Organizador Obrero Internacional
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Diciembre 2012

A pesar y en contra de todas las direcciones reformistas
EL INTERNACIONALISMO DE LA CLASE OBRERA COMIENZA A PONERSE DE PIE


Presentamos a nuestros lectores esta tercera parte del Organizador Obrero Internacional Nº 15, vocero de la Fracción Leninista Trotskista Internacional, que completa la publicación de esta edición -junto con la primera y segundas partes que han salido anteriormente-, que concentra distintas declaraciones y artículos dando respuesta a los test ácidos más importantes de la lucha de clases a nivel internacional, donde las masas han irrumpido en nuevas ofensivas revolucionarias contra los explotadores.

En este número, publicamos en primer lugar una declaración que hace a la actualidad de los nuevos acontecimientos en el Norte de África y Medio Oriente, donde las heroicas masas de Egipto retoman su combate protagonizando verdaderas jornadas revolucionarias contra el gobierno y el régimen de Tantawi y la casta de oficiales de las Fuerzas Armadas, continuadores de Mubarak. Los explotados han vuelto a ocupar la Plaza Tahrir para recuperar la revolución que vino a expropiarles ese gobierno cipayo del imperialismo, luego de que los obreros y explotados hicieran rodar la cabeza del asesino Mubarak en febrero pasado. 
Mientras, las masas sirias continúan su enorme lucha revolucionaria contra el gobierno de Al Assad y amenazan con transformar a Siria en una “nueva Libia”, donde los explotados han partido el ejército y conquistado el armamento. Por ello, también en estas páginas del OOI el lector podrá encontrar un artículo dando cuentas de la lucha de clases en Siria y de la ofensiva militar que prepara el imperialismo, junto a la Liga Árabe, contra las masas.  

Junto con esto, reproducimos una carta enviada por el Secretariado de Coordinación Internacional de la FLTI a los compañeros de la JRCL-RMF (Liga Comunista Revolucionaria de Japón – Fracción Marxista Revolucionaria), quienes el próximo 4/12 estarán realizando un Acto con delegados de todo el país. Desde la FLTI le hemos hecho llegar esta adhesión al Acto en Japón, con distintas mociones de combate para fortalecer la lucha internacionalista que venimos llevando adelante ambas organizaciones, golpeando juntos sobre los procesos de avanzada de la clase obrera mundial y su juventud, como pudimos hacerlo organizando una marcha a la embajada de Chile en Japón, encabezada por los indomables estudiantes Zengakuren, en apoyo con la lucha de los aguerridos estudiantes chilenos. Esta vez, se trata de poner todas las fuerzas al servicio de sublevar al proletariado y la juventud de Japón contra su propia burguesía imperialista a favor de la clase obrera China que combate contra las transnacionales japonesas y yanquis.

Además publicamos el balance del Acto internacionalista realizado en Buenos Aires (Argentina) en solidaridad con las heroicas masas insurrectas de Libia que están siendo atacadas por el CNT, los generales khadafistas y el imperialismo, luego del ajusticiamiento del chacal Khadafy a manos de los explotados revolucionarios. 
Este Acto fue convocado por varias organizaciones que se encuentran impulsando una Campaña Internacional en defensa de los explotados insurrectos de Libia y sus organizaciones y populares de lucha, junto al compañero Yussef Mohammad al-Arjentiny, un joven luchador internacionalista que estuvo combatiendo en los acontecimientos revolucionarios del Norte de África y Medio Oriente. 
En dicho acto, las organizaciones presentes acordaron la puesta en pie de un Comité Internacional en defensa de las masas revolucionarias de Libia, cuestión que constituye un enorme primer paso adelante en la lucha por romper el aislamiento impuesto contra los explotados de la región.

