Plataforma de lucha de la juventud trabajadora
1. El capitalismo, ya sea autoritario o liberal, se demuestra incapaz de aportar la menor solución a la miseria y angustia de la juventud trabajadora. Los jóvenes quieren un oficio y cuando pueden acceder a uno (¡muy pocas veces!) sólo es para encadenarlos mejor a una máquina que mañana dejará de producir y los dejará morir de hambre al lado de las riquezas que produjeron. Los jóvenes quieren trabajar, producir con sus manos, utilizar sus fuerzas y el capitalismo les da como perspectiva la desocupación o “la ejecución de trabajos en condiciones diferentes a las condiciones normales de producción”, según la excelente e hipócrita definición dada de los campos de trabajo por la Sociedad de las Naciones o incluso la producción de armamentos, que engendra la destrucción y no el bienestar. Los jóvenes quieren aprender y se les niega el acceso a la cultura. Los jóvenes quieren vivir y se les ofrece como todo futuro morir de hambre o perecer en una nueva guerra imperialista. Los jóvenes quieren crear un nuevo mundo y sólo se les permite mantener o consolidar un mundo descompuesto que se derrumba. Los jóvenes quieren saber cómo será el mañana y la única respuesta que les da el capitalismo es esta: “Hoy hay que apretarse más el cinturón; mañana se verá… Por otro lado, quizás para ustedes no haya mañana”.
Dar un futuro a la juventud; dar un futuro al mundo
2. Es por eso que la juventud se alineará bajo la bandera de los que le aporten un futuro. Sólo la IV Internacional, porque representa los intereses históricos de la única clase que puede reorganizar el mundo sobre nuevas bases; sólo los bolcheviques-leninistas pueden prometer a la juventud un futuro en el que podrá utilizar plenamente sus capacidades.
Sólo ellos pueden decirle a la juventud: “Queremos construir contigo un mundo en el que cada uno trabaje y tenga la dignidad de trabajar bien, de tener su oficio hasta en los menores detalles: un mundo en el que cada uno comerá según su apetito, pues la producción estará reglamentada por las necesidades de los trabajadores y no de la ganancia, un mundo en donde habrá que aprender constantemente, con el fin de someter mejor las fuerzas de la naturaleza a la voluntad del hombre; un mundo en el que, ampliando sin cesar el terreno de la aplicación de las ciencias, cada día se extenderá el conocimiento teórico de la humanidad; un nuevo mundo; un nuevo hombre que realice todo lo que hay en ti de aspiraciones y potencia”. Bajo el signo de un nuevo mundo y una nueva humanidad, la IV Internacional y sus organizaciones juveniles deben conquistar a la juventud trabajadora; bajo este signo, ellas ganarán a la juventud trabajadora.
Lucha por el futuro: lucha por el pan
3. La promesa de un futuro mejor sólo sería demagogia si los bolcheviques-leninistas no lucharan desde ahora por mejorar la situación de la juventud trabajadora, si no formularan las reivindicaciones inmediatas de la juventud, si no propagandizaran la necesidad de luchar por los métodos de clase para la satisfacción de estas reivindicaciones y si, a través de esta lucha y sobre la base de la experiencia adquirida en la lucha, no demostraran a la juventud explotada que, en definitiva, sus reivindicaciones sólo podrán ser satisfechas por la instauración de la dictadura del proletariado, que la lucha por estas reivindicaciones debe transformarse en lucha por el poder a través de la lucha por el control y la dirección de la economía.
¡Queremos nuestro derecho al trabajo!
4. Para los jóvenes trabajadores integrados en la producción, los bolcheviques-leninistas anteponen las reivindicaciones que apuntan a:
1. medir el trabajo demandado a los jóvenes, no según la voluntad de arrancarles con él el máximo beneficio sino por el contrario, según su grado de desarrollo físico; 2. brindarles un nivel de vida igual al de los adultos, asegurándoles por ello mismo la independencia económica; 3. elevar lo más posible su capacitación técnica; 4. oponer a la igualdad de los jóvenes y los adultos frente a la explotación capitalista, la igualdad de sus derechos.
Para los jóvenes de menos de 20 años, los bolcheviques-leninistas formulan las siguientes reivindicaciones:
– Semana de trabajo reducida, con un horario que les permita a los jóvenes obreros practicar deporte al aire libre.
– Al menos un mes de vacaciones pagas por año.
– Organización por fábrica o grupo de fábricas de cursos de perfeccionamiento, a cargo de la patronal y bajo control de los obreros.
– Horas de perfeccionamiento profesional tomadas en la semana de trabajo y pagadas a tarifa normal.
– Aplicación del principio: “A igual trabajo, igual salario”, bajo el control de los obreros.
– Fijación de un salario mínimo vital para los jóvenes obreros; fijación del salario de los jóvenes obreros bajo el control del conjunto de los obreros.
