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13/05/2012

Manifiesto de la FLTI ante el resultado electoral en Grecia

El régimen imperialista griego en crisis. 
La debacle del bipartidismo y la polarización en los extremos del arco político griego hacia el fascismo y hacia la “izquierda anticapitalista” expresan que las condiciones para la revolución socialista están más que maduras y ya se están descomponiendo peligrosamente.


Las elecciones y su resultado son una expresión distorsionada de la realidad. En las votaciones burguesas la clase obrera interviene disuelta en las amplias capas de la pequeño-burguesía, la burguesía, sectores lúmpenes, etc. Al decir de Engels, las elecciones expresan la realidad como un prisma invertido. 
En Grecia, una corriente a la izquierda del PC, Syriza, que aparece ante las masas como “anticapitalista” y “defensora de los inmigrantes”, aunque más no sea de palabra, ha sacado el 17 % de los votos en las elecciones realizadas el pasado 6 de mayo. Esto es un claro indicio de que enormes franjas de la clase obrera y la juventud están girando a la izquierda, superando los límites del reformismo y buscando un camino revolucionario.
Inclusive, que la votación a Syriza haya superado al raquítico 7 % que obtuvo el Partido Comunista, indica que es la corriente mayoritaria en el movimiento obrero griego. Y si a eso le sumamos el 2 % que sacó Antarsya, que es una “Syriza pequeña”, constituida por maoístas, grupos de renegados del trotskismo varios, etc., además de los votos al EEK -un partido ligado al PO de Altamira en Argentina-, que se presentó solo en las elecciones, significa que la amplia mayoría de la clase obrera rompió con el estalinismo y la burocracia de los sindicatos, que son los que sostuvieron ayer a Karamanlis y luego a Papandreu, quienes aplicaron los peores planes contra la clase obrera a cuenta de la Troika y del capital financiero griego, todos socios y gerentes de la Goldman Sachs. 
Además, el 40 % de abstención que presentó el resultado electoral demuestra el desprestigio y el descreimiento de las masas con todas las instituciones burguesas. 
Mientras, la alta votación de cerca de un 7 %, al grupo Amanecer Dorado, que con esvásticas y brazos en alto recorren las calles de Atenas al grito de “matemos a los inmigrantes”, es expresión de una enorme polarización entre las clases. Es que sectores de las clases medias desesperadas que ayer acompañaron a la clase obrera y sus luchas, se han volcado al fascismo que es azuzado por el gran capital, quien prepara a éste como una alternativa ante la debacle del régimen burgués y el aceleramiento de las condiciones objetivamente revolucionarias en Grecia.

Todo esto demuestra que luego del combate contra Karamanlis en 2008 y de más de 14 huelgas generales contra Papandreu, sobraba y sobra predisposición de las masas en su lucha para barrer con todas las instituciones de dominio del régimen imperialista, poniendo en pie a la revolución griega, que a cada paso fue cercada y desviada por las direcciones reformistas que los explotados tienen a su frente. Esta cuestión, y no otra, es la que devela de forma distorsionada este proceso electoral.
Sin embargo estas elecciones no son las que dejaron en crisis al régimen burgués. Sólo expresan la crisis que provocaron en el mismo los enormes combates de clase y el crac económico de Maastricht y de Grecia en particular, como eslabón más débil de la cadena de dominio imperialista. Esto fue lo que produjo una situación donde ya desde hace rato se ha roto la paz social entre las clases y entre los distintos sectores de clase, y que todo se haya exacerbado poniendo en cuestión quién debe realmente gobernar Grecia: si los explotadores hundiendo a los trabajadores, o la clase obrera avanzando hacia la toma del poder.

La polarización que expresa esta votación, donde las corrientes que más se desarrollaron son los “anticapitalistas” de Syriza y los fascistas, anticipa y expresa todas estas enormes contradicciones que sacuden a la Grecia imperialista decadente, en una Maastricht que hace rato está quebrada y con un capital financiero abiertamente en bancarrota.

Syriza, que es la coalición de los “anticapitalistas” de Grecia, integrada por estalinistas, renegados del trotskismo, neo-anarquistas, ONG´s, corrientes pequeño-burguesas ecologistas, etc., se ha transformado en uno de los hechos políticos más importantes en estas elecciones del 6 de mayo pasado donde ha sacado casi el 17 % contra el 18 % que alcanzó la derecha de Nueva Democracia, y el Pasok que se derrumbó obteniendo el 13 % de los votos. 
La crisis del Pasok y Nueva Democracia, los dos partidos del régimen bipartidista griego, demuestran que éste ya no puede contener con un régimen de dominio estable todas las contradicciones entre las clases que, como vimos, hoy existen en Grecia.
Por ello, luego de que Nueva Democracia fuera llamada a formar gobierno después de las elecciones y fracasara en ello, el presidente griego Karolos Papoulias llamó a Syriza a reunirse con todos los partidos parlamentarios para explorar las condiciones para formar gobierno. Papoulias, el asesor y agente directo de la banca Goldman Sachs y del gran capital financiero griego, todos aliados a la City de Londres, le ha dado la orden a la “izquierda radical” de Syriza de que “constituyan gobierno”… y éstos “anticapitalistas” lo fueron a ver y cumplieron con todos los mecanismos institucionales del régimen infame imperialista griego. Así Syriza está salvando a un régimen burgués desprestigiado y odiado por las masas. 
Es que en Grecia, por encima del bipartidismo de las viejas “fuerzas socialistas” del Pasok y la derecha de Nueva Democracia, existe un régimen absolutamente bonapartista con fachada “parlamentaria”. El verdadero poder-estado es el Presidente, que está por encima del gobierno parlamentario y sus ministros, que actúan como un verdadero fusible ante las sucesivas crisis políticas que ocurren en ese país. 
Así sucedió cuando estaba a punto de caer el Primer Ministro Karamanlis producto de la ofensiva de las masas en el 2008. Ante ello el actual presidente Papoulias -que ocupa ese cargo desde el 2005-, le aceptó su renuncia a Karamanlis y anticipó el llamado a las elecciones para desviar de esta forma el ascenso de masas a la vía muerta parlamentaria, lo que le abrió el camino a la asunción del “socialista” Papandreu del Pasok. Lo mismo hizo hace no más que un par de meses, ante la renuncia de Papandreu por el peligro de que una ofensiva de masas lo derroque con combates en las calles. Fue el presidente Papoulias el que puso por orden de la Troika de Merkel, Sarkozy y Obama a Papademos como Primer Ministro, que es el que aplicó sin anestesia los últimos golpes durísimos contra el salario, la educación, la salud y todas las conquistas de la clase obrera griega.
Queda en claro que en Grecia el Primer Ministro, su gobierno parlamentario y su gabinete son una simple válvula de escape o fusible para la burguesía, su régimen y su estado cuando las masas los acorralan. Por encima de todos está la figura y la institución presidencial, que es el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas y el que garantiza, cuando fracasan los gabinetes y gobiernos parlamentarios, que se reelijan gobiernos o bien que se llame a nuevas elecciones si no hay quórum parlamentario. 
Ante esto, toda la izquierda reformista mundial guarda un silencio atronador. Estas corrientes hablan de “ministros”, “mayorías”, “minorías”, “parlamentos”, “nuevos gobiernos”, “balance de las elecciones”, pero todas callan… que hay un “viejito, con cara de bonachón” que llama a formar gobierno cada vez que éstos caen producto del ascenso de masas, o bien, que llama a nuevas elecciones.
Algunas de las corrientes de la izquierda reformista mundial hablan de que hay que “imponer la unidad de la izquierda para gobernar”, otras “denuncian” que el derrotado estalinismo del KKE es “sectario porque no acepta un frente con Syriza”; pero todas silencian que todo gobierno de “unidad de la izquierda” estaría sometido al presidente Papoulias agente de la Goldman Sachs y sería un gobierno de colaboración de clases y de frente popular en el reaccionario régimen monárquico-presidencialista que garantiza la Constitución griega. 
Un “gobierno de unidad de la izquierda”, como el que estos días Syriza ésta explorando constituir, o como el que prepara conquistar en futuras elecciones, no será más que un gobierno administrador de los intereses de la bancarrota del imperialismo griego para salvarle la propiedad a los capitalistas. Esta es la verdad y es la otra gran conclusión que hay que sacar para la clase obrera mundial y griega en particular.

