La invasión angloyanqui a Afganistán en 2001
El PTS proponía frenarla con el voto del Partido Laborista y la socialdemocracia francesa desde los Parlamentos del Maastricht imperialista
Un camino de ida del marxismo revolucionario sin retorno
Publicamos a continuación una polémica escrita en octubre de 2001 ante la posición escandalosa que levantó el PTS de Argentina frente a la guerra que libraban los piratas angloyanquis contra Afganistán. En esa oportunidad, el PTS planteaba la política miserable de exigirles a los diputados del Partido Laborista que votaran en el Congreso imperialista inglés frenar la guerra, cuando esos carniceros del Partido Laborista, encabezado por Tony Blair, eran quienes comandaban junto a Bush la invasión contrarrevolucionaria a Afganistán.
El PTS queriendo frenar los bombazos y las masacres con una votación en el Parlamento imperialista, comenzaba a demostrar su ruptura abierta con la IV Internacional. Hoy, 20 años después, el PTS levanta a velas desplegadas esa política de sumisión total a los parlamentos burgueses.
Por ello esta polémica que aquí publicamos mantiene toda su actualidad, más aún, cuando la política del PTS es sostener a sus socios del PC Cubano que, de la mano del dirigente castrista Frank García Hernández, le mendigan a Biden a través de un petitorio que levante el bloqueo yanqui sobre Cuba, como si se pudiera derrotar a los carniceros imperialistas suplicándole de rodillas al representante de Wall Street, y no con la lucha revolucionaria de la clase obrera de EEUU, Cuba y todo el continente.
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Octubre 2001
LA DIRECCION DEL PTS, JUNTO A LA LRCI INGLESA, ROMPE ABIERTAMENTE CON LA IV INTERNACIONAL
Una declaración escandalosa ante la guerra de los carniceros angloyanquis contra Afganistán y los pueblos oprimidos de Medio Oriente
Frente a la guerra angloyanqui contra Afganistán, la dirección del PTS de Argentina acaba de firmar, el 10 de octubre de 2001, una Declaración Conjunta Internacional con sus viejos amigos de la LRCI (Liga por una Internacional Comunista Revolucionaria), una corriente de las más derechistas entre las que usurpan el nombre del trotskismo, una pequeña secta que tiene base en Gran Bretaña, totalmente adaptada al gobierno socialimperialista de Tony Blair y el Partido Laborista, y a la burocracia sindical laborista de la central inglesa, la TUC (Trade Union Congress).
Firmando esta Declaración, la dirección del PTS -un grupo completamente nacional trotskista cuyo famoso "centro internacional" no es más que algunos militantes argentinos viviendo en otros países, con pomposos nombres de "grupos"-, no hace más que repetir una vez más lo que suele hacer de tanto en tanto: cuando ya su intento ridículo de "mini - LIT" no les alcanza para ocultar sus capitulaciones nacionales, buscan a sus socios de mutua conveniencia de la LRCI para firmar alguna declaración común que les dé barniz de "internacionalistas". Acuerdos de mutua conveniencia, donde cada corriente usa a la otra, que luego se rompen sin balance, sin que nadie sepa por qué.
Hoy, ante la guerra de saqueo y agresión angloyanqui contra Afganistán, la dirección del PTS quiere cubrir su última gran capitulación nacional: que volcaron todos sus esfuerzos y recursos durante el último mes a la campaña electoral para las elecciones del 14 de Octubre, y que en la misma no le dedicaron ni un solo afiche, ni un spot televisivo o radial, ningún recurso de agitación masiva, precisamente... a las consignas y al programa antiimperialista frente a la guerra que el imperialismo se aprestaba a lanzar y lanzó el 7 de octubre. Con su declaración actual, quieren pintarse ahora de "antiimperialistas". De la misma manera, hace tres años, hicieron un acuerdo entre gallos y medianoche con la LRCI con un programa escandalosamente reformista, para tratar de presentarle a sus militantes de base un "triunfo internacional" para tapar la expulsión -con los peores métodos extraídos del arsenal del stalinismo- del ala izquierda del PTS, que somos quienes hoy conformamos el COTP-CI, como la LOI (CI)-Democracia Obrera de Argentina, el Grupo Obrero Internacionalista de Chile, etc.
Pero con esta declaración, la dirección del PTS argentino da un salto cualitativo: luego de años de girar ininterrumpidamente a la derecha, terminó de definir su ubicación por fuera del movimiento trotskista. Frente a la guerra del imperialismo norteamericano e inglés contra Afganistán y los pueblos oprimidos de Medio Oriente, cuando las bombas destruyen Afganistán y empiezan a entrar las tropas de tierra, cuando tropas norteamericanas ya están asentadas en la ex - república soviética de Uzbekistán; cuando se agudiza en Palestina el enfrentamiento entre revolución y contrarrevolución, con el ejército sionista y las bandas fascistas de Sharon atacando a los obreros palestinos, y éstos respondiendo con sus milicias obreras y campesinas de los campamentos, casa por casa, colina por colina; cuando los gobiernos imperialistas de Estados Unidos e Inglaterra (a los que se sumaron Australia y Canadá), utilizando la "unidad nacional" soldada tras los atentados del 11 de septiembre, han lanzado un ataque directo sobre su propia clase obrera, el PTS se pone, tras la LRCI, a los pies del Partido Laborista británico -hoy en el gobierno con Tony Blair- y de los regímenes de la "democracia" imperialista; sale en defensa rabiosa de la aristocracia obrera blanca inglesa y norteamericana contra el odio de las masas revolucionarias de Medio Oriente y los países semicoloniales levantando una política pacifista; y se arrodilla ante la política de la ONU para enfrentar y derrotar la revolución Palestina, como demostraremos en este artículo.