Por último, reproducimos el llamamiento de los jóvenes de “Contra la Corriente” de Chile por una juventud revolucionaria internacionalista bajo las banderas de la IV Internacional y la revolución socialista internacional, realizado desde el corazón del combate revolucionario de las masas explotadas de Chile, cuya avanzada son los estudiantes, hijos y nietos de los obreros que protagonizaron la revolución de los Cordones Industriales en los ’70. 
Junto a esto, publicamos el programa de la “Plataforma de lucha de la juventud trabajadora”, programa votado en la Conferencia de la Juventud de la IV Internacional en septiembre de 1938, la cual mantiene total actualidad y da respuesta a las demandas más sentidas de las nuevas generaciones de la clase obrera que se han ubicado como vanguardia de los combates en Chile y a nivel mundial contra el ataque despiadado de los capitalistas.

Además en estas páginas editamos una polémica de los compañeros del POI-CI de Chile contra el PTR –un partido “satélite” del PTS de Argentina- que ha llamado a poner en pie una “Juventud Combativa y Revolucionaria”, que como demostramos en dicho artículo, levanta el mismo programa que la juventud del Partido Comunista, odiada por los estudiantes en lucha.

Este número 15 del OOI que apareció en diversas partes, concentra los documentos y elaboraciones de nuestra corriente hacia el III Congreso de la FLTI que se realizará próximamente. En dicho Congreso nuestra fracción internacional deberá debatir y resolver sobre las nuevas tareas y desafíos de los trotskistas internacionalistas bajo las condiciones actuales de la situación mundial, signada por el desarrollo del crac de la economía capitalista, que a continuación presentaremos.

La crisis de la economía mundial continúa siendo una catástrofe del sistema capitalista imperialista

La crisis económica mundial desatada en el año 2007 no da sosiego. La bancarrota del sistema capitalista no se detiene. Cada día aumenta más el parasitismo del capital financiero internacional que generó suculentos valores ficticios que el trabajo humano aún no ha creado.
Esto a diferencia de la crisis de los ’30, cuando el capitalismo se depuró a sí mismo destruyendo todos los valores ficticios y concentrando los valores reales, preparando soluciones estratégicas para salir de su crisis, como la contrarrevolución y la guerra. 
En cambio, en esta crisis se desarrolla un parasitismo que regenera permanentemente la creación de valores ficticios que, a su vez, se alejan cada vez más de la producción de bienes reales y de los valores que éstos realmente expresan como trabajo socialmente necesario para su producción. Así hoy, el capitalismo no se depura ni ajusta los valores a los bienes reales creados. Impide ese proceso con más parasitismo y atacando violentamente a la clase obrera y las masas para que paguen los costos del tsunami de la crisis mundial. 
El crac actual estalló en Estados Unidos, la potencia imperialista dominante, quien le está tirando toda su crisis al mundo para que la paguen las masas, y también las potencias imperialistas menores. 
Contra todos los marxistas vulgares de la izquierda reformista mundial, que sostienen que “ésta es una crisis más” y “no es tan grave como la de los ‘30”, los trotskistas de la FLTI afirmamos que estamos peor que en los ’30, porque la oligarquía financiera mundial ha falsificado todos sus balances; los estados imperialistas están en bancarrota, como en Europa, debido a que han utilizado todos sus fondos para salvar a los bancos que había quebrado con el crac del 2008; y mil millones de trabajadores están fuera del proceso productivo.

Estamos en presencia de una verdadera catástrofe del sistema capitalista mundial, a cada paso se achican los mercados y cada vez queda más claro que sobran potencias imperialistas en el planeta. 
Pero el capitalismo no se caerá solo. Si la clase obrera no da una salida, serán los piratas imperialistas los que la darán profundizando las condiciones de esclavitud de las masas y el saqueo de los pueblos oprimidos, y con una nueva guerra imperialista por el reparto del mundo. Nuevos choques y enfrentamientos decisivos entre las clases ya están aquí. La alternativa de hierro es o el triunfo de la revolución socialista, o el fascismo, la guerra y la barbarie a manos de este sistema capitalista.

