¡Libertad inmediata e incondicional de los 130 trabajadores ferroviarios detenidos!
Desde el 9 de diciembre, más de 9.000 trabajadores ferroviarios -hoy vanguardia del proletariado de Corea del Sur- se encontraban protagonizando un paro por tiempo indeterminado, como parte de su plan de lucha contra los planes de privatización, despidos masivos, hambre y miseria lanzado por del gobierno de Park Geun-Hye.
La justicia patronal, como lo hace en todas partes del mundo cada vez que los trabajadores salimos a reclamar por nuestros derechos, quiso aterrorizar a los huelguistas con abertura de causas penales contra 25 dirigentes de la huelga ferroviaria. Fueron citados a declarar en sus tribunales. Pero los trabajadores hicieron oídos sordos a esta amenaza, se negaron a acudir a los juzgados, fortalecieron sus asambleas de bases y piquetes, y encararon con mayor determinación su combate.
Herida en su orgullo, la burguesía, su gobierno y su justicia, subieron su apuesta represiva contra la lucha obrera. Fue entonces que el pasado domingo 22 de diciembre asaltó con 600 policías la sede de la KCTU (Confederación Coreana de sindicatos). Bajo el falso argumento de “obstrucción a la justicia”, y en medio de una brutal represión y de una lluvia de gases lacrimógenos, 130 trabajadores, entre ellos los dirigentes del sindicato de la Empresa de Ferrocarriles de Corea (KORAIL), fueron llevados detenidos.
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Así la burguesía y el gobierno de Park Geun-Hye, esa lacaya y sirvienta de Obama, tomaba de rehenes a estos 130 trabajadores, para emitir miedo sobre el conjunto de los huelguistas y la clase obrera de Corea del Sur.
La presidenta decía con aires altivos que ahora "pese a las dificultades" seguirá adelante con sus planes privatizadores, que incluirán no solo el traspaso de los ferrocarriles a manos privadas, sino miles y miles de despidos estatales.
Pero lejos de frenar a los trabajadores, la respuesta de esto no se hizo esperar. La misma no vendría en el terreno de las leyes, los alegatos y los artilugios judiciales, sino en el terreno de la lucha política contra el gobierno y el régimen infame. Por eso el sábado 28 de diciembre irrumpieron con una huelga general miles y miles de trabajadores de Corea. La Plaza Seúl, donde se realizó el acto central de la huelga general, estuvo abarrotada de trabajadores luchando contra los planes privatizadores y por la libertad de los trabajadores detenidos.
Paralizado el país, otros sindicatos (construcción, estatales, metalúrgicos, automotrices, etc.) se sumaban a la lucha. Los trabajadores de Corea del Sur quieren liberar a sus compañeros, pues no van a permitir que el gobierno tenga a compañeros suyos como rehenes cuando salen a luchar por sus demandas. La libertad de los compañeros no se negocia. No está en discusión, dicen las decenas de miles de trabajadores que colmaban las plazas. Se los arranca de las garras de sus carceleros, con la huelga general y la lucha en las calles. Es así que si no hay respuestas favorables a la libertad de los 130 compañeros, ya se han anunciando dos nuevas huelgas generales para el 9 y el 16 de enero.
Los combativos trabajadores de Corea del Sur con su valiente actitud frente al estado de los opresores y su lucha contra los jueces, sus tribunales y su policía, son un gran ejemplo a seguir por los trabajadores del mundo. La clase obrera internacional y todas sus organizaciones deben acudir en ayuda de los trabajadores coreanos y tomar como propia esta bandera de lucha. ¡Así se pelea por nuestras demandas y por la libertad de nuestros presos! ¡Ese es el camino! ¡Viva la huelga general! ¡Libertad inmediata e incondicional a los 130 trabajadores ferroviarios y a todos los presos por luchar! ¡Abajo los planes privatizadores del gobierno de Corea del Sur y el imperialismo yanqui!
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La clase obrera con su huelga general y lucha política de masas ha puesto de manifiesto quién es el verdadero dueño de la nación. ¡Ahora hay que derrotar al gobierno de Park Geun-Hye! ¡Los trabajadores y el pueblo son los que deben conquistar su propio gobierno!
Corresponsal
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