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- Carta a la RCIT del 21 de enero de 2013 -

Camaradas de la RCIT:

Como ya les adelantamos, hemos recibido vuestra declaración. Aquí les enviamos algunas enmiendas y fundamentos para colaborar con ustedes en dicha declaración frente a este nuevo test ácido de la lucha de clases a nivel mundial.
Ante todo, saludamos vuestra declaración antimperialista, que consideramos un excelente punto de partida para desarrollar una reflexión común que nos aproxime a un programa revolucionario que de respuesta a esta cuestión.
En primer lugar, vemos a la invasión imperialista francesa en Malí como parte de lo que podríamos llamar la operación “Plomo Fundido II”, es decir, las masacres con las que el imperialismo viene intentando contener la cadena de revoluciones abiertas en el Norte de Africa y Medio Oriente, como el genocidio de Al Assad en Siria y el ataque contrarrevolucionario del sionismo a la Gaza martirizada. 
Es por este motivo, que consideramos que habría que plantear como una sola lucha y al mismo nivel y totalmente imbricada la derrota de la intervención imperialista francesa apoyada por el ejército de Mali entrenado y armado por la CIA y el imperialismo yanqui, y la del ejército genocida de Al Assad, que masacra a cuenta del imperialismo a las masas sirias. El grito de guerra de “aplastemos al imperialismo francés en Mali y a Al Assad en Siria” le facilita a las masas de Medio Oriente que rompan con el CNL de Libia; con los generales del ESL en Siria; el gobierno de Mursi y el régimen infame de los generales mubarakistas de Egipto; que superen el pacto de la burocracia de la UGTT que sostiene al gobierno que salvó a la burguesía tunecina de la revolución; para que las masas palestinas avancen en la lucha por aplastar al Estado sionista de Israel; y para que se expanda al centro y sur de África la revolución proletaria como ya había amenazado con hacerlo el combate revolucionario de los mineros de Marikana en Sudáfrica y antes la huelga general en Nigeria con el grito de “Fuera Jhonatan o moriras como Kadhafy”. Es decir, este programa es el que plantea la ruptura con la burguesía y le muestra un camino a las masas de cómo triunfar en toda la región. 
Compañeros, debemos explicar al proletariado mundial por qué se desarrolla hoy semejante crisis en Malí que ha llevado al imperialismo francés a invadir a este país subsahariano. Esta crisis responde directamente a la onda expansiva de la revolución libia que desestabilizó, junto a la cadena de revoluciones en el Magreb y Medio Oriente a toda la región. Es que en este país quedó desprotegida su frontera norte, de donde las potencias imperialistas y sus trasnacionales saquean el uranio y el oro, y todas las riquezas del Niger, Chad y el África Subsahariana.
Los tuareg son una nación-etnia, que no tiene territorio dentro de la división ficticia pactada por las potencias imperialistas a la salida de la Segunda Guerra Mundial para saquear África. La burguesía tuareg, es una burguesía comercial, contrabandista, socia del imperialismo y de todas las burguesías rapaces de la región en la explotación de sus propios pueblos, como en Niger, Burkina Fasso, Libia y Argelia. En Libia, asociada a Kadhafy, estaba implicada en el tráfico de mano de obra esclava para Europa, y era parte del Consejo de tribus del gobierno khadafista. 
Es decir, que la burguesía tuareg -junto a Khadafy, el imperialismo yanqui y francés desde su base militar del Chad y el ejército de ocupación Mali organizado y armado por la CIA para defender el uranio de las empresas francesas y las minas de oro de las trasnacionales angloyanquis- era parte del dispositivo que funcionaba en la región que garantizaba el saqueo imperialista y la ruta del tráfico de esclavos. Este dispositivo es el que vuela por los aires con la revolución libia.
Frente al inicio de la revolución esta burguesía contrabandista, armada y entrenada por EE.UU., fue en socorro de su socio Khadafy. Las milicias revolucionarias libias, al derrotar a Khadafy, hacen huir a la burguesía tuareg provocándole una terrible derrota, ya que la identificaban muy bien como los socios de Khadafy en el tráfico de esclavos. 
De esta manera, la burguesía tuareg quedó dislocada de los negocios y volvió al norte de Malí (la región Azawad) armada hasta los dientes con el material francés de las tropas de elite del ejército kadhafysta, con la intención de desde allí, quedarse con partes de las regalías del saqueo de las transnacionales.
Ante estas disputas, y por miedo a que por esta tensión burguesa puedan irrumpir las masas y empezar a desmoronarse toda el África subsahariana hacia abajo, es decir, llegue a Malí la onda expansiva directa de la revolución libia, el imperialismo, en marzo de 2012, lanza un golpe militar colonial, instaurando un “gobierno de transición” agente directo de las bases militares francesas, de la CIA y de las transnacionales mineras. 
Pero el imperialismo y la CIA tuvieron un problema, es que la casta de oficiales que ellos financiaban se parte y su fracción tuareg se pasa al bando de la burguesía de Azawad. 
A comienzos de este año, la burguesía de Azawad, encabezada por los tuareg, se lanza en una aventura militar para disputarle una mayor tajada de las regalías del saqueo de las transnacionales a la fracción de la burguesía del sur. Es que después de tantos años de servicios prestados al imperialismo, esta fracción tuareg creyó que podía disputar impunemente esta tajada.
Frente a esto, la reacción del imperialismo no se hizo esperar. Se terminaron los regateos. Pero ya se habían dislocado sus dispositivos contrarrevolucionarios de la región, a Ben Alí lo derrocaron las masas, Kadhafy había sido ajusticiado por las milicias libias, Mubarak había caído en manos de la Plaza Tahrir y Al Assad se encontraba en una masacre contra la revolución siria. Francia, después de obtener el apoyo de la ONU en diciembre, invade Malí. Es que tenía que defender su fuente de uranio, con el que abastece sus plantas nucleares y su aparato nuclear militar. Pero al mismo tiempo, con esta intervención, le cuida los negocios del saqueo al conjunto del imperialismo y sus transnacionales. 
Las potencias imperialistas que no quieren ser las perdedoras en las disputas económicas de esta crisis mundial, son las que hoy tienen que “hacer las guerras” por Estados Unidos. Ya que éste no quiere verse envuelto en un nuevo Irak o Afganistán.