La bancarrota de la economía capitalista es un verdadero brasero que enciende la revolución

La cuestión del desarrollo del crac de la economía mundial será un punto central de debate en el III Congreso de la FLTI. Es que en la situación mundial actual, la bancarrota imperialista actúa como el brasero que enciende la revolución. La clase obrera no puede soportar más el nivel de vida que le imponen esos chupasangres del capital financiero y sus gobiernos con su ataque desgarrador contra las conquistas de los explotados, y arremeten con nuevas luchas revolucionarias contra los capitalistas para que éstos paguen los costos de la crisis.

Hasta ahora, en las distintas respuestas revolucionarias que protagonizaron las masas ante la crisis mundial, había primado el peso de los viejos aparatos conservadores heredados del pasado, como el Foro Social Mundial y su ala izquierda, los renegados del trotskismo, que manipularon a las masas y traicionaron sus revoluciones.
Tan es así que con el crac del 2007/2008, había quedado claro ante millones de explotados del mundo que para comer y terminar con la miseria y todos sus padecimientos, había que derrotar a los parásitos de Wall Street, los comandantes en jefe de todos los enemigos del proletariado internacional. “El rey había quedado al desnudo”. Pero fueron estas direcciones de las burocracias sindicales y las aristocracias obreras, junto con los partidos social-imperialistas, estalinistas y de los ex trotskistas –reclutados y centralizados por el gran capital en crisis-,  los que se encargaron de que un gran telón vuelva a cubrir Wall Street, pregonando que la lucha que desataba la clase obrera era por “rectificar los ajustes”, “presionar a los gobiernos burgueses ‘progresistas’ para que cedan conquistas”, “apoyar a los ‘demócratas’ como Obama contra los ‘fascistas’ como Bush o el Tea Party”. 
Así fue cómo estas direcciones, en ese entonces, cercaron las primeras revoluciones y combates de los explotados en respuesta al ataque de los capitalistas, y sometieron a la clase obrera a múltiples desvíos parlamentarios, como sucedió desde el 2008 con los combates de la clase obrera de Grecia, España, Francia y toda la Europa imperialista, con las luchas revolucionarias de las masas de Guadalupe, Martinica y Madagascar, y tantos otros intentos de la clase obrera por derrotar la ofensiva imperialista.
Llevando estos combates a la derrota, con traiciones y miles de puñaladas por la espalda, lograron imponer la conciencia de que sin derrotar a Wall Street y a todos sus gobiernos, regímenes y estados, se podía seguir comiendo y viviendo.

Pero hoy las masas, al calor del feroz látigo del capital, irrumpen con nuevas ofensivas contra los explotadores. Una nueva oleada de lucha revolucionaria sacude al planeta desde el mes de enero, ante la irrupción de la cadena de revoluciones en Túnez, Egipto, Libia y todo el Norte de África y Medio Oriente que se puso de pie con las masas protagonizando insurrecciones, revueltas, huelgas revolucionarias, descalabrando los gobiernos y regímenes, partiendo los ejércitos como en Libia, e inclusive, con inmolaciones como la del joven obrero tunecino que encendió la chispa que prendió en toda la región
Estos procesos revolucionarios han resquebrajado los dispositivos de control del imperialismo en la región, pero centralmente han hecho estallar por los aires el cerco de las direcciones traidoras, en primer lugar, porque las masas irrumpieron iniciando la revolución proletaria para conquistar el pan, y esto se dio a pesar y en contra de todo el Foro Social Mundial, los bolivarianos, los ex trotskistas, las burocracias sindicales y los partidos social-imperialistas.

Con su ofensiva revolucionaria, la clase obrera y las masas comienzan a romper los cercos de las direcciones traidoras

El hecho más cualitativo de la lucha de clases hoy es que con esta oleada revolucionaria, el proletariado y las masas oprimidas del mundo empiezan a romper el cerco que las direcciones traidoras impusieron para atarle las manos a los explotados e impedir el triunfo de sus combates.

