08 de abril de 2015
A continuación reproducimos el siguiente artículo publicado en “Comuneros”, periódico del Grupo Socialista Revolucionario Trotskista Leninista de Colombia, adherente al Colectivo por la Refundación de la IV Internacional – FLTI
PARO NACIONAL DE LOS TRABAJADORES PETROLEROS Y ESTATALES
El día 19 de marzo se realizó un paro nacional de los trabajadores petroleros de Colombia. Paro al que también adhirieron trabajadores estatales como de la salud, profesores y trabajadores públicos en general. Este paro que fue convocado por la Unión Sindical Obrera, el sindicato de obreros petroleros, como también por la CUT, fue para rechazar la política antiobrera y proimperialista del gobierno de Santos, que por la caída de los precios del petróleo a nivel internacional, ha implementado un plan de despidos masivos en el sector petrolero. Sin embargo el paro fue desigual en las distintas zonas petroleras del país, así por ejemplo en la zona petrolera de Barrancabermeja fue masivo y hubo una movilización importante a la que se sumaron los trabajadores estatales, la CUT, estudiantes e incluso gran parte del comercio, también en la zona de Cartagena el paro fue total porque la empresa impidió que los dirigentes sindicales de la USO ingresaran a la planta, la totalidad de los obreros en repudio pararon las 24 horas permaneciendo en las afueras de la planta. En otras zonas del país el paro de los trabajadores petroleros tuvo un menor acatamiento y lo mismo sucedió con los trabajadores estatales.
Se calcula que ya van más de 10,000 trabajadores despedidos. En Ecopetrol, despidieron hace más de un mes a los 600 trabajadores del Instituto Colombiano del Petróleo –ICP-, institución adscrita a Ecopetrol y el 27 de marzo inclusive despidió al dirigente sindical Edwin Palma, Vicepresidente Nacional de la USO. Mientras que empresas transnacionales contratistas, como la Pacífic Rubiales ha echado a la calle a más de 7000 trabajadores.
Sin embargo no es la única demanda por la que han salido los trabajadores a luchar, ya que la misma empresa estatal petrolera Ecopetrol, está amenazada de privatizarse a través del artículo 150, del Plan Nacional de Desarrollo que actualmente está en discusión en el parlamento colombiano, donde le dan facultades al gobierno para escindir vender o enajenar activos de esa empresa. Ecopetrol es la empresa más grande de Colombia y está ubicada entre las 40 petroleras más grandes del mundo y entre las cuatro principales en Latinoamérica. Además de Colombia, en donde genera más del 60% de la producción nacional, tiene presencia en actividades de exploración y producción en Brasil, Perú y Estados Unidos (Golfo de México). Ecopetrol cuenta con la mayor refinería de Colombia, la mayor parte de la red de oleoductos y poliductos del país y está incrementando significativamente su participación en biocombustibles.
Los impactos por la caída de los precios internacionales del petróleo se perciben tanto en la reducción de los ingresos fiscales del país, como en la caída de la producción, la inversión, las exportaciones mineras y el crecimiento económico en general. El gobierno de Santos en su Plan Nacional de Desarrollo (PND) proyectó un precio de $87 dólares por barril de petróleo para el próximo cuatrienio, sin embargo los precios apenas alcanzaron un nivel de $50 dólares por barril para diciembre de 2014, sin percibirse un aumento significativo para el año 2015.
La economía colombiana está sometida a la extracción de materias primas, y la dependencia de los precios internacionales de estás la vuelve altamente vulnerable. Sin ser un país petrolero (con menos del 1% de la producción mundial), Colombia al día de hoy, su economía depende en buena parte de la renta del crudo y en menor medida del carbón y el oro.
Con todo, los últimos intentos privatizadores de la petrolera estatal, en la última década, vienen con la Ley 656 del 2002, del gobierno ultrarreaccionario de Álvaro Uribe, donde fija que no abra participación obligatoria de ECOPETROL en la explotación. Además las regalías petroleras disminuyen de un 20% al 8% y que irían variando con la producción de los nuevos yacimientos. Para poder imponer esos planes el gobierno tuvo que militarizar el territorio, además de darle vía libre al paramilitarismo, para elevar la “confianza inversionista”, así entre el 2002 al 2010 se presentó un aumento significativo de la Inversión Extranjera Directa fundamentalmente en el sector de los hidrocarburos.
