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Venezuela, 08 de octubre de 2012
Documento de la Liga Comunista de los Trabajadores de Venezuela, integrante de la FLTI
De cómo Obama ganó las elecciones en Venezuela
Algunos se sorprenderán por la afirmación de que el imperialismo y su vocero, ese Bush tiznado que es Obama, fue quien obtuvo una victoria con los resultados electorales en Venezuela para estas presidenciales de 2012. Pero no se le puede decir de otra forma, ya que la boliburguesía es la que sostiene el orden capitalista decadente en la región a expensas de expropiar los procesos revolucionarios que se dan en ésta y de fungir a continuación como fuerza contrarrevolucionaria activa. Para eso, el imperialismo “echa su ayudita” colaborando con la estabilización del régimen de la burguesía al promover un escenario electoral bipartidista en el que, tanto la oposición burguesa como el chavismo (también burgués hasta la médula), están de acuerdo en negociar la continuidad del PSUV en el gobierno nacional a cambio de un incremento substancial de la MUD (de oposición) en la tenencia de las gobernaciones estadales. Para ambos era crucial legitimar su patraña electoral, reduciendo al mínimo posible la abstención de los sectores descontentos. El candidato Capriles, el mismo golpista de abril de 2002 responsable de tragedia y muertes de trabajadores en esas fechas y que el cómplice Chávez le otorgó amnistía, fue a “amarrar” esta negociación en su entrevista con el asesino de Santos en Colombia, para que éste sirva como mediador y notario, en medio de las buenas relaciones que mantiene dicho gobierno con el del PSUV en Venezuela, alimentadas por la complicidad en la entrega y destrucción de la resistencia colombiana y la aceleración de la restauración capitalista en Cuba. Para esto, la MUD se aprovecha en parte, del desgaste manifiesto del chavismo y ya momentos después del cierre de las mesas electorales se sabía que, tras bastidores, se le concedió al, hasta entonces, candidato Capriles la gobernación del populoso e importantísimo estado de Miranda, ya que más de la mitad de Caracas forma parte de dicho estado.
Para el imperialismo no podía ser de otra manera, ya que este gobierno boliburgués, y no uno “neo-puntofijista”, es el que le garantiza sus negocios. Al decir del propio Chávez “este, mi gobierno, es el que les garantiza a ustedes, señores de la alta burguesía, a Cisneros, al Grupo Polar, y tantos otros, incluyendo a Obama, la tan anhelada estabilidad para que continúen los negocios y… el ‘desarrollo’, porque si les entrego la presidencia para que gobiernen ustedes directamente desestabilizan el país en un menos de un tris…”. Dice una máxima de la doctrina jurídica burguesa que: A confesión de parte, relevo de pruebas. Por eso el imperialismo yanqui se hizo el distraído cuando Chávez impuso su referendo en febrero de 2009 que modifico la Constitución burguesa para tener la posibilidad de lanzarse indefinidamente a la reelección. No hace falta más que añadir salvo que muchos trabajadores escucharon estas declaraciones y, tapándose la nariz, sólo salieron a votar por Chávez acicateados por los manipuladores de oficio que son la seudo-izquierda, incluyendo renegados del trotskismo, que alimentaron la farsa de que había que hacerlo para “que no vuelva la ‘derecha’”, insinuando que el chavismo es la “izquierda”, y ayudando de este modo a la estabilización del régimen. De esta plaga deben librarse los trabajadores para poder seguir un curso revolucionario y en eso consiste nuestra lucha.
