Perú - 15 de abril de 2023
Un aporte a las masas peruanas y de toda América Latina ante el enorme combate revolucionario en Perú
Los trabajadores, campesinos, estudiantes y el pueblo sublevado durante más de 3 meses dejaron todo en el combate por derrotar al gobierno de Boluarte, el régimen fujimorista y el golpe comandado por EEUU
Ahora, aprendiendo de nuestra lucha, hay que preparar y organizar un nuevo embate de la insurgencia nacional
¿Por qué no cayó la asesina Dina, sostenida por el Congreso golpista y apoyada por los yanquis?
¡La burocracia stalinista de la CGTP dividió la ofensiva revolucionaria de masas y le puso el hombro para que se queden Boluarte y todo el régimen!
Hace más de 3 meses, la clase obrera, los campesinos pobres, la juventud rebelde y el pueblo pobre se sublevaron para echar abajo al gobierno de Boluarte y el conjunto del régimen fujimorista, que ya han masacrado a más de 80 compañeros, mientras miles quedaron heridos y hay decenas de presos por luchar.
Este combate que se inició en las regiones del sur, cobró un gran impulso a mediados de enero, cuando miles y miles de explotados del Perú profundo marcharon a Lima a sublevar a las masas de la capital y cercar la ciudadela del poder para echar a Boluarte al grito de “¡insurgencia nacional!”. La lucha revolucionaria se comenzó a extender a todo el país y centralmente a Lima, con los trabajadores, jóvenes obreros, estudiantes y explotados de la capital no solo brindando una enorme solidaridad a sus hermanos de clase de las regiones, sino también incorporándose abiertamente al combate.
La única que faltó a la cita fue la dirección traidora de la CGTP, en manos del Partido Comunista y Patria Roja. Fue enemiga de movilizar y poner en las calles a millares y millares de trabajadores, boicoteando el camino a la Huelga General. En lugar de esto, le proponía a Dina que se quede a condición de que adelante las elecciones. ¡Traidores!
Contra ellos, los explotados irrumpieron en lucha política de masas. La demanda que unificaba a todos los sectores en lucha era “¡Fuera Dina!” porque nadie creía que podía conseguir ni pan, ni trabajo ni ninguna de sus justas demandas sin echar abajo al gobierno y al conjunto del régimen.
Para librar semejante combate, las masas del Perú profundo se autoorganizaron y pusieron en pie organismos unitarios de trabajadores, campesinos, estudiantes y todos los explotados para combatir en los distritos, las provincias y a nivel regional, como los Comités de Lucha, Frentes de Defensa, etc. Estos organismos comenzaron a coordinarse en la Coordinadora Macro-regional del Sur para luego avanzar en conquistar un organismo para centralizar la lucha a nivel nacional, el Comité Nacional de Lucha de las Regiones del Perú.
Un enorme combate revolucionario que enfrentó de forma directa al imperialismo y su gobierno títere
Esta enorme lucha fue en respuesta al brutal golpe comandado por el imperialismo yanqui, junto a los oficiales asesinos de las FFAA, que viene a por todo en América Latina.
En medio del marasmo de la crisis económica mundial, EEUU concentró sus fuerzas en Perú como avanzada de su ofensiva sobre toda América Latina para quedarse directamente con todas las fuentes de materias primas, minerales, hidrocarburos, etc., sobre la base de la súper-explotación y la miseria de la clase obrera y el pueblo pobre. De forma particular, en Perú necesitan renovar los contratos ley con los que expolian las riquezas minerales e hidrocarburíferas y quedarse con el litio.
Con este objetivo, los yanquis pusieron a su títere Boluarte en el gobierno y disciplinaron a su otro agente, Pedro Castillo, que se rindió cobardemente, mientras los obreros y campesinos eran los que enfrentaban al sangriento golpe contrarrevolucionario de EEUU y el régimen fujimorista.
El punto más álgido de la insurgencia fue cuando los explotados del Perú profundo llegaron a la capital a partir del 19/01 y junto a ellos se sublevaron los trabajadores, la juventud y el pueblo pobre de Lima. Con esta enorme acción de masas, se intentó repetir la “marcha de los 4 suyos” que en el año 2000 significó la caída de Fujimori.