Por si fuera poco, por medio de otro Decreto el 1760 de 2003, la empresa estatal pasa a ser una operadora más, adoptando el nombre de ECOPETROL S.A. mientras que crean la Agencia Nacional de Hidrocarburos –ANH- que será la encargada de entregar, por medio de subastas, los nuevos contratos de exploración y explotación de petróleo. Finalmente se iniciará un proceso de venta de acciones o privatización encubierta de ECOPETROL S.A. de un 20% del total de sus activos y por esta vía de sus dividendos.
Así para el año 2013, con un precio por barril WTI (petróleo de calidad similar al extraído en Texas, con precio de referencia cotizado en la bolsa de valores de Nueva York) igual a $98 dólares, la producción petrolera representaba el 8% del PIB colombiano y el 55% de las exportaciones del país. En el presupuesto, los ingresos del sector minero energético al Gobierno Central fueron en el año 2013 de $26,5 billones, llegando a ser un total de $34,7 billones de pesos si se suman los aportes por concepto de regalías. ECOPETROL su aporte al Estado alcanzó a $33,7 billones de pesos, es decir, un 4,7% del PIB del 2013.
Se proyecta así, para el 2015 un déficit fiscal de $ 90 billones de pesos por año, como también un aumento de la deuda externa por la devaluación del peso (la deuda externa colombiana supera a febrero de 2015 los 100 mil millones de dólares) e incremento del déficit de cuenta corriente, pasando -3.4% del PIB en 2013 a ser -5.5% del PIB en 2020.
Ante esta oscura situación de la economía colombiana, mientras el gobierno de Santos, lacayo de Obama y Wall Street, ha lanzado un auténtico bombardeo mediático hablando de Paz, lo que está llevando a cabo es una verdadera guerra contra los explotados, profundizando la esclavitud y la entrega de la nación al imperialismo. Eso y no otra cosa es su llamado PND 2014-2018,(Plan Nacional de Desarrollo) que no es nada más que una adecuación al TLC y a los planes de la Alianza del Transpacific, del imperialismo yanqui y que están implementando todos los gobiernos serviles de Latinoamérica, miembros del Transpacific, como M. Bachelet la “socialista" de los generales pinochetistas en Chile, con más de 5 mil mineros despedidos en las minas de cobre y mediante reformas laborales peores que las de Pinochet. O el bolivariano Humala de Perú despidiendo y tercerizando a miles de trabajadores estatales e intentando imponerle a la juventud trabajadora condiciones esclavistas de trabajo, sin ningún derecho y cercenando las conquistas de la clase obrera peruana. La guerra que ha declarado Santos ya está aquí, con miles de despidos, aumento de la inflación, de la gasolina, los peajes y los parqueaderos, baja del salario y el empleo. Así como y recorte de gastos en entidades públicas, incluidas las universidades. Pero el imperialismo y su lacayo quieren más, así por ejemplo el mismo PND, propone entre otros puntos:
- Generar nuevas exenciones tributarias, especialmente en las inversiones minero-energéticas. Ya el gobierno del genocida Uribe Vélez le garantizó a las transnacionales 32 exenciones tributarias por las cuales el país perdió más de 600 billones de pesos; y les entregó a perpetuidad campos importantes como Caño Limón, Chuchupa Ballenas y otros, con lo cual el país ha perdido en una década 20 billones de pesos.
- Incremento del IVA, pasando del 16% al 19%, que pagarán la clase obrera y las clases medias arruinadas.
- Reforma Laboral: salarios mínimos diferenciados con el argumento de que el actual es muy alto, y directamente proporcional al desarrollo de cada región. Es decir, se propone reducir el salario mínimo que, como todo obrero sabe, no alcanza para la canasta básica con lo cual entonces la situación de pobreza se agravará.
- Reforma Pensional: nuevamente se arremete contra la prestación social de las pensiones, a. Eliminar definitivamente el régimen de prima media que hoy administra Colpensiones y entregarle esos recursos a los fondos privados, que ya administran más de $150 billones. b. Aumentar la edad de pensión de las mujeres de 57 a 62 años e igualarlas a los 65 años, (más 1300 semanas cotizadas) lo cual es absolutamente discriminatorio con las mujeres y que en la práctica significa acabar con esa prestación social que incrementará la pobreza y la desatención de los adultos mayores y niños. c. Aprobar que existan pensiones por debajo del actual salario mínimo lo que causará exorbitantes ganancias para el capital financiero que administra los fondos de pensiones, es decir la banca privada.
- Facultades extraordinarias al presidente de la República para reestructurar las entidades del Estado. Estas facultades, aunado a los recortes al presupuesto del PND en $90 billones y de los gastos de personal para 2015 en $6 billones, siempre las han utilizado todos los anteriores gobiernos para privatizar lo poco que queda, reducir y liquidar entidades y dependencias y en consecuencia despidos masivos, e imponer un régimen de contratación, tercerización y de las OPS (Órdenes de Prestación de Servicios).
