Trabajadores argentinos y dos mensajes a los trabajadores de AzarAb, Haft Tapeh y los municipales encarcelados de Kot Abdullah

1. Cualquiera que busque solidaridad obrera internacional para los trabajadores iraníes está al tanto de sus obstáculos permanentes. Los sindicatos burocráticos europeos hacen que el proceso de apoyo y solidaridad con los trabajadores en otros países esté sujeto a la aprobación de su oficina y papeleo y, en última instancia, si están de acuerdo, emiten una carta tardía y administrativa con un sello y una firma, sin involucrar verdaderamente a sus bases ni las informan sobre la situación de los obreros de Irán o de otros países.
Hay muchos kilómetros, pero para los trabajadores en América Latina (la cuna de los regímenes militares y mafiosos capitalistas), quienes son encarcelados y juzgados como los trabajadores iraníes, la solidaridad obrera internacional no es una tarea formal e impuesta, sino la única forma de sobrevivir y es parte de la necesidad de la lucha que tocan con su carne y piel todos los días.
No siempre es esa suerte, puesto que en estos días, cuando sucede que la clase obrera chilena ha lanzado un levantamiento generalizado anticapitalista que ha provocado una ola de solidaridad en los países latinoamericanos, estamos presenciando un aumento de la defensa de los trabajadores oprimidos de Azarab y Haft Tappeh ¡desde dentro de estas protestas!
Trabajadores socialistas argentinos que con el inglés roto de "Google translate" siguen al día la situación de los trabajadores iraní de páginas como esta, hace unos días, cuando leyeron la noticia del ataque del gobierno a las tres partes, a Azarab, a Haft Tappeh y a los trabajadores de Kot Abdullah, inmediatamente y sin pedir nada, lanzaron una campaña para defender a los trabajadores de esos tres lugares.
Las imágenes debajo son de marchas de los trabajadores argentinos en apoyo al levantamiento anti-capitalista de Chile, y la consigna principal de la pancarta es: "¡Libertad a los trabajadores iraníes, presos por luchar!".

2- El cartel de solidaridad con los trabajadores de Azarab, Haft Tappeh y Kot Abdullah fue levantado por un trabajador de la industria petrolera de Argentina, Daniel Ruiz, que estuvo en prisión hasta hace unas pocas semanas. Daniel será llevado a juicio en una corte colectiva, junto con otros trabajadores. Su "crimen" fue la auto-defensa de las fuerzas contra-insurgentes durante las protestas realizadas en 2017 contra la reducción de las jubilaciones en Argentina.
De hecho, tal juicio colectivo es un envenenamiento del gobierno de Argentina al ala radical y combativa de la clase obrera de Argentina, que no tienen ilusiones ni compromisos en no romper los palos que se les levantan.
Que hoy la defensa de los trabajadores de Azarab y de Haft Tappeh sea un grito de esos mismos trabajadores combativos es, al mismo tiempo, un importante pero aparentemente olvidado mensaje a sus compañeros de clase en Arak y en Khuzestan: "¡No se olviden, la respuesta a la fuerza es la fuerza!”
Un mensaje que muchos, por supuesto, no quieren que se diga o se escuche. Para los que siguen predicando una lucha “civil” y “pacífica” y el rechazo a la violencia, son deseables las fotos de obreros apaleados y convertidos en una herramienta de negociación y compasión y ridiculizados. Pero una imagen de que los obreros se pueden defender contra la violencia policial por todos los medios les es altamente peligrosa.
Sin embargo, ya hace tiempo que el encarcelamiento, la escritura impropia y las negociaciones por atrás ha dejado de abrirle paso a un “camino” a los trabajadores iraníes. Es lo que les ha pasado a los trabajadores de Hepco y de Azarab muchas veces, pero aún tienen que realizar otras tareas:
1- Organización de auto-defensa por cualquier medio posible y
2- Confluir con la gente de la ciudad en protestas obreras en las calles,
Esos son dos de las más urgentes.

PD: Otros trabajadores que son juzgados con Daniel son Sebastián Romero (ex delegado de los trabajadores de General Motors), César Arakaki, Dimas Ponce, y trabajadores metalúrgicos de Quilmes.