Toda la izquierda mundial debate y apoya la formación de un “gobierno de izquierda” en Grecia, algunos con Antarsya adentro, otros con el PC, otros sin el PC, otros con un sector incluso del Pasok o de la “Izquierda Democrática”, que es una vieja escisión del mismo. ¿“Abajo el presidente”? ¿“Abajo la Constitución reaccionaria griega”? ¿“Disolución de la casta de oficiales de los coroneles asesinos”? ¿“Disolución de la Suprema Corte de Justicia y del Parlamento, que es una verdadera escribanía del capital financiero para legitimar el ataque contra la clase obrera”?… Ni palabra. ¿Llamar inmediatamente a poner en pie milicias obreras para aplastar a las bandas fascistas que están surgiendo en Grecia, apaleando y golpeando a los inmigrantes?… Silencio.

Hoy Syriza está actuando como un fusible usado por el gran capital, inclusive recreando todas las ilusiones de que se puede cambiar la Grecia imperialista que hambrea al proletariado vía las elecciones y llamando a formar gobierno bajo las órdenes de un presidente cuasi-monárquico, y lo que es más grave, reconociéndolo, como ya hemos dicho.
Syriza ha hecho su aparición en la gran escena política griega, como lo hizo el PC ayer, y se está desmotrando como un verdadero garante de los intereses del capital financiero en Grecia, preparando un verdadero fraude contra las masas revolucionarias que los votaron que ansían: “Que se vayan todos, que no quede ni uno solo”. Estamos ante “socialistas” que se han puesto de rodillas ante el estado burgués imperialista y sus instituciones. 
Ha quedado y quedará cada vez más al descubierto que son las direcciones “comunistas”, “socialistas”, anarquistas y de los renegados del trotskismo, las que a cada paso le quieren imponer a las masas las condiciones para que los explotados no aplasten al estado burgués y para impedir que en Grecia se continúe y avance en toda Europa la cadena de revoluciones que han comenzado en el Norte de África y Medio Oriente.

Syriza es la “nueva estrella” del régimen burgués griego, porque en última instancia viene a garantizar que las masas no se den cuenta de que “el rey está desnudo”, que está a la orden del día la caída revolucionaria del régimen y del estado burgués griego. Es decir, cuando las instituciones de dominio imperialista están desprestigiadas y maltrechas, el rol de Syriza es impedir lo que ayer impidió el PC a los garrotazos contra la vanguardia obrera que cercaba el Parlamento y traicionando las oleadas de huelgas generales: la apertura de una crisis revolucionaria en las alturas y el dislocamiento del estado burgués griego y sus instituciones, lo que significaría que las masas dan pasos hacia adelante en su combate y pueden poner de pie su revolución definitivamente.

 

Grecia, el eslabón más débil de la cadena de dominio imperialista, ayer se sostuvo en los desvíos parlamentarios, en la burocracia de los sindicatos y el estalinismo, y hoy en la “izquierda anticapitalista” de Syriza

Grecia es el eslabón más débil de la cadena de dominio imperialista. Ayer se sostuvo en el estalinismo que salvó al estado burgués imperialista griego del odio de las masas cuando enfrentaban a Karamanlis, al igual que el año pasado cuando amenazaban con quemar el Parlamento al grito de “Que se vayan todos, que no quede ni uno solo” enfrentando a Papandreu. Está vez, se sostiene en la izquierda “anticapitalista” de Maastricht, como es Syriza. 
El estalinismo pagó caro su política, y la absoluta mayoría de la clase obrera se fue a su izquierda, abandonando al Partido Comunista, el gran traidor de la clase obrera griega, y votando a los que hablaban “contra del capitalismo”. Pero tal como lo venimos diciendo, ante la crisis y el estallido del bipartidismo del Pasok y Nueva Democracia, que provocaron las masas con sus combates de años en las calles, la burguesía colocó a Syriza en el flanco izquierdo del PC para contener el giro a la revolución de amplios sectores de la clase obrera.
Estamos ante un frente y un rejunte de viejos deshechos del estalinismo, euro-comunistas, amigos de Chávez, Khadafy y Al-Assad, los “socialistas” de la Reina de Inglaterra y sus aliados de la ISO de EE.UU., amigos del “Secretariado Unificado de la IV Internacional”, socialdemócratas… y por supuesto, sobrevolando por sobre todos ellos, la sombra de la burguesía a través de ONG´s, euro-ecologistas, etc.
A no dudarlo que si se va a nuevas elecciones, esta “sombra” se volverá cada vez más un cuerpo y a Syriza entrarán o lo “apoyarán” fuerzas burguesas, revestidas de “izquierda”. Inclusive, si forma gobierno producto de un nuevo triunfo electoral, lo hará con “tecnócratas” y burgueses, lo que configuraría un verdadero frente popular, que se formaría inclusive en la misma campaña electoral, con la excusa de ganarle a Nueva Democracia, el partido de Karamanlis, fortaleciendo su frente con alas abiertamente burguesas. De llegar al poder, lo harían bajo las órdenes y la tutela del presidente Papoulias, para administrar todas las instituciones contrarrevolucionarias del estado burgués.
Mientras tanto… las bandas fascistas surgen en Grecia como hongos después de la lluvia. Éstas -también financiadas por el gran capital, que además utiliza a la izquierda reformista para apagar el fuego de la revolución-, no se “andan con chiquitas”. Recorren todas las casas ocupadas por inmigrantes y los muelen a palos. Organizan los servicios de distribución de comida y alimentos. Comienzan a hablar el lenguaje de las cachiporras y las armas para salir de la crisis como exige la pequeño-burguesía desesperada.
La cobardía, el silencio y el cinismo de la izquierda griega, como  veremos luego, es lo que está permitiendo que estas bandas fascistas se pongan de pie.

Como ya dijimos, Syriza hoy está salvando al régimen burgués de una crisis y un vacío de poder en las alturas. Bastaría con que Syriza plantee que no reconoce a nadie y que se deben ir todos, convoque a un Congreso obrero, de las organizaciones obreras, de los comités de inmigrantes, de las clases medias arruinadas y de los campesinos pobres, y llame a la huelga general revolucionaria y a los soldados a pasarse con sus fusiles junto a las masas, para que se caiga todo como un castillo de naipes. 
Pero Syriza no está para ello. Está para salvar a la burguesía de una monumental crisis política, como ayer lo hizo el PC, aunque éste en las calles usó los métodos que tenía a mano en su momento: los garrotazos contra la vanguardia obrera. 
El régimen burgués griego tambalea; se bambolea como un castillo de naipes. La crisis financiera internacional y los embates de masas dejaron al barco ya gravemente golpeado. ¿Quién lo sostiene? Los “partidos obreros”, agentes del capital.
 

“Con euro” o “sin euro”, el imperialismo prepara un infierno para las masas helenas

La posibilidad de nuevas elecciones ya prácticamente es un hecho. Una de las posibilidades es que pueda ganar las elecciones Syriza, ese frente pequeño-burgués socialdemócrata, “anticapitalista” de palabra y sostenedor del sistema capitalista en los hechos, sobrevolado por la sombra de la burguesía.
Indudablemente, Syriza comanda una de las dos posibles salidas burguesas planteadas en Grecia. Una de ellas, ante el hecho de que ya la deuda griega es impagable y que las masas no se doblegan y amenazan con poner a la nación al borde de la revolución proletaria constantemente, es que Grecia salga del euro. Esto llevaría a una brutal devaluación de la nueva moneda emergente. Sería otra forma de hundir un 30 % ó un 40 % el salario de la clase obrera griega, y una forma de tirarle por esta vía toda la crisis a las masas. El otro plan burgués es el que tiene la Troika con Merkel a la cabeza, que busca mantener a Grecia dentro del euro, lo que significa atacar igual a la clase obrera, rebajando los salarios, imponiéndole flexibilización laboral, etc. pero directamente, manteniendo la paridad del euro. 
Como plantea Trotsky en el Programa de Transición, tanto la estabilidad monetaria, como la inflación y la devaluación, son las dos puntas de una misma soga que estrangula al proletariado.