Así es que al torrente revolucionario se empieza a reincorporar la clase obrera norteamericana que ha sobrepasado a la burocracia de la AFL-CIO y a toda la izquierda reformista –que sometieron al proletariado de EE.UU. a ese Bush tiznado que es Obama-, y puso en pie el movimiento “Ocupemos Wall Street” y “Ocupemos Oakland” que plantea “¡volvamos al paro, volvamos a los piquetes y a tomar el puerto!”. El gigante de la clase obrera norteamericana amenaza con despertarse y ponerse de pie, inclusive con los obreros inmigrantes volviendo al combate; y se ha encargado de tirar el telón de las direcciones reformistas y dejar nuevamente a Wall Street al desnudo. 
Es que gracias a la lucha de los “indignados” de EE.UU., la amplia mayoría de la clase obrera mundial comienza a ver otra vez que esos miles que cercan Wall Street son la avanzada de una sola lucha internacional contra los verdaderos responsables de la catástrofe que sacude al planeta: esa superoligarquía financiera que amenaza con mandar a la barbarie a toda la civilización humana.
También la martirizada clase obrera de China empieza a protagonizar durísimos combates, y con miles de revueltas, semi-insurrecciones locales, tomas de fábricas, municipios e inclusive gobernaciones, amenazan con irrumpir como un volcán que incendie el Pacífico.

Aquí y allá, pese a los intentos de las direcciones reformistas de desviar la lucha de los explotados, pese a las traiciones y pese al aislamiento de los combates de la clase obrera mundial, el movimiento de masas con su oleada revolucionaria tiende a colocarse en una posición de contraofensiva contra el brutal ataque de los parásitos del capital financiero internacional, sus gobiernos, regímenes y estados.
Hay una situación pre-revolucionaria a nivel mundial, que es tan revolucionaria como lo permite el carácter de las direcciones que las masas tienen a su frente.

Pero el cerco de las direcciones traidoras empieza a resquebrajarse. Al hacerlo, los explotados tienden a coordinar su lucha a nivel internacional, y a tomar como consigna, como demanda y como forma de lucha, lo más avanzado que dejaron los combates anteriores de la clase obrera mundial. En cada lucha, las capas más perspicaces del proletariado mundial toman la experiencia y los jalones de combate que dejaron las masas revolucionarias que le precedieron, ya sea en su país o bien en otros países.
Así, en Grecia, mientras la huelga general revolucionaria del 19 y 20 de octubre, se enfrentaba a las cachiporras del estalinismo, la consigna que primaba era “Papandreau, te va a pasar como en Argentina, te irás en helicóptero por nuestra furia y nuestra lucha”. Justamente, el estalinismo jugó su rol para impedir con a los garrotazos limpios, que empiece la revolución en Grecia como en Argentina en el 2001. Mientras, los “indignados” deEspaña planteando que “había que pelear como en Egipto” ocuparon las plazas de Madrid, Barcelona y todo el país, y volvieron a levantar la bandera de la “República”, enfrentando a toda la izquierda sirviente de la monarquía asesina de los Borbones.

El proletariado mundial comienza a dar sus primeros pasos en la centralización internacional de sus combates

El hecho central que marcan las luchas revolucionarias de las masas, es que allí donde los explotados han logrado sobrepasar a los aparatos reformistasresurge una tendencia al internacionalismo militante en las filas obreras. Estamos ante un proceso objetivo de radicalización y de tendencia a la centralidad de las masas revolucionarias del mundo.

En América Latina la clase obrera, los campesinos pobres y los estudiantes combativos de Bolivia vienen de protagonizar un nuevo embate revolucionario contra el gobierno asesino y pro-imperialista de Evo Morales, masacrador de los campesinos del TIPNIS a cuenta de las transnacionales. La poderosa huelga general de los explotados bolivianos contra ese representante de la “Revolución Bolivariana” ha conmovido y le ha marcado el camino a las masas de todo el continente de cómo enfrentar a esos agentes del imperialismo, expropiadores de la revolución proletaria en todo el Cono Sur de América. 
Mientras, el ascenso juvenil revolucionario chileno persiste, ha comenzado a coordinarse con los estudiantes de Colombia y principalmente con los jóvenes de Japón. Allí, semanas atrás, miles de obreros y estudiantes japoneses marcharon y rodearon la embajada de Chile  en solidaridad con la lucha de los estudiantes combativos chilenos y por la libertad de los luchadores detenidos en las garras del régimen cívico-militar pinochetista. Miles de obreros y jóvenes de Japón hicieron suya la lucha contra los explotadores y las transnacionales que saquean Chile, y se pusieron de pie en apoyo al justo combate por la educación pública y gratuita de todos los trabajadores y la juventud chilena. 
Los aguerridos jóvenes de la ACES de Chile, la combativa coordinadora de los estudiantes en lucha, enviaron una carta en respuesta a la juventud japonesa, a quien han identificado como su aliada en la misma lucha, planteando que hay que “llevar nuestros estandartes de lucha en unidad internacional, ya que sabemos que la clase obrera y oprimida es la llave a nuestro conflicto en Chile y en el mundo”.