Desde que el chavismo empezó a gobernar, se ha esforzado en llamar a los sectores burgueses del anterior régimen del Pacto de Punto Fijo, para que ayuden a estabilizar el régimen de dominio capitalista en Venezuela. Porque, parafraseando a Marx, la mejor forma de dominio para la burguesía es aquella en la cual ésta domina como clase en conjunto y no como fracción. La burguesía sí tiene conciencia de clase y ambas fracciones en Venezuela saben que, más allá de sus disputas por los despojos de la renta petrolera, necesitan de un régimen capitalista apoyado en un conjunto de instituciones fuertes, cuyo marco es la actual Constitución de la V República Bolivariana burguesa, superando así el fenómeno “anormal” que venía aconteciendo hasta ahora de que existía, por un lado un gobierno fuerte apoyado en la manipulación y el engaño de las masas y por otro un régimen relativamente débil debido a que el conjunto de instituciones no eran reconocidas por el otro bando burgués “puntofijista” desplazado por el chavismo en medio del ascenso revolucionario de fines de los 90 y principios de este siglo. En función de ese fenómeno es que radicaba el carácter “anormal” del gobierno chavista, lo que era preciso superar en provecho de la “armónica” extracción de plusvalía, y en eso se empeñaron a fondo ambos sectores burgueses cuyos esfuerzos están viendo coronados en medio del circo electoral que montaron y en el cual pretenden que se mantenga empantanada la lucha del proletariado. Es así como pronto salió a reconocer los resultados electorales el actual presidente de Fedecamaras (principal cámara patronal en Venezuela), Jorge Botti, quien afirmó que “Gobierno y empresa privada ‘no son excluyentes’ y ‘pueden y deben convivir juntos’. El punto de partida de ese escenario debe ser la Constitución de la República que, entre otros aspectos, contempla la libre iniciativa de los ciudadanos.” Como vemos es un lúcido representante de su clase social, llamando al “diálogo nacional” para lo cual propuso la formación de Mesas de Diálogo Social compuestas por representantes del gobierno, de la patronal privada, de las cúpulas sindicales burocráticas y pro-patronales y de las universidades. Cabe destacar que estas últimas instituciones del orden burgués (las universidades “autónomas”) estaban quedando como uno de los últimos reductos de la oposición burguesa, en cuanto a instituciones estatales se refiere, en las que se venía concentrando su actividad e influencia después de haber sido desplazada de otros ámbitos y quedar arrinconada por el cierre de la televisora RCTV; por eso no es un hecho menor, en la política nacional, el que se les incluya en este “diálogo”, después de todo ya hay precedentes de “buen entendimiento” cuando el chavismo frenó y quebró activamente el ascenso y radicalización estudiantil cuando el proceso de tomas de los Consejos Universitarios en 2001.
Pero las acciones de la boliburguesía no se quedan en el plano nacional, baste señalar el papel que jugó la burguesía bolivariana y su gobierno, junto con los traidores y renegados de la seudo-izquierda, en el apoyo que dieron al asesino de Gadafi; el mismo papel que juegan hoy con Al Assad. Como demostración, el propio Chávez salió a dar sus condolencias por la muerte del embajador gringo, ajusticiado por la justa furia de las milicias revolucionarias en Libia, y nuevamente, en alocuciones recientes, lamentar la muerte de Al Gadafi.
Estas políticas seguidas por el chavismo no son ningunas incoherencias. No es una incoherencia de parte del gobierno de la burguesía bolivariana, sino que es una política muy congruente con su carácter, además de burgués, pro-imperialista. Es que como venimos afirmando desde la Liga Comunista de los Trabajadores-Fracción Leninista Trotskista Internacional, estos gobiernos boliburgueses de la región hace rato que están cumpliendo un papel de agentes directos de imperialismo, en especial del yanqui. Sobre este aspecto es de resaltar que Chávez, en una entrevista exclusiva días antes de las elecciones en Venezuela, afirmó que “…si Barak Obama votara en las elecciones venezolanas, votaría por Chávez” y complementó “…si yo votara en Estados Unidos, también votaría por Obama”. Esto más que simples cumplidos, son demostraciones del acuerdo de criterios en cuanto a cómo llevar la política continental de cara a la lucha de clases para tratar de contener y derrotar a las masas y el proletariado revolucionarios usando el prestigio residual del chavismo y el piso político brindado por el reformismo y los traidores y renegados, para consolidar la restauración del capitalismo en Cuba de manos de la nueva gusanera protoburguesa del PC cubano, para terminar de entregar la resistencia en Colombia, y afirmar la plataforma continental de negocios para el imperialismo, como lo es la Unasur mediante la combinación de las agencias mercantiles de los TLC-CAN-ALBA-MercoSur. ¡Tremenda llave! Todo con el interés de mantener protegida la retaguardia del imperialismo en “su patio trasero” de América Latina para que éste se pueda lanzar a la recuperación de la tasa de ganancias y frenar la crisis capitalista mundial masacrando a las masas de Irak, Afganistán y profundizando la expropiación de las revoluciones del Norte de África y Oriente Medio, tratando incluso de desarmar por la fuerza a las milicias revolucionarias de Libia y mantener, hasta donde sea posible, al genocida de Al Assad que hace el trabajo sucio del imperialismo, alimentado por la máquina armamentista de los mandarines rojos y su Hu Jintao y el matón de Putin.
