no sólo hizo derogar la ley del tarifazo en el precio del combustible, sino que hace temblar al régimen de los oligarcas del país y la región, y al imperialismo.
En las principales ciudades de este ex estado obrero, las masas marcharon sobre las instituciones del odiado régimen heredado de la restauración capitalista, a las que identifican justamente con sus padecimientos.
Las protestas comenzaron en 2 de enero con una huelga de los trabajadores petroleros de Zhanaoen, en la provincia de Mangystau, donde hace 10 años se vivió la enorme huelga obrera que duró más de 7 meses, con ocupaciones de plantas y de la plaza principal del pueblo, que terminó con una feroz represión y asesinato de decenas de trabajadores y cientos de heridos, conocida como la Masacre de Zhanaoen. Ahora, como hace 10 años, los trabajadores jugaron un papel decisivo en la organización y magnitud de las huelgas y movilizaciones que rápidamente en 24 hs se extendieron a todo el país en insurrecciones locales, abriendo una fase insurreccional que amenazó con poner un doble poder y derrocar al régimen. El 3 de enero la huelga general se había extendido a toda la región de Mangystau y también a Aetyrau. El 4 de enero se sumaron a la huelga los petroleros de Tengizchenroil, Aktobe, Kazajstán Occidental y Kyzylorda, junto a los mineros de Arcelor MittalTemirtau de la región de Karaganda. Entre el 4 y 5 de enero, la huelga indefinida se declaraba en todo el país. Fue una verdadera huelga general revolucionaria que paralizó el país con lucha en las calles, enfrentando a la policía, asaltando comisarías y armándose, partiendo al ejército y atacando a las instituciones del odiado régimen. Se transformó en una insurrección nacional que tuvo su cabeza en Alma Ata donde tomó las armas, atacando la oficina del alcalde, el antiguo edificio del Parlamento Nacional, la sede de la KNB (ex KGB), la sede del partido de gobierno, y el aeropuerto principal, que después de enfrentamientos con la policía asesina quedó bajo control de las masas sublevadas. Las masas querían la caída del régimen.
El aumento del combustible (gas licuado (GLP) que el 1 de enero duplicó su precio en Zhanaozen y pasó de 50 tenge ($ 0,11) a 120 tenge ($ 0,28) fue el detonante, la chispa que encendió la ira por las penurias que padecen las masas mientras los oligarcas que con la restauración capitalista se robaron todas las propiedades y riquezas que eran del pueblo, no paran de enriquecerse con el saqueo de la nación asociados a los oligarcas rusos y el imperialismo. Tanto es así que 162 personas representan el 55% de la riqueza total del país, y tiene cinco multimillonarios en la lista de multimillonarios del mundo de Forbes.
Kazajistán es un país rico en recursos. Tiene el 40% de la producción mundial de uranio, que está mayoritariamente en manos del grupo empresarial francés Areva desde 2009 (a través de la creación de una empresa común con el gobierno kasajo, Ifastar). La Chevron y Exxon extraen 1,7 millones de barriles de petróleo por día que va a abastecer a Europa (es el 12vo productor mundial), a través de puertos rusos. Es el 29º productor mundial de gas natural (22 800 millones de m³ al año) y el 18vo exportador mundial (11,5 mil millones de m³ por año). Es el 10mo productor de de carbón, (111,1 millones de toneladas). Es el 10mo. productor mundial de oro y antimonio; 9º productor mundial de bauxita y zinc; 11º productor mundial de cobre; 3er productor mundial de cromo; 12º productor mundial de mineral de hierro y plomo; además de producir manganeso, fosfato, bismuto, azufre.
En Kazajstán, como en Siria, en Irán y en todo Medio Oriente que es donde está la mayor concentración petrolera del mundo, hay un poderoso proletariado en la industria petrolera, y afines como la construcción, la minería y la siderúrgica que sse desarrollan ligadas a la explotación de petróleo, por mucho que le pese a la izquierda socialimperialista mundial traidora que no se cansó de acusar de bárbaros y pueblos atrasados a los trabajadores que protagonizaron la cadena de revoluciones del Magreb y Medio Oriente a la que ellos cínicamente llamaron “primavera árabe”.
La mayoría de la población de Kazajistán son obreros. De hecho muchas ciudades se fundaron como lugar de vivienda de los trabajadores que iban a trabajar a los yacimientos petroleros y son verdaderas ciudades obreras. Grandes mineras como Glencore, Rio Tinto, Iluka Resources, Central Asia MetalsPlc, ArevaSa, RussianCopperCompany,operan en Kazajstán, y tan sólo Arcelor Mittal tiene más de 30 mil obreros (en la planta siderúrgica de Temirtau, Karaganda emplea a 14.000 y los demás en minas de mineral de hierro y carbón en toda la región).