Sin embargo no solamente Grecia está en crisis; está en crisis y ha estallado Maastricht, la “Europa social” de los partidos social-imperialistas. Y esta política de Syriza no es más que el alambre que desde Grecia está atando al estallido de Maastricht. Con ese objetivo, estos “anticapitalistas” trabajan centralizados junto a la burocracia sindical, la aristocracia obrera y todos los partidos social-imperialistas de Europa. Ellos son la garantía por izquierda de que si Grecia debe abandonar a Maastricht y al euro por el crac, de que allí no estalle la revolución proletaria y que esa chispa desde Atenas incendie Berlín, París, Londres y toda Europa.
El clamor del reformismo es: “paremos la austeridad”, como si pudiera haber abundancia en un capitalismo putrefacto sin tomar el poder, expropiar a los capitalistas e imponer la dictadura del proletariado. 
Ayer, cuando la oleada revolucionaria amenazaba con derrotar a Papandreu en las calles, toda la izquierda mundial llamó a apoyar al PC griego, porque supuestamente éste llamaba a unir a la clase obrera europea en una misma lucha. Así terminó el PC: rompiéndole la cabeza a los obreros griegos que querían abrir su revolución. Ahora todos están con Hollande de Francia, para “enfrentar la austeridad”, abriendo ilusiones de que ese representante de la V República de los piratas imperialistas franceses, va a parar el brutal ataque de los capitalistas, negociando con la Merkel “morigerar el ajuste”. 
Maastricht está atado con alambres. Sólo lo mantiene vivo el aire que le dan las direcciones reformistas y traidoras del proletariado para aplacar las energías de las masas que a cada paso empujan a la revolución contra el brutal ataque de los capitalistas. 
Ayer los bancos imperialistas cubrían sus pérdidas vaciando los fondos de los tesoros de los estados, y  buscaban que éstos sean llenados nuevamente y sus deudas pagadas a costa de la súper-explotación de la clase obrera. Estos mismos bancos son los que con los bonos de esos estados en crisis y sobre todo con los bonos norteamericanos y de los bancos de Wall Street –que están llenos de “bonos basura” de las deudas de las hipotecas- les siguen prestando a tasas ya incobrables a Grecia, España, Portugal, etc. para que puedan cubrir los vencimientos de su deuda.
La bancarrota imperialista se expresa en miles y miles de millones de dólares de activos y valores en los bancos que se prestan y se re-prestan de deudas que ya no se pueden cobrar, porque todos estos valores no están respaldados, como plantea el marxismo, en bienes reales producidos por el trabajo humano. 
La crisis que ha estallado en EE.UU. hoy es arrojada no solamente al mundo colonial y semicolonial, sino al resto de las potencias imperialistas, puesto que en esta época el imperialismo pone de rodillas a la competencia, concentrado el capital para salir de la crisis y desplazando a las potencias imperialistas vencidas de las zonas de influencia que éstas tenían.
Todos los charlatanes y cacatúas de la burguesía, esos “sabiondos marxistas” de la izquierda mundial que venían pregonando la “decadencia norteamericana”, se han partido los dientes. Por eso ya no pueden hablar más, porque aquí lo que está en decadencia y bancarrota total son las potencias imperialista europeas. Inclusive Alemania, para mantener su espacio vital en Europa, debe apoyarse en el FMI y el capital norteamericano y sus súper-bancos, que son los que más negocios usureros hacen con la bancarrota de la Europa imperialista, mientras que con créditos del FMI han sometido y expolian a todos los pueblos oprimidos del este europeo.

En este tembladeral y en estas condiciones europeas e internacionales se desarrollan los acontecimientos de la Grecia de hoy, la cual no es más que un eslabón, el más débil, de la cadena de dominio imperialista. Allí las masas buscan ya un camino revolucionario, mientras la burguesía usa a su agente de izquierda para adormecer a los explotados, a la vez que prepara a las bandas fascistas para imponer la contrarrevolución y el orden.

En Grecia hay una monumental crisis de los de arriba, de su régimen y todas sus instituciones, que están totalmente deslegitimadas ante las masas. La consigna que sienten y gritan éstas es “¡que se vayan todos, que no quede ni uno solo!”
La política de la izquierda griega, y de Syriza en particular, es que se queden todos en el Parlamento, y en primer lugar el presidente agente de la Goldman Sachs, manejando las instituciones del estado burgués. Y si no, que vayan todos juntos a nuevas elecciones en 30 días para que surja un gobierno burgués bien pero bien legitimado, ya sea encabezado por ellos, o por Nueva Democracia, que salve al estado burgués griego de la revolución. Y así aplicar un plan de “morigerar la austeridad” como lo llaman ahora estos traidores del proletariado y como propone Hollande para Francia -cuestión por demás imposible para la Grecia quebrada-, o salir del euro y encabezar la Europa de “dos velocidades” -en la cual el euro se mantendría como moneda de intercambio en la “euro-zona” mientras algunos países arruinados funcionarían con sus monedas nacionales devaluadas-, donde a Grecia le tocará una parodia de plan “keynesiano” burgués con la devaluación de la moneda, y con ella tirándole toda la crisis social a las masas para que se rindan.

Desde aquí queda todo mucho más claro el por qué del cerco de las direcciones traidoras a Siria y a la revolución libia, y el por qué de tanto silencio ahora, cuando antes toda la izquierda reformista mundial se la pasaba hablando de la “primavera de los pueblos” y las “revoluciones democráticas” en el Norte de África y Medio Oriente. Hoy cuando en Grecia está planteada, como también en Chile, una “Primavera” como la de la Praga revolucionaria del ’68, ese ascenso revolucionario obrero-estudiantil que golpeó a la Franca imperialista y al Portugal revolucionario del ’74-’75, todos en silencio tras Syriza, entraron de rodillas al salón presidencial de Grecia a cumplir los requisito de formar gobiernos y llamar a nuevas elecciones que impone la Troika de Obama, Merkel y Hollande.
Estamos ante los “anticapitalistas” salvadores del capitalismo en ruinas. Son los que pusieron todas sus fuerzas para dislocar la lucha revolucionaria de las masas del Norte de África y Medio Oriente, apoyando las elecciones fraudulentas para Parlamentos truchos, y las trampas electorales impuestas a fuerza de fusil y masacres como las que comanda la Junta Militar en Egipto, e impedir que se sincronicen con el combate del proletariado europeo, abriendo la revolución.
El cretinismo parlamentario de Syriza no es de extrañar; la mayoría de sus grupos reivindican a Khadafy y también al asesino Al-Assad, quien ahora está llamando a nuevas elecciones “democráticas” en Siria, con 60.000 obreros, sus hijos y mujeres enterrados en fosas comunes, y cientos de miles de explotados muriéndose de frío y también siendo masacrados en las fronteras con El Líbano y Turquía.
Estamos ante los partidos social-imperialistas europeos, todos miembros del Foro Social Mundial, que son los que, descentralizando, desincronizando y traicionando la ofensiva de las masas de 2011, le dejaron las manos libres al imperialismo para que largue esta feroz contraofensiva contrarrevolucionaria en el Norte de África y Medio Oriente
La “unidad de izquierda” que proponen para gobernar en Grecia es para impedir que Grecia, España y toda Europa sean una “nueva Libia”, “una nueva Siria”, “un nuevo Egipto” y un “nuevo Túnez” insurrectos. Por ello tanta saña con sus calumnias contra las masas revolucionarias de Libia y su apoyo al asesino Al-Assad de Siria.

