GEORGIA - 4 de julio de 2018
En medio de la recesión, los trabajadores enfrentan los ataques de la burguesía georgiana sirviente del imperialismo y socia de la oligarquía de Moscú
Además de estar Georgia saqueada por el FMI y de la inversiones imperialistas en infraestructura, la nueva burguesía georgiana surgida de la restauración del capitalismo está fuertemente vinculada a la oligarquía de Moscú con los negocios de los ductos que a través del Cáucaso llevan los hidrocarburos del Mar Caspio al Mar Negro, para ser finalmente llevados a la Europa del Maastricht imperialista. Por ello, la recesión rusa impacta fuertemente a Georgia. Cada vez que cae el Rublo ruso, también cae el Lari georgiano y la burguesía georgiana busca descargar los costos de esta recesión sobre las espaldas de los trabajadores. Sin embargo, los trabajadores se defienden, como los del puerto marítimo de Batumi que, a principios de abril, organizaron una huelga de hambre para detener los despidos masivos y exigir la reincorporación inmediata de los despedidos. Ante el peligro de propagación de la huelga al cercano puerto de Poti, donde funciona una Zona Franca Industrial y la base de la Armada Georgiana, la patronal y el gobierno detuvieron los despidos en el puerto de Batumi y destituyeron a su director general, pero no han reincorporado todavía a los trabajadores despedidos, por lo que el conflicto sigue latente. Es que este puerto es un embarcadero de salida del petróleo y gas que por ductos llega desde el Caspio, siendo administrado por la empresa de Kazajistán “KazTransOil”. Por otro lado, también los trabajadores del sector público responden a los ataques y el 4 de junio tuvieron que ir a la huelga los maquinistas del metro de Tiflis (capital de Georgia) el cual es administrado por la alcaldía. Los salarios de estos trabajadores se encuentran congelados desde 2016. La huelga de estos trabajadores fue prohibida por orden de un tribunal de Tiflis. También los trabajadores ferroviarios a nivel nacional y sobretodo de las líneas que conducen a los puertos mencionados más arriba, en medio de la recesión padecen las embestidas de la burguesía georgiana socia de Putin y sometida al imperialismo. Los mejores aliados de los trabajadores georgianos son, como en 1917, sus hermanos de clase rusos, así como también los trabajadores de toda Europa.
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