En Egipto hay un enorme proceso de radicalización producto de que las masas están acelerando su experiencia con la “Constituyente” y el gobierno de transición de los generales asesinos de Mubarak. Con nuevas irrupciones en las calles, los explotados retoman el camino de la revolución obrera y socialista.
Luego de que las masas conquistaran la cabeza de Mubarak y que el imperialismo impidiera que se hicieran del poder, hoy la revolución egipcia intenta elevar otro peldaño con la actual embestida revolucionaria de la clase obrera y su juventud. Tal como definía Trotsky, es central que toda revolución se eleve progresivamente de peldaño en peldaño, sin detenerse y conquistando a cada paso nuevos éxitos, de los cuales las masas deben tener plena conciencia para en los momentos decisivos no perder la oportunidad de conquistar el triunfo con la toma del poder por parte del proletariado. 
Justamente, el rol de todas las direcciones reformistas es que la revolución no llegue a conquistar nuevos peldaños, y para ello conspiraron sin descanso. Se dedicaron a intentar cercar país por país el combate de las masas, someterlo a la burguesía y desorganizar todo lo que los explotados construyeron con su heroica lucha.
Sin embargo, a pesar y en contra de todas las direcciones traidoras, las masas de Egipto se ponen a la vanguardia de una misma y única tarea decisiva que tiene la revolución en todo el Norte de África y Medio Oriente: destruir la casta de oficiales, demoliendo al estado burgués, conquistar el armamento generalizado de las masas y los organismos centralizado de los explotados en lucha para que la clase obrera se haga del poder. Así, los acontecimientos de Egipto y el accionar de las direcciones reformistas, dejan a las claras las verdaderas razones de las calumnias, denuncias y ataques de los reformistas a las milicias obreras y populares de Libia, que con el método de la insurrección destruyeron al ejército y ajusticiaron a Khadafy.
Es que esta es la tarea que tienen por delante las masas egipcias para conquistar el pan, pero también los explotados de Siria, Palestina y toda la región, que deben seguir el camino marcado por el proletariado y los oprimidos de Libia.

Desde Egipto, desde las entrañas de los procesos revolucionarios del Norte de África, salió un grito en apoyo y solidaridad con los trabajadores de “Ocupemos Oakland” sublevados contra Wall Street, contra las guerras contrarrevolucionarias de coloniaje de EE.UU. en el mundo, y en defensa de las conquistas de la clase obrera. Ese llamado de Egipto es de los que demolieron el muro de Rafah que cerca a la Palestina martirizada. Son los mismos que quemaron la embajada sionista en El Cairo en apoyo a las masas palestinas. Mientras, en las plazas de Bengasi, de Misarrata y de Trípoli, cuando rodaba la cabeza de Khadafy a manos de los milicianos, se gritaba: “¡Ahora hay que triunfar en Palestina y en Siria! ¡Fuera Assad asesino! ¡Fuera el estado sionista de Israel!”.
Ante la enorme solidaridad de los compañeros de Egipto, la aguerrida vanguardia combativa de Oakland han respondido que “Librarse de Mubarak fue el primer paso, pero ahora es más evidente que nunca que la gente sólo será verdaderamente libre cuando todo el sistema sea abolido”, mientras convocaron a varias marchas al grito de “Oakland y El Cairo son un mismo puño” y ya comienzan a luchar junto a los obreros de la China profunda que entran al combate contra las transnacionales imperialistas.

