24/01/2015
México
Con claro instinto de clase los familiares y compañeros de los estudiantes normalistas desaparecidos, junto a las organizaciones que luchan por su aparición con vida, marchan a los cuarteles del ejército asesino a buscar a los 43:
“¡VIVOS LOS LLEVARON, VIVOS LOS QUEREMOS!”
“¡A BUSCAR EN LOS CUARTELES QUE EL EJÉRCITO LOS TIENE!”
¡MILICIAS OBRERAS Y CAMPESINAS PARA APLASTAR A LAS BANDAS FASCISTAS DEL NARCOTRÁFICO Y LA REPRESIÓN DEL ESTADO!
¡Hay que desconocer a la casta de oficiales y los generales del ejército asesino comandado por Obama y la DEA!
¡Por comités de soldados rasos para que se sumen a la búsqueda de los normalistas y para parar la represión del estado!
¡ABAJO EL GOBIERNO DEL TLC DE PEÑA NIETO Y
EL RÉGIMEN DEL FRAUDE DEL PRI-PAN-PRD!
“¡Fuera Peña Nieto!” “¡Que se vayan todos y no quede ni uno solo!”
En los últimos días, bajo el grito de “A buscar en los cuarteles que el ejército los tiene” los familiares de los 43 normalistas y los explotados mexicanos, han rodeado cientos de cuarteles del ejército asesino en Guerrero, Oaxaca, Chiapas y hasta en el DF. Tan lejos ha llegado la lucha de las masas, que éstas ya golpean directamente al plexo del estado burgués como lo es el ejército y su casta de oficiales y generales al mando de Obama y la DEA.
Es que ya han pasado más de 100 días del asesinato de 6 estudiantes y la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa y la lucha por justicia y su aparición con vida no se ha detenido ni por un segundo. Por el contrario, se ha multiplicado a lo largo y ancho del país, y día a día se ha profundizado en su combatividad y carácter revolucionario porque los explotados mexicanos en lucha han sabido identificar inmediatamente a los responsables de la desaparición de los normalistas, ya que son los causantes de sus penurias cotidianas.
“Fue el estado” fue la primer consigna que tronó en las calles de Guerrero y todo México, seguida de “Fuera Peña Nieto” y del grito de la revolución argentina del “que se vayan todos”, cuestión que demuestra que la actual lucha revolucionaria de las masas mexicanas poco tiene de espontánea. Ésta fue moldeada y cocinada por años de explotación y expoliación por parte de un estado completamente atado a las necesidades del imperialismo norteamericano, que a través del TLC y el NAFTA, transformó a México en una verdadera colonia yanqui.
La repuesta por parte del gobierno ha sido represión. Los familiares y compañeros de los normalistas desaparecidos han sido brutalmente reprimidos por fuerzas del ejército al intentar entrar al cuartel de Iguala. Las desapariciones y asesinatos y a los explotados no ha cesado. El gobierno no da tregua, el objetivo es generalizar la maquila como lo muestran las medidas de emergencia que han sido anunciadas por Peña Nieto y votadas en ese parlamento fantoche de gerentes de las trasnacionales.
Tras bambalinas y a espaldas de las masas han votado una ley que prohíbe las manifestaciones y su “solución” a las penurias de las masas ha sido más maquila, es decir, establecer “zonas francas” para que las trasnacionales produzcan con mano de obra esclava en Guerrero, Michoacán y Oaxaca. Justamente las provincias en las que las masas más lejos han llegado en su combate, en donde en decenas de municipios las instituciones de poder han sido cerradas por las masas insurrectas y florece el doble poder de las masas armadas con sus comités de autodefensa.
Ha quedado al descubierto que 130 mil masacrados y más de 100 mil desaparecidos desde el año 2006 a esta parte, son para obligar a los campesinos pobres a abandonar sus tierras y a los obreros a aceptar las condiciones de esclavitud y régimen de Maquila con ritmos y condiciones de producción completamente inhumanas, con uno de los peores salarios de toda América. Eso es lo que fue a reafirmar Peña Nieto en su reciente visita a Obama, su compromiso de someter a la nación con dobles y triples cadenas al imperialismo yanqui.