La Paz que pregona Santos, que es el mejor gobierno de Obama en la región, y que mantiene las bases militares yanquis, en el territorio, es para seguir garantizándole que sus trasnacionales saqueen y roben enormes ganancias de la explotación de nuestras riquezas llevándose centenares de miles de millones de dólares de lo que producimos los obreros colombianos por la política entreguista y brutalmente antiobrera y proimperialista de Santos y sus partidos que matan de hambre al pueblo. Es la paz que quiere el imperialismo y sus petroleras y mineras y sus socios nacionales, para seguir expoliando la nación hasta la última gota de petróleo, el último gramo de oro, de cobre y carbón, porque saben que aún quedan muchas reservas mineras para explotar y explorar.
Para eso el gobierno viene descargando contra los trabajadores una verdadera “masacre laboral”, como fielmente lo han definido los obreros petroleros, mientras las empresas transnacionales le sacan provecho a la caída de los precios del petróleo, exigiendo más reducciones de impuestos y salarios; despidiendo masivamente en una industria en la que laboran 110.000 trabajadores.
Hoy las compañías petroleras emplean en el país unos 70 mil trabajadores mediante empresas contratistas y subcontratistas (25 mil en Ecopetrol), la mayoría en condiciones laborales y de vida infrahumanas. En la Pacific Rubiales por ejemplo, los obreros duermen dentro de carpas de circo en camarotes dobles, y triples, con colchonetas de mala calidad a las que los tendidos se les cambia una vez cada 21 días, que es el tiempo que dura el contrato de los trabajadores. A la falta absoluta de privacidad se suma la insalubridad, la incomodidad, las altas temperaturas (dentro de estas carpas el calor es criminal y la ventilación es escasa). Así viven más de 140 trabajadores hacinados en cada carpa. A las 4 de la mañana, empiezan las colas para bañarse (hay 40 duchas por cada 1.400 hombres), y colas para hacer las necesidades fisiológicas (hay un sanitario por cada 40 hombres). A las 5 de la mañana se sirve el desayuno, que es de la misma calidad del almuerzo y la comida, o sea pésima y poco nutritiva. A las 6 de la mañana la jornada laboral comienza, ya en el campo el trabajador se enfrenta a la rudeza del oficio, que tiene en el inclemente calor su peor aliado, y en la posibilidad de un accidente una amenaza porque es un trabajo de alto riesgo. Según el Fiscal de la USO, la mayoría de los accidentes no se reportan. La jornada termina a las 6 de la tarde, y se regresa al campamento. “Nosotros aquí vivimos como en un campo de concentración”, afirmó con razón, un obrero de las contratistas. Además la forma de contratación es, en su mayoría contratos con empresas temporales. Por lo general los contratos son por 21 días, sin pago de festivos y dominicales, a razón de 12 horas diarias y sin pago de horas extras. El trabajador tiene 7 días de “descanso”, que no se los pagan, lo cual es una violación del derecho al descanso y a las vacaciones pagas. Cuando no es que les programan hasta 40 días de trabajo continuo, sin descanso. El salario básico para un trabajador es de $644.336 (la canasta familiar básica de un trabajador cuesta un millón doscientos mil pesos) y en Rubiales es $580 mil,(menos de 200 dólares) más bonificaciones (que no inciden en la composición salarial) entre $200 y $400 mil, según sea el subcontratista o contratista. Esto en una región que, por su condición de centro petrolero, tiene inflación propia superior al resto del país. En esta zona los trabajadores sindicalizados en la USO no alcanzan hoy al tercio de obreros que trabajan allí, ya que no hay las mínimas garantías para hacerlo y antes de contratar al trabajador le hacen firmar el compromiso de no afiliarse al sindicato. Los delegados que la USO enviaba eran además, “correteados” por los paramilitares, verdadera fuerza de choque y policía privada de las trasnacionales, contra los obreros petroleros, y campesinos pobres de la zona.
Hay que unir las filas de la clase obrera colombiana para enfrentar el ataque de las trasnacionales y su gobierno cipayo
La clase obrera colombiana, duramente golpeada en las últimas décadas por los gobiernos reaccionarios y semi fascistas, socios menores del imperialismo, ha comenzado a ponerse de pie, ante los ataques sistemáticos que viene soportando. El paro de 24 horas de los obreros petroleros y la movilización nacional de los trabajadores estatales ha sido un primer paso importante para enfrentar la política antiobrera de Santos y su PND. Sin embargo es necesario responder a la altura del ataque que ha lanzado el gobierno y para ello es necesario empezar por unir las filas de los trabajadores colombianos.