El llamado de Chávez a votar por Obama es para cerrar la brecha, la crisis abierta entre el proletariado negro, chicano, inmigrante, con el gobierno del carnicero imperialista que se dedicó implacablemente a atacarlos en toda la línea. Cerrar esa brecha se vuelve fundamental para Obama y esa tarea está en manos de Chávez, el verdadero candidato a “vicepresidente” del imperialista Obama. Como parte de esta política, el apoyo de Chávez a Al Assad y el “mártir” genocida Gadafi, demuestra que la V Internacional y sus sostenedores son las verdaderas “tropas terrestres de la OTAN y Obama” en Siria.
Por esa razón es que Chávez, así como llora la muerte de Gadafi, también lloró la muerte del embajador yanqui en Libia, y manifiesta sus condolencias al amo del norte, muerte que le llegó en momentos en que este embajador se encontraba conspirando en Bengazi para derrotar a las milicias revolucionarias libias. Esto no está en ninguna contradicción con el respaldo que el mismo Chávez le dio a Al Gadafi y le da a Al Assad ya que, al fin y al cabo, esos genocidas le hacen el trabajo al imperialismo de debilitar las fuerzas de la revolución con masacres y así facilitar la posterior tarea de expropiación de la revolución por parte de los impostores que, a la sazón, ya habrán ocupado posiciones formando “Consejos de Transición” y llamando a Asambleas Constituyentes apoyados por la seudo-izquierda y los renegados del trotskismo. Se trata también de un Al Assad, como Gadafi, cuyo armamento es proporcionado parcialmente por Hu Jintao (la otra parte es aportada por el matón de Putin) que, frente a la agresión del imperialismo japonés de ocupar las islas Diaoyu, cercanas a Taiwan, no ha hecho más que responder con tibias “protestas diplomáticas” y reprimiendo duramente a las masas que en China salen a repudiar la agresión, además de obedecer las órdenes de este imperialismo de desalojar “preventivamente” las instalaciones de las empresas japonesas, demostrando el carácter de “gran potencia” -pero será maquiladora- que le quieren atribuir los reformistas, los impostores y los renegados que, particularmente en Estados Unidos, usan esta manipulación para infundir miedo en los trabajadores norteamericanos contra sus hermanos de clase chinos, y así tratar de postrar al movimiento obrero norteamericano a los pies de Obama, labor a la que se suman los boliburgueses con Chávez y los Castro a la cabeza. Es una red de traiciones que da la vuelta al globo y de la cual estos gobiernos boliburgueses forman parte esencial.