Frente a estas cuestiones, consideramos como puntos fundamentales para el programa:
¡Aplastemos la ofensiva imperialista francesa en Malí para saquear y defender los intereses de las transnacionales en la región! ¡Aplastemos y derrotemos al ejército asesino de Bashar Al Assad que masacra en Siria a cuenta de las potencias imperialistas que buscan aplastar las cadenas de revoluciones del Magreb y Medio Oriente! ¡Fuera Turquía imperialista y sus misiles que apuntan a las masas sublevadas de Siria y Medio Oriente! ¡Por la destrucción del estado sionista de Israel! ¡Fuera la base militar de la V República francesa del Chad! ¡Fuera el AFRICON y todas las bases militares de los carniceros imperialistas de todo el continente! ¡Abajo el gobierno colonial puesto a dedo por la casta de oficiales entrenada por la CIA y las transnacionales que saquean el oro, el uranio y las riquezas del África subsahariana! ¡Disolución inmediata del ejército de ocupación de Malí! ¡Expropiación sin pago y bajo control obrero de todas las tierras, minas, fábricas, bancos y propiedades de las transnacionales y la burguesía colaboracionista! Por comités de obreros y campesinos que tome en sus manos el control de la producción, el abastecimiento y la distribución de los alimentos, el agua, los medicamentos y las armas para garantizar que los trabajadores y el pueblo estén en las mejores condiciones para combatir. Por milicias obreras y campesinas y comités de soldados rasos. ¡Armamento generalizado de las masas tuareg, de Mali y toda el África subsahariana!

