Noviembre de 2011
A propósito de la Juventud “Combativa y Revolucionaria” del PTR-PTS: ¿Nace una nueva Jota?
Presentamos a continuación un aporte que nos han hecho llegar los camaradas del POI-CI al Boletín Contra la Corriente. El mismo consiste en una polémica contra el llamado que el PTR junto a sus agrupaciones juveniles hacen para poner en pie una “Juventud Combativa y Revolucionaria”. Publicamos este artículo, al cual adherimos en su contenido como Contra la Corriente, con la intención, no de generar divisiones ficticias al interior del movimiento estudiantil chileno, sino para develar, ante los ojos de nuestros compañeros combativos, el verdadero carácter reformista de este llamado, que se hace en nombre de la Revolución.
Hace poco más de un mes que el PTR (que se autoproclama trotskista), junto a sus agrupaciones colaterales “Las Armas de la Crítica” y “Abran Paso” están haciendo un llamado a poner en pie una “Juventud Combativa y Revolucionaria”. Lo hace en nombre de “la juventud combativa, que en las marchas, en las tomas, en los paros y en las barricadas plantea la educación gratuita como exigencia inmediata”.
Ante este llamado, es necesario develar el verdadero carácter de este llamado del PTR y sus agrupaciones colaterales. Los puntos centrales que plantea este llamado son: educación gratuita como demanda inmediata y financiada en un 100% por el estado; por “recuperar nuestros organismos refundándolos bajo la democracia directa”; por echar “abajo a las cúpulas burocráticas de la JJ.CC. y la Concertación”; “Basta de represión a los que luchan”; luchar por la “unidad con los trabajadores” y “terminar con la herencia pinochetista”, con una “Asamblea Constituyente”.
Este llamado lo realiza el PTR en medio de un histórico combate revolucionario protagonizado por la juventud obrera, estudiantil, y, por cierto, por los batallones centrales de la clase obrera, que han venido peleando desde comienzos de este 2011. La lucha que ha planteado abiertamente la juventud y la clase obrera, no ha sido sólo “la educación gratuita financiado un 100% por el estado”, sino que el grito de guerra que motorizó esta lucha fue “renacionalización del cobre bajo control de los trabajadores para la educación gratuita y el salario digno”. Es decir, la expropiación del imperialismo, cuestión que la “juventud combativa y revolucionaria” curiosamente olvida. Es decir, la que propone el PTR es una juventud mucho menos combativa que la que impulsa esta lucha y la que, “desde las marchas, tomas, paros y barricadas” ha planteado la educación gratuita y la expropiación del cobre. Lo que propone es una juventud que no lucha contra el imperialismo, en un país semicolonial como Chile, ni hace suyas las demandas reales y sentidas de las masas en lucha. Pero, lo que es peor, el PTR ni siquiera llama a poner en pie una juventud “revolucionaria” que luche por la revolución.
Una juventud “revolucionaria” que no lucha por la revolución, sino por una “Asamblea Constituyente” que “termine con la herencia pinochetista”
Esta juventud “combativa y revolucionaria” que llama a levantar el PTR, curiosamente, no llama, en ninguna parte ni de ninguna forma, a pelear abiertamente por la revolución proletaria, ni por la toma del poder por parte de la clase obrera, ni menos por echar abajo al gobierno de Piñera y al régimen pinochetista.
Para ellos, la salida a la profunda crisis social que atraviesa Chile, como parte de la crisis mundial, es… una Asamblea Constituyente (cuestión que también plantea, por cierto, el PC). Sí, para el PTR la salida a la crisis en Chile vendrá de la mano de una Asamblea Constituyente “verdaderamente democrática”. ¿Pero cómo conseguir una Asamblea Constituyente que sea verdaderamente democrática? ¿Derrotando al régimen que dejó Pinochet? Para el PTR no es necesario. ¿Echando abajo al gobierno pinochetista de Piñera? Tampoco hace falta. ¿Demoliendo la casta de oficiales asesinos que protegen los intereses de la burguesía imperialista, tal como lo demostró el golpe militar del imperialismo el 73? Tampoco hay que hacer eso. ¿Llamando a poner en pie los Cordones Industriales, verdaderos órganos de poder obrero, y las milicias obreras para defender esa Asamblea? No, para estos “trotskistas” no es necesario. Para la dirección del PTR, entonces, se trata de una Asamblea Constituyente conquistada mediante la vieja política stalinista de la “vía pacífica”, esta vez ni siquiera al socialismo, sino, insistimos, a la Asamblea Constituyente, que es también (al igual que el plebiscito, aunque más extrema) una forma de democracia burguesa, o “para ricos”. Es decir, esta juventud “revolucionaria” no pelea por la revolución, por la toma del poder por la clase obrera, por la expropiación de la burguesía, por la derrota, política y física del stalinismo, sino por la democracia burguesa extrema.
