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29/01/2011 Lecciones de la revolución tunecina. El intento del imperialismo de estrangularla por medio del frente popular.
Lecciones de Túnez La situación en Túnez refleja un hecho del Programa de Transición: “En los períodos agudos de lucha de clases, los aparatos dirigentes de los sindicatos se esfuerzan por convertirse en amos del movimiento de masas para domesticarlo... En tiempo de guerra o de revolución, cuando la situación de la burguesía se hace particularmente difícil, los jefes de los sindicatos se transforman ordinariamente en ministros burgueses”. Los dirigentes de la UGTT se han visto obligados a posar como combativos, de estar del lado de las masas, para desde dentro del movimiento obrero cumplir los deseos del imperialismo de intentar de descabezar la revolución y llevar la lucha de las masas al terreno burgués. Ahora que el agente del imperialismo norteamericano, Ghannouchi, ha asignado más puestos a la “oposición” burguesa, incluyendo la UGTT, los dirigentes de la UGTT ahora lo aceptan. Estábamos en lo correcto cuando exponíamos que el gobierno de “salvación” como lo había propuesto la UGTT incluía parte del viejo régimen y que mantendría el aparato represivo intacto. Los dirigentes de la CSI (Confederación Sindical Internacional) enviaron delegados a Túnez para apoyar a la UGTT y ayudar a imponer los planes del imperialismo. El llamado de los dirigentes de la CSI fue el mismo que el del NPA y la falsa izquierda: por una “Túnez Democrática y Social”. Por “social” la CSI quería decir que las reformas económicas deberían ser implementadas pero bajo el mismo régimen capitalista que estaba antes. Esto da una cobertura a la traición de la revolución tunecina, en esencia: sacar los ojos de los obreros de la toma del poder por una promesa de “reformas económicas”. Esta es la misma política de Ben Ali, es decir del imperialismo norteamericano y francés, pero sin Ben Ali. ¿Cómo puede la clase obrera tunecina conseguir la comida y el trabajo sin expropiar a los capitalistas tunecinos y los activos imperialistas y ponerlas bajo control obrero? ¿Cómo pueden los obreros comer si el poder está aun en manos de los capitalistas (el régimen de Ben Ali y el imperialismo? ¿Cómo puede el gobierno interino traer algún cambio democrático si tiene restos del régimen de Ben Ali? ¡Ghannouchi y toda la burocracia de Ben Ali deben irse! Los primeros planes de este nuevo “gobierno interino” es implementar “leyes anti-terroristas”, en otras palabras implementar el mismo programa que el régimen títere pro-norteamericano de Ben Ali. Estas leyes “anti-terroristas” son solo el fortalecimiento del régimen capitalista para tomar duras medidas contra la clase obrera ahora. Una falla crucial de la clase obrera tunecina ha sido el fracaso de que la revolución ocupe y tome los medios de producción (las minas, transportes, granjas capitalistas, industria capitalista, etc.) y los bancos y ponerlos bajo control obrero. O mas precisamente la dirección de la UGTT ha alentado a los obreros a que renuncien a su control y participen de la “Caravana por la liberación” para actuar como un instrumento de presión para la dirección pequeñoburguesa de la UGTT y para evitar que la clase obrera construya y fortalezca sus organismos de poder alternativos (soviets). El frente popular de los dirigentes sindicales con los burgueses lacayos del imperialismo es lo que intenta traicionar la revolución tunecina. El aislamiento de la revolución tunecina (y del norte de África) de los centros imperialistas debido a las fuerzas del Foro Social Mundial, los stalinistas, la clase media de izquierda, es un factor fundamental que dificulta la actual contraofensiva del proletariado mundial. Nuestro programa para Túnez se mantiene en esencia (ver nuestra declaración del 25/01/2011): - Extensión de los comités de base de obreros y campesinos pobres a todas partes de Túnez, que incluyan delegados de los soldados rasos; por la extensión de la milicia obrera como parte de esos comités a todo Túnez. - Por la formación de un consejo nacional de delegados de base de comités obreros y de campesinos pobres, con delegados de los desocupados y los soldados rasos. - Todo el poder a los comités de base de obreros y campesinos pobres. - Abajo el gobierno interino del régimen de Ben Ali y la UGTT. Ruptura con los capitalistas; expropiación de Ben Ali, todos los capitalistas tunecinos y todos los bienes capitalistas y los bancos sin indemnización, centralizados y bajo control obrero (es decir que los obreros tomen el poder de todos los medios de producción); expropiación de todas las granjas capitalistas y joint ventures con el imperialismo, sin indemnización para los capitalistas, bajo control de los obreros agrícolas; nacionalización de la tierra y redistribución de la tierra para los comité de campesinos pobres basados en la decisión conjunta de los comités de obreros rurales y los comités de campesinos pobres. Solo un gobierno revolucionario basado en los comités de obreros y campesinos pobres, uniendo a las masas en lucha desde sus bases puede expropiar a los capitalistas, todos los bienes imperialistas y los bancos. - Expulsión de los dirigentes de la UGTT del movimiento obrero. Por la ruptura de la UGTT con las sobras del régimen capitalista de Ben Ali (títeres del imperialismo norteamericano y francés). - Por el inmediato