 

Sobre el problema nacional 
y la cuestión tuareg

Para los marxistas revolucionarios es criminal dejar en manos de las burguesías nativas y las direcciones pequeñoburguesas la lucha por la liberación de los pueblos oprimidos. No se puede dejar en manos de la burguesía tuareg comercial-contrabandista la lucha por el derecho a la autodeterminación, es decir a formar su propio estado.

Es que el imperialismo es reacción en toda la línea y ya no hay lugar para el surgimiento de nuevas naciones. Por lo tanto acordamos con lo que plantean en el punto 4 de vuestra declaración en relación al derecho a la autodeterminación del pueblo tuareg. Pero ésta tarea no tiene solución dentro de los límites de Azawad y nunca vendrá de la mano de la burguesía: la única clase verdaderamente nacional es la clase obrera, que es la única que no tiene ningún interés que la ate al imperialismo. 
Es que las burguesías nativas ligadas por miles de lazos y negocios a las potencias imperialistas, pueden regatear por sus negocios con el imperialismo utilizando inclusive para ello a las masas como carne de cañón y moneda de cambio, pero son incapaces de llevar hasta el final la lucha nacional, puesto que como clase explotadora temen como a la peste a la revolución proletaria que ataque no solo a la propiedad del imperialismo sino a la suya propia y sus negocios. 
Por eso, la necesidad de una dirección proletaria de la guerra, que combata no sólo contra el ejército imperialista francés sino también contra el ejército de ocupación malí y su gobierno fantoche impuesto a sangre y fuego por la CIA y el imperialismo francés. 
Debemos levantar una política y un programa para que el proletariado pueda disputarle las masas trabajadoras y explotadas de la nación tuareg a su burguesía contrabandista, que más temprano que tarde –como ya lo está haciendo- se arrodillará ante el imperialismo. Los trotskistas estamos en un frente militar con todo aquel que enfrenta la invasión y la agresión a Malí de los piratas franceses apoyados por todo el imperialismo; pero insistimos, políticamente luchamos por una dirección proletaria de la guerra contra el invasor. La burguesía tuareg sólo reclama derechos de “autonomía” para la región del Azawad para quedarse con una parte, vía impuestos, del saqueo de las transnacionales, y así arrodillarse ante sus amos imperialistas. Así, en un comunicado del 13 de enero declaraban que, mientras el ejército Malí no sobrepase “la línea de demarcación entre Azawad y Malí (…) el MNLA se implicará para el éxito de las operaciones de lucha contra el terrorismo”. 
La cuestión nacional que plantea la etnia tuareg puede encender el fuego de la revolución en países como Argelia, Niger y Burkina Fasso, y puede reavivar la revolución que intenta ser desviada como en Túnez, Libia, Egipto o que está siendo masacrada en Siria. Es por esto, que la burguesía tuareg pide a gritos una negociación con el imperialismo francés, yanqui y el gobierno de Malí. El derecho a la autodeterminación del pueblo Tuareg, a su cultura y su lengua solo se resolverá con la revolución proletaria en la región que ponga en pie los Estados Unidos Socialistas del África subshariana, el Magreb Árabe y Medio Oriente. 
El imperialismo y la burguesía mundial han lanzado una campaña de acusaciones a las masas de la región tratándolas de “bárbaros”, “extremistas islámicos” y “terroristas”. Así presentan la toman de la planta de gas en In Amenas al sudeste de Argelia como la “barbarie”, cuando es el imperialismo y sus gobiernos títeres los que han saqueado, masacrado, proscripto, perseguido y han dejado a pueblos enteros sin nación en todo el continente. Ellos son los que verdaderamente siembran “el terror”. Ahí está Bouteflika, dictador de Argelia, entrando a sangre y fuego con su ejército de ocupación para recuperar la propiedad de sus amos imperialistas en la planta de gas de In Amenas. Y a esta sangrienta dictadura, basada en un genocidio igual o peor que de Al Assad en Siria, en el fraude electoral y la proscripción de las masas, los partidos de los renegados del trotskismo le dan legitimidad ocupando las bancas del parlamento argelino totalmente ilegítimo. 