El PTR dice, entonces, en momentos en que todas las instituciones del régimen pinochetista están en crisis producto de la movilización de masas, que hay que hacer una Asamblea Constituyente, para conseguir, primero, la democracia, extrema, y luego, en un futuro lejano, podremos pelear por el socialismo, o una “República de Trabajadores”. Esta no es más que la reedición de la vieja política stalinista de la “revolución por etapas”. Hoy peleamos, dice el PTR, por la educación gratuita como demanda inmediata, mañana peleamos por la Asamblea Constituyente, y así, paso a paso, avanzamos al socialismo. Esta política es enemiga del trotskimo revolucionario, el cual insiste en usar para sí el PTR. Justamente, en las tesis de la Revolución Permanente, Trotsky plantea una lógica opuesta a la del PTR, cuando plantea, para el mundo colonial y semicolonial, la forma en que pueden y deben conquistarse las demandas democráticas de las masas, que, en la época imperialista, ninguna burguesía puede darle a las masas (ni siquiera el régimen “democrático” chileno): “2- Con respecto a los países de desarrollo burgués retrasado, y en particular de los coloniales y semicoloniales, la teoría de la revolución permanente significa que la resolución íntegra y efectiva de sus fines democráticos y de su emancipación nacional tan sólo puede concebirse por medio de la dictadura del proletariado, empuñando éste el poder como caudillo de la nación oprimida y, ante todo, de sus masas campesinas.
3- El problema agrario, y con él el problema nacional, asignan a los campesinos, que constituyen la mayoría aplastante de la población de los países atrasados, un puesto excepcional en la revolución democrática. Sin la alianza del proletariado con los campesinos, los fines de la revolución democrática no sólo no pueden realizarse, sino que ni siquiera cabe plantearlos seriamente. Sin embargo, la alianza de estas dos clases no es factible más que luchando irreconciliablemente contra la influencia de la burguesía liberal-nacional”. Pero el PTR, ya enemistado a muerte con el trotskismo, dice que la educación gratuita (demanda democrático – revolucionaria), la democracia, la justicia para nuestros mártires, etc., se pueden lograr sin echar abajo a los gobiernos, sin largar una resuelta lucha revolucionaria que arrincone a la burguesía, con la clase obrera acaudillando a todas las masas explotadas.
Lo que llama a levantar la dirección del PTR, entonces, es una juventud democrática, que luche por reformas democráticas, que no luche por demoler las instituciones del régimen burgués, pues todo se resuelve con la extrema democracia de la Asamblea Constituyente. Terminan así como consejeros de la burguesía, de lo que debe hacer para impedir lo que está planteado: la apertura de una crisis revolucionaria.
La misma lógica emplea en la lucha intestina del movimiento estudiantil chileno contra las direcciones traidoras. Para el PTR, al PC no hay que derrotarlo, sino “desplazarlo” en elecciones.