Tras la desaparición de los 43 normalistas y el torrente revolucionario que protagonizan las masas, México ya no será lo que era. Cada vez más, la situación entre las clases, se polariza. La máxima expresión es que las masas ya comenzaron a golpear a la esencia del estado burgués, que al decir de Marx y Engels, se reduce a la banda de hombres armados. Las instituciones de dominio de la burguesía han perdido todo tipo de legitimidad.
Actualmente, el estado mexicano se sostiene en su aparato represivo, diseñado y comandado por la DEA y West Point –financiado con 2 mil millones de dólares al año a través del plan Mérida de Bush y Calderón- y en el férreo control cuasi fascista de la burocracia charra sobre el movimiento obrero, impidiendo que éste entre de lleno con sus métodos de lucha y de forma independiente, al combate revolucionario. Bastaría una irrupción de la clase obrera paralizando todo México y ganando las calles poniendo en pie sus organismos de lucha y autodefensa, para darle un golpe mortal al régimen del fraude del PRI-PAN-PRD. La clase obrera debe irrumpir con sus métodos de lucha y su programa en este combate para acaudillar las demandas del conjunto de las clases explotadas del México Insurgente.
Hay que desatarle las manos a la clase obrera y poner en pie los comités de fábrica para que los trabajadores intervengan de forma decisiva en el actual combate. ¡Abajo la burocracia charra!
Desde lo más profundo del movimiento obrero y los explotados, hay que preparar y organizar ¡LA HUELGA GENERAL REVOLUCIONARIA!
Al calor del ataque de las bandas fascistas del narcotráfico y la represión del estado asesino, han surgido los organismos de autoorganización de las masas armadas que enfrentan el poder de los explotadores. El poder de los explotados se pone de pie. Las masas embisten los cuarteles del ejército. Los soldados rasos, hermanos de los obreros y campesinos pobres mexicanos deben romper con la oficialidad del ejército que está bajo el mando de Obama y la DEA y con sus armas sumarse a la lucha de los explotados contra el gobierno y el régimen del fraude. Antes de que sea tarde, hay que poner en pie las milicias obreras y campesinas, junto a comités de los soldados rasos e imponer la disolución de todo el aparato represivo del estado.
¡Hay que extender y centralizar los organismos de doble poder de las masas armadas! ¡Hay que conquistar la comuna obrera y campesina de Guerrero y extenderla a todo México! ¡Que vuelva la comuna obrera y campesina de Oaxaca! ¡QUE EMPIECE LA REVOLUCIÓN!
¡POR UN CONGRESO NACIONAL DE DELEGADOS DE TODAS LAS ORGANIZACIONES OBRERAS, DE LOS CAMPESINOS POBRES, LOS ESTUDIANTES EN LUCHA Y DE LOS SOLDADOS RASOS DE TODO MÉXICO EN EL ZÓCALO!
Las direcciones reformistas de la clase obrera y los explotados buscan canalizar la lucha queriendo que ésta se limite a una lucha defensiva y por “más democracia”. Los dirigentes del EZLN, bien lejos de los combates de las masas, llaman a confiar en las mesas de diálogo con los representantes de este gobierno asesino y claman “paz” y “justicia” de la mano del Papa.
Los explotados de México han planteando “sin los 43, no hay paz ni justicia”. Y sin pan, sin trabajo digno, sin tierra tampoco habrá “paz” y “justicia”, ni mucho menos “democracia”. No lo habrá hasta que no se expulse a las trasnacionales imperialistas de todo México que son las que hambrean y hunden en la miseria a las masas explotadas y las que financian a las bandas fascistas del narcotráfico que masacran e imponen el terror. Para que la clase obrera y los explotados de todo México vivan, el imperialismo debe morir junto al gobierno del TLC e imponerse el gobierno obrero y campesino que rompa con el imperialismo y conquiste la independencia nacional.
¡Abajo el TLC y el NAFTA! ¡Expropiación sin pago y bajo control obrero de todas las fábricas, bancos y empresas para financiar la educación, conquistar trabajo y salarios dignos, salud y vivienda! ¡Expropiación sin pago de todos los terratenientes y los pulpos imperialistas para darle la tierra a los campesinos pobres! ¡Banca estatal única bajo control de los trabadores para otorgarles créditos baratos a los campesinos pobres y a los pequeños comerciantes arruinados!