Pero esta vez, el gobierno y el régimen tenían no solo el apoyo de EEUU, sino de todos los partidos políticos de la burguesía y a la propia dirección de la CGTP que se dedicó a dividir la lucha y a pactar una “transición ordenada” de Dina Boluarte. Una política enfrentada en un ángulo de 180° con los millones de obreros, campesinos, jóvenes rebeldes, etc., que entraron al combate.
El gobierno se había blindado y aprendido de la experiencia anterior de las masas peruanas. La burocracia de la CGTP corrió en su ayuda.
La estrategia del imperialismo fue desplegar 12.000 policías en el Cercado de Lima. En primer lugar, para cerrar la Plaza San Martín, el punto histórico de concentración de los combates de la clase obrera y los explotados en Perú, para impedir que allí se coordinen las masas en lucha y centralicen su combate puesto que eso hubiera significado que surja el poder de los de abajo sesionando a unas pocas cuadras del Congreso y la Casa de Gobierno.
Junto a esto, cercaron con un enorme cordón policial las cuadras donde está el Parlamento y el Palacio de Gobierno para resguardar la ciudadela del poder y que a los explotados les sea imposible llegar hasta allí para derribarlo. Mientras la amplia mayoría del territorio de todo el país fue tomado por las masas insurrectas, la burguesía se replegó en esas 5 manzanas donde se concentra el poder burgués, para impedir que este sea derrotado por los explotados.
Estaban todas las condiciones para que Dina caiga. Los traidores de la burocracia stalinista de la CGTP sacaron a sectores claves de la clase obrera de las calles. Esta fue la peor de las policías que atacó a las masas, porque es la que disparó por la espalda y la que dividió el enorme esfuerzo de los explotados en lucha.
Incluso, los rompehuelgas de la burocracia se tomaron el local y desalojaron a los trabajadores de la salud de la CONFENUTSSA, que venían organizándose junto a la lucha de las regiones y siendo parte de su Comité de Lucha. La burocracia stalinista perpetró este ataque militar para disciplinar y escarmentar a toda la clase obrera para que no se unifique con sus métodos de lucha al combate de obreros y campesinos.
Mientras tanto, desde América Latina y todo el mundo llegaban “embajadores” que se reclamaban de izquierda, defensores de los Derechos Humanos, etc. Verdaderos lobos con piel de cordero. Ellos vinieron a fortalecer a la burocracia de la CGTP y a legitimar su traición. Llegaron a Lima para reunirse con congresistas del Parlamento golpista, con quienes hicieron charlas y conferencias, para sostener el plan de la dirección de la CGTP: que Dina se vaya de “forma ordenada”. Es decir, que no sean las masas las que la echen.
¿El resultado de esta política? Que Dina se vaya al final del mandato… es decir, ¡en 2026! Hablemos claro. La “transición” de la burocracia de la CGTP es que se mantenga intacto el régimen golpista de los yanquis. ¡Son la burocracia del régimen fujimorista!
Todo intento de nueva ofensiva de masas debe saldar cuentas con los traidores. Para ello, hay que llamar desde ya a toda la base obrera, a los trabajadores de la salud, los docentes, mineros, obreros de la construcción, fabriles, portuarios, metalúrgicos, bancarios, etc., a levantar sus demandas de salario digno, mejores condiciones de trabajo y contra la desocupación. Esos justos reclamos son los que día a día entregan y traicionan los mismos dirigentes de la CGTP que dividieron la lucha contra Dina.
Para conquistar una nueva ofensiva, para marchar a una fase superior de la insurgencia nacional… hay que echar a las direcciones traidoras y forjar la alianza obrera, campesina, popular y estudiantil desde organizaciones que representen a los millones que decimos ¡basta de este Perú fujimorista de las transnacionales, el imperialismo y sus gobiernos asesinos!
Para triunfar hay que conquistar la unidad antiimperialista y un combate común de las masas obreras y campesinas de toda América Latina
Como vemos, un verdadero frente de burócratas sindicales stalinistas, burguesías regionales y la izquierda proimperialista mundial concentraron sus fuerzas para salvar a Dina y todo el régimen.
La verdadera alianza que necesitan las masas es la alianza obrera, campesina y estudiantil, de los millones de jóvenes desocupados, de los pobres de la ciudad y el campo. Somos la amplísima mayoría de Perú. Los dirigentes nos dividen. Aquí y allá nos intentaron llevar detrás del plan de tregua y sumisión a Dina Boluarte, o bien, como furgón de cola de las burguesías regionales que querían utilizar el combate de masas para presionar a EEUU para que les reparta unos soles de más de las migajas miserables que dejan en Perú de las enormes riquezas que saquean.