Para el PTR, al Partido Comunista no se le derrota en guerra civil, sino que se le “desplaza” en las urnas…con mucha democracia
Los últimos hechos han demostrado el verdadero carácter de esta nueva agrupación del PTR. Han largado listas para presentarse a las elecciones en la FECH y desesperan por hacer lo mismo en la USACH. Dicen que es para refundar nuestros organismos y derrotar a la Jota. Pero si las derrotas a las Jota, más que sean parciales, no se han producido en ninguna urna electoral universitaria, sino en las calles y en las asambleas de los estudiantes en lucha. El grito de guerra de la juventud combativa chilena no es “hagamos listas combativas para desplazar a la Jota y la Concertación”. El grito de guerra de la juventud chilena ha sido: “¡Los pacos de rojo son los peligrosos!”, “¡Se va a acabar, se va a morir, la burocracia estudiantil!”, “¡La Jota, la Jota, la Jota al paredón, educación gratuita sin negociación!”. Por supuesto, con esto no tienen acuerdo, pues para el PTR el Partido Comunista es un partido reformista, pero obrero, y hay que convencerlo a él y a quienes lo siguen de lo equivocado de su política. No son pacos rojos, sino reformistas equivocados, no nos entregan a los pacos en cada marcha, ellos usan los argumentos para desmovilizar y entregar nuestra lucha, ellos no negocian a espaldas ni están corruptos, sino que solo tienen métodos burocráticos, por lo que hay desplazarlos en limpia y democrática competencia electoral. Para la vanguardia estudiantil no es así. Ya quedó demostrado en la USACH, donde cientos de compañeros combativos echaron, sin votaciones “democráticas” ni peleas ideológicas, del ampliado el pasado 11 de noviembre. La base combativa de la USACH expulsó a la fuerza al PC de la asamblea porque éste entregó a decenas de compañeros a los pacos y no son “compañeros” de los que luchan.
Pero para el PTR, cuando la vanguardia combativa odia y expulsa de sus asambleas y piquetes de lucha al PC, llama a no “sobrepasarse” con ellos, puesto que hay que “discutirles” su entrega de la lucha, que el PC realiza mediante pacos, delaciones y acuerdos espurios con nuestros verdugos. Al PC se le enfrenta, dice el PTR, en las urnas, con estatutos universitarios viciados y con “muchos argumentos”, cuando los únicos argumentos del PC son los palos, los pacos rojos, los pacos verdes y las delaciones. Nada tiene que ver esta juventud que quieren levantar estos falsos trotskistas con la juventud revolucionaria y combativa (pero en serio) de Grecia que enfrenta al PC, no en las urnas, sino en las calles, con bombas molotov y palos, porque identifica al PC, al igual que la verdadera vanguardia de la juventud chilena, como agentes del enemigo, como enemigos de clase, y como defensores de los regímenes antiobreros.
¿Asimismo proponen, entonces, estos supuestos “trotskistas”, enfrentar a la burocracia castrista en Cuba que restaura el capitalismo de la mano del carnicero Obama y los hermanos Castro? ¿Con elecciones? El PTR, supuestamente trotskista, devela acá su verdadero rostro: son sostenedores del stalinismo, que comienza a ser odiado por amplios sectores de las masas en lucha, en Chile, Grecia, etc. En Cuba, entonces, para el PTR no hay que hacer la revolución política para derrotar, en guerra civil –sí, con violencia física, milicias obreras y combate a muerte contra la burocracia castrista, es decir, contra el PC-, a la burocracia castrista, sino que sólo hay que darles muchos argumentos para convencer a su base y ganar mayoría mediante elecciones “democráticas”. Eso, lejos de tener algo que ver con el programa trotskista de la revolución política, es en realidad un programa de revolución democrática, pacifista.
Pero, a pesar y en contra del PTR, el programa del stalinismo ya es odiado ampliamente por la vanguardia revolucionaria de la juventud, quien ha demostrado poseer una conciencia infinitamente superior al programa democratista del PTR.
La vanguardia de la juventud chilena impuso la demanda de educación gratuita contra el PC y su arancel diferenciado, y le quebró –con la hermosa y ejemplar intransigencia de la juventud obrera de los Liceos Técnicos Profesionales y la ACES- la mesa de negociación al PC, la Concertación y el gobierno pinochetista de Piñera. La vanguardia sabe quien es el PC, lo identifica como pacos rojos, lo enfrenta en las calles, lo expulsa de sus asambleas, y el PTR le quiere dar nuevas oportunidades mediante “elecciones democráticas en las universidades”, y así legitimar las mismas instituciones podridas que la juventud, al calor de su lucha, ha ido demoliendo y poniendo en su lugar nuevas organizaciones. Con sus listas “combativas” a las elecciones en las federaciones, el PTR legitima las instituciones burocráticas que la vanguardia revolucionaria y combativa (la verdadera) de la juventud ha ido destruyendo al calor de su lucha, y de esta forma busca empujar al retroceso todo lo avanzado en estos intensos meses de lucha. Finalmente, con esto se muestra enemigo de que los estudiantes y jóvenes revolucionarios se doten de sus propios organismos de democracia directa (por más que digan que los refundarán desde las elecciones), con sus propios métodos de lucha política contra las direcciones traidoras y burocráticas.