Juntos debemos denunciar a este gobierno lacayo y colaboracionista de la Francia imperialista y llamar a las masas a pelear por derrotarlo. En Argelia, esta feroz dictadura de Bouteflika y el FLN (Frente de Liberación Nacional), basada en el genocidio provocado tras 7 años de guerra civil, y en la proscripción del Frente Islámico de Salvación (FIS) ha transformado en una cárcel a esa nación. Los generales del FLN, luego de estrangular y aplastar la lucha revolucionaria por la liberación nacional de 1954-62, desde los `70s, son los que han garantizado junto a Khadafy y Ben Alí, el control sobre las fronteras de Malí y el África subsahariana al servicio del imperialismo. La proscripción electoral del FIS, que incluso llegó a ganar una elección nacional,  no es más que una expresión de la proscripción de una de las clases obreras más poderosas del Norte de África. Millones de hambrientos se amontonan en esa nación, que fueran junto a Túnez la chispa que incendió el continente a fines del 2010 y enero 2011.

La toma de la planta de gas de In Amena en apoyo a la lucha contra la invasión francesa en Malí, fue preparada  y organizada en forma aislada por un grupo que es un desprendimiento del FIS, una dirección pequeñoburguesa que se monta sobre el sentimiento antiimperialista y los padecimientos que viven las masas todos los días. Pero a cada paso, estas direcciones pequeñoburguesas se aprestan a pactar y negociar. Contra esta política, los marxistas revolucionarios debemos levantar un programa para sublevar a las masas argelinas y que la clase obrera acaudille a los explotados en su lucha por el pan, la libertad y la independencia nacional.

¡Abajo Bouteflika y el régimen del FLN, sirviente de la V República francesa y el imperialismo que le presta el espacio aéreo argelino a las tropas francesas para que masacren en Malí! ¡Huelga general revolucionaria! ¡Que vuelvan a sublevarse las masas de Argelia, que junto al Túnez revolucionario fueron la chispa de la revolución en el Magreb y Medio Oriente! Para que triunfe la lucha por aplastar la agresión de Francia y el imperialismo en Mali ¡Que vuelvan los comités de obreros y campesinos pobres como en 1954-62!

Compañeros, creemos que estos puntos programáticos son los que necesitan el proletariado y las masas explotadas de la región para disputar la dirección de la guerra y transformar a ésta en la extensión de la revolución proletaria en el Norte de África y Medio Oriente, al África subsahariana y a todo el continente africano y para barrer con las trampas de los desvíos parlamentarios y parar las masacres contrarrevolucionarias….

¡Hay que llamar a las milicias revolucionarias de Libia para aplastar la intervención de los piratas franceses y el imperialismo en Malí! ¡En defensa de la revolución Libia! ¡El uranio, el oro, el petróleo y todas las riquezas de Malí, Libia y el continente para los africanos! Ahí esta el pan que aun los obreros no pudimos conseguir ¡Fuera yanquis, franceses y todos los piratas imperialistas de Malí y toda África! 
¡Una sola revolución en el Norte de África y en el África subsahariana! ¡Hay que llamar a la unidad internacional de la clase obrera de toda la región a unirse con la clase obrera y las masas de Malí y a aplastar la invasión imperialista francesa y expropiar a todas las trasnacionales imperialistas! ¡Por los Estados Unidos Socialistas del África subshariana, el Magreb Árabe y Medio Oriente!