Una Candidatura que no fue ni quiso ser clasista ni revolucionaria
Por otro lado vemos que el PSL-UIT, que enarboló la candidatura de Orlando Chirinos como “obrera y clasista”, respecto a todas estas cuestiones candentes de la lucha de clases internacional mantuvieron silencio, un silencio tanto más ignominioso por cuanto alimenta el cerco que la burguesía monta a los trabajadores, dividiéndolos país por país, y así derrotarlos por separado. “¡Divide y vencerás!”: ese es el lema de la burguesía. Los trabajadores debemos buscar la unidad, pero no con el reformismo ni los renegados de la variedad que sean, sino con los luchadores revolucionarios de otros países que, en situaciones de crisis capitalista como ésta, ponen incluso su vida en riesgo para buscar la tan anhelada victoria de la revolución, como hoy lo hacen las heroicas masas sirias y libias.
Por ese motivo es que en nuestra anterior Declaración Ante las Elecciones en Venezuela, hicimos un llamado a que Orlando Chirinos y su PSL-UIT demuestren con hechos prácticos que su candidatura en realidad era no sólo “independiente” (lo cual no dice mucho) sino también “obrera y clasista”. Porque así es que se hace política revolucionaria: de cara a las masas y no en conversaciones privadas desde un cómodo sillón.
Lo que sí es incoherente, y no la política internacional del chavismo, es que una propuesta que se auto-proclama como “obrera y clasista”, no haga una denuncia sistemática de estos hechos de la burguesía bolivariana que tienen un impacto mundial en la lucha de clases. ¿Acaso se puede ser clasista sin ser internacionalista? El nacionalismo es una creación ideológica de la burguesía que ni ella misma se cree. Si mantienen fronteras es para asegurarse mercados y para mantener fragmentado al movimiento obrero, alienándolo de su condición de sujeto histórico mundial.
Por eso es criminal, desde el punto de vista revolucionario proletario, que el PSL-UIT haya hecho de este silencio parte de su política, fraccionando el programa revolucionario en una parte “internacional”, otra “nacional” y una tercera de carácter reivindicativo mínimo economicista, dando como resultado que la primera se la echa al cesto de la basura ya que “no sirve para ganar elecciones”, pues: ¡Los obreros de otros países no votan en Venezuela!; la tercera parte de ese programa queda para arriar al movimiento obrero combativo hacia el matadero del Ministerio del Trabajo de la boliburguesía colaborando en la estabilización del régimen; y por último, la segunda muy útil parte de ese programa sirve para lanzarse en una candidatura cuyo planteamiento de fondo fue proponerse para administrar el Estado burgués dentro del marco de la también burguesa y pro-imperialista Constitución bolivariana y su régimen, para lo cual se proponía conformar una suerte de gobierno de Frente Popular (como en los “mejores” tiempos del stalinismo) que retomara el rumbo que había sido “abandonado” por un “descarrilado” Chávez que dejó atrás su “carácter progresivo” y le “dio la espalda al pueblo”. Pero… ¿en qué se diferenció esta propuesta de la del chavismo? ¡En casi nada! Sólo en que el régimen sería administrado con un ex-sindicalista a la cabeza. Por ello, muchos obreros se dijeron a sí mismos: “¿Para qué votar por la copia genérica si tenemos al original, al propio Chávez?”. Esta propuesta es más parecida al proyecto reformista impostor de Syriza de Grecia que a una alternativa revolucionaria.
Para hacer este balance no estamos hablando, ni siquiera, de indagar en el papel de Orlando Chirinos y su agrupación en el desmontaje de la lucha obrera textil nacional en los años 90, al seguir una línea economicista y reformista, que facilitó el desmantelamiento de esta rama productiva y su conversión en un cementerio de fábricas para que la burguesía importadora aproveche mejor las ventajas de la maquila china, todo lo cual terminó haciendo piso político para que el burgués Francisco Natera se hiciera con la presidencia de Fedecamaras y que posteriormente se convirtió en flamante ministro del gobierno de Hugo Chávez. Es notorio que este Natera hoy esté llamando, junto con el actual presidente de Fedecamaras, a ese “gran diálogo social nacional”. Tampoco estamos hablando de hacer un balance del papel de Chirinos en el cerco reformista a la lucha de Sanitarios Maracay, como referencia más avanzada de la lucha de los trabajadores por el verdadero control obrero en Venezuela durante 2006-2007-2008, que acabó en su desmoralización y quiebre, mientras seguía en el regazo del chavismo en tanto que le garantizaba un cargo administrativo altamente remunerado en PDVSA sin ir a trabajar, bueno… al menos no como lo hacen los obreros de la industria petrolera expoliados por la boliburguesía, sino haciendo otro tipo de “trabajos” como el de Sanitarios Maracay. Y es que sólo se fue distanciando un poco del chavismo durante 2008, cuando éste se negó a ponerlo entre su dirección sindical nacional.