La dirigencia de la USO, tenía toda la autoridad para haber llamado al conjunto de la clase obrera a pelear junto a ellos ya que sus demandas son las mismas del conjunto de los trabajadores colombianos. Los hechos demuestran esto, pues si fue capaz de unirse en una misma lucha con los trabajadores estatales, también lo podía hacer con el resto de la clase obrera. La misma CUT que dice estar en contra del PND. de Santos, y que agrupa a los sindicatos más importantes como la USO de petroleros y FECODE de los profesores y demás gremios estatales, debió haber llamado a toda la clase obrera colombiana a decir, Basta de despidos, basta de saqueo, basta de represión, persecución, esclavitud y miseria. No se puede decir que el Paro y movilización fue exitoso, mientras ya han sido despedidos decenas de miles de obreros. La clase obrera colombiana necesita unir sus filas para parar el ataque, no se la puede mantener dividida en 3 centrales sindicales que de conjunto no agrupan más que el 5% de los explotados.
Si se quiere pelear en serio hay que empezar por unir al conjunto de la clase obrera con un pliego único de reclamos y organizar la lucha de ocupados, tercerizados y desocupados (22 millones que viven de labores precarias de informalidad, más los desocupado), empezando por los que están en conflicto, porque no hay ninguna posibilidad de triunfar peleando sector por sector y a decir verdad, ni siquiera nacionalmente. Más aun la dirigencia de la CUT, la USO y la FECODE, tenían toda la autoridad y las fuerzas, como para haber llamado, preparado y organizado la huelga general, de todos los explotados colombianos, para enfrentar el ataque que están descargando las trasnacionales imperialistas y su gobierno lacayo. Porque es la clase trabajadora y las clases medias arruinadas, quienes van a pagar muy caro los costos de la caída de los precios del petróleo con impuestazos, despidos y más miseria y esclavitud. ¡Por eso todos somos petroleros y mineros!
Lamentablemente, la tragedia que está viviendo la clase obrera y el pueblo pobre colombiano es la consecuencia de los pactos del imperialismo con sus socios menores, las burguesías nativas por un lado y por el otro por el accionar de las direcciones traidoras agrupadas en el Foro Social Mundial, que en cada país han puesto a la clase obrera a los pies de su propia burguesía. Es lo mismo que está haciendo toda la centroizquierda colombiana que influencia a importantes sindicatos, y que ayer llamó a votar por Santos, que le propone reformas a su PND, y ahora llama a hacer movilizaciones de presión sobre el gobierno, jornadas o foros por la Paz, en los momentos que Santos a nombre de las trasnacionales le ha declarado una guerra abierta, a la clase obrera y el pueblo pobre colombiano descargando la crisis sobre los hombros.
La dirigencia de la USO, que mantiene suspendido el Paro indefinido hasta hoy, se ha sentado a dialogar con el gobierno, mientras hay más de 10 mil petroleros despedidos y se anuncian los despidos de 25.000 trabajadores más, e incluso días después del paro del 19 de marzo, le despedían al vicepresidente de la USO. Y ahora a los trabajadores de Weatherford Colombia Limited, afiliados a la USO.
Abajo las mesas de dialogo con el gobierno. Reincorporación inmediata de todos los petroleros despedidos ya.
La dirección de la USO, que en su momento envió una carta de solidaridad a los obreros petroleros en huelga de EE.UU., tuvo la oportunidad y la tiene aún de exigirle a la CUT y demás organizaciones obreras que preparen una Huelga General, que sería el mejor apoyo activo a la huelga de los petroleros norteamericanos porque la lucha de los trabajadores norteamericanos es en el corazón mismo de la bestia imperialista y por consiguiente son hoy los más grandes aliados de los explotados del mundo y de su resultado depende en gran parte la suerte de la clase obrera no solo latinoamericana sino mundial.
Incluso ahora deben coordinar internacionalmente la lucha con los obreros petroleros del MERCOSUR que suman ya miles los obreros petroleros despedidos. En Brasil miles de trabajadores del Complejo Petroquímico de Río de Janeiro (Comperj) perdieron sus puestos de trabajo. Mientras, en la Patagonia Argentina, luego que la Repsol (del imperialismo español) en los últimos 30 años se llevara hasta la última gota de petróleo y 6.500 millones de dólares pagados por la Kirchner en concepto de “indemnización” por su “nacionalización”, ya comenzaron los despidos, los traslados de personal a otras empresas y en las negociaciones del “Convenio Colectivo de Trabajo” quieren bajar los salarios.