Algunos de estos sectores burgueses coquetearon con el pueblo sublevado. Fueron los primeros en desertar. Al ver las fenomenales acciones revolucionarias de obreros y campesinos, rápidamente todos los sectores de la burguesía se disciplinaron con sus jefes imperialistas yanquis. Es que los burgueses regionales, como socios menores, dependen de EEUU para mantener sus negocios y sus riquezas.
Los explotadores sabían que la derrota de Dina y del Congreso golpista era la derrota de todas las clases poseedoras del Perú saqueado y entregado al imperialismo. La lucha por la nacionalización y expropiación sin pago y bajo control obrero de las minas, el litio y todas las riquezas de Perú se hubiera puesto a la orden del día. Terminar con el crédito de los banqueros usureros al campesino pobre era una necesidad planteada de forma inmediata.
Por eso todos cerraron filas y junto a los burócratas sindicales traidores de la CGTP, que se venden por tres monedas, fueron el auxilio de Dina, el Congreso y todos los de arriba.
La verdadera alianza que debemos concretar los de abajo es la de los trabajadores en lucha en todo el continente. Somos obreros y campesinos que enfrentamos al FMI y al saqueo de los gringos. Por lo mismo luchan y mueren los hermanos de Colombia, Chile, Bolivia, Ecuador, México, etc. Allí está nuestra fortaleza, como lo está con los trabajadores norteamericanos que también luchan por salario y sus demandas al interior de la bestia imperialista. Ellos son nuestros aliados. De allí que, para preparar la segunda fase de la insurgencia nacional, ha quedado pendiente hacer realidad el llamamiento que hizo el Comité Nacional de Lucha de las Regiones a poner en pie un Congreso Latinoamericano de obreros y campesinos pobres en Lima para coordinar la lucha antiimperialista de las masas oprimidas de América Latina.
La clave del imperialismo, sus partidos, su gobierno y sus sirvientes de los burócratas sindical fue impedir que surja un organismo de doble poder de las masas en lucha
En las calles y produciendo las riquezas de la nación, los de abajo somos y fuimos mayoría. Los de arriba tienen su poder: los oficiales asesinos de las FFAA, los represores de la policía, sus partidos políticos, su poder judicial y todas sus instituciones de dominio. Los tienen para salvar a sangre y fuego sus negocios e intereses.
Los millones que entramos a la lucha pusimos en pie por regiones y a nivel nacional organismos que embrionariamente comenzaron a coordinar nuestra lucha. Una enorme conquista. Pusimos en pie comités de lucha que agrupaban a los sindicatos, estudiantes, campesinos… Comenzaba a surgir el poder de los de abajo, que es el que deberá desalojar y derrotar el poder de los de arriba para terminar con el hambre, conquistar la tierra y expulsar a los yanquis.
Tenemos que conquistar ese organismo de poder de los de abajo, de los que nos conocemos, de los que peleamos juntos, en cada ciudad, en cada provincia, en cada departamento y en Lima mismo. Un poder que ponga en pie los comités de autodefensa y que llame a nuestros hermanos, los soldados rasos, hijos de obreros y campesinos, a que pongan en pie sus comités contra los generales que los enviaron a reprimir y a matar a sus familias y a su pueblo.
Hay que preparar el próximo embate de la insurgencia nacional. Este es el momento de conquistar un gran Congreso Nacional, un Cabildo Abierto de todos los explotados de Perú con delegados de base de todos los sindicatos, trabajadores, regiones, campesinos, estudiantes, barrios obreros, colectivos de la juventud que lucha por sus derechos, soldados rasos, etc.
Ese poder es el que sí haría temblar a los de arriba porque es el que realmente debe gobernar Perú para expulsar a los gringos, recuperar nuestras riquezas y conquistar el pan y la libertad.
¡Hay que desarrollar, extender y coordinar el Comité Nacional de Lucha de las Regiones del Perú!
¡Hay que desacatar a la dirección de la CGTP con comités de fábrica, empresa, mina, de los obreros de la construcción civil, trabajadores agrícolas, de los bancos, pesqueros, de la salud, docentes, etc.!
¡Hay que abrir el camino a la derrota de los burócratas traidores que traicionaron nuevamente nuestra lucha!