control obrero de la distribución de comida para que las masas puedan comer. - Distribución del trabajo entre las manos disponibles para trabajar. - Por salario indexado al aumento de los precios. - A igual trabajo igual salario en el Norte de África y Europa. - Expropiación en los centros imperialistas de las empresas imperialistas que saquean Túnez, el norte de África y Medio Oriente. Esto solo puede hacerse si la clase obrera toma el poder por medios revolucionarios en los centros imperialistas. - Necesitamos un partido revolucionario de la clase obrera en Túnez como parte de la refundación de la IV Internacional. Por una conferencia internacional en Egipto de las organizaciones obreras revolucionarias y los trotskistas internacionalistas para preparar la refundación de la IV Internacional. Una revolución “tunecina” puede explotar en cualquier lugar del planeta Un rasgo fundamental de la dominación capitalista-imperialista hoy es la supresión de los derechos básicos democráticos en las colonias y semicolonias. Conceder derechos democráticos completos significa abrir el camino a competidores imperialistas a que desarrollen su dominación. En un mundo dominado por el imperialismo, el desarrollo capitalista en las semicolonias se basa de esta forma en la represión de la clase capitalista nativa y la clase media. La clase capitalista nativa y las clases medias altas, del modo que se les permite desarrollarse, no tienen existencia independiente del imperialismo –son el producto de una guerra de clase de cuando las masas nativas se levantaron contra décadas y siglos de dominación colonial. La llegada al poder de una sección de la clase media nativa, como un medio de desviar y evitar que la clase obrera tome el poder (gracias al stalinismo), le dio una nueva forma al control del imperialismo. Todas los “movimientos de liberación” fueron bonapartistas, posando como figuras paternas o tomando la forma de dictaduras militares; todas ellas generalmente se elevaban por encima de los conflictos de clases pero en última instancia actuando a favor de los intereses imperialistas, garantizando su dominación de las masas. Luego de décadas de experiencia con estos regímenes bonapartistas en las semicolonias, se están exponiendo como antiobreros y como correa de transmisión de arrojar crisis capitalista mundial sobre la clase obrera y los pobres. Con una destrucción a gran escala del campesinado y aumento del proletariado, el capitalismo ha engendrado a su sepulturero. El mayor peso del proletariado a escala mundial, especialmente en las semicolonias, es lo que le da a las revoluciones “tunecinas” una base sólida y así la tendencia a ir hasta el final en las luchas actuales. Revoluciones son posibles en Arabia Saudita y los Emiratos Árabes, China, Zimbabwe, Corea, Rusia, Jordania, Yemen, Libia, contra Israel, etc. Por otro lado la profundidad de la crisis capitalista también significa que la clase obrera en los centros imperialistas están bajo un ataque sin precedentes. A medida que la disputa interimperialista se agudiza, algunos de los imperialismos menores como Grecia están siendo empujados a convertirse en semicolonias. El partido de Ben Ali (hasta que fue tardíamente expulsado) era parte de la Internacional “Socialista” como el Pasok, el partido que actualmente gobierna en Grecia que está largando la misma ofensiva del FMI contra las masas (el mismo que el Partido Socialista de Francia, el Partido Laborista en Gran Bretaña lanzaron ayer, y que hoy es llevada adelante por Sarkozy y Cameron-Brown). Las masas tunecinas muestran el camino para el proletariado griego, francés, británico y de Europa en general. La cuestión es que para que las masas consigan el pan y el trabajo, la clase obrera debe tomar el poder a través de formas revolucionarias. Es mas, la relación entre el imperialismo con las semicolonias es que generalmente las semicolonias son plantas ensambladoras, almacenes y exportadores de materias primas para el imperialismo. Por ende, por ejemplo, una revolución obrera en una semicolonia debe estar directamente relacionada con la toma del poder de la clase obrera en varios centros imperialistas para poder conseguir el pan y el trabajo. Es por eso que la heroica revolución en Túnez y Egipto debe ser extendida por la toma del poder de la clase obrera a través de la revolución en la Europa imperialista y en EE.UU., por ejemplo, para conquistar el socialismo. Esta tarea plantea la puesta en pie de una Internacional revolucionaria con secciones en las semicolonias y los centros imperialistas como tarea inmediata. La última fase de la crisis imperialista mundial que comenzó en 2008 está signada por el acaparamiento de la comida del mundo, como el trigo, soja, etc. para hacer subir los precios; está nuevamente marcada por el aumento artificial del precio del petróleo. Estos son las medidas desesperadas del imperialismo para aumentar sus ganancias, sin importar que miles de millones en el mundo sean empujadas al hambre y la muerte. Estas son las condiciones objetivas para la revolución socialista a escala mundial. Mientras los capitalistas comienzan su ofensiva contrarrevolucionaria mundial, Túnez y ahora Egipto, marcan el camino para la clase obrera mundial hacia una ofensiva revolucionaria. El fantasma del socialismo nuevamente sobrevuela las cabezas de las fuerzas capitalistas. Fracción Leninista Trotskista Internacional |