Así la vanguardia obrera y juvenil de Egipto, junto al ala izquierda revolucionaria de Japón, los jóvenes internacionalistas de Chile y el movimiento de Oakland están creando eslabones de una cadena que comienza a unir a los sectores en lucha y a los combates del proletariado mundial.

Las masas combaten a 180 grados de la política de todas las direcciones reformistas

Las acciones internacionalistas de franjas de la clase obrera mundial, son enormes ejemplos de solidaridad internacional de la clase obrera de los países imperialistas con sus hermanos de clase de los pueblos oprimidos, que significan un duro golpe contra todos los partidos social-imperialistas, que en EE.UU. y en Europa intentan atar la suerte de la clase obrera a sus verdugos: las pandillas imperialistas que saquean el planeta. 
Se trata de acciones ejemplares que desenmascaran que a todos los partidos estalinistas, socialdemócratas y de los renegados del trotskismo de los países imperialistas. Estas corrientes son enemigas de llamar a una sola acción internacionalista y antiimperialista en los países centrales por sus hermanos de clase del mundo colonial y semicolonial. Por ejemplo, no han movido un dedo para paralizar la máquina de guerra de la OTAN a favor de las masas libias, tomando los puertos, cercando los aeropuertos y rodeando las bases desde donde se lanzan los ataques de las potencias imperialistas contra los pueblos oprimidos. 
¿Qué tiene que ver la unidad internacional que tienden a forjar las masas en su combate, con el Foro Social Mundial y la V Internacional que centralizan a las burguesías nativas lacayas del imperialismo, a los burócratas entregadores de los estados obreros como los hermanos Castro, a los partidos social-imperialistas europeos, a las fuerzas sobrevivientes de la lacra estalinista usadas como grupo de choque contra las masas y sus combates, y a los ex trotskistas como su ala izquierda?

Hay que decir la verdad: si la unidad internacionalista de la clase obrera en todo el mundo aún no se ha concretado en un mismo combate, no es porque las masas no ansíen esta unidad para luchar, sino porque las direcciones traidoras someten al proletariado a sus propias burguesías. 
Los partidos social-imperialistas y las aristocracias y burocracias obreras dividen el combate de la clase obrera mundial y desincronizan sus luchas. El ejemplo más crudo se da en Europa, donde la “dama de hierro” de la Merkel, con el “Napoleón” Sarkozy, bajo el mando de Obama, han largado un feroz ataque en toda la regla a la clase obrera europea, desde las estepas rusas hasta Portugal.
El proletariado europeo ha dicho presente y presentó batalla contra los capitalistas con enormes oleadas de lucha que han sido descentralizadas por estas direcciones, quienes llevaron a los explotados a luchas de presión país por país bajo la demanda de que la burguesía imperialista “rectifique el ajuste”. 
Pero a cada paso, el látigo del capital tiende a unificar las luchas de los obreros de Europa que protagonizan durísimos combates en Grecia; en Inglaterra con la juventud quemando Tottenham, y con las masivas huelgas de los estudiantes y trabajadores estatales; en Italia con los trabajadores enfrentándose a la policía en enormes manifestaciones, por nombrar tan sólo algunos ejemplos.
Por ello, todas las burocracias sindicales y los partidos social-imperialistas juegan todo su nefasto rol para impedir que en Europa se luche como en Egipto y el Norte de África –como era el grito de los “indignados” de España y de la juventud griega-, permitiendo que el estado mayor de los monopolios ataque centralizadamente a la clase obrera, mientras las masas pelean de forma dispersa y sometidas a Maastricht, la Europa de los carniceros imperialistas.

