La Conferencia Internacional de la juventud
Nuestro movimiento internacional de la juventud acaba de dar un gran paso adelante. Nuestra Conferencia internacional, aunque no tuvo la falsa majestuosidad hipócrita del Kremlin ni por otro lado, toda la amplitud que nosotros deseábamos darle, estudió seria y sinceramente los problemas que preocupan a la juventud trabajadora del mundo entero.
En todas nuestras organizaciones de juventud, en todas nuestras comisiones juveniles, en todas las secciones de la IV Internacional, ella repite junto al programa adoptado por la Conferencia de la IV Internacional: sólo el entusiasmo y el ánimo ofensivo de la juventud pueden asegurar los primeros éxitos de la lucha.
Interpretando ampliamente el espíritu del programa adoptado por la Conferencia de fundación de la IV Internacional y ratificado por ella, se dirige a todas nuestras organizaciones de jóvenes, a todas nuestras secciones para decirles: sólo se puede ganar a la juventud trabajadora para la IV Internacional hablando su lenguaje, expresando sus aspiraciones, dándole una organización propia. Basta de partidos políticos de jóvenes. ¡Basta de academia para jóvenes-viejos! Organizaciones de combate, ardientes, combativas, unidas a la juventud; en la fábrica, en el cuartel, en los campos, entremezclados también en sus diversiones, buscando impregnar todos los actos de la juventud con una voluntad de combate que está latente en ella y sólo reclama expresarse. Es esta orientación la que se define en las resoluciones que se encontrarán más adelante, adoptadas como conclusión de debates calurosos y amigables.
Depende de nuestra audacia, política y organizativa, el poder hacer de nuestra organización internacional el punto de concentración de la juventud explotada, en marcha hacia un futuro mejor. ¡Avancemos hacia la juventud trabajadora!
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