Argelia 13 de marzo de 2019
El combate de la clase obrera y los explotados que sacude Argelia, llegó al corazón del Maastricht imperialista
En Argel y en las calles de París trona el grito de
“Fuera Bouteflika” “Abajo el régimen”
Hay que avanzar en coordinar los combates de la clase obrera en uno y otro lado del Mediterráneo
¡Fuera el imperialismo y sus regímenes lacayos!
Nuevos levantamientos por el pan y contra sus regímenes recorren el Magreb y Medio Oriente. Argelia es parte de esta cadena de sublevaciones, y esta vez irrumpe en el corazón del imperialismo francés: en París.
El sector más explotado de la clase obrera francesa entró en escena. Los argelinos emigrados a Europa, en particular a Francia, junto al resto de los inmigrantes de las colonias y semicolonias francesas, son el corazón de la clase obrera. Con sus hijos y nietos viven hacinados en los barrios más pobres de la metrópolis, son los peores pagos, condenados a la desocupación, a trabajos precarios o a ser marginados sin papeles. Su cultura es oprimida y sus hijos constantemente perseguidos por la policía. Hoy salen a las calles expresando su odio contra Bouteflika pero también contra las condiciones de vida que le impone la V República.
Es que la llama de la lucha revolucionaria argelina, se extendió a París. Fines de febrero, principio de marzo y particularmente el 10 de marzo, miles de jóvenes trabajadores y estudiantes argelinos, hicieron vibrar la Plaza de la República (París), envueltos en banderas de Argelia. Coreaban contra el régimen y en sus pancartas se leía: “Poder asesino”, “Fuera el sistema”, “Solo el mandato del pueblo”. El apoyo al pueblo argelino también se hizo sentir en Marsella, Toulouse, Burdeos, incluso en Berlín, Londres, Valencia y otras ciudades de Europa.
El 22 de febrero, en Argel y en otras ciudades, miles de argelinos ganaron las calles en protesta contra el brutal régimen de Bouteflika, agente del imperialismo francés, que desde hace 20 años entrega las enormes riquezas de este país petrolero (miembro de la OPEP) a la Total francesa, sumiendo a las masas en hambre y miseria. La gota que colmó el vaso fue el anuncio de la presentación de su candidatura a un quinto mandato. Hace treinta años que las movilizaciones no alcanzaban tal magnitud. La vanguardia de este proceso es la juventud que no tiene futuro en Argelia, que está condenada a dejar su tierra ya que sufren una altísima tasa de desocupación. El gobierno aumentó los impuestos y subió el costo de vida, mientras que en su suelo se concentran enormes riquezas de gas y de petróleo.
Desde entonces, en Argel se manifestaron miles de trabajadores y jóvenes quienes decidieron no dejar el asfalto hasta que el presidente se vaya, al grito de “no al quinto mandato”, “fuera Bouteflika”. A pesar del rechazo e indignación de los argelinos, Bouteflika presentaba su candidatura. La bronca de las masas no se hizo esperar, miles decidieron pasar toda la noche del domingo 3/3 al lunes, en la Plaza Maurice Audin, Argel, rodeadas de un importante despliegue policial. Allí, denunciaban la complicidad de “Madame Francia con el régimen argelino, al que sostiene en nombre de sus propios intereses”.
Lo mismo ocurrió en otras ciudades como en Tizi-Ouzou, donde centenares de obreros de fábricas de electrodomésticos participaron de la marcha nocturna a la que se sumaron espontáneamente centenas de manifestantes.
Huelga General por 5 días consecutivos
El 8/3, por tercer viernes consecutivo, una impresionante movilización, coincidiendo con el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, tuvo lugar en Argel, Oran, Constantine y Bejaia. Mientras que por las redes sociales se llamaba a la “desobediencia civil”, convocando a una huelga general por 5 días, a partir del domingo 10. Ante esto el Ministerio de Educación adelantó 10 días las vacaciones universitarias; pero los estudiantes junto a los profesores ocuparon varias universidades, en rechazo a esta medida.
Los jueces y diputados de 6 partidos de la oposición se unieron a las manifestaciones, buscando montarse sobre ellas. Es que la protesta no solo es contra el quinto mandato de Bouteflika sino contra la corrupción de un régimen dominado por las Fuerzas Armadas y los servicios secretos desde la independencia de Francia en 1962.
La amenaza de parar toda la economía del país recorría Argelia. El comercio cerró en Argel y también en otras ciudades. Se unían a la huelga los portuarios en Argel y en Bejaia, también pararon en la Mercedes Benz en la zona de Rouiba y en los dos grandes grupos públicos energéticos, Sonatrach y Sonelgaz. Además se sumaron los trabajadores de la empresa petrolera Grandes Trabajos Petroleros (GTP) y también los del complejo de gas de Oued Ezzine, el principal sector económico de Argelia.
Ante el fantasma de la revolución, Bouteflika “retrocede”.