Como demuestran las masas del Norte de África, Chile, EE.UU., Bolivia, Grecia, etc., comienza a abrirse un ángulo de 180 grados entre las masas, sus necesidades, las condiciones materiales que las moldean, y por otro lado, las corrientes reformistas que se dedican a sostener al capitalismo en bancarrota.
Cuando todas estas direcciones son sobrepasadas y barridas por el ascenso de masas, los explotados no hacen más que colocar jalones de socialismo e internacionalismo en su combate, marchando en un ángulo opuesto con la política del reformismo, que lleva las luchas de las masas al callejón sin salida de la colaboración de clases.
Los diques de contención del reformismo y las fuerzas contrarrevolucionarias no pueden seguir conteniendo la presión revolucionaria de las masas, que bajo padecimientos inauditos y el ataque brutal del capital, no pueden más que arremeter contra la ciudadela del poder para tan sólo comer, mantener sus conquistas, un trabajo digno… y vivir. Ni esto ya permite el sistema capitalista putrefacto a la amplia mayoría de los explotados del mundo.
Por eso el rol de todas las direcciones traidoras va a ser intentar romper los eslabones de esta cadena que forjaron los explotados con su lucha en el mundo, porque en ello le va la vida al sistema capitalista mundial, del cual son lacayos y sirvientes.
Pero las condiciones objetivamente revolucionarias y la bancarrota del sistema capitalista mundial, le sega el piso bajo sus pies al reformismo. Estamos en la época de “contrarreformismo”.

 

Los obreros y jóvenes de Chile y Grecia le plantean la moción al proletariado mundial de que para enfrentar a los capitalistas, hay que derrotar a las direcciones traidoras

Tanto en Chile, como en Grecia, la clase obrera y la juventud han comprendido que para avanzar a cualquier lucha seria contra el ataque del capital y sus regímenes y gobiernos asesinos hay que dar un primer paso decisivo: derrotar a las direcciones que defienden los intereses del capital y deshacen, desde adentro, los combates que las masas ponen en pie. “¡Fuera los pacos (policías) de rojo!” es el grito de la juventud y los trabajadores chilenos contra los estalinistas, que son las mismas fuerzas contrarrevolucionarias que cercaron el parlamento griego, a fuerza de garrote y cachiporra, sobre la cabeza de la clase obrera para que ésta no derroque, con una acción decidida en las calles, a Papandreau e incendie el parlamento de la Banca Morgan, Goldman Sachs y las pandillas del capital financiero griego.

Las masas identifican no sólo a Wall Street, sino que ya sus capas más perspicaces a nivel mundial comienzan a percibir quiénes son los que realmente defienden los intereses de Wall Street: un puñado de burócratas socialimperialistas, corruptos, que actúan como verdaderos rompehuelgas, pagados con las limosnas que se caen de la superexplotación de la clase obrera y el mundo colonial y semicolonial por parte de las distintas potencias imperialistas.

La tendencia de distintas capas de la clase obrera mundial a tomar la experiencia de sus combates más allá de las fronteras, como asimismo el choque contra las direcciones traidoras que lo intentan impedir a cada paso, son los rasgos centrales y decisivos de los procesos de radicalización de amplias capas de la clase obrera a nivel mundial que han comenzado.

En este período de lucha contra el reformismo se ha abierto el camino para poner en pie un Comité por la Refundación de la IV Internacional

Los internacionalistas revolucionarios de la FLTI, que combatimos por refundar la IV Internacional, hemos atado nuestra suerte a estos procesos de la revolución que están en curso. Nuestra pelea es por dotar de una centralidad al combate internacional de la clase obrera. Es que los procesos revolucionarios país por país no son más que pequeños episodios, momentáneos, de una única revolución internacional, que solo puede triunfar a nivel mundial como revolución socialista.
En cambio, el reformismo ha atado su suerte a sostener al sistema capitalista imperialista en bancarrota; es decir, a cercar los procesos revolucionarios, a desviarlos, y cuando no, a intentar molerlos a garrotazos como policía interna dentro del movimiento obrero.