Pero fundamentalmente, con esa declaración, la dirección del PTS ha abandonado, esta vez abierta y explícitamente, las banderas del trotskismo -banderas sin mácula que venía utilizando para tapar sus revisiones y sus capitulaciones-, renunciando abiertamente a la lucha por la IV Internacional, para llamar a construir una "internacional obrera y revolucionaria" cualquiera cuyo nuevo sujeto es el "movimiento anticapitalista" para que avance en el "internacionalismo incipiente que ha iniciado este movimiento con sus luchas..."
La dirección del PTS y la LRCI llaman a "derrotar la guerra imperialista" en general, y no a los regímenes y gobiernos imperialistas que masacran al pueblo afgano, como el de Tony Blair y la Corona británica, y el de los petroleros de Bush
La consigna central de la declaración conjunta de la dirección del PTS y la LRCI, repetida una y otra vez, es "Derrotar la guerra imperialista" en general. Pero no dicen una palabra ni llaman a la clase obrera inglesa, norteamericana, francesa, etc., a enfrentar y derrotar a los regímenes y gobiernos imperialistas que son -no en general, sino concreta y materialmente- las instituciones que han lanzado la guerra y que, armados con una enorme maquinaria de masacre, están destruyendo a bombazos la nación afgana oprimida. No llaman al proletariado de las potencias europeas ni al norteamericano a enfrentar y derrotar al gobierno de Tony Blair y a la putrefacta monarquía británica que comanda a los asesinos mercenarios de la SAS (fuerzas especiales) y a la Royal Navy que masacran en Medio Oriente; ni al gobierno de Bush y al régimen de la "democracia" imperialista yanqui que ha impuesto un giro reaccionario y bonapartista y le ha declarado una guerra de despidos y flexibilización a su propia clase obrera; ni a la V República francesa y al régimen imperialista alemán que sostienen y apoyan a los gobiernos de las burguesías nacionales explotadoras y opresoras en Medio Oriente, etc.
Así, la consigna de "derrotar la guerra imperialista" en general es sencillamente llamar a una lucha de presión sobre esos regímenes y gobiernos imperialistas masacradores. El PTS y la LRCI no hacen más que seguir tras los pasos de las direcciones burguesas, reformistas y pequeñoburguesas del movimiento "globalifóbico" del cual son tan admiradores, que quieren hacerles creer a los obreros y jóvenes europeos y norteamericanos que con marchas de presión para imponer impuestos al capital financiero como la llamada "Tasa Tobin", para rogarles a los carniceros imperialistas que se dignen a anular la deuda externa del "Tercer Mundo", sin enfrentar y derrotar a sus propias burguesías imperialistas y a sus gobiernos y regímenes, se pueden solucionar las contradicciones brutales existentes entre los países opresores y oprimidos, es decir, se puede anular... la esencia del imperialismo.
Con una política completamente pacifista, el PTS y la LRCI terminan a los pies de los carniceros imperialistas franceses y alemanes que se visten de "democráticos" y "humanitarios"
Así, su política de llamar a "derrotar la guerra imperialista" en general no es más que una política totalmente pacifista: llaman a construir "un frente único lo más grande posible contra la agresión imperialista, uniendo a los sindicatos, los activistas anticapitalistas, la juventud, los campesinos pobres, socialistas, comunistas, anarquistas, iniciativas de movimientos de mujeres y pueblos oprimidos en todo el mundo para derrotar la guerra imperialista", para que en "las calles de las ciudades de Estados Unidos, América del Sur, Medio Oriente, Asia, Australia y Africa debe resonar el grito: ¡No a la guerra imperialista!" dicen en su escandalosa declaración.
A confesión de parte, relevo de pruebas: están en contra de decirles a los trabajadores ingleses y argentinos, cuando hace días que llueven bombas en Afganistán, que ¡Muerte a los carniceros imperialistas! es el grito que debe resonar en Afganistán, en Palestina, en Pakistán y en todo Medio Oriente; ¡Muerte a los carniceros imperialistas! es el grito que debe resonar en los países semicoloniales; ¡El principal enemigo está en casa! ¡Muerte a los carniceros imperialistas! es el grito que debe resonar en los países imperialistas.
Se ponen así a los pies de los carniceros imperialistas franceses y alemanes que hoy, en sus disputas comerciales y políticas con sus competidores angloyanquis, se disfrazan de "pacifistas" y "humanitarios", impulsando marchas "por la paz y contra el terrorismo", como hicieron en París los Verdes y el PC francés que forman parte del gobierno socialimperialista de Jospin junto al socialpatriota Alain Krivine, renegado del trotskismo.
El PTS, junto a sus socios de la LRCI, termina siendo el último eslabón del gobierno del carnicero Blair y de la Corona británica y su Royal Navy
A esta altura, queda claro que no es para nada el eje central del programa de la dirección del PTS y sus socios de la LRCI la lucha por la derrota del imperialismo en la guerra y por el triunfo militar del Afganistán agredido. Se niegan a decirles a los obreros ingleses que el enemigo está en casa, que deben luchar por la derrota de su propia burguesía imperialista, que deben paralizar la maquinaria de guerra con la huelga, el boicot y los piquetes, que hay que conformar brigadas obreras internacionalistas para ir a combatir del lado de Afganistán -como muchos obreros ingleses lo hicieron durante la revolución española en la década del '30-, que deben enfrentar directamente y abrir el camino del derrocamiento revolucionario del gobierno de Blair y al régimen imperialista putrefacto y carnicero de la monarquía. Se niegan a decirlo, precisamente porque, con su política pacifista, están en contra de que sean derrotados militarmente los carniceros imperialistas yanquis y sus socios británicos Blair y la Royal Navy.