De lo que sí estamos hablando es del papel jugado por esta organización al no usar la candidatura en 2012 para desarrollar hasta donde sea posible la lucha extra-parlamentaria de los trabajadores por la conquista de sus reivindicaciones, empalmándola con la lucha internacionalista apoyando a, y apoyándose en, los combates que hoy libran las milicias revolucionarias en Libia contra el intento burgués de desarme forzoso, la lucha de las heroicas masas sirias contra el genocida Al Assad, así como la de los mineros en Sudáfrica y Suramérica. Es que, como lo afirmara Trotsky, no queda ya lugar para los programas nacionales en la época del imperialismo decadente. No es justificable de ninguna manera que una agrupación que se hace llamar internacionalista como la UIT, a la que pertenece Orlando Chirinos, al tiempo que se dicen “independientes” del chavismo, respalden por la “izquierda” en Bolivia a la burocracia colaboracionista de la COB y la Federación Minera, a quienes le proponen formar un “Instrumento Político de los Trabajadores”, es decir un partido común. Se lo proponen a la burocracia sostenedora del gobierno de Evo Morales al cual nutren de “Ministros Obreros” en sus gabinetes proimperialistas. Por ello también en Bolivia la izquierda es sirviente del régimen infame del pacto de Evo Morales y la Media Luna fascista que con su Constituyente amañada le garantiza la gran propiedad de la tierra a los terratenientes y el saqueo de la minería e hidrocarburos a las transnacionales. Ese pacto contrarrevolucionario del MAS y la Media Luna fue bendecido por la OEA y la Unasur sobre la sangre derramada por los obreros y campesinos bolivianos a los que les robaron su revolución. Así en Bolivia actúa la farsa de “revolución bolivariana” de la cual es sirviente la izquierda reformista y que hoy pone a los trabajadores mineros a luchar unos contra otros, cuestión que Chirino silenció en su campaña electoral.
Lo que demuestran con acciones como éstas es que sus llamados a la “independencia” no son más que una farsa a la cual se sumaron descaradamente los renegados del trotskismo que, desde sus posiciones oportunistas, llamaron a conformar una confabulación electoral, para engañar a los obreros, a la que denominaron “Frente de Izquierda y Trabajadores” y del cual algunos oportunistas se lamentaron de que el PSL-UIT no lo convocara porque querían engancharse en ese tren como lo hicieron con el Syriza griego.
No es de extrañar que este candidato “independiente”, el 27 de septiembre (una semana y media antes del circo electoral), diera unas declaraciones a El Universal (diario burgués entre los de más alta circulación nacional), en las cuales manifestó que no atacaría la propiedad privada y que su propuesta era una en la que se favorecía el “desarrollo nacional” de manos de la “iniciativa privada”, criticando al gobierno actual dijo que “se ha atacado al sindicalismo, se ha expropiado la propiedad privada”, afirmó que “...nuestro gobierno garantiza la plena libertad sindical y a la iniciativa privada...” y que “...en cuanto al aparato productivo hay que sentarse con los inversionistas para fijar reglas claras y recuperar las instituciones para atraer inversiones”.De nada valió que algunos renegados del trotskismo que lo apoyaban, tratando de disimular el estiércol, pidieran al candidato “obrero” que hiciera un desmentido y exigiera al mencionado diario que corrigiera esta posible “manipulación” de sus declaraciones; fue en vano, tal protesta nunca fue manifestada por el candidato Chirinos. ¡Quien calla, otorga! ¿Manipulación? Seguro, pero una manipulación en contra de la vanguardia proletaria, para la que se prestaron estos renegados. Cada vez quedaba más en evidencia que esta candidatura del PSL-UIT se perfiló como un preámbulo para llamar a conformar un nuevo aparato sindical de cúpulas “independiente” en el periodo post-electoral, que sirviera, dado su perfil, para desviar las luchas que la nueva vanguardia proletaria encabeza enfrentándose contra la política burguesa del chavismo, apartándola de su potencial curso insurreccional para llevarla a callejones sin salida en provecho de la burocracia sindical y, por tanto, de la burguesía.
