Líbano - 04 de agosto de 2020
Último momento
Las explosiones en Beirut solo acrecientan las penurias infinitas que ya padecen las masas
El Líbano no es un estado fallido. Lo que esta fallido es el capitalismo que mata de hambre, a los tiros y a los bombazos a los trabajadores y el pueblo del Magreb y Medio Oriente
Las condiciones de miseria de las masas libanesas ya son inauditas. El dólar, cuyo cambio oficial es de 1500 libras libanesas, hoy solo se consigue en el mercado negro y a 8000 libras, o sea hubo un desplome del valor de la moneda local. Esto no solo devaluó a grados extremos los salarios de los trabajadores libaneses, sino que a su vez la carestía de la vida ha aumentado a niveles astronómicos, ya que los precios están dolarizados. Solo el último mes hubo un aumento de un 200% del precio de los alimentos. La inflación se registra en un 53% en el último mes, que llevado a términos anuales (y tomando en cuenta lo ya acumulado) da 462%, es decir, Líbano ha entrado en la hiperinflación.
Comienza también a haber escasez de productos básicos, como harina y diesel. El diesel es esencial no solo para el transporte, sino también para los generadores de electricidad. Es que la infraestructura libanesa colapsó hace tiempo y la compañía estatal estaba dando solo algunas horas de luz al día (8 horas en total, de forma entrecortada, en las grandes ciudades, mientras que solo 2 ó 3 horas en ciudades chicas), y además es tan débil la electricidad que provee que la tensión de 220 volts cayó a 160 volts, y solo da 5 amperes, es decir, solo alcanza para dos o tres lamparitas, una televisión y que la heladera llegue a enfriar algo mientras haya electricidad. Ahora, ante la escasez de diesel, no hay otra fuente de electricidad que esas pocas horas de la compañía estatal. Incluso los comercios del centro de Beirut tienen que funcionar sin electricidad.
Tampoco hay dólares en Líbano, afirman los bancos. Así, no devuelven los depósitos en dólares que tienen muchos libaneses. Esos depósitos, que eran los ahorros del pueblo, junto con todo billete verde que había en Líbano se la llevó el FMI y la banca imperialista con el cobro de la deuda externa. Saquearon el país, dejando unas monedas a sus socios de las distintas pandillas burguesas locales, cómplices de este desfalco, y le arrojaron toda la crisis a las masas. Líbano tienehoy una deuda impagable. Es el tercer país más endeudado del mundo en relación a su PBI con más de un 170%.
Como si esto fuera poco, hace un mes hubo un rebrote de Covid-19, aumentando la cantidad de casos cuando en mayo habían disminuido. Entonces el gobierno, a fines de la semana pasada, dispuso nuevamente la cuarentena y el cierre de fronteras y aeropuertos.
Bajo esta situación de hambre y padecimientos inauditos, las masas venían ganando las calles en sucesivas oleadas de movilizaciones, bloqueos de carretera, choques con las fuerzas de represión libanesa, tanto la policía, como el ejército y hasta con las guardias de Hezbollah, que son parte del gobierno y que han salido a reprimir las manifestaciones con las mismas brigadas que fueron a Siria a masacrar la revolución y sostener a Al Assad. Y todavía las masas se mantienen en las calles, a pesar del rebrote del coronavirus, porque la situación ya no se aguanta más.
En esta situación catastrófica para los explotados es que sucedió el día de hoy una serie de explosiones enormes que sacudieron Beirut y todo Líbano. Hasta ahora se sabe que la explosión fue en la zona del puerto de la capital, pero hay muchas versiones, todavía ninguna de ellas comprobadas, de por qué fueron causadas y qué fue lo que explotó.
Una de ellas es que un dron sionista bombardeó un edificio que contenía un depósito de armas de Hezbollah. No es improbable, ya que el sionismo podría haberlo hecho para seguir afianzándose en el plan yanqui de recuperar poder de fuego y ser el gran gendarme clave del imperialismo en la región. De hecho, ya hubieron ciertos intercambios de ataques entre el sionismo y Hezbollah en zonas fronterizas.
Pero hay otras versiones que también han trascendido, desde que fue un barco que produjo un incendio que se fue expandiendo hasta hacer explotar el depósito de material altamente inflamable en el puerto, hasta que en realidad se trataba de un almacén de armas de fuego y misiles de Hezbollah que explotó o bien por mal mantenimiento y falta de prevención o bien por un ataque externo.
Pero sea lo que sea lo que las haya provocado, las explosiones sólo significan mayores penurias para las masas, más todavía de las que ya venían padeciendo. Hasta el momento hay 73 muertos y más de 3700 heridos, con incontables edificios devastados. Ni hablar de la nube de gas tóxico que ahora sobrevuela Beirut, por lo cual están recomendando a la gente que no salga de sus casas. Este escenario es lo que han sufrido las masas sirias durante 9 años de masacre a manos de Al Assad y Putin.
Ahora el gobierno de Líbano, escudado en las explosiones, ha anunciado la militarización completa del país. El régimen se blinda ante las masas, intentando sacarlas de la calle y si tiene éxito solo se profundizarán los padecimientos de las masas.
En el día de ayer renunció el ministro de relaciones exteriores libanesas, NassifHitti, diciendo que “Líbano va a la quiebra” y a convertirse en “un estado fallido”. Pero es el imperialismo, el FMI, los grandes banqueros de Wall Street, la city de París, Londres y Europa, con sus socios locales multimillonarios de Hezbollah, la burguesía maronita y la sunnita, la que han llevado Líbano a la quiebra. Lo único fallido aquí es el sistema capitalista y el saqueo imperialista, que está mandando las naciones que oprime a la barbarie. Esta explosión, que horroriza a el mundo, se dio por decenas de miles en Siria estos últimos 9 años mandando a sus ciudades a la edad media. Allí fueron 600.000 masacrados, más de 100.000 torturados, 55.000 presos políticos en sus cárceles y 15000 refugiados viviendo en carpas a la intemperie bajo condiciones inauditas. Así actuaron los agentes y sicarios del imperialismo como Assad, Putin o el sionismo.
Enormes padecimientos golpean a las masas en la región, por ejemplo en Irak, donde tampoco hay electricidad ni agua potable, o Túnez donde la desocupación llegó a niveles monstruosos sobre todo en la juventud, o Sudán, país exportador de carne de cordero donde los explotados no pueden probar ni un bocado.
Se ha convertido ya en una tarea inmediata, imperiosa, la de derrocar al gobierno, que caiga el régimen libanés, la expropiación ya de todos los bancos e imponer un gobierno provisional revolucionario obrero y campesino para detener ya la desintegración a la que la burguesía y el imperialismo están llevando a la nación libanesa y sacar a las masas de esta situación de miseria. Sólo un Líbano obrero y campesino, hermanado en una misma lucha con los explotados de Medio Oriente que se han puesto de pie como en Irak, Túnez o Irán, puede dar una solución a las masas. La alternativa de hierro inmediata en Líbano y en Medio Oriente es o triunfo de la revolución socialista o se acrecentará la barbarie que ha traído el imperialismo.
Comité Redactor del periódico "La Verdad de los Oprimidos", vocero de los socialistas de Siria y Medio Oriente
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