La tarea del momento es poner de pie a la revolución proletaria en Grecia como primer eslabón de la revolución socialista en toda Europa

La alternativa es clara: o Grecia es el primer eslabón de la revolución europea que está planteada a la orden del día; o será el primer eslabón del golpe de la contrarrevolución y el fascismo en Europa como en Siria; o bien, las energías de las masas quedarán totalmente desgastadas e impotentes. 
En Grecia se puede estar aproximando el “anteúltimo gobierno burgués antes del fascismo” -el frente popular-, en caso de que Syriza gane las próximas elecciones, puesto que “Syriza gobernando” junto al presidente burgués de Grecia, que tiene facultad para llamar al Parlamento a formar gobierno y elegir Primer Ministro, configuraría un espectacular frente popular de colaboración de clases, con “tecnócratas” de la burguesía en su gabinete. Sería una estafa política a las masas, puesto que éstas tenían la ilusión de que votando a Syriza enfrentaban al capitalismo, y estos “anticapitalistas” quieren hacer un gobierno para sostener al capitalismo y a su estado. 
Inclusive, no podemos descartar que Syriza, que posee muchos dirigentes que provienen del estalinismo, entren a un gobierno de “salvación nacional”, de darse esta alternativa. Por supuesto que afuera quedarán los “Syriza pequeños”, ubicados más a la izquierda para seguir conteniendo a la vanguardia revolucionaria. 
Todas estas variantes están abiertas, siempre y cuando las masas revolucionarias lo permitan. 
Es más, de darse un gobierno de Syriza y sus aliados, los explotados movidos por sus ilusiones pueden entrar en acción reconociendo a éste como su gobierno, para empujarlo no solamente a que no les arranquen ninguna conquista más, sino también para recuperar las que les sacaron. El choque será inevitable. 
Es que el capitalismo griego y europeo no saldrá de su crisis sin contrarrevolución, sin golpes al movimiento de masas, sin nuevos saltos en el saqueo, sin nuevas aventuras coloniales de las potencias imperialistas y sin nuevas guerras que valoricen sus bonos y valores ficticios.

Ahora está claro por qué tanta insistencia por parte de la izquierda reformista en que “no había condiciones” para tirar a Papandreu con la lucha revolucionaria de las masas en las calles, cuando los explotados querían tirar a Papandreu y a todos los enemigos de la clase obrera y el pueblo en el Parlamento. 
Como demuestra la enorme votación a Syriza y la brutal crisis del régimen bipartidista griego, sobraban condiciones para que las acciones de masas y sus embestidas revolucionarias barrieran con todas las instituciones del régimen burgués y pusieran de pie a la revolución proletaria. Sobraban y sobran condiciones para derrotar al PC y a la burocracia estalinista en los sindicatos. Falta una dirección revolucionaria, frente a tanta sobreabundancia de traidores, que llame a las masas a reagrupar fuerzas, aplastar al fascismo en las calles, poner en pie el doble poder y marchar a la revolución socialista.

Los trotskistas tenemos que desenmascarar a esa cueva de bandidos del Foro Social Mundial y su ala izquierda que posa de “anticapitalista” en general, pero sostiene a este sistema putrefacto en particular.
Hay que hablar claro en toda Europa y ante la clase obrera mundial: en Grecia estamos ante el inicio de una revolución socialista que a toda costa las direcciones traidoras quieren estrangular para que no se ponga de pie y aplaste al capitalismo, iniciando la revolución europea. 
En Grecia se resuelve el inicio de la revolución europea ya, de la cual Grecia sería su primer eslabón. Allí se concentran todas las contradicciones del crac de la economía mundial, y europea en particular. En Grecia también se concentra todo lo de heroico que tienen las masas en su combate, y también todo lo de traidor que tienen las direcciones que éstas tienen a su frente. Grecia es el inicio y un peldaño de una revolución socialista que en toda Europa busca abrirse paso, y por ello allí concentra y concentrará todas sus fuerzas el imperialismo a nivel mundial, como lo hacen todos sus agentes reformistas.

El enorme odio que las bandas fascistas concitan con los inmigrantes, es el pánico y el terror del gran capital que no está dispuesto a que en el terreno de Grecia comiencen y se continúen los procesos de las revoluciones socialistas que se iniciaron en Túnez y Egipto, y que llevaron a las masas de Libia a armarse, destruir al ejército y poner en pie su doble poder. El cinismo, la traición y el silencio de la izquierda reformista ante las bandas fascistas que se ponen de pie y ya atacan físicamente a los inmigrantes en Grecia, y ante la feroz persecución contra los obreros inmigrantes en todos los países de Europa, es la máxima expresión de que estas direcciones son los traidores de la revolución del Norte de África y Medio Oriente y que les importa un bledo la suerte de nuestros hermanos de clase inmigrantes en Europa, cuando ellos son la primera fuerza que podrían reclutar los sindicatos y organizaciones obreras para aplastar al fascismo en Grecia antes de que éste termine de levantar cabeza para aplastar al proletariado griego y europeo.

Los renegados del trotskismo, el “ala izquierda” de Syriza
En Grecia demuestran lo que son: una nueva horneada de menchevismo

¡Qué espectáculo vemos hoy en Grecia! Estalinistas de todo olor, color y pelaje junto a ex-trotskistas del SWP inglés y del Secretariado Unificado, agrupados en Syriza, llamando a formar gobierno de los bandoleros imperialistas griegos, socios menores de la inmundicia de Goldman Sachs y demás parásitos de Wall Street, hoy cercados por los valientes “indignados” en EE.UU.

Esto no es nuevo. La socialdemocracia alemana era un partido de traidores ya entrada la primera década del siglo XX. Eran lacayos del imperialismo alemán que se ponía de pie. Durante décadas la burguesía alemana los adornó y los cooptó, para que en el momento decisivo los sostenga o administre los intereses de su estado y su gobierno. En 1914 estos traidores votaron los créditos de guerra mandando al proletariado europeo a matarse entre sí en la Primer Guerra Mundial. 
Una segunda horneada de menchevismo y del reformismo surgió producto del aislamiento de la URSS y su burocratización, como expresión al interior del estado obrero de los golpes sufridos contra la revolución europea y mundial. Ya vimos como terminó el estalinismo, esa segunda horneada de menchevismo: entregando en el ’89 todas las conquistas de los estados obreros, restaurando el capitalismo y reciclándose como clase poseedora.
Hoy en Grecia los ex trotskistas, que hace rato ya renegaron del marxismo y que en las última décadas se pusieron sobre sus hombros a estalinistas reciclados y con la “cara lavada” en todo el mundo,  legitimándolos por izquierda, esta vez han llegado a donde siempre quisieron llegar y para lo que fueron preparados: han votado “sus créditos de guerra” con Syriza y junto al estalinismo, con el cual han convivido toda la vida, se disponen a administrar los intereses del imperialismo en bancarrota y a entrar a su gobierno en Grecia.
Así, esta vez en Grecia, no solo los euro-comunistas y los estalinistas están llamados a jugar ese rol. Corrientes pequeño-burguesas, liquidadoras desde hace décadas de la IV Internacional, y que aún algunas de ellas tienen la desfachatez de hablar en su nombre cuando en realidad son socialdemócratas de la Reina de Inglaterra, lacayos de Obama y la Goldman Sachs, son llamados a formar gobierno por el imperialismo griego, para salvar al estado del odio de la revolución proletaria. Es un nuevo engaño contra las heroicas masas griegas. 
Ya hace rato estos renegados del marxismo cruzaron el Rubicón. Pero una vez cruzado éste, ahora los llevan de administradores y capangas de los campos que están del otro lado del Rubicón, para con el látigo en la mano, defender los intereses de sus dueños. ¿O cómo se creen que va a gobernar Syriza y la izquierda “anticapitalista” en Grecia surgida de estas elecciones burguesas, si no es siendo los “directores de izquierda” de la Goldman Sachs, y los jefes de la policía griega y de los coroneles asesinos de la clase obrera? 
Insistimos, son los “comunistas” y “socialistas” del directorio de la Goldman Sachs; son los “directores de izquierda” de la banca imperialista de Wall Street y sus socios menores del capital financiero griego. 
Desde Syriza y toda la izquierda que los aconseja a nivel mundial, se plantea que si ellos estuvieron en el gobierno griego, no sólo estarían dispuestos a “salir del euro”, sino también a definir qué deuda es legítima y cuál no, para hacer efectivo el pago de la misma a los banqueros imperialistas, inclusivo a los griegos, con los cuales la misma Grecia está endeudada. Pero si a la clase obrera le sacaron todo. ¿Qué deuda tiene Grecia que no sea la que contrajeron los capitalistas y el imperialismo? Estos señores “keynesianos” de la “izquierda de la Goldman Sachs”, quieren hacerle creer a la clase obrera que Grecia puede reiniciar un ciclo productivo de expansión económica, desconociendo una parte de la deuda -cuando los propios banqueros aceptaron una quita de un 70 % de esa deuda incobrable y ficticia), tal cual propone a cada paso Paul Krugman, el “gurú keynesiano” de la City de Londres y Wall Street. 
Están proponiendo otra salida capitalista para imponer, esta vez fuera del euro, un plan antiobrero no menos cruel que el “ajuste”, la “austeridad” –como ahora les gusta llamar a ellos- y el ataque a todas las conquistas obreras que proponen la Merkel y la Troika.