Sin embargo, este poderoso proletariado que produce esas enormes riquezas, no se quedan con nada. El imperialismo saquea la nación. Los trabajadores, que son la gran mayoría de los 19 millones de habitantes kazajos, tienen bajísimos niveles de vida, con un salario mínimo no alcanza los 100 dólares mensuales y los petroleros no ganan más de 500 dólares al mes. La mitad de la población vive en ciudades y pueblos alejados de los centros urbanos, y casi sin acceso a los servicios públicos básicos.
El poderoso proletariado de Kazajstán, en una década de duras luchas económicas, forjó su odio contra el régimen y el gobierno de Nazarbayev y el títere Tokayev
Los obreros kasajos venían peleando bajo un régimen despótico, sanguinario, al estilo de Pinochet, Franco o Videla, pero de los perros chacales salidos de los viejos partidos stalinistas que se quedaron con las empresas y propiedades que eran del estado obrero a los tiros, asociados a todo el imperialismo, para ser gestores y testaferros de sus negocios.
En 2011, 2019 y 2020 los obreros industriales protagonizaron grandes luchas económicas, que eran verdaderas luchas antiimperialistas, porque saben que son ellos los que producen esas enormes riquezas que saquean las grandes empresas imperialistas y sus socios menores del régimen asesino de Kazajistán. Saben que su trabajo produce esas enormes riquezas, y se niegan a hacerlo por salarios de hambre.
En esas luchas duramente reprimidas, sin derecho ni siquiera a tener sus propios sindicatos, con sus mejores luchadores asesinados y perseguidos, la clase obrera de Kasajstán profundizó su odio contra el régimen asesino y el gobierno de Nazarbayev (que fue presidente por más de 30 años) y su títere el actual presidente Tokayev.
Estas son las terribles condiciones que han moldeado la situación actual de Kazajstán, y el temple de su aguerrido proletariado industrial.
El gendarme del imperialismo Putin interviene para impedir que se desarrolle la revolución y salvaguardar así los intereses de su amo imperialista
Como hemos planteado, una huelga general revolucionaria que demandaba la caiga del dictador, recorrió todo Kazajstan. Lo primero que hizo el presidente Tokayev fue un intento negociar: derogó el aumento y entregó la cabeza de los personajes más odiados del régimen como Nazarbayev, el primer ministro y todo su gabinete, y el jefe del Comité de Seguridad (servicios de inteligencia) Karim Masimov que incluso fue detenido. Pero eso no era suficiente, porque no se trataba ya sólo del precio del combustible.
El gobierno había quedado en crisis, y las masas iban por todo. Comenzaba a surgir un embrión de milicia obrera y el peligro para la burguesía de que surja un doble poder armado de los soviets de obreros y soldados, es decir que vuelva la república obrera de Kazajstán, expropiando al imperialismo. Ver a obreros armados hablando el lenguaje de la revolución en una antigua república soviética, le hiela la sangre al imperialismo y la burguesía mundial. Es que la burguesía sabe bien de que se trata, aún llora que allí los obreros hicieron rodar la cabeza del zar y sus hijos, expropiándole un tercio del planeta. Allí, bajo la dirección de la III Internacional revolucionaria y el partido bolchevique, la clase obrera conquistó sus demandas, incluso su nación y puso en pié la URSS, con el triunfo de la revolución proletaria en 1917. Esa enorme conquista que fue la URSS se perdió a manos del stalinismo que entregó los ex estados obreros, y se recicló en nueva burguesía que bajo su bota oprime con regímenes dictatoriales y terror blanco a los obreros para garantizar los negocios del imperialismo.
La insurrección que comenzaba amenazaba con barrer con el régimen asesino, el gobierno y no dejar piedra sobre piedra del dominio del imperialismo y la burguesía en Kazajstán, con los métodos de la guerra civil y el doble poder de las masas que comenzaban a armarse tomando los arsenales del ejército.
Y eso amenazaba la propiedad de todos los capitalistas y el imperialismo en la región. Por eso rápidamente las potencias imperialistas condenaron la insurrección y enviaron a su perro fascista Putin, el gendarme del imperialismo en Eurasia y guardián de la propiedad de las trasnacionales en la región, con 2500 tropas, camiones y tanques, masacrando, dejando centenares de muertos que todavía se cuentan en las calles de Kazajstán, y miles de presos políticos, para ahogar en sangre el levantamiento de los obreros en este ex estado obrero y aplastar a las masas tomando todas las provincias sublevadas.
Pero la última palabra no está dicha aún… Los padecimientos de los obreros de Kazajistan son los mismos que los de sus hermanos de los países de Eurasia y Rusia en particular.
KAZAJASTAN UNE LA RUTA DEL COMERCIO DE CHINA Y RUSIA... TAMBIÉN UNIRÁ LA RUTA DE LA REVOLUCION SOCIALISTA QUE BARRERÁ A LOS GOBIERNOS CONTRAREVOLUCIONARIOS BURGUESES DE PEKÍN Y MOSCÚ, SALIDOS DE LA TRAICIÓN DE LAS ENTRAÑAS DE LA LACRA STALINISTA.
Nadia Briante y Eva guerrero
Por el comité redactor del Organizador Obrero Internacional
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