31 de Agosto de 2011
Manifestación revolucionaria en Misarrata contra el gobierno del CNT
HAN COMENZADO MOVILIZACIONES ARMADAS DE LAS MASAS REVOLUCIONARIAS DE MISARRATA CONTRA LOS GENERALES DEL CNT
Los que dieron su vida en el campo de batalla, siendo la avanzada del combate contra Khadafy y la OTAN, se rebelan al grito de: ¡Fuera Shkal el general de la 32º brigada que estuvo bajo el mando del hijo de Khadafy, el carnicero Khamis!
Días atrás, Mahmoud Jabril, el primer ministro del Consejo Nacional de Transición, nombró a Albarrani Shkal para que asuma como jefe de seguridad de Trípoli. Así el imperialismo anglo-yanqui y sus agentes del CNT daban inicio al plan de la reconstrucción del estado burgués.
Pero esta primera designación, promulgada por el CNT, no tuvo ninguna aceptación en las masas de Misarrata. Es que este siniestro personaje, Shkal, fue general de la 32° Brigada del ejército contrarrevolucionario khadafista, que estaba bajo el mando de Khamis, hijo de Khadafy.
Las protestas estallaron en las primeras horas de la mañana del 29 de agosto en la Plaza de los Mártires, con cientos de manifestantes que empuñaban sus armas gritando que "la sangre de los mártires" sería traicionada por el nombramiento.
Esta movilización revolucionaria de las masas impuso que el Consejo gobernante de Misarrata le comunique al CNT, que “si el nombramiento se confirma, las unidades rebeldes de Misarrata desplegadas en tareas de seguridad en Trípoli se negarían a seguir las órdenes del CNT”.
La burguesía está aterrorizada. Las masas armadas no se someten a su control y hacen sentir todo el peso de la democracia revolucionaria. ¡Los que luchamos y pusimos los muertos, somos los que decidimos!
“Las protestas de Misarrata plantean un problema potencial para el CNT” –afirma la prensa imperialista-, ya que “las unidades rebeldes” de la heroica Misarrata, junto a las milicias que desde las montañas de Nafousa ingresaban por el oeste a Trípoli, fueron las que pusieron de rodillas a las fuerzas contrarrevolucionarias de Khadafy en los puntos estratégicos de la Capital.
Los milicianos libios que se movilizaron en Misarrata en repudio a la política del CNT, además de ser mil veces más perspicaces que los estados mayores de la izquierda reformista, pusieron al desnudo la siniestra trampa de la OTAN y de la burguesía del “frente democrático” de montar un gobierno transicional junto a los oficiales y funcionarios khadafistas pasados de bando a última hora.
Esta primera acción, que se materializó en una demostración de fuerzas de las milicias en Misarrata, concentra los primeros elementos de una verdadera lucha contra la OTAN y el CNT y una implacable decisión de las masas revolucionarias a tomar la solución de los problemas en sus manos. ¡Las armas no se entregan! ¡Las milicias no se disuelven! ¡Viva la manifestación de las masas en Misarrata! ¡Así se enfrenta a los que quieren expropiar la revolución! ¡No se acata ninguna orden de la burguesía proimperialista del CNT, que no tiró un solo tiro contra Khadafy! Como gritan los milicianos: “¡La sangre de los mártires no será negociada!” ¡A los oficiales los eligen los que combaten, los milicianos y los soldados rasos!
Lo único que tiene legitimidad para la amplia mayoría de la clase obrera y los explotados que combatieron y derrotaron a Khadafy, son los organismos que éstas pusieron en pié y son los que deben decidir: ¡Congreso Nacional de las milicias obreras y populares, los consejos barriales de Trípoli, Bengasi y Misarrata, de los comités obreros y de soldados rasos!
¡Hay que desconocer a todo gobierno del CNT proimperialista en Bengasi, Trípoli y en toda Libia! ¡Ellos quieren recomponer al estado asesino, que las masas demolieron! ¡Por un Gobierno Provisional Revolucionario de las milicias obreras y populares, los comités de soldados rasos y los comités obreros y populares de toda Libia! Como declaran los insurrectos en Trípoli: “la insurrección ha triunfado, pero la revolución recién comienza”.