Esto queda claro cuando llaman a un "frente único lo más grande posible" para exigirles ...a "los representantes parlamentarios de los partidos socialdemócratas, laboristas, socialistas y comunistas (que) rompan con los Blairs, los Jospin y los Schroeders y voten contra todo apoyo político, militar y financiero para la guerra de Estados Unidos". ¡Esto es una ruptura total con el programa de la IV Internacional! ¡Son verdaderos renegados del trotskismo! Cuando el carnicero Blair es quien, junto con Bush, comanda la masacre y la guerra de coloniaje, la política del PTS y sus socios de la LRCI en vez de llamar a la clase obrera a luchar por la derrota de su propia burguesía imperialista en la guerra y preparar el derrocamiento revolucionario del gobierno de Blair y de la monarquía, es hacer movilizaciones pacifistas de "frente único" para presionar y rogarles a los diputados del mismo Blair que voten contra su propia guerra. En vez de llamar a la clase obrera francesa a romper los pactos sociales que le imponen la aristocracia obrera y la burocracia sindical socialdemócrata y stalinista, y a preparar el derrocamiento de Jospin, Chirac y el régimen imperial sanguinario de la V República, les ruegan a los diputados del socialimperialista Jospin que hoy administra los intereses de la burguesía imperialista francesa, que voten contra el apoyo de la OTAN a esa guerra.
La declaración de la dirección del PTS y de la LRCI no pasa la prueba de las 21 condiciones de admisión de la III Internacional de Lenin y Trotsky
La posición de la dirección del PTS y sus socios de la LRCI frente a la guerra de saqueo y coloniaje lanzada por el imperialismo angloyanqui, rompe así completamente con el programa de la III Internacional revolucionaria, y no pasa la prueba de las 21 condiciones de admisión a la misma, impuestas precisamente contra los socialdemócratas que querían camuflarse bajo sus banderas revolucionarias.
No pasa la prueba de dichas condiciones que dicen que "6) Todo partido deseoso de pertenecer a la Tercera Internacional tiene el deber de denunciar tanto al social-patriotismo, como al social-pacifismo hipócrita y falso. Es imprescindible demostrar sistemáticamente a los trabajadores que, sin la destrucción revolucionaria del capitalismo, ningún tribunal arbitral internacional, ningún debate sobre la reducción de armamentos, ninguna organización "democrática" de la Liga de las Naciones podrá salvar a la humanidad de las guerras imperialistas.(...)
8) En cuanto a la cuestión de las colonias y nacionalidades oprimidas, los partidos de los países cuyas burguesías poseen colonias y oprimen nacionalidades, deben tener una línea de conducta particularmente clara y neta. Todo partido perteneciente a la Tercera Internacional tiene el deber de denunciar implacablemente las proezas de "sus" imperialistas en las colonias; de sostener, no sólo en palabras sino en los hechos, todo movimiento de emancipación colonial que exija la expulsión de todos los imperialistas metropolitanos de las colonias; de alimentar en el corazón de los trabajadores de su país sentimientos fraternales hacia la población trabajadora de las colonias y de las nacionalidades oprimidas, y de mantener entre las tropas metropolitanas una agitación continua contra toda opresión de los pueblos coloniales."
La declaración conjunta del PTS y la LCRI, por el contrario, se calla la boca y no denuncia el socialpatriotismo de la dirección de la AFL-CIO norteamericana y de los sindicatos ingleses, y con su posición de "derrotemos la guerra imperialista" en general termina en el "social-pacifismo hipócrita y falso". No tiene para nada "una línea de conducta particularmente clara y neta" frente a esta "proeza" que es la brutal guerra de masacre lanzada por el imperialismo yanqui y por el británico -que para la LRCI, señores del PTS, es "su burguesía"- porque reniegan de plantear que la tarea central del proletariado de los países imperialistas es enfrentar a su propia burguesía imperialista explotadora y saqueadora de los pueblos coloniales y semicoloniales, y sobre todo, cuando ésta se lanza a una guerra de agresión contra una nación oprimida. ¡Esta es la única posibilidad de que la clase obrera de las metrópolis se gane la confianza de los trabajadores y los explotados de las semicolonias y de que éstos no incluyan a esa clase obrera en su justo odio antiimperialista después de décadas y décadas se saqueo, explotación y masacres!
Reniegan y rompen con la posición de principio planteada por primera vez por Lenin ante la primer guerra mundial: cuando una potencia imperialista va a la guerra -sea ésta contra otra potencia imperialista, o sea una guerra de agresión contra un país semicolonial- la tarea del proletariado de ese país es el derrotismo revolucionario, es decir, "dar vuelta el fusil contra tu propia burguesía imperialista", transformar la guerra interimperialista o de coloniaje en guerra civil al interior de la metrópolis, en el inicio de la revolución proletaria. ¿Dónde está, señores dirigentes de la LRCI y del PTS, en el centro de vuestro programa, el llamamiento a los soldados de la Royal Navy a dar vuelta el fusil contra su casta de oficiales, a destituirlos y fusilarlos, a negarse a masacrar al pueblo afgano, a organizarse en comités de soldados y junto a la clase obrera para garantizar la paralización de la maquinaria de guerra imperialista con la huelga, el boicot, los piquetes, es decir, para "sostener, no sólo en palabras sino en los hechos, todo movimiento de emancipación colonial que exija la expulsión de todos los imperialistas metropolitanos de las colonias" y luchar por la derrota de su propia burguesía imperialista?