Frente a este escenario, lo que cabe es hacer un llamado a los trabajadores honestos a que confíen sólo en sus propias fuerzas y luchen por sus reivindicaciones desarrollando organismos propios de la clase en los cuales se exprese la democracia obrera, y conquistar el programa revolucionario tomando el poder, lo cual pasa por la tumbada revolucionaria del gobierno burgués de turno, para que haya empleo, vivienda, salud, alimentos suficientes y de calidad, verdadera instrucción gratuita, infraestructura al servicio de las necesidades reales de las masas y no del mercado. Luchemos por la escala móvil de horas de trabajo para garantizar empleo para todos, escala móvil de salario para combatir la inflación, y por la organización de un Congreso Obrero Revolucionario con delegados de base en representación de cada mil trabajadores por centro de producción y revocables en todo momento, para definir un plan nacional de lucha que culmine en una huelga general, acompañada de órganos de auto-defensa obrera, como paso inicial para construir un verdadero poder obrero luchando en Venezuela como se lucha enSiria, Libia, Túnez y todo el Norte de África y Medio Oriente.
¡Hay que aplastar al imperialismo y su régimen de “Rebublicratas” de Obama y Romey! ¡Hay que expropiar Wall Street y a todos los parásitos imperialistas y sus transnacionales que saquean el mundo!
¡Abajo el pacto contrarrevolucionario continental de los bolivarianos y Obama!
¡Abajo el pacto Chávez–Castro–Santos–Obama para aplastar la resistencia colombiana entregada por la dirección de las FARC y terminar de restaurar el capitalismo en Cuba! ¡Fuera las bases militares yanquis en Colombia, Guantánamo y todo el continente sostenidas por los pactos de los bolivarianos y Obama!
¡Abajo el pacto contrarrevolucionario continental que en Bolivia mantiene abrazados al gobierno de Evo Morales con la Media Luna fascista bendecidos por la OEA y Unasur para garantizar el saqueo imperialista mientras mandan a los mineros a matarse entre sí por puestos de trabajo!
¡Abajo el pacto contrarrevolucionario de Chavez-Capriles bajo el mando de Obama! ¡Abajo la Constitución bolivariana burguesa pro-imperialista!
¡Conquistemos, mediante la lucha, nuestras reivindicaciones!
¡Para recuperar las empresas estatizadas de manos de la burocracia-burguesía del PSUV: luchemos por el verdadero Control Obrero!
¡Por la tumbada revolucionaria de los gobiernos de la burguesía: Congreso Obrero Revolucionario ya!
¡Ningún proyecto del reformismo “nacionalista”: unifiquemos nuestras luchas con el resto de la clase obrera mundial alzada!
Contra el pacto contrarrevolucionario continental: ¡Por un pacto revolucionario obrero y campesino para que vuelva la revolución ecuatoriana, argentina de 2001, boliviana de 2003-05, la comuna revolucionaria de Oaxaca-Mexico, el combate de la clase obrera norteamericana como una sola y única revolución obrera y socialista!
¡Por una Federación de Repúblicas Obreras Socialistas de Norte, Centro y Sud América!
¡Por la refundación de la Cuarta Internacional sobre sus bases programáticas de 1938!
Liga Comunista de los Trabajadores
Fracción Leninista Trotskista Internacional