Líbano – 24 de octubre de 2019
Los explotados libaneses chiitas, sunnitas y cristianos junto a los refugiados sirios y palestinos por millones se sublevan y ganan las calles por una vida digna
¡Abajo el gobierno de la burguesía sunnita, cristiana y los multimillonarios de Hezbollah!
Ellos viven como reyes mientras el pueblo vive como mendigo
¡Hay que parar la represión y masacre de Hezbollah a las masas sirias y libanesas, a cuenta del imperialismo y de cuidarle las fronteras al sionismo!
Para triunfar,
¡Hay que expropiar a los bancos y las transnacionales que saquean la nación!
Del Líbano a la resistencia de las masas de Idlib, la sublevación en Irak, el levantamiento de Egipto y las masas palestinas de Gaza que no se rinden…
¡Una misma intifada!
¡Por la destrucción del Estado sionista-fascista de Israel!
¡Fuera el imperialismo y todos sus regímenes lacayos de Magreb y Medio Oriente!
Desde el pasado jueves 17 de octubre, las masas volvieron a ganar las calles de Líbano. Son movilizaciones enormes, las más grandes que se hayan visto en ese país en años, que se vienen sucediendo en días consecutivos. Del norte al sur, desde el mar hasta la frontera con Siria, cada ciudad libanesa ha visto a las masas tomar las calles, plazas y lugares públicos. Las marchas comenzaron inmediatamente después del anuncio que había hecho el gobierno de que establecería un nuevo impuesto de 20 centavos de dólar a las llamadas de Whats App, uno de los principales medios de comunicación utilizados en ese país.
Pese a que el gobierno dio marcha atrás con ese impuesto, las movilizaciones continúan. Es más, el parlamento votó nuevas medidas económicas, incluyendo una reducción en los presupuestos de los ministerios y que cada parlamentario y funcionario reduciría su dieta a la mitad, a la vez que prometían subsidios contra la pobreza y créditos para acceder a viviendas… y las masas no dejaron las calles. Ellas saben que no hay solución con unas meras reformas, porque no se trata de un impuesto, sino de todo un gobierno de millonarios corruptos que se han robado todo para pagarles a sus socios imperialistas la deuda externa y dejar a las masas sin posibilidad de una vida digna.
Estamos ante un levantamiento generalizado de las masas sunnitas como en Trípoli, las chiitas del sur, los cristianos en todo el país y todos juntos en Beirut, junto a los refugiados sirios y palestinos marchando contra ese gobierno de unidad nacional compuesto por todas las fracciones burguesas: la burguesía sunnita -encabezada por el primer ministro Hariri, aliado a la Falange Libanesa maronita-, la burguesía cristiana del presidente Aoun y la burguesía chiita de los empresarios más ricos que hay en Líbano, Hezbollah.
En realidad, el levantamiento de los explotados en Líbano ya viene desde hace unos meses. Los refugiados palestinos y sirios se sublevaron en sus campamentos en el mes de julio cuando el gobierno les negó los permisos de trabajo y persiguió a quienes los contrataran sin esos permisos. Inclusive refugiados sirios fueron deportados, y muchos se suicidaron viéndose en esa situación, ya que preferían ese horrible destino antes que tener la bota fascista de Al Assad pisoteándolos, encarceládolos, torturándolos u obligándolos a hacer el servicio militar e integrar el ejército. También, al calor de los combates de Egipto e Irak el mes pasado, hubieron marchas que sacudieron Beirut al grito de “el pueblo quiere la caída del régimen”. El impuesto al Whats App fue la gota que colmó un vaso que ya venía muy lleno y rebasando en varios lugares, y terminó desatando la furia generalizada de las masas.
La situación para los trabajadores y el pueblo no se aguanta más. Desde hace ya tiempo que vienen aumentando los impuestos de forma sideral. La carestía de la vida aumenta. La infraestructura está tan destruida que hay cortes de electricidad permanentes y la recolección de basura se realiza intermitentemente, cuestiones por las cuales ya hubieron masivas protestas en el año 2015. La desocupación es galopante, los salarios están por el suelo…
La economía del país está en recesión. El endeudamiento pegó un salto enorme en los últimos años, llegando hoy a estar en 86 mil millones de dólares, lo que representa el 150% del PBI, el tercer país más endeudado del mundo en relación a lo que produce. Ahora, el imperialismo quiere que le paguen esa deuda, a costa de mayores padecimientos para las masas.
Pero las masas respondieron. Como en la cadena de revoluciones que sacudiera todo Magreb y Medio Oriente desde 2011, la masas de Líbano levantan la consigna “¡por una vida digna!”, “¡fuera el gobierno de corruptos!”, “¡Revolución!”. Se cantan las mismas canciones de protesta que las masas sirias al principio de su revolución. El grito de “¡El pueblo quiere la caída del régimen!” no deja de resonar.