No está en ningún lado, porque de lo que se trata para la dirección del PTS y la LRCI es de "grandes movilizaciones" pacíficas, de "miles en las calles" en "frente único", para presionar a los señores parlamentarios de Blair, Jospin y Schroeder que tengan a bien votar contra su propia guerra.
La dirección del PTS es último eslabón de una cadena de capitulaciones: se pone a los pies de la LRCI que a su vez se arrodilla ante la aristocracia obrera y la burocracia sindical inglesa, que a su vez sostienen a Blair que sirve a la Corona que masacra en Afganistán
La dirección del PTS, poniéndose a los pies de la LRCI, termina a los pies de la aristocracia obrera inglesa, base social del Partido Laborista de Blair y de la burocracia sindical canalla de la TUC, que se ha encolumnado y apoya a su burguesía imperialista en la guerra. Tanto es así, que en su declaración ni siquiera se menciona -ni menos que menos se denuncia- a la dirección de la TUC inglesa, que mandó parar toda campaña y plan de lucha para apoyar al carnicero Blair mientras la burguesía inglesa ha empezado una oleada de despidos masivos; ni a la AFL-CIO que ha publicado una solicitada a toda página en los principales diarios de Estados Unidos apoyando la carnicería imperialista encabezada por Bush. Toda alusión a las direcciones traidoras -que son las que impiden hoy la unidad de la clase obrera mundial para derrotar al imperialismo en la guerra y para que triunfe el Afganistán oprimido- se reduce a un "Hay que romper con la política pro-guerra de los dirigentes socialdemócratas, "comunistas" oficiales y sindicales" -sin nombre ni apellido- es decir, un llamado a la paz contra la política "pro-guerra" que no moleste los delicados oídos de la aristocracia obrera que ya cuenta cuántas migajas de las superganancias que los monopolios británicos consigan como resultado de la guerra irán a engordar sus propios bolsillos.
El PTS y la LRCI miran con desprecio y altanería -al igual que lo hace la aristocracia obrera archirreaccionaria- a los millones de obreros inmigrantes de los pueblos árabes y musulmanes que trabajan como esclavos y viven como parias en Gran Bretaña -y en las demás potencias europeas-, como los obreros textiles paquistaníes que en Oldham se levantaron enfrentando a la policía y a las bandas fascistas. Con tanto desprecio, que ante la campaña de persecución, ataques y pogromos que están sufriendo estos trabajadores inmigrantes por parte de las burguesías imperialistas yanqui, inglesa, francesa, etc., sus estados, policías y servicios de inteligencia, de bandas fascistas y de la aristocracia obrera blanca, todo su programa se reduce a que "El movimiento obrero y el movimiento antiguerra debe encabezar la lucha contra el racismo y por la defensa de los árabes y musulmanes. Impulsaremos una campaña masiva contra el racismo y por la autodefensa organizada de las comunidades árabe y musulmana".
Es decir, plantean una campaña "contra el racismo" democrática y no de clase, como si el racismo fuera un problema sólo de "intolerancia" en general, y no una política de clase, es decir, un arma de la burguesía y sus lacayos de las direcciones traidoras y la aristocracia obrera contra los sectores más explotados del proletariado y para dividir las filas obreras, y que lejos de ser etéreo como las ideas, toma la forma de los palos, las cachiporras y las pistolas de la policía y las bandas fascistas armadas que atacan hoy no sólo a los árabes y musulmanes sino también a negros, latinos, asiáticos para luego atacar a la clase obrera blanca cuando ésta salga a enfrentar a su propia burguesía imperialista. ¡Y esto no se combate con "campañas masivas contra el racismo", señores pacifistas, sino con milicias armadas de la clase obrera organizadas en los lugares de trabajo y que únicamente pueden surgir a partir de una lucha política y física contra los traidores socialimperialistas en el seno de la clase obrera, ante los que hoy ustedes se arrodillan!
Así, la dirección del PTS y la LRCI liquidan el carácter de clase nada más ni nada menos que... del fascismo, que no es más que el régimen que impone el capital financiero imperialista organizando a sectores de las clases medias en bandas armadas, como fuerza de choque para aplastar a la clase obrera y sus organizaciones, del cual los ataques y pogromos racistas -ya sea antiárabe, antiimigrante, antinegro, etc.-, es sólo una de las formas que adquiere. Al tomarlo como una cuestión "democrática", liquidan a la vez el carácter de clase -burgués- del fascismo (y por ende del racismo), y el carácter de clase -proletario- de los inmigrantes, a los que no consideran parte de la clase obrera, sino de "comunidades" en general.
