23 de septiembre de 2024
Desde el Líbano, llamamiento a la Huelga General Internacional contra la ofensiva fascista del sionismo
Huelga Mundial contra los ataques aéreos
Nos reunimos bajo ataques aéreos, desde Palestina hasta el Líbano y el mundo para convocarlos colectivamente a la práctica urgente de huelgas mundiales generales para detener el genocidio y la ocupación sionista de nuestras tierras y nuestro pueblo. Organizar una huelga general efectiva que tenga el poder de ejercer presión e interrumpir el flujo del capital genocida solo requiere la participación del 7% de los trabajadores de todo el mundo. ¡Trabajadores del mundo, pongan en práctica el poder multiescalar de su resistencia laboral! Como nuestra vida colectiva no puede esperar más, les rogamos a todos que consideren que este llamado a la huelga se haga efectivo de inmediato. Para las organizaciones y grupos sindicales que necesitan comunicarse con anticipación, les recomendamos que se adhieran a la fecha de inicio basada en el consenso del 1 de octubre de 2024. Hagan huelga contra los ataques aéreos. Huelga contra los sistemas coloniales de genocidio. ¡Les recordamos colectivamente que el genocidio no se detendrá si nosotros, los trabajadores del mundo, no detenemos la economía mundial que lo genera!
¿Cuántos genocidios tienes que presenciar antes de retirar tu trabajo no esencial en señal de protesta? Qué vergüenza vivir y ser muerto en un mundo donde la guerra es la industria más rentable. Con miles de millones de dólares en ayuda de Estados Unidos (ayer mismo, Estados Unidos confirmó un paquete de ayuda adicional de 8.700 millones de dólares a Israel) y exportaciones de armas importadas desde y hacia Estados Unidos, el Reino Unido, Alemania, Canadá, los Países Bajos, Australia, Italia, Dinamarca, Noruega, Suiza, Suecia y España, la entidad sionista ha matado al menos a 42.252 palestinos, 16.500 de los cuales son niños, ha herido a 95.921 y ha desplazado a 1,9 millones de palestinos en Gaza. Según un estudio publicado en la revista científica The Lancet en julio de 2024, el número real de muertos en Palestina podría ser de más de 186.000 mártires.
Ayer mismo, 27 de septiembre, la entidad sionista colonial saturó de bombardeos los suburbios densamente poblados del sur de Beirut, arrasando hasta los cimientos siete edificios residenciales en cuestión de segundos, asesinando al líder anticolonial Sayyed Hassan Nasrallah y dejando a miles de familias desplazadas en las calles. Mientras Israel sigue violando la soberanía territorial del Líbano mientras repite el mismo manual genocida de desposesión masiva, terror y manipulación que viene desplegando en Gaza desde hace casi un año, el poder revolucionario del dolor nunca dejará de guiarnos en la resistencia multigeneracional. Después de lanzar más de 3.000 ataques aéreos en los territorios del sur del Líbano durante los últimos 11 meses, Israel ha ampliado drásticamente su proyecto genocida y el desplazamiento masivo hacia dentro del Líbano en las últimas dos semanas, matando a más de 1.541 mártires (y contando), hiriendo a 5.278 y desplazando a más de un millón con ataques aéreos con una frecuencia de 1.100 cada 12 horas el lunes 23 de septiembre. El pueblo del Líbano se ha visto obligado a interrumpir todo trabajo no esencial y la educación para huir del ataque genocida y/o proporcionar socorro y ayuda mutua.
Si vives en el Norte Global, tus impuestos, es decir, tu trabajo, están financiando este ataque genocida contra los pueblos de Palestina y Líbano. Si vives en Egipto, Jordania, Estados Unidos, Brasil, Turquía, el Reino Unido, los Emiratos Árabes Unidos, Azerbaiyán, Italia, Grecia, Kazajstán, Rusia, Gabón, Nigeria, la República Democrática del Congo y Albania, tu gobierno está alimentando la expansión colonial al suministrar a la ocupación sionista acuerdos energéticos, en lugar de sancionar verdaderamente a Israel con un embargo energético global. Justo ayer, el genocida en jefe, Benjamin Netanyahu, presentó en la Asamblea General de la ONU, dos mapas coloniales de un imperio sionista-estadounidense. El primer mapa colonial muestra nuestras tierras transmilenarias arrasadas desde Palestina y Líbano hasta Siria, Irak, Irán y Yemen. El segundo mapa muestra a los estados árabes vecinos normalizando continuamente sus relaciones con Israel para crear un puente terrestre imperial “que conecte Asia y Europa”, donde el imperio “tendería líneas ferroviarias, oleoductos y cables de fibra óptica”. Todas las personas conscientes del mundo no pueden permitir que esta expansión colonial genocida, ecocida y energicida continúe con nuestra sangre a la vista de todos. Ahora está más claro que nunca que el proyecto genocida de Israel no se detendrá, excepto cuando la economía global que lo sostiene de manera transformadora deje de apoyarlo y comparta verdaderamente el dolor y la pena de nuestra lucha. Criminalicemos al sionismo en todo el mundo, normalicemos la resistencia y honremos el dolor colectivo negándonos a trabajar.