Ante esta verdadera guerra civil contra el CNT, la izquierda reformista demuestra todo su servilismo para con la burguesía
Estas magníficas protestas de las masas en Misarrata demuestran que ha comenzado la guerra civil en los territorios controlados por el CNT.
Y cuando esto sucede, gobiernos “bolivarianos” como el de Chávez, direcciones estalinistas y grupos de los renegados del trotskismo afirman que las masas sublevadas de Libia son “tropas terrestres de la OTAN” o “agentes de la CIA”.
Los milicianos son raros “agentes del imperialismo” que han sido detenidos en las mazmorras del CNT y la OTAN, por pelear por que sus jefes y oficiales sean elegidos por quienes luchan en el frente batalla, y no por los funcionarios khadafistas pasados a último momento al bando de la revolución para estrangularla. Solamente los insurgentes presos fueron liberados cuando las masas insurrectas ganaron las calles y se tomaron las comisarías.
Estas direcciones son los verdaderos sirvientes de la OTAN, que actúan peor que Stalin en los ´30 cuando acusaba a los trotskistas y al POUM en la guerra civil española de ser “agentes de Franco”.
Es que afirmar que los combatientes libios son “tropas terrestres del imperialismo” es preparar las condiciones para que la OTAN y el CNT larguen una brutal represión para desarmar a las masas. Son lacayos del imperialismo que hoy continúan realizando el trabajo sucio que ayer realizaba la lacra estalinista, esta vez, dejando aislados a los combatientes para que los mate la V Columna del CNT.
Estas direcciones reformistas merecen el repudio de la clase obrera mundial. Los más descarados han sido las corrientes de la izquierda norteamericana, sirvientes de Obama y el sionismo, distintas sectas de renegados del trotskismo de América Latina, y varios agentes de gobiernos cipayos del imperialismo.
Este último es el caso de D´elía, un dirigente que dice ser de los desocupados y en realidad es un lacayo pago por el gobierno de Kirchner en Argentina, quien acusó de forma desfachatada a los combatientes internacionalistas que luchan en Misarrata de haber sido reclutados por la “Fuerza Aérea Británica como mercenarios de la OTAN”.
Este dirigente es empleado de uno de los gobiernos más cipayos del imperialismo en América Latina, que le pagó 10.000 millones de dólares al FMI y tiene sus manos manchadas con la sangre de más de 14 explotados. D´elía es un empleado pagado por las transnacionales en Argentina para defender la política de Khadafy, quien fuera sostenido por más de 40 años por las potencias imperialistas.
Estamos ante un bloque de “bolivarianos”, estalinistas y renegados de trotskismo, que fueron reclutados para que las masas que conquistaron el armamento y derrotaron a la casta de oficiales, esta vez no profundicen su lucha para derrotar al CNT. Quieren evitar que su camino sea seguido por las masas sublevadas de Túnez y Egipto, y de Grecia, España e Inglaterra.
A esta “santa alianza” le pagan para defenderle el bolsillo izquierdo al imperialismo. Ellos tienen legalidad en los regímenes burgueses, mientras la clase obrera es sometida a la más brutal esclavitud.
En el mundo del fango de las direcciones traidoras, es donde chapucean los que acusan de ser “de la OTAN y el imperialismo” a los que combaten contra Khadafy, y ahora contra el CNT. Cuando ellos son los que se niegan a plantear “abajo los hermanos Castro”, esos cipayos de Obama, que están despidiendo a un millón de obreros y restituyendo el derecho a herencia para terminar de entregar Cuba al imperialismo, su níquel y los nuevos “prostíbulos” y hoteles de lujo, que nada tienen que envidiarle a la Cuba de Batista.
Llegó la hora de marcar con claridad, y ese es rol de los revolucionarios, quiénes son los aliados y quiénes son los verdaderos enemigos de la clase obrera: Khadafy, el CNT, la OTAN y estos lacayos del imperialismo al interior del movimiento obrero.