– Prohibición del trabajo nocturno, de trabajos con dificultades, peligrosos o insalubres; control obrero sobre la utilización de la mano de obra joven.
– Igualdad de los jóvenes frente a la legislación social.
¡Todos juntos por la lucha!
5. Para tomar en sus manos la defensa de sus reivindicaciones, los jóvenes trabajadores deben tener el derecho a designar sus propios delegados, cuya tarea es ante todo llamar la atención de los delegados adultos y del conjunto de los obreros sobre las reivindicaciones específicas de los jóvenes, ligar la lucha por estas reivindicaciones particulares a la lucha por las reivindicaciones generales de la clase obrera. De la misma forma, hay que crear comisiones sindicales juveniles, a todos los niveles de las organizaciones sindicales e imponérselas a la burocracia sindical.
Estas comisiones tendrán como tarea estudiar las reivindicaciones de los jóvenes, reclutar y educar a los jóvenes obreros. La tarea de los bolcheviques-leninistas es ponerse a la cabeza en la organización de estas comisiones.
Con el objetivo de abrir ampliamente las puertas de los sindicatos a los jóvenes explotados, los bolcheviques-leninistas reclaman que se fijen cotizaciones sindicales reducidas para los jóvenes obreros.
¡Queremos un oficio!
6. En la lucha contra la desocupación las consignas: “prolongación de la escolaridad”, “organización del aprendizaje”, sólo pueden tener sentido en la medida en que se le hace soportar el peso, no a la clase obrera, sino a los grandes capitalistas. Los bolcheviques-leninistas deben entonces formularse así las reivindicaciones de la juventud obrera en este terreno:
– Prolongación de la escolaridad hasta los 16 años, con un subsidio por carga familiar a las familias de obreros y pequeños campesinos.
– Reorganización de la escuela en relación con la fábrica; la escuela debe preparar a los niños para la vida y el trabajo; debe unir a la juventud obrera a las viejas generaciones; por eso, la reivindicación del control de las organizaciones obreras sobre la enseñanza técnica.
– Reducción del tiempo de aprendizaje a un máximo de dos años.
– Prohibición de todos los trabajos ajenos al aprendizaje.
– Creación de escuelas de aprendizaje a cargo de la patronal junto a cada empresa o grupo de empresas industriales, mineras, comerciales, con al menos un 3% de personal empleado efectivamente en la empresa o el grupo de empresas.
– Designación de instructores por los sindicatos obreros.
– Control de las escuelas por una comisión mixta de delegados obreros y de delegados de los propios aprendices.
¡Queremos nuestro derecho a la vida!
7. La tarea de salvar a los jóvenes desocupados de la miseria, la desesperanza y la demagogia fascista, de reintegrarlos a la producción y, por ello mismo, de ligarlos estrechamente a la clase obrera es una tarea vital para el futuro del proletariado. Los revolucionarios deben luchar por imponer al capitalismo: 1. preparar el reintegro definitivo de los jóvenes trabajadores a la producción a través de la organización de la educación y de la orientación profesional; 2. integrar inmediatamente a los jóvenes desocupados en una actividad productiva; 3. organizar estos trabajos, no según métodos paramilitares sino sobre la base de los asalariados libres: “Abajo los campos de trabajo, voluntarios u obligatorios”; 4. brindar a la juventud, que se precipita en la miseria, los medios de vida. Los bolcheviques-leninistas levantan entonces las siguientes reivindicaciones:
– Subsidio de desempleo igual al de los adultos para los jóvenes sin empleo, manuales e intelectuales a partir de la salida de la escuela.
– Obligación para la gran patronal de abrir centros de reeducación profesional bajo control obrero.
– Reeducación profesional organizada según las necesidades de la producción bajo el control general de los sindicatos y de los congresos de los delegados obreros.
– Reapertura de las fábricas cerradas.
– Realización de grandes obras de utilidad pública (hospitales, escuelas, viviendas baratas, espacios deportivos, estadios, piscinas, centrales eléctricas), pagadas con el salario sindical establecido y bajo el control obrero de la base hacia arriba.
¡Por nuestros hermanos del campo!
8. La angustia de la juventud campesina no es menor que la de la juventud obrera. Para los jóvenes campesinos, los bolcheviques-leninistas formulan las siguientes reivindicaciones generales:
Aplicación estricta de todas las leyes y medidas sociales enumeradas aquí abajo tanto en la ciudad como en el campo:
– Supresión de la explotación doméstica de los niños.
– Aplicación especialmente estricta del principio “A igual trabajo, igual salario”.
– Organización por región de la educación profesional a cargo de los grandes terratenientes.
– Vivienda y alimentación sanas para los jóvenes obreros que habitan en las casas de sus patrones.
– Crédito barato para los pequeños arrendatarios y especialmente para los que tienen familia a su cargo.
¡Por nuestras compañeras!