1.100 ataques aéreos contra viviendas en sólo 12 horas = 1,5 ataques aéreos por minuto.
Durante casi un año, el mundo entero ha podido dar fe de la existencia de una economía imperial global de guerra que se beneficia y expande a partir del genocidio de nuestro pueblo y protege a Israel de la rendición de cuentas. La verdadera “cúpula de hierro” de Israel es Europa, Estados Unidos y todos los estados normalizadores que deben rendir cuentas por asesinarnos y envenenarnos en Palestina y Líbano, mientras alimentan lucrativamente la ocupación. Unir nuestras voces por Gaza y protestar intermitentemente en todo el mundo no es suficiente. La mayoría de nuestros campos de trabajo y lugares de estudio han sido ocupados, confiscados, monitoreados y dominados por una red global del sionismo. Si no materializamos nuestro poder colectivo en la práctica cotidiana, el genocidio sistémico y el colonialismo de asentamientos seguirán expandiéndose.
Llamamos a los grupos estudiantiles anticoloniales, sindicatos y colectivos locales que se ponen de pie junto a Palestina contra el genocidio, que existen en todo el mundo, a replicar y rearticular nuestro llamado con foco en sus campos de operación, activación y estudio. Nuestra lucha por la liberación se extiende desde Palestina hasta el Líbano, Sudán y Siria y todos los pueblos oprimidos del mundo. Hagan uso del poder colectivo de su resistencia laboral. El capitalismo siempre produce genocidio. No podemos trabajar para esto.
Lo mínimo que podemos hacer es modificar nuestro trabajo para poner fin al genocidio en Gaza y en toda Palestina y detener la expansión regional y la fortificación global de la maquinaria militar sionista para liberar a nuestro mundo del sionismo, de una vez por todas. Nada puede seguir siendo como de costumbre durante el genocidio. ¿Qué harán ustedes para atender las necesidades colectivas y públicas mientras están en huelga?
Pueblos del mundo, mientras observamos como la tierra que nos vio nacer se ve asfixiada por los escombros de nuestros hogares, les rogamos que no caigan en la trampa del derrotismo y la distracción masiva. Nuestra lucha es larga y persistente. La resistencia nos llena de un amor transgeneracional inextinguible. Les instamos a:
- sacrificar sus privilegios hasta que sean todos compartidos;
- apoyar los esfuerzos de ayuda mutua en Palestina, Líbano, Sudán, Yemen y Siria;
- interrumpir las actividades académicas y transmutarlas al servicio de nuestra acción colectiva antimilitarista;
- interrumpir y desmantelar el complejo militar-industrial-académico-médico-económico-y de entretenimiento
- satisfacer las necesidades mutuas y organizar un flujo colectivo de sustento centrado en los productos locales, para que nuestra huelga global pueda repetirse de manera sostenible hasta que se alcancen nuestros objetivos;
- amotinarse, protestar y organizar acciones directas continuas;
- brindar consuelo y atención comunitarios;
- acordar desde el principio marcos abolicionistas solidarios para abordar de forma fructífera los conflictos internos y externos;
- crear sistemas alternativos de salud, educación y comunicación;
- ¡Imaginar y tramar nuestra liberación colectiva!
Cuídense mutuamente y maten de hambre al sistema. Creen sistemas contramilitaristas de confianza, conexión y revolución mundial. Cuídense unos a otros para sostener su capacidad colectiva de ataque y su poder de resistencia al capital genocida. Trabajen por los bienes comunes, dedíquense a la liberación colectiva y vuélvanse militantes en el amor.
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