Sobre el programa para el proletariado de las potencias imperialistas y el rol de las direcciones socialimperialistas


En relación a los puntos 8 y 9 de vuestra declaración, debemos denunciar que la burguesía puede lanzar este “Plomo Fundido II” con masacres contrarrevolucionarias como en Siria y Gaza, y con invasiones imperialistas directas como en Mali, y también con planes de contención de la revolución como en Egipto, Túnez y Libia, porque la direcciones socialimperialistas de la clase obrera europea, sometieron a ésta a los acuerdos de Maastrich de la Unión Europea imperialista dejándole las manos libres para que ataque. Son las mismas corrientes socialimperialistas que cercan la revolución siria para que sea masacrada, que ayer sostuvieron a Khadafy diciendo que las masas eran“tropas terrestres de la OTAN” y que hoy sostienen el plan imperialista de “dos estados” que garantiza la usurpación de su territorio a las masas palestinas por parte del estado sionista de Israel y las confina en campos de concentración a cielo abierto. 
Nos parece que hay que llevar el llamado a derrotar la intervención imperialista francesa a todas las organizaciones de masas y a los sindicatos de la región y de las potencias imperialistas; llamar a las milicias de Libia y Siria a que aten su suerte a la derrota del imperialismo francés que ayer armó hasta los dientes al asesino Kadhafy y hoy en la trastienda, junto a Rusia, al asesino Al Assad; debemos llamar a que se vuelva a poner en pie el Movimiento del “Millón de Obreros Contra la Guerra” de la clase obrera norteamericana y llamar a la clase obrera de Europa, y de Francia en particular, a que peleen como lo hicieron los portuarios de Oackland para paralizar la maquinaria de guerra. El proletariado norteamericano debe romper su subordinación a Obama y ponerse de pie para destruir el AFRICOM con el que se comandan todas las guerras y las maniobras contrarrevolucionarias en la región. Es que este combate se gana en las calles de Europa, de Estados Unidos y Japón.

Denunciemos la política criminal de las burocracias y aristocracias obreras que tratan como “bárbaros” a las masas explotadas del mundo semicolonial y colonial, y como “vándalos” a los jóvenes que incendiaron Tottemham y la cites de Paris. La “Europa social” que pregonaban estas direcciones es la “barbarie” de hoy con 27 millones de desocupados en todo Europa, 30% de desocupación en España, con los obreros de Italia comiendo de los tachos de basura, los inmigrantes muriendo en los campos de concentración en la isla de Lampedusa y con el fascismo matando jóvenes y trabajadores en Grecia. Al proletariado europeo le va la vida en derrotar y parar desde adentro la maquinaria de guerra imperialista. Es que el enemigo está en casa. Llamemos a la clase obrera a paralizar todos los puertos y aeropuertos de Europa que apoyan y provisionan a las tropas imperialistas que invaden Malí y a todas las bases militares del imperialismo en la región. Y a la vez organizar que le llegue la ayuda de alimentos, medicamentos y armas a las masas explotadas que enfrentan a la invasión imperialista en Malí y a las tropas contrarrevolucionarias de Al Assad en Siria.

Por un Polo Internacional 
por la Revolución Socialista

Por último, sobre el punto 10, donde ustedes llaman a poner en pie la V Internacional, como ustedes saben, nosotros estamos por la refundación de la IV Internacional porque comprendemos que la vigencia de su programa sigue intacta. Consideramos que el número de las internacionales se define según la vigencia de su programa y para nosotros hoy el Programa de Transición mantiene toda su vigencia y actualidad. Estamos muy lejos de querer forzar acuerdos programáticos que aún no se han conquistado, y sobre los que ni siquiera hemos iniciado un debate profundo.
Así como pusimos en pie un Comité Internacional por Siria en común, debemos pelear ahora por poner en pie un Polo Internacional que centralice la lucha de la clase obrera mundial, que combine el combate contra el imperialismo y marque el camino para el triunfo de la Revolución Socialista Mundial.

Saludos revolucionarios

 

Compañeros de la LOI-CI y 
del Comité por la Refundación de la IV Internacional, de San Pablo, Brasil