La burguesía intenta dar una salida dentro del régimen
Ante la contundencia de la huelga que plantaba el inicio de una crisis que hiciera estallar por los aires al conjunto del régimen, Bouteflika, resguardando a su régimen y buscando evitar que se abra el camino a la revolución, el lunes 11 renunciaba a la candidatura de su quinto mandato y posponía las elecciones que habían sido programadas para el 18 de abril. Las mismas se realizarán al culminar una conferencia nacional, que se encargará de reformar el sistema político y elaborará un proyecto de constitución de aquí hasta fines de 2019. Estos combates de los explotados argelinos – que como dijimos son parte de esta nueva cadena de sublevaciones por el pan en el Magreb y en Medio Oriente – amenazan con coordinarse con los combates de la clase obrera europea, particularmente en Francia, donde los argelinos y sus descendientes que viven allí se cuentan por millones. Hoy ellos, en apoyo a sus hermanos de Argelia ganan las calles de París, de Marsella e incluso de otras ciudades de Europa. Y está latente la coordinación con la imparable lucha de los Chalecos Amarillos, que hace casi cuatro meses, con su combate en las barricadas, luchan por que caiga Macron.
Esta es la razón por la cual la burguesía argelina intenta dar una salida dentro del régimen, para evitar que se abra una crisis revolucionaria que disloque al poder del Estado a manos de los explotados. Por ello, parte de la oposición burguesa “democrática” se monta sobre estas movilizaciones de las masas. Es que es de vida o muerte para la burguesía contener una revolución. De eso se trata “la renuncia” de Bouteflika.
¡Que la lucha de los explotados argelinos no se detenga!
La renuncia de Bouteflika no detuvo a los explotados argelinos que siguen en las calles de Argel, manifestándose contra el prolongamiento de su cuarto mandato. Las masas demuestran que van por todo. En sus manos está resolver todas sus demandas. Para ello hay que derrotar a Bouteflika, a su régimen infame y al imperialismo que oprime Argelia.
Las masas sublevadas argelinas tienen que hacer suya la terrible experiencia del proceso revolucionario vivido por sus hermanos en Egipto en 2011, en cuanto al rol nefasto de las Fuerzas Armadas. Allí, los militares demostraron que no son neutrales ni están para ayudar a los explotados. Todo lo contrario; son los que van a poner orden, pero a sangre y fuego para frenar a las masas, tal como lo hicieron en Egipto, donde dieron un golpe militar sangriento.
En Argelia, un sector de las masas puede tener ilusión en que las Fuerzas Armadas, pueden acudir en su ayuda. Nada más errado.
¡Ninguna confianza en el ejército asesino y su casta de oficiales genocidas! Estas son las mismas Fuerzas Armadas que en los ‘90 dieron un golpe militar para impedir el acceso al poder del FIS (Frente Islámico de Salvación), que había ganado por amplia mayoría las elecciones. A partir de allí desataron una guerra civil que ensangrentó Argelia dejando cerca de 200 mil muertos. Son las mismas Fuerzas Armadas que están bajo el mando directo del imperialismo y que desde entonces controlaron los gobiernos y al régimen, aunque asumían civiles.
Las direcciones de los sindicatos dividen los combates de la clase obrera y de las masas empobrecidas
La UGTA (Unión General de Trabajadores de Argelia) en una declaración saludó el “civismo y el patriotismo” que demostraron las manifestaciones contra el quinto mandato de Bouteflika, como así también la “actitud responsable y ejemplar de las fuerzas del orden”, además agregaba que “el compromiso de la UGTA al lado del Presidente Bouteflika es el fruto de las múltiples conquistas económicas y sociales que alcanzaron los trabajadores en el curso del proceso de la reconstrucción nacional en paz”… ¡Cínicos! Esta es la razón por la cual, los sublevados argelinos organizaron su lucha por fuera de esta central sindical.
En Francia, la juventud y los obreros argelinos se manifiestan contra el régimen de Bouteflika, mientras los Chalecos Amarillos continúan combatiendo desde hace casi cuatro meses. Los explotados a ambos lados del Mediterráneo necesitan para triunfar la unidad de sus combates. Y esto es justamente lo que la burocracia de las centrales sindicales impide, pues separa y divide la lucha de la clase obrera. La burocracia sindical de Francia no considera a los inmigrantes y a sus hijos nacidos en suelo francés parte de la clase obrera.
Los tratan como “ciudadanos de segunda”, tal como lo hace la burguesía imperialista de la V república. Y los señalan como “vándalos”, haciéndoles cordones de seguridad para que los jóvenes hijos de inmigrantes no se manifiesten junto a los trabajadores sindicalizados.
Los explotados argelinos, superando esa división impuesta por la dirección de la burocracia, se lanzaron a las calles de París. Con esa dirección traidora no se puede luchar: ¡Hay que expulsar a la burocracia de las organizaciones de lucha de los explotados!
