¡Viva la lucha por la libertad incondicional de todos
los obreros en las mazmorras de la teocracia iraní!
Sheyma Silavi, es una de las activistas iraníes más valientes del mundo, es hija de desaparecidos y luchadora por los Derechos Humanos. Ella denuncia a los Ayatollahs y al régimen sanguinario de la teocracia iraní que persigue, encarcela y tortura cruelmente a los trabajadores que luchan por sus derechos, como los metalúrgicos de Ahwaz y los azucareros de Haft Tappeh.
La compañera denuncia la desaparición del obrero azucarero Ismael Bakshi, quien estuvo detenido durante meses, sufriendo horrorosas torturas y vejámenes, las cuales denunció públicamente el propio Ismael ante la prensa nacional, por lo que nuevamente fue secuestrado por la policía y hoy se desconoce su paradero.
Sheyma, no sólo denuncia al régimen iraní, sino que también repudia abiertamente a todos aquellos que lo pintan como “democrático”, como lo hacen Chomsky, Corbyn, Zizek y demás intelectuales que encubren las más feroces atrocidades cometidas contra los trabajadores y las trabajadoras de iraníes.
Ismael Bakshi
Transcripción del video
Hagamos un experimento, de alguien que era de izquierda, de la izquierda árabe y de Medio Oriente a la izquierda europea y occidental. Para hacer este experimento hay que meter en una habitación (para el hombre, pues para la mujer hay otros métodos); que se ponga Chomsky o Zizek y electrocutarles las bolas, como a Ismael Bakhshi, el trabajador iraní de la plantación de caña de azúcar, que anunció: fui torturado y electrocutado en mis bolas, tengo costillas rotas y que me dieron alucinógenos. No sabía quién mierda era yo. El, de verdad, dijo esto, lo escribió en Instagram. Y su Instagram cayó y ahora nadie sabe a dónde está. Desde hace 3 meses que no sabemos a dónde está. Así que, hagamos que Zizek, Chomsky y todos los pelotudos académicos, como Corbyn, entren en una habitación, electrocútenle las bolas, los testículos y que vean lo que se siente. Quizás así entiendan por lo que nosotros, el pueblo, estamos pasando. Gracias.