Lo mismo plantea el PTR al interior del movimiento obrero. Para ellos, al Partido Comunista y a las direcciones traidoras se las “desplaza”, “disputándole los espacios” mediante elecciones. Esto, lejos de los principios de la democracia obrera, es decir, de la democracia de los que luchan, contiene una concepción de “democracia pura”, donde los rompehuelgas, los delatores, los pacos rojos, deben tener la misma democracia que quienes sostienen cotidianamente la lucha contra la burguesía.
Lejos del trotskismo, que proclamó que se acabó hace tiempo la época de los programas nacionales, propone poner en pie una juventud “revolucionaria y combativa” profundamente nacionalista
A pesar de autoproclamarse “trotskista”, el PTR ni se inmuta cuando el llamado que hace para levantar una juventud “combativa y revolucionaria” no levanta un solo punto internacionalista en su programa, más que decir que “son parte” de la juventud que se alza en el mundo. Es que, para el PTR, el combate revolucionario chileno no tiene mucho que ver con el combate que hoy se da en las calles de Estados Unidos. Su “internacional” no ha organizado una sola acción internacionalista, a pesar de que dicen influenciar y tener presencia en varios países, en solidaridad con el combate en Chile, más que saludos a la bandera. Para el PTR, la juventud “combativa y revolucionaria” chilena no debe atar su suerte, en el más estricto sentido de la expresión, al combate de sus hermanos que, por ejemplo, en Japón cercan la embajada chilena para liberar a los presos políticos chilenos y soldar la unidad, por sobre las fronteras, de los explotados del mundo contra los mismos enemigos.
Lamentablemente, este llamado termina siendo a poner en pie una juventud chilena, nacional, reformista y democrática. Es que el PTR es parte del ala izquierda de la V Internacional y el Foro Social Mundial de Chávez, Castro, Morales, etc., quienes se han encargado de someter, una y otra vez, cada combate de la clase obrera, país por país, a sus propias burguesías nacionales, sosteniendo así la estafa de la Revolución Bolivariana, con la que fuese expropiada la revolución latinoamericana a principios de este siglo.
Su “unidad con los trabajadores”: un saludo a la bandera
El PTR llama a unirse con los trabajadores, pero como un simple saludo a la bandera. ¿Cómo? ¿Bajo qué programa? ¿Con qué demandas? Es secundario para ellos. Niegan así que esta lucha es de la clase obrera y los explotados, que la lucha por la educación es una lucha por defender el salario obrero que es carcomido por los gastos en educación y salud y que, solo de la mano de la clase obrera, expropiando al cobre y erigiéndose como caudillo de la nación, podrá haber educación gratuita, salarios dignos y todas nuestras demandas. Niegan y ocultan así que la juventud que hoy combate es la juventud de los hijos y nietos de los obreros revolucionarios de los gloriosos Cordones Industriales, que peleaban por expropiar a la burguesía y expulsar al imperialismo, y que su vanguardia son los estudiantes secundarios de colegios industriales, quienes rompieron la mesa, y que sólo se conseguirán nuestras demandas con la clase obrera, en maniobras revolucionarias, poniéndole el pie en el pecho a los explotadores.
Para ellos, la unidad con los trabajadores es una linda consigna, pero no una necesidad de vida o muerte para el triunfo de nuestra lucha. Por ello, en el programa que plantea el PTR y su llamado a la juventud “combativa y revolucionaria” no aparece ninguna consigna concreta que materialice la unidad obrero estudiantil, como la huelga general revolucionaria que le ponga el pie en el pecho a los explotadores, para, de verdad, ir a pelear por todo, con la clase obrera acaudillando al conjunto de las masas explotadas. De hecho, eso fue lo que planteó el mayo del 68, cuando la juventud y la clase obrera se unificaron en un mismo combate, no en el sentido romántico y abstracto de la expresión, sino en los hechos, con la huelga general revolucionaria que sacudió a Francia y al mundo entero. De esta tradición de juventudes combativas y revolucionarias, este llamado que largan estos ex trotskistas, no rescata absolutamente nada.