Los que impidieron que el régimen griego estalle por los aires producto de las acciones directas de las masas, como sucedió en Argentina en 2001, ahora proponen una salida económica igual a la que aplicó la burguesía en Argentina en el año 2001, con la devaluación de la moneda. Pero Argentina salió del crac con un robo del 70 % al salario obrero con la devaluación y dejando a un 60 % de la clase obrera en negro, como mano de obra esclava y en condiciones de “maquila”. Ese es el otro plan burgués que maneja no Syriza, sino el gran capital financiero griego, europeo y toda una fracción de la burguesía imperialista a nivel mundial.
La contradicción es que en Grecia se ha imbricado, como en toda la crisis Europa, todo el capital financiero internacional. 
Una salida de Grecia hoy del euro significaría honrar las obligaciones del pago de la deuda a los bancos, como hicieron los Kirchner en Argentina. El “gobierno de la unidad de las izquierdas” que llaman a conformar todos los enfermeros del capitalismo a nivel mundial, impondrá esa tarea. Aunque cuando mucho, discutirán una nueva prórroga, o una nueva financiación… Es que sólo una revolución obrera victoriosa sobre las ruinas del estado burgués imperialista, que se extienda a toda Europa, podrá sacarle el cepo y la soga que tienen en el cuello la clase obrera griega.

Grecia está sometida, como el resto de las potencias imperialistas del sur de Europa, a un verdadero “Tratado de Versalles” por parte de las potencias vencedoras en el crac mundial como son EE.UU. y Alemania. Si Grecia sale del euro es porque su economía no puede pagar mil veces una deuda mil veces ficticia, creada por el propio capital financiero griego junto al capital financiero internacional para saquear a los trabajadores griegos, europeos y a todos los pueblos oprimidos del mundo cuando en 2007-2008 estallaba el crac de Wall Street.
Estamos en el 2012, en medio de un crac mundial que como un “Big Bang” no deja de estallar en distintos puntos del planeta. Grecia está en la zona de influencia alemana y norteamericana, y allí se mantendrá, disciplinada bajo el euro o fuera de él, con el frente popular primero adormeciendo a las masas, y con el fascismo después, si no lo impide la revolución proletaria. 
Es que el “rooseveltismo” y el keynesianismo, de fuertes inversiones de los estados para desarrollar la economía, como en EE.UU. e Inglaterra en los ’30, es un plan para países ricos, como decía Trotsky del “New Deal” y no para potencias imperialistas quebradas y sometidas por las vencedoras. 
“New Deal” es el plan de la “dama de hierro”, la Merkel, en Alemania, que ha subsidiado a sus empresas pagándoles un 25 % del salario a los trabajadores para que éstas “no despidan”. Esto significó un subsidio del estado imperialista alemán a sus empresas en el medio del crac, pero a condición de que sus obreros firmen que aceptaban una rebaja del 30 % de sus salarios. Este es el plan de Syriza y demás “keynesianos”: financiar a la burguesía en bancarrota con el salario de los obreros.
Pero aunque lo quieran, este plan no lo puede aplicar ni Grecia ni ninguna otra potencia imperialista en bancarrota y en quiebra que se está cayendo del mercado mundial. Ni siquiera se puede aplicar en EE.UU., donde el mismo Obama tuvo que reducir los gastos de salud y educación que prometió en su campaña electoral, peor que Bush y tal como lo exigía el Tea Party. 
Es que todo “gobierno de la unidad de izquierda” que surja sobre la base de administrar a este capitalismo putrefacto, lo único que hará será engrosar el “club de limones exprimidos” que necesita el imperialismo para estrangular la revolución proletaria.

En la Grecia quebrada, aplastada con en el “Tratado de Versalles” que le impusieron las potencias económicas vencedoras, lo que viene no es el “New Deal” con Grecia afuera o dentro del euro, sino que lo que viene es un plan económico basado en el fascismo y la contrarrevolución. Pero antes el frente popular y el reformismo deben desorganizar a las masas, echarle agua al fuego de la revolución e impedir que ésta se ponga de pie.

¡Hay que poner en pie el poder de la clase obrera!
Centralizando los comités de fábrica, de inmigrantes, de trabajadores desocupados, de campesinos pobres, de estudiantes combativos, de inquilinos y de abastecimiento, junto a las milicias obreras y campesinas, y los comités de soldados rasos
¡Fuera la burocracia sindical y el PC! ¡Hay que aplastar al fascismo en las calles! ¡Hay que expropiar a los expropiadores!

En las pasadas elecciones enormes franjas de la clase obrera votaron a Syriza. Ésta se presentaba como un “movimiento anticapitalista” y llamaba a “parar el ataque contra la clase obrera”. Votándola, millones de jóvenes y obreros buscaban un camino para enfrentar a la burguesía imperialista y contra la burocracia del PC que controla los sindicatos como una verdadera policía interna en el movimiento obrero. Pero, como ya dijimos, la estafa es que Syriza estrenó sus votos reuniéndose con el presidente Papoulias para intentar formar gobierno y salvar al régimen griego maltrecho.
Para ser realmente “anticapitalista” en los hechos, y no de palabra, hay que romper con la burguesía y con toda subordinación al régimen imperialista griego y a su presidente gerente de la Goldman Sachs. La dirección de Syriza quiere formar gobierno bajo el mando de Papoulias. Pero el único gobierno que hay que formar es el de la clase obrera y los explotados. Sobran condiciones para ello. Toda corriente que hable en nombre de la revolución socialista y llame a “formar gobierno” bajo las órdenes del estado burgués imperialista griego, no es socialista, sino un vulgar sirviente del imperialismo. 
Toda corriente obrera que se reclame de la “revolución” y “contra el capitalismo” en Grecia, y no llame a toda la clase obrera europea -comenzando por el proletariado de España, donde ha vuelto a las calles el movimiento de los “indignados”-, a luchar como en EE.UU., en primer lugar en defensa de los obreros inmigrantes y de la clase obrera y los pueblos oprimidos que sus propias potencias imperialistas saquean, no puede ni comenzar a hablar en nombre del socialismo.
Ayer, hace no más de un año, el estalinismo a través de los sindicatos griegos llamó a una reunión en Atenas a todas las centrales sindicales que dirigen en el movimiento obrero europeo, para “coordinar todos los reclamos obreros” y “para reclamar una Maastricht más social”. Por supuesto que esto fue para impedir la coordinación de la clase obrera europea en una sola huelga general revolucionaria. ¿Y esto por qué no lo hace la “izquierda anticapitalistas” que ahora se ha llenado de votos en Grecia, en momentos en que en Madrid, Barcelona y toda España, centenares de miles de trabajadores y jóvenes ganan las calles, con los “indignados” llamando a coordinar su lucha en toda Europa, EE.UU. y a nivel mundial?… Si el régimen burgués griego está en crisis y el bipartidismo en bancarrota, ¿por qué no llamar ahora a una huelga general revolucionaria en momentos en que el gobierno, el estado y las instituciones de los patrones están totalmente débiles?…
Toda la izquierda mundial, desde sectas nacionales como el PTS de Argentina o la LIT, acusan al PC de ser “sectario” por no querer hacer un “frente con Syriza”. ¿Por qué no acusan de traidor al PC y también a Syriza que no llamó a ningún Congreso obrero para empujar a la huelga general y a organizar las milicias obreras para aplastar al fascismo cuando es el momento de mayor debilidad y crisis del régimen burgués griego desde la Segunda Guerra Mundial hasta ahora?
Ya ha quedado claro: están salvando a las instituciones del estado burgués para que éstas se fortalezcan y vuelvan a atacar a las masas. 