Los trabajadores y el pueblo no tenemos la dirección que nos merecemos.
¡Fuera la burocracia de la CGTP! ¡Paso a la democracia obrera!
Por un Congreso de delegados de base de todos los sindicatos para poner la fuerza de la clase obrera al servicio de poner en pie la alianza obrera, campesina y de todos los explotados de Perú
Hay que poner de pie a la juventud obrera. Son millones de jóvenes desocupados, hijos de trabajadores y campesinos en Lima y en las regiones. De allí salió y saldrá la primera línea de combate. ¡Por colectivos de la juventud rebelde antiimperialista en todas las ciudades, regiones y los barrios obreros de Lima! ¡Paso a la lucha antiimperialista de la juventud!
Por un encuentro nacional de colectivos de la juventud rebelde que se prepare para ser la avanzada para poner en pie los comités de soldados, estudiantes y la juventud obrera. Allí hay fuerzas inagotables que serán imprescindibles para avanzar a conquistar la victoria y el poder de los de abajo.
La burguesía y sus partidos que aún intentan coquetear con el pueblo, se volcaron a dividir la coordinación que había surgido de las masas sublevadas de todo Perú. Los hombres de los políticos patronales que se dicen “opositores” a Dina provocaron una escisión por arriba en el Comité Nacional de Lucha de las Regiones.
¡Que se sometan al veredicto de un Congreso Nacional de trabajadores, campesinos y estudiantes y que allí se resuelva, democráticamente, quién merece estar a la cabeza de la lucha de los explotados y quién debe ser marcado como un traidor y enemigo del pueblo!
Para preparar esta segunda oleada, nunca más los hijos del pueblo bajo armas pueden quedar a merced de los oficiales fujimoristas y las bases militares yanquis. ¡Por comités de soldados rasos que rompan con la oficialidad, nombren delegados y se unifiquen con las masas en lucha!
Cuando 6 soldados murieron ahogados cruzando el río Ilave, enviados por los oficiales asesinos, el pueblo los rodeó de solidaridad a ellos y sus familias. De eso se trata la victoria que hay que preparar: los soldados rasos con el pueblo. Los generales asesinos con los yanquis. En el medio, un río de sangre.
¡Disolución de la policía y todas las fuerzas represivas del estado! ¡Por comités de autodefensa y la milicia obrera y campesina!
¡Juicio y castigo a todos los asesinos! ¡Libertad a los presos políticos por luchar y desprocesamiento de todos los luchadores!
Hay que conquistar un programa para la victoria
¡Abajo Dina Boluarte, el Parlamento fantoche y todo el régimen fujimorista agente de los yanquis!
¡Fuera el FMI y la IV Flota del Pacífico de las aguas de Perú!
¡Fuera el imperialismo, sus TLC y sus bases militares!
¡Nacionalización sin pago y bajo control obrero de toda la minería, los bancos y todos los recursos naturales de Perú! ¡La tierra para el campesino pobre! ¡Abajo los contratos ley con las empresas transnacionales! ¡Ahí está la plata para que haya pan, trabajo, salario, educación, salud, vivienda y todas las justas demandas de los explotados!
¡Educación y salud para todos!
¡Trabajo digno! ¡Reducción de la jornada laboral y un turno más en todas las empresas y trabajos en el estado, con un salario igual a la canasta familiar para todos!
¡Ningún joven sin trabajo! ¡Ningún obrero sin pan!
El Comandante de la IV Flota de la marina yanqui, la ONU, la OEA y todos sus lacayos vinieron a Perú a apoyar a Boluarte. Para preparar este segundo embate contra los yanquis, ¡que todas las organizaciones obreras y campesinas de América Latina envíen delegaciones a Perú para organizar una sola lucha continental para expulsar al imperialismo! Hagamos realidad el llamamiento del Comité Nacional de Lucha de las Regiones del Perú junto a organizaciones obreras combativas de Colombia, Brasil, etc., para forjar un Comité de Lucha Latinoamericano e internacional en apoyo a las masas de Perú, junto a nuestros mejores aliados: los trabajadores y la juventud de EEUU. ¡Todos a Perú a organizar un Congreso Continental de las organizaciones obreras que impulse la lucha contra el imperialismo en toda América Latina!