La izquierda reformista en todas sus variantes se ha transformado en uno de los principales obstáculos para que la lucha revolucionaria de las masas mexicanas termine de descalabrar al estado mexicano y todas sus instituciones de poder abriendo la revolución. El stalinismo y el zapatismo son los encargados de encorsetar la lucha de las masas e intentar desgastar su energía revolucionaria.
Ellos son los que dejan bajo la bota de la burocracia charra a los trabajadores para que no pueda entrar al combate y sea el caudillo de las masas explotadas. Allí donde los distintos sectores de los explotados se encuentran en pie de lucha, son los encargados de que su lucha no se centralice y continúe de forma dispersa, y allí donde, a pesar y contra de ellos, han surgido los organismos de autodeterminación armados, intentan que éstos no se generalicen al conjunto de los sectores oprimidos. Los destructores del trotskismo, que durante años se dedicaron a apoyar al PRD de López Obrador, corren muy por detrás de los acontecimientos y siguen clamando por una Asamblea Constituyente y se han declarado enemigos del armamento de las masas.
Los aliados de la clase obrera y los explotados mexicanos no están en los despachos de los políticos de este régimen del fraude, ni en su justicia e instituciones. Tampoco están en el Vaticano. El principal aliado de las masas mexicanas es la clase obrera norteamericana, que desde el interior de la bestia imperialista tiene la llave para su triunfo, y así ya lo empezaron a identificar las masas explotadas tanto al sur como al norte del Río Bravo expresado en sus consignas como “Soy Ayotzinapa, soy Ferguson, soy Palestina…”.
El ataque a los explotados mexicanos es el mismo ataque que sufre la clase obrera norteamericana, a la que le han impuesto condiciones de vida miserables. Más se impuso el TLC y la maquila en México, más la burguesía imperialista liquidó las conquistas de los trabajadores en Estados Unidos.
La clase obrera norteamericana, con la juventud negra a la cabeza, se ha puesto de pie y por todos los medios, Obama, escoltado por la burocracia de la AFL-CIO y las direcciones reformistas, intentan impedir que esta lucha se unifique con el combate de las masas mexicanas insurreccionadas. Es que los que hoy se levantan en el México Bronco, son los hermanos de la principal fuerza de trabajo de la bestia imperialista, los obreros inmigrantes que son el motor del país del norte.
Los combates al norte y al sur del Río Bravo deben soldarse en un solo combate contra el asesino y masacrador de los pueblos del mundo que es Obama. Como lo hizo en solidaridad con las masas palestinas ante el ataque del sionismo genocida a la Franja de Gaza, la clase obrera norteamericana, debe entrar de lleno al combate junto a sus hermanos de clase mexicanos. En la lucha contra el gobierno del TLC de Peña Nieto, se juega gran parte del futuro inmediato de los trabajadores de Estados Unidos. ¡Paso a la juventud negra que combate a la policía blanca de Obama! ¡Paso a la lucha de la juventud y los explotados mexicanos! ¡Paso a la unidad de la clase obrera mexicana y norteamericana! ¡Un solo combate al sur y al norte del Río Bravo!
Las condiciones de la clase obrera mexicana es la que le quieren terminar de imponer al conjunto de la clase obrera latinoamericana los gobiernos del TLC como los bolivarianos, fieles sirvientes de Obama y Wall Street. Lo hacen sin envidiarle nada al gobierno asesino de Peña Nieto, bajo una feroz represión y persecución a la clase obrera y los explotados, y lo hacen sobre la base de la entrega al imperialismo yanqui de la mayor conquista de la clase obrera del continente como lo es Cuba. ¡La clase obrera latinoamericana, debe ponerse de pie junto a los explotados del México insurgente! ¡Allí también se juega su destino y allí vive su revolución, expropiada por los hermanos Castro, los bolivarianos y la izquierda del FSM! ¡La revolución latinoamericana vive en Guerrero, en el Zócalo y en las calles de todo el México Bronco! ¡Que se vayan todos, que no quede ni uno solo de los políticos patronales de América Latina y el régimen del fraude en México! ¡Que se vayan todos, no quede ni uno solo de los parásitos imperialistas del Wall Street!
|