Reproducimos una polémica que en el año 2001 realizamos contra el PO de Argentina que ya en ese momento escondía bajo siete llaves la pelea por la destrucción del estado de Israel y avalaba el mito sionista de la existencia de una supuesta “nación judía”
Octubre 2001
El PO y su “IV Internacional (refundación)” frente a la revolución palestina
La “izquierda” de los Acuerdos de Oslo
a los pies del “plan Clinton”
Frente a la revolución palestina el PO de Argentina –y también su remedo de Internacional dos y media bautizado pomposamente como “IV Internacional (refundación)” viene capitulando escandalosamente al sionismo. En noviembre publicaron una vergonzosa declaración que no plantea la lucha por la destrucción del Estado de Israel, ni por el triunfo de la insurrección palestina, donde se avala el mito sionista de la existencia de una “nación judía” y se levanta una política de reforma del Estado sionista-fascista. Hoy el PO, en Prensa Obrera N° 693, intenta encubrir esta capitulación polemizando con el sionista militante Herman Schiller -del Movimiento Judío por los Derechos Humanos, integrante, junto con el stalinismo y el MST, de Izquierda Unida-, para terminar levantando... el programa “de paz” de Clinton. Veamos.
El PO lucha... ¡por la “libertad”
de la supuesta “nación judía”!
El PO empieza por reafirmar que sostiene el mito sionista de la existencia de una “nación judía”, ratificando su total ruptura con la posición marxista sobre la cuestión judía. En primer lugar, porque no cuestiona el derecho de existencia del Estado fascista-sionista de Israel, no lo denuncia como lo que es, una creación artificial del imperialismo y la burguesía sionista, un enclave imperialista impuesto a sangre y fuego mediante la ocupación de Palestina y la expulsión de sus legítimos habitantes. Para el PO, el problema no es la existencia del Estado de Israel sino su carácter de “nación opresora” contra la nación palestina oprimida. Así, dice, intentando contestar la afirmación de Schiller de que no habría “nacionalidades buenas y nacionalidades malas”: “Esto significa que pone un signo igual entre la libertad nacional judía y el sionismo, o sea que la libertad nacional judía significa la opresión palestina”. El PO parte entonces por reconocer que la supuesta “nación judía” tendría derecho a su propia “libertad nacional” –es decir, a la existencia como nación independiente, con su propio estado-, y todo el problema sería el sionismo, que le ha impuesto a esa “libertad nacional” un carácter opresor sobre el pueblo palestino.
“... el pueblo judío no goza de verdadera libertad porque está acechado por el odio de los pueblos que oprime. Para reconquistar la libertad, el pueblo judío deberá acabar con el sionismo, pero tampoco podrá realizar esto sin una alianza efectiva con los pueblos oprimidos por el sionismo”. La gran preocupación del PO, mientras los trabajadores y el pueblo palestino están protagonizando una revolución contra el Estado sionista-fascista de Israel, por echar al invasor de sus tierras usurpadas y conquistar su independencia, mientras todos los días siguen cayendo los obreros y jóvenes palestinos bajo las balas del ejército sionista genocida, es... cómo la supuesta “nación judía” reconquista “su libertad”. ¡El PO nos quiere hacer creer que estamos en un conflicto entre dos naciones, una opresora y una oprimida, cuando, por el contrario, lo que hay es una sola nación, la palestina, que lucha por conquistar su independencia contra un enclave colonial del imperialismo, un ejército de ocupación invasor, creado artificialmente bajo la cobertura del mito de la existencia de una supuesta “nación judía” que tendría derecho a un estado propio!
El PO lucha... ¡por la reforma del
Estado sionista-fascista de Israel!
El programa que plantea el PO no es el de la destrucción del Estado de Israel, cuestión que sólo puede ser lograda mediante el triunfo de la insurrección. Por el contrario, dice: “Cualquier victoria o avance del pueblo palestino (...) sólo será un momento o aspecto de una lucha que no puede llegar a su fin sin una reorganización social y nacional que tenga por base el fin del Estado sionista”. Pero “reorganización nacional y social” sin triunfo de la insurrección palestina, sin destrucción del estado de Israel por parte de las masas insurrectas autoorganizadas y armadas que imponga un estado palestino laico, democrático y no racista, bajo un gobierno obrero y campesino de las masas palestinas insurrectas, no significa otra cosa que... una política de reforma pacífica del Estado de Israel, para quitarle su carácter “sionista”, “opresor”, es decir, transformarlo en un estado “democrático” donde los palestinos sean todos “ciudadanos israelíes” con iguales derechos que los judíos.