Para que la revolución avance, las masas deben derrotar a la burocracia, la aristocracia obrera y a sus partidos en sus organizaciones, como demuestran los explotados de Chile y Grecia. Cuánto más rápido las masas derroten a las direcciones traidoras, estarán más cerca de derrotar la ofensiva capitalista. Mientras más coordinen y centralicen sus fuerzas a nivel internacional, más avanzará su conciencia y su radicalización. 
Pero bajo estas condiciones no hace más que agudizarse la crisis de dirección de revolucionaria del proletariado, es decir, la falta de un partido revolucionario, pero centralmente la sobreabundancia de direcciones traidoras, pagadas y centralizadas por la gran burguesía. Los trotskistas de la FLTI nunca nos cansaremos de afirmar que la traba fundamental de las masas para avanzar en su combate y triunfar, es la traición de sus direcciones.
Los explotados no tienen la dirección que se merecen. Necesitan una dirección centralizada, como actúan centralizadamente las direcciones traidoras.
Desde la FLTI, hemos puesto todas nuestras fuerzas al servicio de facilitarle a la clase obrera y sus organismos de lucha ponerse de pie, separar a sus enemigos de adentro y derrotar a los de afuera, coordinarse y centralizarse a nivel internacional. Sabemos que las fuerzas para poner en pie el estado mayor de la revolución proletaria ya han surgido, ya combaten y merecen ser centralizadas y coordinadas.
Nuestro grito de guerra, el de los que combatimos por refundar la IV Internacional, se ha convertido en una política para la acción: ¡Fuera el Foro Social Mundial, que desorganiza y descentraliza los combates contra el sistema capitalista imperialista pestilente y en bancarrota, y que da puñaladas por la espalda a los que luchan!

El reformismo encierra en sí mismo la asfixia de toda lucha revolucionaria nacional que comienzan los explotados. Ellos la quieren someter a su propia burguesía y al estado de los explotadores.
Las tendencias a la coordinación del combate de la clase obrera mundial, que a cada paso arrincona al reformismo, crean las condiciones para que el proletariado recupere su internacionalismo militante, liquidado por el estalinismo y sus continuadores, los renegados del trotskismo. 
Y también para que los trotskistas rompamos nuestro aislamiento de las masas. Hoy, al calor de estos enormes acontecimientos, se está poniendo en pie un movimiento obrero internacionalista revolucionario real, con el cual la IV Internacional, su programa de fundación de 1938 y sus banderas sin mácula pueden volver a las masas y sus combates.
En la actual carrera de velocidad subjetiva entre el accionar de las direcciones traidoras que se encargan de deshacer los combates de las masas, y la lucha por una dirección revolucionaria, se ha acelerado el factor revolucionario.

A cada paso los trotskistas de la FLTI luchamos por poner en pie un Comité por la refundación de la IV Internacional, puesto que su programa mantiene una actualidad y una vigencia capaz de marcarle a las masas las condiciones para la victoria. Para avanzar en esta tarea impulsamos, combatimos y hacemos nuestro el grito de guerra de: ¡Que vivan las tendencias a la coordinación y centralización internacionalista de las masas en lucha!
Para alentar y desarrollar ese proceso, nosotros ponemos y pondremos todo nuestro empeño y esfuerzo. Desde la FLTI somos un punto de apoyo para que todas las fuerzas revolucionarias centralicen su combate a nivel internacional, peleando por una Conferencia internacional de las organizaciones obreras revolucionarias y las fuerzas sanas del movimiento trotskista internacional.

Las masas han iniciado una marea revolucionaria que barre la lucha de clases y la limpia del reformismo. En esa ola y esa marea, desarrollándola, combatiendo por que las masas pongan en pie organizaciones para el combate y su ofensiva, luchado a cada paso por decirle a los explotados la verdad, por más cruel que ésta sea, desenmascarando a los que traicionan a cada paso sus luchas, desplegando –audaz y valientemente- el programa para la victoria de la revolución socialista, los trotskistas internacionalistas tendremos mil y un oportunidades para encontrar un camino a las masas revolucionarias. Con ellas y en sus heroicos combates los trotskistas encontraremos las condiciones para refundar la IV Internacional de 1938, el Partido Mundial de la Revolución Socialista, la dirección que la clase obrera necesita y se merece para triunfar.