No hay tiempo que perder. ¡Por un Congreso Nacional y Cabildo Abierto de todos los sindicatos, regiones, universidades y barrios obreros de Perú! ¡Comités de autodefensa y comités de soldados!
¡Paso al poder de los de abajo! ¡Fuera el gobierno y el Parlamento de los de arriba!
Por un gobierno provisional revolucionario obrero y campesino, basado en los organismos de autodeterminación de las masas, que es el único que podrá garantizar una Asamblea Constituyente realmente libre y soberana, impuesta sobre los escombros del régimen fujimorista.
La gran lección de esta primera oleada que protagonizaron las heroicas masas del Perú sublevado, es que faltó un partido revolucionario de los explotados que ayudara a los obreros y campesinos a distinguir quiénes son sus aliados y quiénes sus enemigos. Un partido revolucionario internacionalista que luche por unificar a las masas de todo el continente en un único combate antiimperialista contra el sistema capitalista imperialista en bancarrota.
Hace falta conquistar un partido revolucionario porque es necesaria la revolución. Porque para comer y vivir, para que haya paz y justicia, la insurgencia se debe transformar en la victoria de la revolución socialista.
Distintas generaciones en Perú dieron su vida para poner en pie esta dirección revolucionaria. Sacando estas lecciones y poniendo en pie este programa revolucionario es que esas generaciones serán redimidas por la historia, y la vida que entregaron a la causa del socialismo se verá coronada por el triunfo de la revolución.
Los trotskistas de la LSTI somos un núcleo que busca retomar esas banderas y lucha por refundar y recuperar el Partido Mundial de la Revolución Socialista, la IV Internacional de 1938.
Se acerca el 1° de Mayo, el día en que los trabajadores golpeábamos como un solo puño en todo el mundo, por nuestras demandas como la jornada laboral de 8 horas. Así las conquistamos. Por traidores que nos dividieron país por país y rompieron la unidad de la única clase que solo tiene cadenas por romper, es que las hemos perdido.
Recuperar el internacionalismo de la clase obrera es reabrir el camino a recuperar nuestras conquistas y el camino de la revolución. El día que conquistemos la unidad internacional de la clase obrera, ese día será el día de la victoria.
La estafa de Pedro Castillo, Perú Libre y Juntos por el Perú: se visten de “opositores” cuando todos sostienen a Dina y al régimen fujimorista al servicio de los yanquis
Los mismos políticos burgueses y frentes de colaboración de clases que durante años administraron el régimen fujimorista e incluso votaron y apoyaron el ingreso de marines y bases militares yanquis a Perú (como hizo “Nuevo Perú” de Verónika Mendoza), hoy pregonan distintas recetas para salvar el dominio del imperialismo contra las masas.
Ahí está la burguesía cobarde de Pedro Castillo, que durante su gobierno aplicó los peores planes antiobreros, se rindió cobardemente ante el régimen pro-imperialista y se entregó a los dictados del Parlamento golpista y la justicia patronal pro-yanqui. Hoy acude a la CIDH para que lo liberen y lo restituyan como presidente... ¡a la CIDH de la OEA que son los que comandaron el golpe!
¡Hoy Castillo pide su restitución cuando fue el primero que sostuvo a Dina entregándose! Castillo prefirió ir preso antes que llamar a la clase obrera, los campesinos y los soldados rasos a sublevarse, tal como lo hizo su amigo Evo Morales en Bolivia en 2019, dejando que masacren a las masas en Juliaca, Ayacucho, Apúrímac, etc.
Mientras tanto, parlamentarios que se visten de “izquierda” como Perú Libre o Juntos por el Perú y ex ministros de Pedro Castillo pregonan el “adelanto de elecciones” y un “plebiscito para una Asamblea Constituyente” para garantizar una “salida ordenada” de Dina Boluarte y que quede intacto el conjunto del régimen fujimorista que las masas quieren derrotar, replicando la receta que aplicaron en Chile con la Constituyente amañada con la cual salvaron a Piñera y al régimen pinochetista.
Dicen que así se podrá iniciar la “transición política”. ¡Mentira! Son distintos planes que tiene el imperialismo para mantener su dominio contra las masas. Son todas trampas que tienen un punto en común: mientras buscan sacar a las masas de las calles, siguen Dina y el mismo Congreso. ¡La verdadera “transición” de ellos es que Boluarte continúa en el poder! ¡Todos sostienen a Dina porque todos están con los gringos! |
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