Todos hablan de “formar gobierno” y de “gobierno de unidad de la izquierda”… de la Goldman Sachs, de su presidente y parlamento, administrando a su policía y a sus coroneles asesinos. Ninguna llama a aplastar al estado ni a ninguna de sus instituciones.
Por esos los trotskistas afirmamos: claro que hay que “formar gobierno”, pero para ello hay que aplastar al estado burgués y sus instituciones. ¡Fuera Papoulias! “Formemos gobierno”, decimos los revolucionarios: ¡hay que llamar a poner en pie los comités de fábrica, de inmigrantes, de trabajadores desocupados, de campesinos pobres, de estudiantes combativos, de inquilinos y de abastecimiento, junto a las milicias obreras y campesinas, y los comités de soldados rasos! ¡Hay que “formar gobierno” poniendo en pie las milicias obreras y aplastando a las bandas fascistas! ¡Hay que disolver esa cueva de bandidos del Parlamento griego, derrocar a Papoulias y preparar el choque inevitable con la soldadesca y los generales asesinos del ejército!

¡Hay que constituir un verdadero Parlamento de los consejos obreros y de todas las organizaciones de lucha de los explotados para preparar el derrocamiento revolucionario del régimen infame, demoler al estado burgués y poner en pie el poder de la clase obrera y sus aliados del campo y la ciudad! 
Ese verdadero Parlamento obrero y de las masas, apoyado en la movilización revolucionaria de los explotados, es el que tiene toda la autoridad para disolver ese Parlamento burgués fantoche, la institución presidencial, la policía y las fuerzas represivas del estado, la casta de jueces, aplastar a la casta de oficiales asesina y expropiar a los capitalistas y banqueros, que son los verdaderos expropiadores de los trabajadores y el pueblo.
El presidente Papoulias es representante de ese 1 % de esos parásitos de Wall Street que hoy cercan los “indignados” de EE.UU. ¡Hay que expropiar sin indemnización y bajo control de los trabajadores todos los bancos, en primer lugar a la Goldman Sachs! ¡Que devuelvan la plata que se robaron todos esos parásitos que hambrean y condenan a la peor de la miseria a la clase obrera y las masas oprimidas de Grecia! ¡Expropiación sin indemnización y bajo control de los trabajadores de los astilleros y todas las transnacionales imperialistas!

¡Hay que imponer inmediatamente la escala móvil de salarios y horas de trabajo en todas las fábricas y establecimientos de Grecia! ¡A igual trabajo, igual salario! ¡Reducción de la jornada laboral y un turno más en todas las fábricas y establecimientos para que todas las manos disponibles entren a producir! ¡Por un salario mínimo, vital y móvil que le permita a la clase obrera y los explotados vivir dignamente, garantizado con impuestos a las grandes fortunas y la expropiación sin pago y bajo control obrero de todas las transnacionales!

¡Hay que expropiar sin pago todas las viviendas de lujo de la burguesía, las grandes inmobiliarias, las grandes cadenas de hoteles y a los terratenientes urbanos! ¡Hay que darle casa y tierra a los campesinos pobres, a los trabajadores inmigrantes y a la clase obrera a la que desalojan de sus viviendas! ¡Basta de desalojos! ¡Por comités de inquilinos en cada barrio para garantizarlo!
Insistimos: hay que expropiar sin pago al banquero para darle tierra y condonarle la deuda al pequeño-productor del campo y al pequeño comerciante en la ciudad. Pero para ello hay que expropiar sin indemnización y bajo control obrero a los grandes capitalistas, para también financiar la salud y educación pública, gratuita y de calidad para todos los trabajadores.

¡Ese es el camino para fortalecer la alianza de la clase obrera, los campesinos pobres y las clases medias arruinadas del campo y la ciudad para aplastar al fascismo! ¡Basta de persecución a los obreros inmigrantes! ¡Fuera Frontex (la policía fronteriza de la Unión Europea) y sus centros de detención de inmigrantes en Grecia –como las islas Lesbas y Samas-, Turquía y toda Europa! ¡Abajo el muro del oprobio que levantan en la frontera de Grecia con Turquía! ¡Libertad a todos los trabajadores inmigrantes presos en las mazmorras del imperialismo!

¡Libertad a todos los presos por luchar! ¡Por tribunales obreros y populares que juzguen y castiguen a los asesinos de Alexis, Foundas y demás mártires obreros!

La tarea del momento es poner en pie el poder de la clase obrera. ¡Por un Gobierno provisional revolucionario de las organizaciones obreras y de las masas en lucha, basado en los organismos de autodeterminación, armamento y democracia directa de los explotados! Ese es el único gobierno por el que se puede luchar hablando en nombre de la revolución socialista en Grecia.

Un llamamiento audaz en este camino por parte de organizaciones obreras, provocaría una brutal crisis en el régimen burgués. Uno o dos pasos dados en este camino, significaría que la revolución socialista en Grecia se pone de pie, porque lo que todos buscan es sostener el poder de los capitalistas y los banqueros, porque son enemigos de poner en pie el DOBLE PODER DE LAS MASAS REVOLUCIONARIAS que dejan sus muertos y libraron heroicos combates en las calles de Grecia.

 

La burguesía utilizó a las direcciones traidoras para contener e impedir la revolución proletaria…
La izquierda reformista es un 
“club de limones exprimidos” 
La tarea del momento es poner en pie un polo revolucionario internacional para dotar al proletariado mundial de una dirección para triunfar
Ese es el camino para poner en pie un partido revolucionario de la IV Internacional en Grecia

La crisis de dirección revolucionaria, la crisis de la IV Internacional, se ha vuelto fatal y trágica. Grecia, como Cuba, Libia y Siria, divide aguas entre los que estamos por la revolución socialista internacional y los que están por administrar al sistema capitalista. 
En el 2011 la ofensiva revolucionaria de las masas y su cadena de revoluciones en el Norte de África y Medio Oriente rompieron los diques de contención de los estados mayores reformistas. Se impusieron desvíos parlamentarios como en Egipto y Túnez, pero a expensas de hambre, represión, muerte, etc. contra los explotados. El cerco a Libia, donde las masas llegaron a lo más avanzado de la revolución destruyendo al estado burgués, es el punto más importante que permitió que el imperialismo tuviera las manos libres para mandar al asesino Al-Assad a hacer su “trabajo sucio” en Siria. 
Hoy todas las fuerzas del FSM se han concentrado en Grecia para impedir que allí se abra una crisis revolucionaria y terminen de irrumpir las masas en una cadena de revoluciones como ayer en el Norte de África y Medio Oriente, esta vez en Europa. Este sería un golpe estratégico para el sistema capitalista mundial en franca bancarrota desde el año 2007-2008. 
Grecia es una nuevo test ácido de la lucha de clases. Allí se aplica la misma política de “vía pacífica al socialismo” que pregonó Fidel Castro en los ’70 cuando recorrió la heroica revolución de los Cordones Industriales en Chile. Así fue que el gobierno de Allende terminó poniendo como comandante en jefe de las FF.AA. a Pinochet. Pero esto no fue un invento del castrismo; fue el programa y la política del estalinismo y su “coexistencia pacífica” con la que salvó al dominio imperialista del planeta durante décadas.
Ahora es la “izquierda anticapitalista”, que ya hace rato se desprendió de la lucha por la dictadura del proletariado, la que llama a imponer un “gobierno de las izquierdas” en Grecia… por vía pacífica, a través de elecciones. Y hoy plantean esta cuestión todas las corrientes que han usurpado las limpias banderas de la IV Internacional en las últimas décadas, aunque tengan matices más a la izquierda o a la derecha.
Estamos ante una política de enfermeros del capitalismo como la que sostuvo el estalinismo y la socialdemocracia, que con esta estrategia y esta política se la pasaron traicionando revoluciones durante décadas. Hoy ante la brutal crisis del PC griego, que ha sido el encargado de contener el ascenso revolucionario de las masas de ese país, son los neo-estalinistas, desprendimientos de socialdemócratas asustados, los anarquistas y los renegados del trotskismo los nuevos encargados de aplicar por izquierda su misma política ante franjas de las masas que se radicalizan buscando un curso revolucionario.
Esto es ni más ni menos que la política de estas corrientes de “gobiernos de unidad de las izquierdas”,  “administrar gobiernos en los regímenes burgueses parlamentarios”, etc. Porque, ¿qué sería un gobierno de Syriza sino un gobierno más como el del Partido Socialista en Francia o el Partido Laborista en Inglaterra, administrando los intereses del sistema capitalista, esta vez en bancarrota y putrefacción total?