Para intentar justificar esta política de reforma pacífica del estado sionista de Israel, quieren hacernos creer que los heroicos trabajadores y el pueblo palestino no luchan por destruir ese estado: “Los reclamos de la segunda Intifada no plantean la destrucción del Estado sionista; la relación de fuerzas es muy desfavorable para avanzar esta consigna y la dirección política del nacionalismo pequeñoburgués o islamista es hostil a este objetivo estratégico, debido a que empalma con la revolución social”. El PO niega, en primer lugar, la lucha histórica del pueblo palestino que siempre ha tenido el “objetivo estratégico” de destruir el Estado de Israel sin lo cual no puede conquistar su independencia ni recuperar su tierra ocupada por el usurpador sionista. La que ha abandonado esa lucha es la dirección nacionalista burguesa palestina, con Arafat a la cabeza, y no las masas que justamente hoy la están llevando adelante. ¡Son ustedes, señores del PO, los que tienen que explicar por qué han renunciado a este “objetivo estratégico” cuando ustedes mismos dicen que para lograrlo es necesaria la “revolución social”! ¡Son ustedes los que son “hostiles” a la destrucción del estado de Israel y a la “revolución social” triunfante que se necesita para lograrlo!
En segundo lugar, con su afirmación de que habría una “relación de fuerzas desfavorable”, el PO niega la misma revolución palestina, que precisamente ha descalabrado y dividido todas las instituciones de poder y mecanismos de coerción impuestos por el imperialismo, la burguesía sionista y la propia burguesía palestina, entre ellas el estado sionista-fascista de Israel, donde las masas se han armado asaltando las comisarías palestinas, estableciendo de hecho un doble poder en los campamentos y ciudades palestinas, llevando adelante una verdadera guerra civil. Niega que la insurrección palestina ha vuelto a poner en pie la lucha antiimperialista de las masas oprimidas de Medio Oriente en apoyo a la revolución palestina. ¡La “relación de fuerzas” es favorable a las masas, señores del PO, el problema son las direcciones contrarrevolucionarias que éstas tienen a su frente, Arafat, Al Fatah, Hamas, Hizbollah, que están allí precisamente para impedir el triunfo de la revolución palestina!
El PO adopta como programa...
¡el “plan Clinton”!
El PO se niega a luchar por el triunfo de la insurrección palestina, y por ello, adopta el programa... nada más y nada menos que de Clinton!!!:
“1- Retiro incondicional de las fuerzas de ocupación militar”. Pero, ¿”retiro” de dónde? ¡Todo el estado de Israel es una “fuerza de ocupación militar”, señores del PO!!!
“2- desmantelamiento de las colonias en la zona ocupada y Gaza”. Pero, ¡todo el estado de Israel es un enclave colonial imperialista!
“3- un Estado independiente”. ¿Un Estado palestino “independiente” al lado de un Estado de Israel “independiente” pero eso sí, no sionista? ¡Esta no es más que la política de “dos estados” de Clinton, Barak y Arafat y de la supuesta “izquierda” y los “pacifistas” sionistas!!!
“4- derecho al retorno...”. ¿Derecho al retorno de los refugiados palestinos a dónde? ¿Al Estado palestino “independiente” en los campos de concentración de Gaza y Cisjordania, rodeados por el ejército israelí armado hasta los dientes? ¡Esa es, señores del PO, la política de Clinton y de los sionistas “de izquierda” del Meretz!
Después de semejantes afirmaciones, hablar de “la perspectiva de una República Palestina única, laica, democrática y socialista de árabes, judíos y cristianos”, no es más que una cobertura para tratar de ocultar la total y completa capitulación del PO al plan Clinton y al sionismo, y todo ello en nombre... ¡de la “IV Internacional refundada”!
Lo que vuelve más escandalosa la capitulación del PO y de su remedo de Internacional dos y media, es que tienen un grupo en el Estado de Israel, los “Militantes por la IV Internacional”, que levantan la misma política escandalosa, tal como lo muestra el volante de este grupo que reproduce Prensa Obrera N° 694: “Lanzamos un llamamiento a todos los militantes democráticos, a crear un movimiento alternativo que represente a los trabajadores de la ciudad y el campo, tanto árabes como judíos, para plantear una lucha común contra la opresión y la explotación, contra el régimen de Apartheid existente en el país y por una República Democrática y Laica en todo el territorio de la Palestina histórica...” . El programa del PO y su remedo de Internacional dos y media es para ser levantado en Buenos Aires –a la medida de la “susceptibilidad” de la pequeñaburguesía porteña que votará en las elecciones de octubre de 2001, o en Tel Aviv, pero no en los campamentos de los obreros y el pueblo palestino insurrecto. El llamamiento de su grupo en Israel, es para que lo firmen “militantes democráticos” de la calaña... ¡del sionista confeso Herman Schiller!
¡Fuera las manos del PO y de su remedo de Internacional dos y media del trotskismo, que quieren poner las limpias banderas de la IV Internacional a los pies del sionismo, y por esa vía del imperialismo y del “plan Clinton”!
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