El "Estado islámico de Irak y el Sham" inicia el retiro de Siria, entregando sus negocios a sus socios del ESL y el Frente Al Nusra, dejando fortalecidas las direcciones burguesas en las zonas liberadas
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Pasaron varios días de enfrentamientos, donde “El Estado Islámico…” a la vista de todo el mundo invadía las posiciones del ESL y arrasaban con todo lo que tenían a su frente.
Con esta invasión al norte de Siria, y con su sanguinario y siniestro accionar, “El Estado Islámico…” se ganó una enorme oposición que se fue agrupando en un solo bloque, compuesto no sólo por todas las fuerzas del ESL y otras brigadas (incluidas algunas de al-Nusra), sino también por la propia población siria de los "territorios liberados" que los odia. ¿Cómo evitar este sentimiento? Si degollaban, torturaban, violaban y hacían lo que les daba la gana; matar era una ceremonia placentera para esta fracción de la burguesía sunita armada.
Esta acumulación de fuerzas en su contra, más la insurrección de Fallujah en Irak, hizo retroceder a “El Estado Islámico…” de sus posiciones. La burguesía sunita dio la orden de retirada. Así fue entonces que hoy se los puede ver desplazándose hacia el norte, entregando sus armas, bases, vehículos y todo lo que tienen a Jabhat al-Nusra (perteneciente también a la burguesía sunita), y también una pequeña porción de todas estas cosas al denominado "Frente Islámico" (ala islámica del ESL donde están principalmente Aharar al-Sham, y otras brigadas como Liwa Tawhid, Liwa al-Haq, Jesh al-Islam, entre otras).
También estaba la presión de la Coalición Nacional Siria (la burguesía opositora a Al Assad) que anunciaba que para presentarse en la cumbre Ginebra II antes debían retirarse todas las tropas extranjeras, tanto las iraníes y libanesas, como las de “El Estado Islámico…” (que son en un 90% extranjeras). Pero esto en nada molestaba a la burguesía sunita, pues dejaba sus pertenencias en las manos de Jabhat al-Nusra, que tiene lazos indisolubles con los burgueses de “El Estado Islámico…”. Ellos son los representantes de la burguesía sunita en Siria sosteniendo todas sus posiciones y negocios. Es decir, que la burguesía sunita no perdió ni territorio, ni negocios, en ese país. Todo lo contrario, con al-Nusra negándose a acompañar la experiencia asesina de “El Estado Islámico”, la burguesía sunita quedó mejor parada en Siria para negociar su tajada en los negocios con Obama, la ONU y todos los piratas imperialistas.
La burguesía sunita tiene dos componentes en esta historia: “El Estado Islámico” su miembro más "radical", y Jabhat al-Nusra su actor más "conciliador". Con “El Estado Islámico” choca violentamente contra las masas y contra el ESL en las zonas liberadas; y de vez en cuando se enfrenta el ejército de Bashar. Mientras con Jabhat al-Nusra manteniéndose “neutral”, engaña a las masas y se lava la cara ante ellas. Un plan perfectamente diseñado.
Este conflicto militar en el bando “opositor” al perro Bashar fue un hecho contrarrevolucionario de magnitudes enormes. Transformó todo el territorio sirio en estado de guerra. Mientras tanto, en todas las "zonas liberadas", tenga o no presencia “El Estado Islámico”, la aviación de Al Assad arrasaba con sus barriles explosivos y misiles en las afueras de Damasco, Deraa, Hama, Idlib, Haleb y la ciudad de Homs.
Se multiplicaron los controles y las guardias del ESL y de todas las brigadas. Hubo detenciones masivas tan solo por "sospechas" de que tal o cual persona tenían algo que ver con “El Estado Islámico”. Todo extranjero en Siria que logra interceptar el ESL es inmediatamente encarcelado, solo por el “argumento” de que la mayoría de los extranjeros que llegaron a siria terminaron siendo captados por “El Estado Islámico”.
Así todas las fracciones burguesas mejoraban sus dispositivos en contra de las masas. Las masas de las “zonas liberadas” fueron metidas en una falsa disyuntiva o con "El Estado Islámico” o con ESL. Pero “El Estado Islámico” disparando contra la revolución, terminó fortaleciendo el control militar que el ESL ejerce contra las masas.
Por otro lado, los que apoyaban a “El Estado Islámico” terminaron detrás de Jabhat al-Nusra para seguir oponiendose tanto al ejército del régimen como al ESL, identificando a ambos como los enemigos a derrotar.
Las masas quedaron atrapadas entre todas las organizaciones burguesas. Este fue un gran triunfo de la contrarrevolución, que se lo debe en gran medida a la burguesía sunita. Porque aleja a los trabajadores y explotados de la conquista de su independencia política y militar, y de volver a retomar el camino de los “Comités de Coordinación Locales” y de la puesta en pie los organismos de autodeterminación, democracia directa y armamento, es decir del doble poder de las masas en lucha.
Ahora todas las fracciones burguesas se preparan para pactar en Ginebra II el aplastamiento de la revolución, y la recreación de un régimen de la transición, que imponga la contrarrevolución definitiva en Siria y en la región.
Pamela Parson y Juan Gonzalez
corresponsales en el Magreb y Medio Oriente