Las masas saben que fondos hay. Los bancos libaneses están llenos de ellos… no por nada Líbano es conocido como “la Suiza de Medio Oriente”. Los multimillonarios del gobierno hacen fabulosos negocios como intermediarios en el comercio de Medio Oriente, en la producción agraria y custodios de la principal plaza financiera de la región. Hezbollah, que también es parte de la elite que gobierna, maneja todo el negocio de la construcción. ¡Ni hablar de las enormes superganancias de los bancos internacionales y las transnacionales imperialistas! Como dijeran las masas iraníes denunciando a los ayatollahs, ¡Ellos viven como reyes mientras el pueblo vive como mendigo!
De eso se trata el “eje de la resistencia” de Hezbollah, los clérigos iraníes y Al Assad… de hambrear al pueblo, ser sirvientes del imperialismo que saquea la región, socios menores en sus negocios, llenarse los bolsillos a costa de la peor miseria para las masas y cuando estas se sublevan, masacrarlas. Así lo vienen haciendo todos ellos en Siria, en un genocidio de más de 8 años, con 600.000 muertos, ciudades enteras devastadas que forzaron a 15 millones a vivir como refugiados. Así lo hacen en Irán, encarcelando a la vanguardia obrera que lucha por sus derechos, torturándola en prisión, condenándola a muerte. Y así lo hacen también en Líbano, utilizando la guardia de Hezbollah para reprimir a los tiros a las masas que salen a ganar las calles, como lo hicieron el pasado 24 de octubre en la ciudad sureña de Nabatiyah, uno de los bastiones de Hezbollah.
Son “valientes” para reprimir, encarcelar y masacrar a las masas, pero cobardes para enfrentar al sionismo, al cual no le han tirado un solo tiro, cuando el pueblo palestino de Gaza no se rinde y marcha a la frontera y el sionismo continúa masacrándolo y llenando sus cárceles de luchadores palestinos. Ellos son, junto con el dictador Al Sisi de Egipto y con el rey Abdullah II de Jordania, los guardianes de las fronteras del estado sionista-fascista de Israel, ocupante de la nación palestina.
Los explotados en el Líbano, sean chiitas, sunnitas, cristianos; libaneses o refugiados sirios o palestinos, todos juntos combaten contra el gobierno de los multimillonarios burgueses chiitas, sunnitas y cristianos agentes del imperialismo. En los combates de Líbano, como en Irak, se muestra a las claras de qué se tratan las revoluciones de Magreb y Medio Oriente… son los trabajadores y el pueblo oprimido contra el imperialismo y sus gobiernos lacayos.
¡Abajo el gobierno de unidad nacional! ¡Fuera los multimillonarios de la burguesía sunnita, cristiana y de Hezbollah! ¡Fuera el imperialismo que saquea la nación! ¡Abajo todos sus planes de ataque a las masas! ¡No al pago de la deuda externa! ¡Expropiación de todos los bancos que guardan todas las riquezas robadas al pueblo y las transnacionales que saquean la nación! Allí están los fondos para una vida digna, para tener trabajo digno para todos inclusive para los refugiados, acceso a la vivienda y salir de la pobreza. ¡Plenos derechos para todos los refugiados!
¡Por comités de trabajadores y el conjunto de los explotados que salen a ganar las calles del Líbano todos los días! Ellos se conocen de cada ciudad, cada barrio, cada localidad… marchan juntos. ¡Hay que coordinarlos a nivel local, regional y nacional!
Esta enorme sublevación corre el peligro de terminar en un baño de sangre. El ejército ya ha salido a las calles. Hezbollah sacó a su guardia paramilitar a reprimir directamente. Es que tienen que resguardar a toda costa la frontera del sionismo y de Al Assad, para que la revolución libanesa no reavive las llamas de la revolución siria y subleve a las masas en la retaguardia de Al Assad y se unan con Idlib. ¡Paremos la represión de Hezbollah, guardias contrarrevolucionarias al servicio del imperialismo y el sionismo para masacrar a las masas sirias y libanesas! ¡Hay que desarmar a las guardias de Hezbollah y la policía libanesa que reprime las movilizaciones y armar al pueblo! ¡Hay que poner en pie comités de autodefensa!
En Líbano se ha puesto de pie una trinchera más de las masas que resisten en Idlib, la última trinchera de la revolución siria, enfrentando a Hezbollah, uno de sus verdugos que junto a Al Assad, los Ayatollahs iraníes y Putin han masacrado al pueblo sirio. En Líbano se ponen de pie los aliados de los levantamientos de las masas egipcias, iraquíes, sudanesas, argelinas, que han entrado al combate y no dejan las calles. En Líbano se levanta un bastión de las masas palestinas que combaten contra el ocupante sionista, donde en el año 2006 sufriera una de sus más grandes derrotas. Con las revoluciones abriéndose en Líbano y Egipto, con la resistencia siria y con las masas de Gaza que no se rinden, se pone a la orden del día nuevamente la liberación de las masas palestinas de la ocupación sionista. ¡Por la destrucción del Estado sionista-fascista de Israel!
¡En todo Magreb y Medio Oriente, una misma intifada!