9. Las jóvenes obreras y campesinas son el sector más explotado de la juventud trabajadora. Las organizaciones juveniles de la IV Internacional deben aportar una atención particular a la defensa de sus reivindicaciones:
– Aplicación estricta del principio: “A igual trabajo, igual salario”
– Un día de licencia suplementario por mes.
– Derecho a la maternidad consciente.
– Licencia por maternidad por seis meses.
– Subsidio de maternidad para las jóvenes madres.
¡Abran las escuelas y las universidades!
10. El acceso de las amplias capas de la juventud trabajadora a la cultura y la ciencia es una de las condiciones necesarias para el progreso de la humanidad. Los bolcheviques-leninistas levantan las siguientes consignas:
– Escuelas y universidades abiertas a todos los jóvenes que quieran estudiar.
– Estudios y entretenimientos gratuitos para los hijos de los obreros y campesinos.
¡Pan, libros y derechos para los coolies!
11. En las colonias y las semicolonias, la juventud trabajadora es víctima de una doble explotación, capitalista y patriarcal. En estos países y en los países imperialistas la defensa de las reivindicaciones de los jóvenes obreros y campesinos coloniales es el primer deber de la lucha antiimperialista. Esta lucha se lleva alrededor de la consigna general: los mismos derechos para los jóvenes de las colonias que para los jóvenes de las metrópolis.
– Organización de la higiene y los cuidados en todas las aldeas.
– Organización de centros para los jóvenes obreros, campesinos, coolies, bajo el control de las organizaciones obreras y nacionalistas.
– Escuelas para los niños nativos: enseñanza en la lengua natal.
– Administración abierta a los intelectuales nativos.
– Reparto de los créditos necesarios en base a los presupuestos de guerra, de policía y los privilegios del imperialismo.
12. La burguesía reconoce a la juventud obrera el derecho a ser explotada: le niega el derecho a pronunciarse sobre esta explotación, la priva de todos los derechos políticos; en algunos casos incluso prohíbe toda actividad política a los jóvenes menores de 18 años. La clase obrera responde a estas medidas diciendo: “Quien tiene derecho a ser explotado, tiene derecho a luchar contra el régimen que lo explota. Todos los derechos políticos a los jóvenes obreros y campesinos”.
– Derecho de voto a partir de los 18 años, tanto para las elecciones legislativas, municipales como para la elección de delegados.
– Derogación de las leyes especiales que prohíben a los jóvenes toda actividad política.
¡Queremos nuestro derecho a divertirnos!
13. La burguesía utiliza la necesidad de distracción de la juventud trabajadora, ya sea para embrutecerla como para someterla a una disciplina reforzada. El deber de la clase obrera, es contribuir para hacer una juventud fuerte, capaz de desplegar todas sus fuerzas físicas e intelectuales en la lucha contra el capitalismo; es ayudarla a utilizar los momentos libres que le da el capitalismo para aprender a conocer mejor el mundo con el objetivo de poder transformarlo mejor. Por eso los bolcheviques-leninistas reclaman:
– Acceso gratuito para los jóvenes desocupados y para los jóvenes trabajadores en todos los terrenos al deporte, estadios, museos, bibliotecas, teatros, cines.
– Organización del tiempo libre por los propios jóvenes desocupados.
– Utilización de jóvenes desocupados intelectuales para la organización de conferencias, charlas, etc., sobre física, química, mecánica, matemáticas, economía política, historia del movimiento obrero, arte, literatura.
– Instalación de centros abiertos a la juventud trabajadora y sin trabajo, donde los jóvenes obreros tengan no sólo la posibilidad de distraerse e instruirse, sino también de estudiar ellos mismos los problemas sociales que se les plantean; gestión de estos centros por la propia juventud obrera bajo el control de las organizaciones sindicales locales.
Programa de revolución
14. La lucha por estas reivindicaciones no puede separarse de la lucha por el conjunto de las reivindicaciones de los trabajadores, ocupados y sin trabajo. La desaparición definitiva de la desocupación de los jóvenes está ligada a la desaparición de la desocupación en general. La lucha por la prolongación de la escolaridad, por la reeducación profesional obligatoria está ligada a la lucha por la escala móvil de salarios y por la escala móvil de horas de trabajo. La lucha por arrancarle al capitalismo las reformas que apuntan a desarrollar la conciencia de clase de la juventud trabajadora está ligada a la lucha por el control obrero y por los comités de empresa. La lucha por las grandes obras está ligada a la lucha por la expropiación de los monopolios, de hecho por la nacionalización del crédito, de los bancos y de las industrias claves. La lucha por abrir una brecha frente a los intentos de militarización de la juventud está ligada a la lucha contra el desarrollo de las tendencias estatales autoritarias y contra el fascismo, en la organización de las milicias obreras.
En el marco del Programa de Transición de la IV Internacional, es necesario desarrollar y aplicar el presente programa. Bajo el signo de la lucha del proletariado por el poder, la IV Internacional hará triunfar las reivindicaciones de los jóvenes explotados.
1 de septiembre de 1938 |