¿Cómo actúan los renegados del trotskismo hoy? En su accionar tienen una particularidad. Están para legitimar con las banderas sin mácula de la IV Internacional o con su pasado en ella, la acción abiertamente contrarrevolucionaria del estalinismo y la socialdemocracia que hacen el “trabajo sucio”. 
Su rol es cada vez más necesario para la burguesía mundial. Es que lograron contener el ascenso revolucionario de las masas de 2011, pero igualmente más y nuevos sectores del proletariado y la juventud buscan abrirse un camino a la revolución y pulverizan por izquierda los diques de contención del reformismo. Por ello deben poner en pie y recrear constantemente nuevas mediaciones que le cubran el flanco izquierdo al reformismo que ya se quemó abiertamente ante las masas. Eso es lo que demuestra la debacle electoral del PC en Grecia.

En Grecia misma, como en decenas de procesos revolucionarios del mundo, está concentrada la contradicción fundamental en el proletariado mundial: reforma o revolución, y como lo planteara ya el Manifiesto Comunista, entre enfermeros o sepultureros del capital. Es la misma alternativa histórica extraída de las lecciones trágicas de la Comuna de París, donde el marxismo va hasta el final en su teoría de la revolución frente al estado burgués, planteando que éste no puede ser “sustituido” y mucho menos “administrado” por los enfermeros del capitalismo. Según Marx y todo el marxismo revolucionario, para que el proletariado triunfe debe ser demolida la maquinaria estatal existente, aplastada y aniquilada con el triunfo de la revolución proletaria y la dictadura del proletariado.
Grecia es un test más, donde en un lado se encuentran la V Internacional de Putin, Hu Jintao, los bolivarianos, los asesinos como Al-Assad, los estalinistas reciclados, los socialdemócratas con algunos grados de fiebre, y todos legalizados por los entregadores del marxismo, es decir, los renegados del trotskismo. Pero del otro lado también se desarrollan y avanzan las condiciones, cuando el “club de limones exprimidos” debe ser estrujado en su última gota por el capitalismo para sobrevivir, de avanzar en reagrupar las filas de los revolucionarios internacionalistas y abrir las condiciones para refundar la IV Internacional. 
Un Kienthal y Zimmerwald, es decir, reagrupar rápidamente y sin perder tiempo a los auténticos marxistas revolucionarios del mundo, es la tarea del momento. Las barricadas del campo de batalla están claras, las trincheras también. Las masas buscan un camino revolucionario. 
En Grecia ya están claras las perspectivas. El combate para llamar a la clase obrera mundial a parar la restauración capitalista en Cuba que iniciaron los hermanos Castro, despidiendo a 500.000 trabajadores, decretando el derecho de herencia y entregando las conquistas de la salud cubana como la salud y la educación, vendiéndosela a los países latinoamericanos como una burguesía vendedora de franquicias, es un gran punto central para reagrupar las filas de todos los que estamos por parar la contraofensiva imperialista e iniciar la revolución socialista.
Romper el cerco de Siria y crear las condiciones para poner en pie un partido revolucionario que dirija a la toma del poder a las masas libias armadas e insurreccionadas, que ya están enfrentando y enfrentarán dificilísimos obstáculos montados por las direcciones traidoras y la burguesía, se vuelve cada vez más una cuestión de vida o muerte para el proletariado mundial.
El movimiento de los “indignados”, que tiende a coordinar una acción internacional de los explotados del mundo, se levanta en Madrid y Wall Street, y vuelve a florecer a la izquierda de todos los aparatos reformistas.
La clase obrera boliviana y chilena, con su juventud revolucionaria, pugnan por entrar en nuevas jornadas de acciones revolucionarias de masas. Allí tambalean los gobiernos bolivarianos y del TLC. La suerte del PC chileno es la misma suerte que corre el PC griego, y qué rápidamente correrá la burocracia de la COB en Bolivia si persiste la oleada revolucionaria de las masas contra el gobierno de frente popular de Morales.
Decenas de corrientes del marxismo revolucionario, entre ellas la FLTI, estamos discutiendo, debatiendo y buscando un camino para conquistar las condiciones de la victoria del proletariado internacional. Ha llegado la hora de poner en pie rápidamente un bloque internacional con estas lecciones. 
Es imperioso poner en pie un polo revolucionario que canalice realmente a la revolución socialista a amplias capas de la clase obrera y la juventud que rompen con la izquierda reformista, contra el polo de los reformistas que cada vez más son y serán un “club de limones exprimidos”, como llamaba Trotsky al reformismo.

Lo acontecido con los “anticapitalistas” franceses es un ejemplo y un espejo donde se ve la utilización que está haciendo la burguesía con Syriza en Grecia, pero lamentablemente también cómo paga la clase obrera el accionar de estas corrientes.
Así en Francia usaron al NPA (“Nuevo Partido Anticapitalista”) cuando la clase obrera ocupaba la Renault, la Sony, la Fujifilm y las empresas petroleras, contra el cierre de las sucursales imperialistas, tomándose a los patrones como rehenes, en el 2008. En aquel entonces este partido capitalizó un enorme giro a la izquierda de franjas enteras de la clase obrera y la juventud, que se expresó con un 11% de los votos que obtuvieron en el terreno electoral. 
El NPA se dedicó a sacar a los obreros de las tomas de fábrica en Francia, y para apagar el fuego de los coches y comercios incendiados por los jóvenes obreros inmigrantes de las cités en París. 
Los “anticapitalistas” franceses fueron usados cuando ardían Guadalupe, Martinica y Madagascar –las colonias francesas- en acciones revolucionarias. Es más, utilizaron a sus “euro-disputados” para carnerear la huelga revolucionaria de Guadalupe y Martinica. Fueron allí a plantear que “los ciudadanos franceses no vamos a pagar con nuestros impuestos vuestro aumento de salario”. Así liquidaron y desmoralizaron al ala izquierda de la clase obrera en sus colonias, como hizo el ELAC en el continente americano. 
¿Y ahora? Vinieron los verdaderos dueños de su espacio: los estalinistas y “socialistas”, con Melenchon a la cabeza, a actuar ellos como pata izquierda del PS que viene a “regular la austeridad”, es decir, que ésta pase de forma “regulada” para que no se sienta mucho...
Así el NPA jugó todo su rol: desmoralizó, corrompió y descompuso a toda el ala izquierda de la clase obrera revolucionaria francesa y de su juventud, y también a la de sus colonias. ¿Y ahora para qué sirve? Ese proceso anticapitalista de la vanguardia obrera retrocedió. Por ello, ahora las masas buscan parar el ataque en las condiciones que la dejaron estos traidores de la lucha anticapitalista, con las manos bien atadas. Por eso, hoy han votado al Partido Socialista y al “frente de izquierda” de estalinistas y socialistas más de “izquierda” que pregona el mismo programa que levantan todos los renegados del trotskismo cuando “son fuertes” a la “izquierda” de los “viejos aparatos”. O sea, “regular” la austeridad. Es un plan regulacionista más. 
¿Qué significa esto? Que en lugar de subir de entrada la edad jubilatoria a los 65 años, lo han a partir de los 61 años e ir subiendo un año de jubilación paso a paso, una vez por año. En lugar de bajarle un 50 % de golpe el salario a los estatales, comiencen bajándole un 30 %, y luego con un poquito de inflación sacarle otro 5 %. Esto es “morigerar” el ajuste, regular la austeridad.
Ahora el NPA sacó pocos votos y para justificarse dirán: “qué atrasados son estos obreros. Ha girado a la derecha la clase obrera… pero igual se derrotó a Chirac… entonces vamos bien con Hollande”, al que todos llamaron a votar críticamente o de hecho.