El PTR, definitivamente, le quiere salvar la vida al Partido Comunista, y busca dar origen a una “Jota alternativa”
Este llamado a poner en pie una juventud “revolucionaria y combativa”, lamentablemente, es un llamado a levantar una juventud que nada tiene que ver con la juventud que se pone de pie a lo largo del planeta protagonizando revoluciones, sí, revoluciones, como en el Norte de África y Medio Oriente, que comienza a dar combates internacionales y antiimperialistas, como los indignados de Estados Unidos y de Europa, quienes llaman a acciones mundiales contra los parásitos de Wall Strett y los banqueros, y como la juventud antiimperialista japonesa que ata su suerte al futuro de la lucha de los estudiantes chilenos; que enfrenta a nuestros enemigos al interior de nuestras filas como lo hacen la juventud chilena y griega contra los “pacos rojos” del PC.
El PTR dice que al PC no hay que derrotarlo en las calles y asambleas de lucha como lo hace la juventud griega y chilena, sino en las urnas. Tanta palabrería de “combativo” y “revolucionario”, no terminad siendo más que para levantar nuevas candidaturas en las universidades y colegios, “desplazar” al PC y ocupar su lugar, pero “menos burocráticamente”, aunque, sí, con el mismo programa: democracia burguesa extrema. Es el nacimiento de una nueva Jota, alternativa, más democrática, pero democrática al fin y al cabo. Para esto no es necesario expulsar al PC, sino, insistimos, derrotarlos en las urnas, darles nuevas oportunidades para reivindicarse.
Una clara muestra de que esta juventud nada tiene de revolucionaria, ni de clasista, es que ni siquiera se llama a luchar, como demanda mínima, por la libertad inmediata e incondicional de los presos políticos y los perseguidos por luchar, sino que sólo se llama a luchar por un “juicio y castigo” (¡con los jueces y la justicia del régimen de Pinochet!) para los asesinos de Manuel Gutiérrez. ¿Tribunales obreros y populares? No, porque eso es parte de un programa revolucionario, que parte de la base de la necesidad de demoler todas las instituciones pinochetistas. El PTR dice que se puede, dentro de este régimen, conseguir justicia para nuestros mártires.
Esta Jota alternativa, más alla de sus pomposos nombres, termina siendo así un nuevo obstáculo para la vanguardia revolucionaria de la juventud, que ya suficientes charlatanes reformistas tiene por delante, que le dicen, a coro, que todo se resuelve con democracia, con diputados “de izquierda” en Argentina (diciendo que desde el Parlamento, con Kirchner en la presidencia, las masas tendrán solución a sus demandas), con “listas combativas” en las universidades y con “Asambleas Constituyentes”, como las que se ponen en pie en el Norte de África y Medio Oriente hoy para expropiar la lucha de las masas revolucionarias. Es que, para el PTR lo que hubo en el Norte de África y Medio Oriente son “primaveras de los pueblos” (es decir, revoluciones donde la burguesía, sí, la burguesía, “democrática” armó al proletariado para derrotar a la burguesía “fascista”), y, luego, los que habrían asesinado al chacal Khadafy, para el PTR, no fueron las milicias revolucionarias, sino la CIA. Es decir, primero a los pies de la burguesía democrática, y luego de Khadafy. Del lado de las masas revolucionarias nunca.Finalmente, para el PTR se puede construir una juventud revolucionaria por fuera de la pelea por refundar la IV Internacional revolucionaria. Esto es la negación total de la estrategia trotskista para poner e pie una juventud obrera, revolucionaria, combativa e internacionalista.
Para los trotskistas, en cambio, esta planteado poner en pie una juventud revolucionaria, es decir, que pelee por la revolución socialista, trotskista, es decir, que luche por refundar el Partido Mundial de la Revolución Socialista, la IV Internacional: internacionalista, es decir, que afirme que se acabó la época de los programas nacionales y que ate su suerte al combate de sus hermanos de clase en todo el mundo; y profundamente pro-obrera, pues debe atar la suerte de su triunfo al triunfo de la revolución proletaria, con la toma del poder por parte de la clase obrera.
Partido Obrero Internacionalista – Cuarta Internacional
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