Al igual que la burocracia, los ex-trotskistas, sostienen al régimen de la V República
y su opresión sobre las colonias
Los ex trotskistas del NPA, el lambertismo, y Lutte Ouvrière también se vieron revolcadas por los combates de los Chalecos Amarillos y al igual que la burocracia, fueron obligados a apoyar esta lucha revolucionaria.
En Argelia, estas direcciones sostienen a la V República y apoyan descaradamente al régimen de Bouteflika. Tanto el Partido de Trabajadores (lambertismo) y los “anticapitalistas” del Partido Socialista de los Trabajadores, legalizaron al régimen militar al presentarse en las elecciones de 2007, cuando el FIS, el movimiento musulmán que representaba a un gran sector de los oprimidos argelinos, se encontraba proscripto. Fue una elección donde la abstención fue altísima: 64%.
En esas elecciones, el Partido de los Trabajadores sacó 26 diputados y los “anticapitalistas” obtuvieron 1 escaño. Es decir, mientras las masas boicoteaban las elecciones e impugnaban más de 1 millón de votos, estas corrientes, que se dicen trotskistas, legitimaron esa farsa electoral contra los explotados.
Hasta el día de hoy sostienen al régimen y al gobierno hambreador -títere de los militares-, que las masas explotadas odian y quieren tirar abajo.
Conclusión: tanto en las colonias y semicolonias, estas corrientes juegan el mismo rol que en la metrópolis, apoyan a su propia burguesía. ¡No podemos permitir que usurpen y ensucien las limpias banderas del trotskismo para ocultar sus traiciones!
¡Fuera las manos de los ex trotskistas de las organizaciones de lucha de la clase obrera!
Para triunfar en Argelia y en Francia: ¡HAY QUE EXPROPIAR A LOS EXPROPIADORES!
Para poder comer y lograr una vida digna: ¡hay que romper con el imperialismo, conquistar la tierra y el armamento generalizado de los explotados en lucha! ¡Hay que expropiar sin pago y bajo control obrero a sus transnacionales y sus bancos que saquean la nación! Son los mismos que superexplotan a los inmigrantes en la metrópolis como mano de obra barata y que hoy quieren profundizar sus planes de flexibilización laboral al conjunto de la clase obrera.
¡Expropiación sin pago y bajo control obrero de la Total, de la Renault, del PNB Paribas, de la Societé Générale y de todas las transnacionales! ¡En Argelia y en Francia! ¡Fuera el Imperialismo!
En Argelia, una de las tareas más democráticas junto a la expulsión del imperialismo es la disolución de la casta de oficiales asesina, que masacraron a más 200.000 explotados al servicio del imperialismo.
Para conquistar mejores condiciones para luchar, hay que poner en pie comités de soldados rasos y obreros armados. ¡Por el armamento generalizado de las masas!
Para conquistar un verdadero poder de los explotados, ¡hay que poner en pie los organismos de autodeterminación de las masas en lucha!
La clase obrera francesa tiene una enorme tarea y oportunidad en sus manos, para hacer realidad el grito de los Chalecos Amarillos, de “¡Macron Dimisión!”. Para ello es necesario unificar su combate con el de los explotados argelinos al grito de “EL ENEMIGO ESTÁ EN CASA”. A un lado y otro del Mediterráneo, ¡un mismo enemigo, un mismo combate!.
¡Viva la lucha de los explotados argelinos en ambos lados del Mediterráneo! Por la unidad de los Chalecos Amarillos y los explotados que se levantan contra el imperialismo y al régimen en Argelia.
¡Que París se convierta en el centro de este combate revolucionario! ¡Que desde allí se coordinen las luchas revolucionarias en toda Europa, junto a las de las colonias y semicolonias del Magreb, África y Medio Oriente!
¡Abajo Maastricht!
¡Que las organizaciones obreras tomen esta lucha en sus manos y forjen la unidad de combate de la clase obrera francesa y argelina!
Pero, para eso hay que expulsar de nuestras organizaciones de lucha a la burocracia sindical y las direcciones traidoras, que han separado y desviado los combates de los explotados.
En París y en Argel: ¡EL PUEBLO QUIERE LA CAÍDA DEL RÉGIMEN!
Hoy, la clase obrera francesa, con su vanguardia de Chalecos Amarillos y de obreros inmigrantes debe organizar una ¡Huelga general revolucionaria hasta que caiga Macron!
¡Abajo la V República imperialista!
¡Abajo Macron!
¡Fuera las tropas y bases militares francesas de toda África! La clase obrera francesa tiene la llave en sus manos.
¡Que se abra la revolución! ¡Abajo el régimen asesino de Argelia!
¡Por un gobierno provisional revolucionario obrero y campesino, basado en los organismos de autoorganización de las masas armadas!
Frente a la total decadencia y podredumbre de este sistema… ¡Hay que poner en pie el poder de los de abajo, de la clase obrera y las masas explotadas!
ANA NEGRI