Resolución sobre México Después de haber tomado conocimiento de los documentos y declaraciones de la ex Liga Comunista Internacional de la decisión de la Preconferencia panamericana de Nueva York y después de haber escuchado el informe hecho por la delegación de EEUU en México, la Conferencia internacional declara: Aprobar las recomendaciones de la Conferencia panamericana en referencia a la reorganización del antiguo grupo, dirigido por Galicia y Fernández (LCI mexicana) y no tomar ninguna responsabilidad por la política y la actitud anteriores de este grupo. La Conferencia internacional se ve en la obligación de adoptar esta resolución, dada la falsa política de la dirección de la ex LCI de México. La política, cuya principal responsabilidad recae sobre los camaradas Galicia y Fernández, ha causado el error más grande en descrédito de la IV Internacional en México y ha impedido un sano desarrollo de nuestra sección mexicana. Bajo la dirección de los viejos líderes, la organización ha seguido una política de “tercer periodo” (ultraizquierdista) en el terreno sindical, que ha tenido como resultado la escisión en el movimiento “independiente” y “rojo” compuesto solamente por miembros de la LCI aislados de las masas. En la lucha contra el alza del costo de vida, la Liga ha lanzado consignas irresponsables y aventureras, no sólo llamando a la huelga general, sino también al sabotaje y a la acción directa. En la lucha contra el imperialismo extranjero en México la dirección de la LCI (grupo Galicia), en lugar de poner el acento de su agitación ante todo sobre la lucha contra los bandidos norteamericanos e ingleses, la ha puesto sobre el régimen burgués nacionalista de Cárdenas, atacándolo de una manera unilateral, sectaria y, en las circunstancias dadas, objetivamente reaccionaria. La prueba decisiva de irresponsabilidad de la dirección Galicia ha sido dada algunos días antes de la llegada de la delegación norteamericana a México, cuando esta dirección ha hecho votar por los miembros de la organización la disolución de la LCI, liquidando así, la sección mexicana de la Internacional. La decisión posterior -no menos ligera que la primera- de reconstituir la Liga Comunista Internacionalista no puede ser considerada como una decisión responsable, sino más bien como una maniobra con el fin de evitar la crítica y los esfuerzos serios para la reconstrucción del movimiento de la IV Internacional en México sobre bases sanas y sólidas. Con el objetivo indicado arriba, la Conferencia internacional otorga mandato al camarada X. de seguir sus esfuerzos en vistas de facilitar la reorganización de la sección mexicana de la IV Internacional bajo el control directo del Subsecretariado Internacional. La Conferencia internacional invita cordialmente a todos los camaradas viejos y nuevos de la LCI a cerrar filas en la IV Internacional y su sección mexicana reorganizada, sobre la base de la aceptación de las decisiones de la Conferencia y de la disciplina de la IV Internacional. La Conferencia internacional declara además que, en lo que concierne a la lucha fraccional y desprovista de principios y de significación política, llevada adelante por los camaradas Galicia y Fernández, estos dos camaradas sólo serán admitidos en las filas de la sección reorganizada con la condición de ser separados de todo puesto dirigente en la organización por el período de una año, a partir de la fecha de la llegada del camarada X a México. La nueva dirección ejecutiva de la organización deberá estar compuesta, sobre todo, por elementos proletarios serios y experimentados. Sobre la cuestión del camarada Diego Rivera, la Conferencia declara también que, dadas las dificultades surgidas en el pasado con este camarada y en las relaciones internas de la sección mexicana, no será parte de la organización reconstituida; pero su trabajo y su actividad por la IV Internacional quedarán bajo el control directo del Subsecretariado Internacional.
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