Nuevamente, a confesión de parte, relevo de pruebas: a la ofensiva guerrerista del imperialismo angloyanqui, frente al giro bonapartista reaccionario de la "unidad nacional" al interior de los Estados Unidos con el que esa burguesía ha lanzado un feroz ataque a su propia clase obrera, frente a la ofensiva de Tony Blair y de la Corona británica que mandan a la policía y a las bandas fascistas a reventar a palos a los obreros textiles inmigrantes paquistaníes como en Oldham -porque necesita despedir a miles en esa rama de la industria frente a la recesión, la dirección del PTS dice que la alternativa es... "democracia o fascismo". ¡Sáquense la careta, son renegados del trotskismo, son verdaderos socialdemócratas!
Y si a la dirección del PTS esta declaración le sirve para cubrir su capitulación en Argentina, con ella ayudan también a sus amigos de la LRCI a encubrir que están en la trinchera de enfrente no sólo de la nación afgana y las masas de Medio Oriente, sino también de los obreros textiles paquistaníes de Oldham y de los millones de trabajadores inmigrantes de los pueblos árabes y musulmanes que viven como esclavos en la aristocrática Gran Bretaña. Negocio redondo.
Socialdemócratas finos y delicados de las capas altas del proletariado, para los que el legítimo odio antiimperialista de las masas de Medio Oriente es.... "antinorteamericanismo vulgar"
Siguiendo con su postración a los pies de la aristocracia obrera de los países imperialistas y sus organizaciones políticas y sindicales, su declaración continúa diciendo: "Los comunistas revolucionarios debemos rechazar el antinorteamericanismo vulgar - que confunde a la clase obrera norteamericana con la clase dominante norteamericana y su política imperialista. Este antinorteamericanismo es reaccionario porque confunde el odio justificado al imperialismo norteamericano con el chovinismo contra todos los norteamericanos".
Es decir, cuando los carniceros angloyanquis revientan Afganistán a bombazos limpios y cinco millones de trabajadores y campesinos de esa nación huyen desesperados, mientras los que ni siquiera pueden huir mueren bajo el ataque militar, o de hambre o de frío; cuando centenares de miles, millones de obreros y campesinos esclavos coloniales y semicoloniales se levantan y se movilizan en Pakistán, Palestina, Indonesia, Irán, Irak, Argelia, y en todo el mundo árabe y musulmán, al grito de "Muerte a los imperialistas yanquis", en apoyo de sus hermanos afganos; los "señores dirigentes" del PTS, con aire de catedráticos de la universidad burguesa, levantan su dedo acusador y los aleccionan diciéndoles que ese legítimo odio, ese magnífico sentimiento antiimperialista es... "reaccionario", porque es "antinorteamericanismo vulgar"!
¡Hay que ser verdaderamente una combinación perfecta de sirviente de la aristocracia obrera de los países imperialistas con izquierdista gorila del puerto de Buenos Aires, como lo es la dirección del PTS, para levantar una posición tan, pero tan reaccionaria! ¿Pretenden ustedes acaso que el pueblo afgano y todos los trabajadores y campesinos de Medio Oriente esperen pacientemente que ustedes convenzan con sus "campañas masivas contra el racismo" a la clase obrera norteamericana e inglesa de que debe luchar contra el imperialismo, para salir a enfrentarlo?
Ustedes están en la vereda opuesta de las resoluciones revolucionarias de la III Internacional, que hablaba de la "desconfianza legítima" de los trabajadores de los países oprimidos hacia el proletariado de los países opresores; y de que éste último -lejos de quejarse del "antinorteamericanismo vulgar" de las masas oprimidas- debía hacerles concesiones enormes, antes, durante y también después de la toma del poder en los países centrales, para ganarse su confianza. ¡¿Pueden entenderlo, señores amigos de la aristocracia obrera que come de las migajas que les tira su burguesía imperialista: "desconfianza legítima", "desconfianza legítima", "DESCONFIANZA LEGÍTIMA"!!! Así decía:
"La opresión secular de las pequeñas naciones y de las colonias por parte de las potencias imperialistas ha hecho nacer entre las masas trabajadoras de los países oprimidos, no sólo un sentimiento de rencor general hacia las naciones que oprimen, sino también un sentimiento de desconfianza frente al proletariado de los países opresores. La infame traición de los dirigentes oficiales de la mayoría socialista en 1914-1919, en tanto que el socialismo chovinista calificaba de "defensa nacional" la defensa de los "derechos" de "su burguesía" a reducir a la servidumbre a las colonias y a los países financieramente dependientes, no hizo más que acrecentar esa desconfianza completamente legítima. Estos prejuicios no desaparecerán más que después de la desaparición del capitalismo y del imperialismo en los países avanzados, y luego de la transformación radical de la vida económica de los países atrasados; su extinción no será sino muy lenta, por lo que es un deber del proletariado consciente de todos los países mostrarse particularmente circunspecto hacia las supervivencias del sentimiento nacional de los países oprimidos desde hace largo tiempo, e incluso de consentir a ciertas concesiones útiles con el objetivo de acelerar la desaparición de esos prejuicios y esa desconfianza". (Tesis sobre las cuestiones nacional y colonial, 2° Congreso de la III Internacional).
¡¿Pueden entenderlo, señores amigos de la aristocracia obrera, que deben "mostrarse particularmente circunspectos", es decir, que deben ser en extremo cuidadosos, que incluso deben hacer concesiones a los obreros y las masas explotadas de los países oprimidos, porque, repetimos, su desconfianza es completamente legítima?! Por eso, para los partidos comunistas de la III Internacional de Lenin y Trotsky era un deber cotidiano de primer orden defender los intereses de los trabajadores y los campesinos de las colonias y de las semicolonias enfrentando a su propia burguesía imperialista.