Grecia desde 2008 es un test ácido fundamental que separa reforma de revolución a nivel internacional. A principios de siglo XXI fue la revolución boliviana la que desde el 2003 a la fecha no ha dejado vivir en paz a los capitalistas que intentaron aplastarla y liquidarla en decena de oportunidades. Grecia es el símbolo del período objetivamente revolucionario que se abrió en el 2007-2009. Estamos frente a un episodio, quizás dramático, de la revolución griega. Pero ésta no se resolverá tan sólo en Grecia. Como vimos, todas las fuerzas se concentraron para contener las revoluciones del Norte de África y Medio Oriente en Libia y Siria. Esto creó las condiciones para que el reformismo pueda por ahora impedir que la revolución griega levante cabeza. Cercaron y contuvieron las ofensivas de masas en España, Italia, Portugal, y antes en Francia. Pero todo esto es provisorio.

Hacia el este de Europa, la clase obrera vuelve a despertar y a salir en enormes acciones de masas en Hungría, Checoslovaquia y la misma Rumania contra los planes de saqueo y hambre del FMI. El proletariado alemán ha comenzado una lucha contra los topes salariales que por debajo de la inflación les impuso la Merkel, chantajeándolo con la crisis. Los “indignados” vuelven en Madrid, luego de la impotencia en que por segunda vez llevan las direcciones traidoras de los sindicatos a la clase obrera con sus huelgas nacionales a las que intentan transformar en luchas de presión por la “regulación” del ataque. 
La revolución griega y su perspectiva dependen de la evolución de la crisis de Maastricht, pero esencialmente de la lucha de clases europea y mundial.

La última palabra no está dicha. El avance de una contraofensiva imperialista facilita por ahora la labor del reformismo, pero esto no es impune. Enormes franjas a la izquierda del mismo surgen buscando ansiosamente un camino autentico a la revolución. El reformismo estalla por izquierda y surgen y surgirán decenas de grupos y corrientes que avanzan a posiciones revolucionarias. La FLTI confluirá con ellos, como ya lo estamos haciendo. Las masas nos dan tiempo, pero no podemos perder un minuto más sin luchar por poner en pie un polo internacionalista y revolucionario del proletariado mundial.
La lucha por resolver la crisis de dirección se ha vuelto la tarea más candente del momento. Los combates de Grecia, la heroica resistencia de las masas sirias, las enormes franjas del proletariado que buscan un camino revolucionario, y los obreros de Trípoli que desde Libia plantean un programa internacionalista para unir las filas obreras a nivel mundial, nos indican que no podemos perder más tiempo. 
Las fuerzas para esta perspectiva ya están en movimiento. Es que vemos también a corrientes revolucionarias de Venezuela enfrentando abiertamente a Chávez, denunciando la entrega que éste hace de dirigentes de la resistencia colombiana al gobierno fascista de Santos en Colombia, mientras levantan el combate para romper el cerco a las masas sirias en ese corazón bolivariano de la patria de los amigos de Al-Assad. 
Los trotskistas japoneses han demostrado cómo se combate por la revolución socialista en los países imperialistas centrales, al levantar sus banderas de lucha y atando su suerte al combate de la clase obrera de Libia, Siria, Chile y todo el mundo semicolonial.
En Chile, el ala izquierda y cada vez más revolucionaria de la juventud y la vanguardia obrera, no deja vivir en paz ni al estalinismo ni a pequeñas sectas como el PTR –una pequeña secta satélite del PTS argentino-, ni a los anarquistas, ni mucho menos al Frente Patriótico Manuel Rodríguez, todos sostenedores por izquierda del PC. A pasos agigantados se desarrolla un proceso de ruptura abierta de amplias capas de la juventud y la clase obrera con todos estos aparatos. Los trotskistas internacionalistas de Chile han puesto la moción de volver a poner en pie los Cordones Industriales, esos organismos de doble poder armado de la clase obrera chilena en la revolución los ’70, y levantan la justa demanda de que para conquistar trabajo, educación y salario hay que aplastar a las transnacionales, al gobierno de Piñera y su régimen. Decenas de grupo autoorganizados que se reclaman de la revolución de los ’70 ya empiezan a confluir con las fuerzas de los trotskistas internacionalistas de ese país. 
Esto son tan sólo ejemplos, pero afirmamos que no hay país del mundo, ya sea donde las masas estén a la ofensiva o a la defensiva, donde no empiecen a entrar por todos los poros estas condiciones internacionales de catástrofe imperialista a nivel mundial, que se expresan en la tendencia a entrar al combate de enormes franjas de las masas para pulverizar los límites que el reformismo le impone a sus luchas. 
Una cuestión aquí está clara en este momento de contraofensiva y engaño al proletariado mundial: no son las masas las que se han rendido, sino que son sus dirigentes los que se han puesto de rodillas para sostener al capital.

La lucha por una dirección revolucionaria se vuelve ya una cuestión trágica, no solo para el proletariado, sino para toda la civilización humana, como plantea nuestro Programa de Transición.

El proletariado instintivamente busca cada vez más el camino de la revolución para conseguir sus demandas. Sus franjas más perspicaces están buscando concientemente esto. La lucha por la revolución socialista y por la expropiación de los expropiadores como tarea inmediata ya está aquí en la Europa imperialista. Es una necesidad. Un movimiento revolucionario real de los explotados se está poniendo de pie.
Enormes franjas de las masas giran de derecha a izquierda intentando buscar ese camino. Ya están aquí las condiciones para reagrupar las filas del movimiento revolucionario y avanzar en refundar la IV Internacional.
La FLTI se presenta orgullosamente como una corriente internacional que ha sido conquistada. Decenas de grandes o pequeñas sectas pululan país por país, pero todas ellas están destinadas a desaparecer. Ha llegado la hora de un reagrupamiento internacional que prepare nuevos saltos de las fuerzas internacionalistas hacia adelante. Esto no es ni será lineal. Se desarrollará con avances, retrocesos, crisis y saltos cualitativos hacia adelante, como son los que ya han comenzado. 

En Grecia, las masas han dejado en crisis al régimen bipartidista, que Syriza y el frente popular vienen a salvar mientras el fascismo blande sus cachiporras y pistolas... Se está entrando en un nuevo acto de la revolución griega. La necesidad de un partido revolucionario allí es imprescindible. 
La burguesía está recurriendo a sus experiencias de aplastamiento de decenas de revoluciones en el mundo. Cambian los años, los personajes, los nombres de los partidos, los países, pero cuando hay revolución, el fascismo y los cantos de sirena de las políticas de colaboración de clases que adormecen a las masas, ya están ahí. 
Pero también están ahí las enormes energías de las masas que no están desgatadas, como tampoco su insistencia y perseverancia en el combate bajo condiciones de padecimientos inauditos. 
No se trata tan solo de una revolución ni de un episodio de una revolución, sino de todo un período revolucionario que ya se está abriendo a nivel mundial, donde revolución y contrarrevolución se verán cada vez más la cara.

Comité Ejecutivo Internacional de la FLTI