¡Basta! ¡Hay que parar este ataque! ¡HOY TODOS SOMOS OBREROS PETROLEROS DESPEDIDOS! ¡Son ellos, las petroleras imperialistas, o nosotros, los trabajadores que generamos las riquezas! ¡El camino a seguir lo marcan los obreros petroleros de EEUU y los de Colombia que ya están luchando con paros, piquetes y ocupaciones!
El ataque de las petroleras se profundiza. Los obreros han presentado batalla. El resultado aún es incierto. Toda la clase obrera mundial debe acudir en apoyo de los obreros petroleros del mundo, pues en gran medida allí se está jugando su propio destino.
¡Ni un solo despido más! ¡Reincorporación inmediata de los más de 10 mil obreros petroleros despedidos!
Reincorporación inmediata de los 600 trabajadores del ICP., y de los trabajadores de Weatherford Colombia Limited. De los mil trabajadores que quedaron cesantes desde el día 31 de marzo del Instituto de los Seguros Sociales. De las trabajadoras municipales de Bogotá, de servicios generales de los colegios distritales, dejando sin trabajo al 50% de quienes venían desempeñando estos trabajos.
Que la crisis la paguen los que la produjeron: las trasnacionales y su gobierno cipayo.
¡Ni un peso al pago de la fraudulenta deuda externa! Aumento general de salarios al nivel de la canasta familiar (1 millón doscientos mil pesos), indexada según el costo de la vida.
Escala móvil de salarios y horas de trabajo y un turno más en todas las minas, campos petroleros y fábricas para poner trabajar a todas las manos obreras disponibles. A igual trabajo igual salario.
Nacionalización sin pago y bajo control obrero, del petroleó, el carbón, el oro, el cobre y todos los recursos mineros de Colombia. Con ello garantizaremos educación y salud gratuita de calidad y salarios dignos para toda la clase obrera.
¡Hay que romper con el gobierno de Santos! ¡Que las organizaciones obreras rompan su subordinación a la burguesía y sus instituciones como el Ministerio de Trabajo, la Justicia patronal, y el Parlamento!
¡Fuera las manos del estado de las organizaciones obreras! ¡Los trabajadores nos organizamos como queremos! ¡Hay que imponer la democracia obrera y recuperar nuestras organizaciones para la lucha! ¡Hay que romper con los estatutos de los sindicatos totalmente estatizados!¡Por comités de autodefensa para defendernos de la represión gubernamental y el paramilitarismo!
¡Basta de dividir a los que luchan!
¡La clase obrera colombiana se va a poner de pie! ¡Que la USO, la FECODE, la CUT pongan todas sus fuerzas para organizar un Congreso Obrero Nacional de todos los trabajadores, ocupados y desocupados, del campesinado pobre y desplazados, de las organizaciones estudiantiles combativas, con delegados con mandato de base para preparar y organizar la lucha por la Huelga General Ya!
Para luchar en mejores condiciones hay que arrancar de las cárceles a nuestros compañeros. ¡Hay que luchar por la absolución de los obreros petroleros de Las Heras en Argentina, 4 de ellos condenados a cadena perpetua y otros a 5 años de cárcel por los jueces videlistas de las petroleras y del gobierno antiobrero de la bolivariana Cristina Kirchner, que tiene a más de 7 mil obreros y luchadores procesados. Por la libertad incondicional de los 6500 presos políticos colombianos. Por la libertad de los 7 mil presos políticos palestinos, presos en las mazmorras de estado sionista-fascista de Israel. etc. Por la libertad inmediata de los 8 obreros de Civetchi, en Venezuela. Por la libertad de los presos de Guantánamo!
¡De Alaska a Tierra del Fuego, una sola clase, una sola lucha! ¡A igual trabajo, igual salario para todos los obreros de América! ¡Plenos derechos para los trabajadores inmigrantes! ¡Fuera Obama, Wall Street y el FMI! ¡Expropiación de las transnacionales y todos los bancos! ¡Abajo la restauración capitalista en Cuba! ¡Hay que romper con las burguesías cipayas y socias del imperialismo en América Latina! ¡Fuera las bases militares yanquis de Colombia¡ ¡Abajo la farsa de la revolución bolivariana! ¡Abajo el ALBA, el MERCOSUR y los TLCs! ¡Abajo la Alianza Transpacífico! ¡Por los Estados Unidos Socialistas de Norte, Centro y Sud América!
¡Colombia será socialista o será colonia! Grupo Socialista Revolucionario Trotskista Leninista de Colombia, adherente al Colectivo por la Refundación de la IV Internacional – FLTI |