La posición de "antinorteamericanismo vulgar" es ya una ruptura total completa con el programa de la III y de la IV Internacionales, señores dirigentes del PTS. Y les guste o no, a los renegados se les dice renegados. ¿Por qué en vez de quejarse del sentimiento antiimperialista de las masas de Medio Oriente -más allá de la forma en que éste se exprese- no se quejan aunque sea un poco, no denuncian, no dicen una palabra de que son la aristocracia obrera y la burocracia sindical socialpatriotas, los socialdemócratas y stalinistas los responsables de que la clase obrera de las potencias imperialistas tenga tan poco "antinorteamericanismo vulgar", es decir, que no combata a su propia burguesía imperialista?
No lo hacen porque se han puesto a los pies de sus socios de la LRCI que a su vez se arrodillan ante la aristocracia obrera, la burocracia sindical y los socialimperilaistas laboristas, socialdemócratas y stalinistas de las potencias imperialistas. ¡Son el último eslabón de una cadena de capitulaciones que termina sosteniendo a los regímenes y gobiernos carniceros como el de Blair y la Corona inglesa!
Así, las discusiones sobre la existencia o no de la aristocracia obrera que parecían tan abstractas, y por las que quienes hoy conformamos el COTP (CI) fuéramos expulsados hace ya tres años del PTS, hoy se saldan en la vida misma, en la realidad que da su veredicto: señores dirigentes del PTS, son renegados conscientes del programa de la III y de la IV Internacionales, son renegados del trotskismo, son verdaderos... socialdemócratas.
Es un hecho que la burguesía imperialista yanqui e inglesa, con la colaboración de sus agentes pagos de la aristocracia obrera y de la dirección sindical canalla de la AFL-CIO y de la TUC, han logrado subordinar a una amplia mayoría del movimiento obrero y de masas norteamericano e inglés en su campaña de conquistas como una salida para su propia crisis. La aristocracia obrera y la burocracia sindical de la AFL-CIO y de la TUC, apoyan conscientemente no sólo la ofensiva imperialista sobre Medio Oriente y las Repúblicas del Cáucaso, sino también la guerra declarada con despidos masivos, baja de salarios y flexibilización contra la amplia mayoría del proletariado de esos países, y también el ataque cada vez más brutal contra los sectores más explotados de su propia clase obrera, particularmente los inmigrantes, los árabes, los latinos y los negros. Es que el "patriotismo" de la clase obrera norteamericana e inglesa, tiene bases materiales: es una ínfima minoría de la clase obrera, esa aristocracia obrera a la que sus burguesías imperialistas les ceden las migajas de la superexplotación de las colonias y las semicolonias -justamente para tenerlos como base social para sus empresas de conquista-, y que se ha apropiado del control de todas las organizaciones obreras conquistadas por los trabajadores con sangre y lucha de décadas. Por esa razón, no hay forma de que la clase obrera norteamericana, inglesa, francesa, etc., pueda romper con la subordinación a su propia burguesía imperialista si no es echando a patadas de sus organizaciones a esa aristocracia obrera y a los burócratas sindicales canallas, cuestión que, por supuesto, la declaración firmada por la dirección del PTS ni menciona.
La posición postrada de la LRCI ante la aristocracia obrera es coherente: esta pequeña secta arrodillada ante el Partido Laborista hace tiempo que rompió abiertamente con el marxismo y con la teoría leninista sobre el imperialismo, afirmando que la ganancia de los monopolios imperialistas viene únicamente de la explotación de su propia clase obrera, y no que lo fundamental es que éstos extraen superganancias de la superexplotación de millones de esclavos coloniales y semicoloniales. Los "incoherentes" venían siendo, hasta ahora, los señores dirigentes del PTS que, mientras sostienen de hecho estas mismas posiciones, intentaban ocultarlas bajo las limpias banderas del trotskismo y la IV Internacional. Esta posición es un verdadero escándalo: ¡es exactamente la misma del renegado Kautsky! ¡Señores dirigentes del PTS: son ustedes verdaderos renegados del trotskismo, verdaderos Kautskys!
Para justificar su posición archirreaccionaria sobre el "antinorteamericanismo vulgar" el PTS y la LRCI falsifican la historia de la lucha contra la guerra de Vietnam
"Es de gran importancia ayudar a la clase obrera norteamericana a romper con sus gobernantes y ganarla para la lucha contra el imperialismo y el capitalismo global" nos dice el PTS en la Declaración Conjunta, y nos habla del "movimiento contra la guerra de Vietnam que, junto con la encarnizada resistencia de las masas vietnamitas, hizo insostenible la campaña militar norteamericana y provocó la primer derrota militar del imperialismo yanky a manos de una nación oprimida". Pero esconden bajo la alfombra que el movimiento antiguerra, pacifista, que constituyó un factor decisivo para provocarle al imperialismo yanqui la primer derrota militar de su historia, se hizo de masas -saliendo del ámbito restringido del movimiento juvenil anti-sociedad de consumo (los hippies), de las cátedras universitarias de los pacifistas burgueses y los festivales en los campus universitarios- , cuando lo tomó en sus manos la clase obrera a partir de que miles de cadáveres de sus hijos empezaron a llegar del frente en bolsas de plástico. ¡El factor decisivo para provocarle esa derrota militar al imperialismo yanqui, señores dirigentes del PTS, fue la irrupción de la clase obrera que abrió la perspectiva del inicio de la revolución proletaria en los Estados Unidos, y no marchas pacifistas para "derrotar la guerra imperialista" en general y presionar a los parlamentos de los carniceros imperialistas como Blair, Bush y Jospin!
