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12 de agosto de 2014

Desde Cisjordania: Carta de lectores

Hoy hemos visitado mucha gente y hemos hablado de presos y presas políticas, de la situación social, política y económica de Cisjordania. Pero hoy quiero explicar una historia de vida que me ha salpicado. Llevo días intentando contactar con Maher por Facebook y por teléfono y resulta imposible. Hoy, un amigo en común me ha explicado que Maher no puede responder desde la cárcel. Pero no ha estado secuestrado por el ejército de Israel: lo ha encarcelado la misma Autoridad Palestina.
Maher es un joven entusiasta que conocí en febrero durante la ocupación de Ein Ishla (en el Valle del Jordan) por parte de los Comités de Resistencia Popular, reivindicando la tierra como suya y denunciando el intento de división del territorio cisjordano por parte de Israel. Es huérfano de padre, cosa que complica la situación económica familiar. Estuvo en la cárcel de jovencito y al salir pidió ayuda a la Autoridad Palestina. Teniendo en cuenta su situación familiar y que su encarcelamiento fue consecuencia de su compromiso por la causa palestina, el gobierno palestino lo contrató en la policía palestina. El compromiso con su pueblo no menguó en Maher, así que participaba en las acciones de los comités populares y en las manifestaciones contra la ocupación.

Un día la Autoridad Palestina llamó a Maher para recordarle que como parte de la Autoridad Palestina (en los cuerpos policiales) no tenía permitido participar de las manifestaciones contra la ocupación israelí, así que debía escoger entre seguir en el cuerpo policial o seguir con su compromiso por la liberación de Palestina.

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Maher vive en el campo de refugiados de Balata con su madre, donde su familia encontró un lugar cuando el año 48 el ejército Israelí los expulsó de sus tierras que hoy quedan al otro lado del muro (como las de otras cinco millones de personas). La pobreza lo ha empujado a renunciar a su compromiso político, ya que si sin su sueldo su madre y él no sobreviven. Haber renunciado al activismo político le ha supuesto unos días de cárcel como sanción y no volver a aparecer en las movilizaciones.
Servirse de la pobreza es un ejemplo más de tantos de cómo la Autoridad Palestina intenta apagar las protestas contra la ocupación, frenar las movilizaciones contra la colonias y el ejército sionista y poner las cosas fáciles a Israel para avanzar en su plan para mantener la (re)presión en Cisjordania. La complicidad de la Autoridad Palestina con la ocupación no tiene otra finalidad que la consolidación del status quo: mantener las “poltronas” y los privilegios. Por lo tanto, todo desemboca de nuevo a una guerra de clases.
Todo esto me lo explica Sam con su mirada de triste resignación (a los daños colaterales de la ocupación) pero con esa tierna sonrisa invencible de la esperanza de quien lucha cada día* sabiendo que su pueblo vivirá.**

*La esperanza de los que luchan cada día es una frase tomada de la canción “Coratge” del grupo catalán Obrint Pas. Original “l’esperança dels que lluiten cada día”
** “Mi pueblo vivirá” es como ha titulado su autobiografía Leila Khaled. Guerrillera palestina y actualmente dirigente del Frente Popular por la Liberación de Palestina desde el exilio, en Jordania.

Juanma