Pero ese factor decisivo no hubiera existido sin la heroica lucha y resistencia de la clase obrera y las masas vietnamitas armadas, que pese a su total inferioridad militar y sobre todo, pese a la dirección traidora de la burocracia contrarrevolucionaria stalinista del Kremlin que tenía al frente, no se pararon a escuchar disquisiciones sobre el "antinorteamericanismo vulgar" y se dedicaron a enviar de vuelta a los Estados Unidos en bolsas de plástico a cuanto soldado yanqui se les pusiera enfrente, que fue lo que comenzó a romper la "unidad nacional" de la clase obrera norteamericana con su propia burguesía, es decir, lo que verdaderamente ayudó "a la clase obrera norteamericana a romper con sus gobernantes y ganarla para la lucha contra el imperialismo".
Frente a la revolución palestina, el PTS y la LRCI levantan el "derecho de autodeterminación del pueblo palestino"... igual que esa cueva de bandidos imperialistas que es la ONU
Pero donde sin duda la escandalosa postración del PTS y sus socios de la LRCI ante la aristocracia obrera y los regímenes de los países imperialistas llega a su punto culminante, es en su posición frente a la grandiosa revolución palestina. En el momento en que el enfrentamiento entre revolución y contrarrevolución se ha hecho directo en Palestina, terminan a los pies nada menos que de Arafat, la ONU, y hasta del mismísimo Bush, levantando "el derecho de autodeterminación nacional del pueblo palestino".
Esa gran revolución que se inició en el 2000 echando al ejército israelí del Líbano, siguió con un levantamiento espontáneo, con la huelga general, se ha transformado en guerra civil abierta y está llegando a su punto culminante: el enfrentamiento es directo, casa por casa, colina por colina, barrio por barrio, entre el ejército sionista genocida que arrasa las ciudades palestinas con sus tanques y cañoneos y las bandas fascistas de Sharon, por un lado; y las heroicas milicias obreras y campesinas. ¡Y cuando la IV Internacional tendría que estar llamando a la clase obrera mundial a organizar brigadas obreras de voluntarios listos para ir a pelear a Palestina -y también a Afganistán-, como lo hiciera en la década del '30 frente a la grandiosa Revolución Española, la dirección canalla del PTS habla del "derecho a la autodeterminación"! ¡Sí, señores dirigentes, les decimos canallas, con todas las letras, porque levantan conscientemente la misma política que la cueva de bandidos imperialistas de la ONU!
La clase obrera y el pueblo palestino ya han demostrado durante más de cincuenta años de heroica lucha que es lo que quieren: no quieren su "derecho a la autodeterminación, ¡quieren Palestina, quieren echar al usurpador sionista, agente del imperialismo! Israel no es una "nación opresora" que oprime a la nación palestina: es un estado enclave del imperialismo, creado por él sobre la base de la expulsión del pueblo palestino de su tierra, de la ocupación y de la masacre, armado hasta los dientes por el imperialismo, sostenido financieramente por él, es su gendarme, es su portaaviones en la región.
Plantear entonces el "derecho de autodeterminación del pueblo palestino", significa reconocer la existencia de una supuesta "nación judía opresora", es decir, el derecho a la existencia del Estado sionista-fascista de Israel, y aceptar el plan imperialista de "dos estados" es decir, de los acuerdos contrarrevolucionarios de Oslo. Significa avalar la política contrarrevolucionaria de la ONU, Arafat y hoy de Bush de consagrar definitivamente la ocupación de Palestina por el estado de Israel, y la condena a la clase obrera y el pueblo palestino a sobrevivir en pequeños campos de concentración en Gaza y Cisjordania separados entre sí y rodeados de tropas sionistas y cascos azules de la ONU, controlados internamente por el cipayo Arafat y la burguesía palestina, divididos de la mayoría de su población que vive en el exilio en campamentos de refugiados en Jordania y El Líbano. ¡Eso y no otra cosa es a lo que los cínicos carniceros imperialistas de la ONU, Bush y Arafat llaman "estado palestino"; eso y no otra cosa significa el "derecho a la autodeterminación"!
Es decir, señores dirigentes del PTS, que imponer la política de "autodeterminación" que ustedes tan alegremente pregonan, sólo puede ser el producto de la derrota de la revolución palestina que, a poco más de un año de haber comenzado, se encuentra ahora en su punto más álgido, porque la guerra, partera de revoluciones, ha puesto en pie a los trabajadores y las masas de todo Medio Oriente. Es decir, la "autodeterminación" sólo puede ser el producto del triunfo de los carniceros imperialistas en la guerra y de la derrota militar de Afganistán, o sea, de una derrota brutal de las masas oprimidas de toda la región.
Por ello, no plantear la necesidad de que los trabajadores y el pueblo palestino preparen y organicen, con sus milicias obreras y campesinas, la insurrección para destruir el estado sionista-fascista de Israel y a la Autoridad Nacional Palestina y su policía, para instaurar un Estado Palestino laico democrático y no racista, bajo un gobierno revolucionario obrero y campesino de las masas palestinas insurrectas, en el camino de conquistar una Federación de Repúblicas Obrero-campesinas de Medio Oriente; y por el contrario, levantar el "derecho a la autodeterminación del pueblo palestino" como lo hace la dirección del PTS, es una ruptura total y completa con el programa de la III Internacional revolucionaria y de la IV Internacional. Tratar de adornar esa ruptura flagrante con consignas "rojas" como "Viva la intifada" y "Palestina obrera y socialista" tratando de darle un barniz de izquierda a su programa pacifista en medio de la guerra y a su capitulación ante la ONU y el estado de Israel, es nada más que "socialismo a la violeta", es decir, una política socialdemócrata.
La dirección del PTS reniega del Programa de Transición y de la lucha por el poder
"Paz" es la esencia de la Declaración conjunta frente a la guerra de rapiña y agresión imperialista contra la nación afgana oprimida y las masas explotadas de Medio Oriente. La dirección del PTS -tras sus socios de la LRCI- termina así de demostrar abiertamente su ruptura y abandono del Programa de Transición, puesto que su programa pacifista de "derrotar la guerra imperialista" en general significa renunciar a la lucha por el poder, por la dictadura del proletariado. Esto se demuestra porque no levantan un programa para transformar la lucha por la derrota militar del imperialismo y el triunfo de Afganistán en el inicio de la revolución proletaria en Medio Oriente, en las propias metrópolis imperialistas y en las ex-repúblicas soviéticas del Asia Central.
En esta última cuestión es donde se desnuda, sobre todo, su renuncia a la lucha por la revolución y la toma del poder: en su Declaración ni siquiera merecen una mención las ex -repúblicas soviéticas como Uzbekistán, Kazajstán, etc. -naciones que, para la dirección del PTS, hasta ahora seguían siendo "estados obreros en descomposición" en los que había que hacer una indefinida e híbrida "revolución política y social"- y que quedan diluidas en una definición general del "Asia Central". Hoy, que en Uzbekistán hay tropas imperialistas estacionadas y el país les sirve de base en forma directa, que es claro que los angloyanquis se han quedado con el petróleo y el gas de esa región y quieren colonizarlos, ¿qué son esos estados, señores dirigentes del PTS? ¿siguen siendo "estados obreros en descomposición"? ¿Qué revolución hay que hacer en ellos? Nada. Silencio de radio: negándose a luchar por la restauración de la dictadura del proletariado bajo formas revolucionarias en esas ex -repúblicas soviéticas -así como en Rusia, China y todos los ex - estados obreros en liquidación-, terminan de demostrar que han renegado de la lucha por la dictadura del proletariado, y que la "revolución y el socialismo" son sólo para los días de fiesta, y no para los momentos decisivos de la lucha de clases, de enfrentamiento directo de revolución y contrarrevolución. Tanto es así que hasta en el lenguaje que utilizan se expresa: para ellos, en su Declaración, el movimiento antiguerra es progresivo; el pacifismo en los países semicoloniales es reaccionario, el antinorteamericanismo es reaccionario, el fundamentalismo islámico es completamente reaccionario, el acercamiento entre Estados Unidos y Rusia es reaccionario. Revolución y contrarrevolución han quedado... para los días de fiesta. Les guste o no, señores dirigentes del PTS, son renegados del trotskismo, son "socialistas a la violeta", es decir, socialdemócratas.
La dirección del PTS reniega abiertamente de la lucha por la IV Internacional
La Declaración que firmó la dirección del PTS con la LRCI, tiene un solo gran mérito: después de años de utilizar las limpias banderas de la IV Internacional como tapadera de sus capitulaciones y revisiones, la dirección del PTS las abandona abierta y explícitamente: llama a luchar por una "internacional" cualquiera, por "nuestra propia internacional obrera y revolucionaria" a partir de "avanzar aún más en el internacionalismo incipiente que ha iniciado este movimiento (el movimiento anticapitalista) con sus luchas..."
El sujeto fundamental para la construcción de la nueva internacional no es el proletariado, sino que son los jóvenes del movimiento anticapitalista de los países centrales, al que llama a "a tomar la pelea contra la campaña de guerra imperialista", contra "el capital global" y la guerra imperialista" organizando "protestas masivas en las embajadas y consulados norteamericanos, en los centros financieros, en los colegios, en las universidades y en las sedes de los gobiernos", y junto a ellos, "todos los que luchan por terminar con la barbarie imperialista" , para hacer un "movimiento juvenil internacional revolucionario". ¡A decir verdad, señores dirigentes del PTS, al lado de esta "nueva internacional" completamente reformista que ustedes proponen, la política centrista y capituladora de Nahuel Moreno de hacer una "Internacional con los trotskistas en minoría", parece de ultraizquierda!
Los señores dirigentes del PTS, muy sueltos de cuerpo, reniegan abiertamente de la lucha por la IV Internacional. Como quien tira ropa vieja, no les importa que las inmaculadas banderas del trotskismo sean utilizadas por renegados y socialpatriotas como Krivine para encubrir sus traiciones, y le dejan alegremente usurpar el nombre de la IV Internacional. Esto es así, sencillamente, porque la dirección del PTS es tan renegada como el renegado Krivine y, como dice el viejo dicho, "entre bueyes no hay cornadas".
Señores dirigentes del PTS: saludamos vuestra decisión de sacarse por fin la careta y de dejar de engañar a los honestos jóvenes y obreros que buscan un camino a la revolución. Los revolucionarios seguiremos la lucha por regenerar y refundar la IV Internacional: ¡que los reformistas y los anticapitalistas, es decir, los "socialistas a la violeta" hagan la suya propia, y saquen sus manos capituladoras y revisionistas de las limpias banderas del trotskismo! |